El Conquistador: Capítulo 2

Capítulo 2

Jaejoong se agachó jadeando y sacudiendo la suciedad.

Jaejoong todavía podía oír el estruendo de los cascos del enorme caballo en que el  caballero lo había traído. Todavía podía sentir la respiración caliente del caballo, y su propio terror. Jaejoong había estado a centímetros de ser pisado y matado, Jaejoong había visto a esos hombres atacar a los desgraciados campesinos antes. Ese caballero, como los otros, probablemente le habría hecho lo mismo a él sólo por un sentido pervertido de la diversión. ¡Santo Dios!

Todavía podía sentir sus brazos alrededor de su cuerpo, brazos de acero, sujetándolo contra la tierra húmeda. Y sus manos en su sexo, su boca sobre su pecho, ensuciándolo. Y el calor de su miembro... ¡Madre de Dios!

Jaejoong, había estado demasiado agitado para comprender la conversación que ahora rápidamente estaba ocurriendo. Pero no pudo dejar de notar los nombres de sus  hermanos, no pudo dejar de escuchar las palabras. Jaejoong luchó para aquietar su temblor, queriendo escuchar, con su rostro todavía pegado al suelo.

— ¡Por Dios! — Yunho dijo,  y  Jaejoong supo que él  lo estaba mirando. — Él no puede ser.

Jaejoong podía sentir el calor de su mirada fija, sentir su shock por la noticia que había sido dada en el silencio ahora sostenido entre él y su hombre. ¡Como lo odiaba!

—He oído eso de los aldeanos— su hombre dijo. — Es bien conocido. Y el castillo no  queda lejos de aquí.

Jaejoong se tensó  al oír aquello. Ellos debían saber quien  era él.   Lentamente se sentó , apretando las partes  de su vestido desgarrado .  Jaejoong trató de arreglarlo  mientras mantenía  una mirada fijo de odio intenso.

Su mirada, fría e increíble, sostuvo la suya. Su mirada se  oscureció y  luchó  con la suya.  Un músculo  en su mandíbula se tensó.  Y Jaejoong pudo  sentir su rabia ahora y  sabía  que  esa rabia estaba dirigida a él.  ¿Por qué? ¿Por su insolencia de odiarlo? ¿Por qué le  había sido  negada la violación  de su cuerpo? O  porque él sabía  quien   era  él.

Yunho se movió. Vino hacia Jaejoong rápidamente. Jaejoong comenzó a encoger su cuerpo, luego se contuvo y se mantuvo firme, levantando su mentón en desafío.  Podía sentir los latidos pesados y anormales de su corazón, el terror creciente. Yunho podía violarlo y luego golpearlo antes de matarlo, pero Jaejoong no demostraría miedo a ese hombre. Pero Yunho había visto su reacción inicial, y eso no lo complacía. Su rabia era una cosa visible, oscureciendo nuevamente sus ojos y su rostro.

Y entonces su expresión cambió. Yunho abruptamente se detuvo, mirándolo fijamente.

Jaejoong había visto a muchas personas observarlo del mismo modo. Sorpresa, normalmente, era la reacción inicial, luego confusión, y más tarde horror. Detrás de él, Jaejoong vio a Changmin retroceder.

Su fría mirada recorrió sus facciones una por una. Entonces Yunho habló.

—Él no es un brujo. Él  es de carne y hueso. Suficiente.

—Mi lord — Changmin  protestó  nerviosamente. —Ten cuidado.

Yunho estaba de pie al lado de Jaejoong, su espada envainada, sus manos cerradas en puños sobre sus caderas delgadas.

— ¿Eres Karam?

Jaejoong parpadeó con sorpresa. Y entonces entendió su idea errada; él lo estaba  confundiendo con su medio hermano. Jaejoong no era idiota. Karam no era un bastardo como él. Karam había nacido en un matrimonio de nobles, y por eso era más importante que Jaejoong. Dependiendo, por supuesto, de las condiciones con que este cerdo decidiese establecer la guerra. Por el momento Jaejoong aceptaría el error de él para salvarse de una violación segura, o algo peor. Entonces Jaejoong dijo.

—Si.

Su respuesta pareció complacerlo, porque de repente él sonrió. Jaejoong  momentáneamente se sintió perplejo. No por su respuesta, sino por el hecho de que él realmente podía sonreír. Jaejoong recordó su expresión cuando había venido  persiguiéndolo en su enorme caballo, como un dios pagano dorado. Su expresión cuando él había permanecido sentando en su caballo tan impasiblemente mientras  Jaejoong le rogaba que no quemase los cultivos. Ahora él notó que Yunho era devastadoramente guapo con sus ojos marrones, dientes blancos, y sensuales facciones  estaban cruelmente cinceladas. Jaejoong miró fijamente su rostro orgullosamente esculpido, incapaz de apartar la vista.

— ¿Qué piensas, Changmin?— Yunho estaba sonriendo, sin apartar su mirada de Jaejoong mientras le hacía la pregunta a su caballero. Por un momento su mirada se mantuvo.

Changmin no respondió. Su estupor era respuesta suficiente.

A Jaejoong no le gustó el modo posesivo en que los ojos de él estaban acariciando su cuerpo, y su rabia retornó con toda su fuerza. Rabia y otra cosa, intranquilidad.  Jaejoong comenzó a levantarse, y Yunho ya estaba allí. Su contacto lo enfureció, y se alejó de él; no necesitaba de su ayuda, nunca la necesitaría. Pero,  ¿por qué Yunho no tenía miedo de él ahora que sabía la verdad?  Por el contrario, Yunho estaba enojado con su respuesta, pero Yunho obviamente era un hombre de disciplina pues se mantuvo cuidadosamente bajo control. Pero ya estaba esa sonrisa bonita.

— ¿Qué estás  haciendo lejos de tu castillo? Vestido de esa manera, no es seguro en estos  tiempos.

¿Él estaba mostrando preocupación por su seguridad? ¡Era el colmo!

— ¿Qué haces aquí? ¿Soy tu prisionero?— Jaejoong exigió con el mentón en  alto y los ojos relampagueando. Por dentro todavía estaba temblando.

Su propia mandíbula se elevó. Su boca estaba firmemente apretada. Unos segundos  pasaron antes que él, Jaejoong pensó, confiase lo suficiente en sí mismo para hablar con calma.

—No eres mi prisionero. Yo te escoltaré.

—Tal vez deberíamos dejarlo ir— Changmin dijo  en voz  baja. —Para que no  nos haga una brujería.

La mirada de Yunho fue como una lanza.

—Tal vez él precisa casarse y ser convertido en un esposo para que aprenda cual es su verdadero lugar.

Momentáneamente distraídos, sus ojos se perdieron en alguna fantasía vívida, luego se estrecharon.

— Changmin él está aquí, los rebeldes estaban aquí. ¿Quién mejor que él para pasar un  mensaje? ¡Mira sus  ropas! ¿Crees que se vistió así para curar un cerdo?

— ¿Y qué si soy un espía? — Jaejoong replicó impulsivamente.

— ¡Pienso que él vino disfrazado como un campesino para pasar un mensaje a sus  hermanos traicioneros! Pienso que él es muy astuto al pensar en engañarme admitiéndolo  tan  abiertamente.

— ¡Jesús! — Changmin jadeó  mientras giraban para mirarlo.

Jaejoong apresuradamente desvió la mirada, fingiendo que no entendía. Pero había entendido. ¡Oh, por qué no había mantenido la boca cerrada!  ¿En esos tiempos de guerra,  cómo podía haberse declarado un espía en un momento de rabia? ¿Ahora qué harían ellos? Jaejoong ya era un rehén valioso, y eso lo mantendría vivo mientras que ellos creyesen que era Karam. Pero si ellos pensasen que él era un espía... Y ¿qué esa referencia al  matrimonio?  Se sintió asaltado por un presentimiento.

— Ningún esposo mío será un espía en contra los intereses de mi rey — Yunho declaró salvajemente. Y le lanzó a Jaejoong una mirada ardiente.

Perplejo, Jaejoong miró fijamente en respuesta. No, no podía ser. Él no podía querer decir que...

—No te entiendo.

El  rostro de Yunho se oscureció por la falta de respeto en el modo en que él se dirigía a él.

—Pronto tendrás que llamarme mi lord — Yunho dijo. —Te guste o no.

— ¡No!— Jaejoong gritó.

—Oh, si — Yunho dijo. —Nosotros tenemos que casarnos. Serás mi esposo. — Y con eso Yuhno sonrió. —Ahora vamos a volver para  asegurarnos que  ningún daño  le ocurra a tu persona.

—No necesito escolta — Jaejoong logró responder. —No queda lejos, sólo seis kilómetros.

— ¿Nunca aprendiste a respetar a tus hombres?—

—A mis hombres, si.

Yunho lo miró fijamente.

—Yo te escoltaré. Pero vamos a acampar aquí por esta noche.

— ¡Me estás  manteniendo  prisionero!— Jaejoong le gritó.

— Eres mi invitado — Yuhno dijo, muy firmemente. — Y Changmin se ocupará de tu bienestar. — Yunho le dio a Changmin una mirada dura. —Pero tú todavía no respondiste mi pregunta.

Jaejoong era un prisionero y lo sabía, un prisionero de su enemigo mas odiado, tal vez  hasta uno de esos que habían capturado, ¡herido o matado a sus hermanos!

— ¡OH! Espiar — Jaejoong dijo muy dulcemente. — ¿Qué otra cosa estaría haciendo en este campo tan lejano?

—No pongas a prueba la caridad y piedad de mi espíritu — Yunho dijo entre dientes.

—Soy bueno con las hierbas. — Jaejoong lo miró ferozmente, recordando el cerdo — Vine  para curar el  cerdo. — Yunho lo miró fijamente.

— ¿Para curar un cerdo?

Su mentón se elevó. ¿Él era tonto o sordo? Ambos por supuesto, él era un cerdo.

—Si — Jaejoong dijo con los dientes apretados. — Después de todo  soy  un brujo o ¿ya te  has olvidado de eso?

Sus labios podrían haberse curvado en una breve  sonrisa.

— ¿No le habrás hecho un  hechizo al cerdo ?— Yunho preguntó.

Jaejoong apretó los dientes ahora, él se estaba riendo de él.

—Ese cerdo era un animal de buena raza y estaba sufriendo de congestión.

Pero claro, eso no  ya no importaba, el animal estaba muerto.

— ¿Tú viajaste seis kilómetros para curar un cerdo?

—Seis y medio para ser exactos.

Yunho se dio vuelta  hacia Changmin.

— ¡Es increíble!  ¿Puedes creer eso?— Yunho automáticamente  habló.