Capítulo 3
Por la mañana Yunho se
levantó aún más confundido. De no ser por los moratones en los brazos, podría
haber pensado que todo fue un mal sueño.
Aquel vampiro dejó sus
dedos marcados al agarrarlo.
—Menudo desperdicio de
hombre. Lástima que sea un chupa sangre. Pensó.
La mañana transcurrió
sin sobresaltos, reunión aburrida con sus directivos, almuerzo, otra reunión
con su editor y cita estúpida con hombre sin interés.
Le resultó sumamente
reconfortante, llegar a casa, quitarse el traje y ponerse ropa cómoda. El
invierno estaba llegando, pero él aún tenía calor, por lo que solía tener el
climatizador encendido las veinticuatro horas del día, incluso cuando no
estaba.
Cogió una cerveza de
la nevera, quitó el tapón con un abridor y se sentó en el sillón. Iba a encender
la televisión, cuando vio al vampiro reflejado en la pantalla apagada.
— ¿Creía que los
vampiros no se reflejaban en los espejos?