lunes, 29 de mayo de 2017

Promesa Audaz: Capítulo 17

Capítulo 17

–Di una sola palabra y te cortaré esa cabeza de víbora–dijo una voz grave que él no conocía–. ¿Dónde está Woo Bin?
Jaejoong apenas podía hablar, pero no era ocasión para desobedecer.
– ¡Responde!–Insistió él, ciñendo el brazo.
El puñal se apretó más contra su cuello.
–Con mi madre–susurró él.
– ¡Madre!–Le espetó él al oído–. ¡Que esa mujer maldiga el día en que dio a luz a un ser como tú!
Jaejoong no lo veía. El brazo que le apretaba los pulmones apenas le permitía respirar.

Promesa Audaz: Capítulo 16

Capítulo 16

En medio del silencio del castillo, Arthur se permitió, por fin, un estallido de furia. Sabía que era preciso dominar su carácter, pero había visto demasiado en un solo día.
– ¡Sois un tonto!–Dijo con una mueca despectiva–. ¡Ese hombre os pulsa como un músico magistral a su salterio y vos no os dais cuenta!
–No te sobrepases–advirtió Min Woo.
– ¡Pues alguien debe hablar! Vos estáis tan ciego por él que os dejaríais clavar un puñal entre las costillas y sólo murmuraríais “¡Gracias!”.
Min Woo hundió súbitamente la vista en su copa de cerveza.
–Es un hombre dulce y adorable–murmuró.

Promesa Audaz: Capítulo 15

Capitulo 15

Cuando se iniciaron los preparativos para bajar al foso donde estaba Yunho, la alcoba de Jaejoong estaba tan silencioso como el resto del castillo.
–Da esto al guardia–dijo el joven, entregando a Joan una bota de vino–y dormirá toda la noche. Podríamos encender a su lado varios toneles de aceite sin que se enterara.
–Eso es, más o menos, lo que ocurrirá cuando Lord Yunho os vea a vos–murmuró la doncella.
– ¿No lo creías medio muerto? Ahora no hables más y haz lo que yo te diga. ¿Tienes todo preparado?
–Sí. ¿Os sentís mejor?–Preguntó Joan, preocupada.
Jaejoong asintió, tragando saliva al recordar su reciente ataque de náuseas.

Promesa Audaz: Capítulo 14

Capítulo 14

–Señor –dijo Min Woo, tomando la mano de Jaejoong para besársela. Él mantuvo los ojos bajos, como por timidez–. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que os vi, pero en este período vuestra belleza ha aumentado. Venid a sentaros conmigo a la mesa. Hemos preparado una cena tardía para vos.
Lo condujo hasta una larga mesa instalada en un estrado. El mantel era viejo y estaba cubierto de manchas, la vajilla era de peltre, llena de abolladuras. Una vez sentados, él se volvió a mirarlo.
– ¿Es cómoda vuestra alcoba, señor?
–Sí–respondió él con serenidad.
El hombre sonrió, hinchando un poco el torso.
–Vamos, señor mío, no necesitáis temerme.

Promesa Audaz: Capítulo 13

Capítulo 13

Jaejoong estaba arrodillado en la rosaleda, con el regazo lleno de pimpollos. Hacía ya un mes que Yunho se había ido y diez días que no se tenían noticias de él. No pasaba un momento sin que él mirara por alguna ventana o por la puerta, por si llegaba algún mensajero. Vacilaba entre el deseo de verlo y el temor de que retornara. Él ejercía demasiado poder sobre él, tal como lo había demostrado en la última noche. Sin embargo, él sabía bien que Yunho no experimentaba la misma ambigüedad en sus sentimientos hacia él. Para él só1o existía Yoon Ji. Su esposo era sólo un juguete que podía usar cuando necesitaba divertirse.
Oyó un entrechocar de armas: unos hombres estaban cruzando el doble portón que separaba el recinto interior del exterior. Se levantó deprisa, dejando caer las rosas a sus pies, y recogió sus faldas para echar a correr. Yunho no venía entre ellos. Dejó escapar el aliento que contenía y soltó sus faldas, caminando con más calma.
Woo Bin, a lomos de su caballo de combate, parecía mucho más viejo que al partir algunas semanas antes. El gris de sus sienes se había tornado más claro. Tenía los ojos hundidos y círculos oscuros bajo ellos. Un costado de su cota de malla estaba desgarrado, con los bordes enmohecidos por la sangre. Sus compañeros no tenían mejor aspecto, amarillentos, ojerosos, sucios y con las ropas desgarradas.

Promesa Audaz: Capítulo 12

Capítulo 12

El cuero largo y fino del látigo serpenteó furiosamente contra la espalda del hombre, ya entrecruzada de marcas húmedas. La víctima gritaba a todo pulmón a cada golpe y retorcía frenéticamente las manos, atadas a un poste por cordones de cuero trenzado.
Won Bin miró a Yunho, quien hizo una seca señal afirmativa. No tenía afecto a los castigos. Menos aún, respeto por los gritos afeminados del prisionero.
Won Bin cortó las ataduras y el hombre cayó sobre la hierba. Nadie hizo ademán de auxiliarlo.

Promesa Audaz: Capítulo 11

Capitulo 11

La casa solariega era una mansión de ladrillo, de dos plantas, con ventanas de piedra tallada y cristales importados. A cada extremo de su estructura, larga y estrecha, había una ventana salediza cubierta de vidrieras.
Atrás se extendía un encantador patio amurallado. Ante la casa había un bello prado de casi una hectárea, con el coto de caza del conde algo más allá.
De ese bosque privado estaban saliendo tres personas, que caminaban por el prado hacia la casa. Siwon, con el laúd colgado del hombro, llevaba de la cintura a dos fregonas, Gladys y Blanche. Sus ojos oscuros y ardientes se habían nublado aún más tras la tarde pasada satisfaciendo a las dos codiciosas mujeres. Pero a él no le parecían codiciosas. Para Siwon, todas las mujeres eran joyas que había que disfrutar cada una según su brillo especial. No conocía los celos ni la posesividad.

sábado, 27 de mayo de 2017

Actualizaciones

HOLA MUCHAS GRACIAS POR COMENTAR, ESTARÉ SUBIENDO LOS FICS COMPLETOS Y CLARO QUE SI SUBIRÉ PERSUIT, SOLO ESPÉRAME UN POQUITO GINNY LOS TERMINO DE ADAPTAR Y LOS SUBO, NO TE PREOCUPES CHINGOSURA TE AGRADEZCO QUE ME DEJES UN HERMOSO COMENTARIO.

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viernes, 26 de mayo de 2017

Promesa Audaz: Capítulo 10

Capitulo 10

Después de una noche de sueño intranquilo, Yunho se despertó muy temprano. En el castillo había ya algún movimiento, pero los ruidos eran aún sordos. Su primer pensamiento fue para Jaejoong. Quería verlo. ¿Sería cierto que el día anterior le había sonreído?
Se vistió apresuradamente con una camisa de lino y un chaleco de lana rústica, asegurado con un ancho cinturón de cuero. Se cubrió las piernas musculosas con medias de hilo y las ató a los calzones que usaba como taparrabo. Después bajó apresuradamente al jardín para cortar una fragante rosa roja, con los pétalos besados por perladas gotas de rocío.
La puerta de Jaejoong estaba cerrada. Yunho la abrió en silencio. Jaejoong dormía, con una mano enredada en la cabellera, que le cubría los hombros desnudos, y la almohada a un lado. Yunho dejó la rosa en la almohada y apartó suavemente un rizo de su mejilla.
Jaejoong abrió los ojos con lentitud. Le parecía parte de sus sueños ver a Yunho tan cerca. Le tocó la cara con suavidad, apoyando el pulgar en su mentón para tocar la barba crecida. Lo veía más joven que de costumbre; las arrugas de preocupación y de responsabilidad habían desaparecido de sus ojos.

Promesa Audaz: Capítulo 9

Capítulo 9

El gran salón de la casa solariega danzaba con la luz de las chimeneas. Los favoritos entre los siervos estaban allí, jugando a los naipes, a los dados o al ajedrez, limpiando sus armas o descansando, simplemente. Jaejoong y Taecyeon se habían sentado a solas en el extremo opuesto.
— Toca esa canción, Taecyeon, por favor — rogó Jaejoong —. Sabes que no Sirvo para la música. Te lo dije esta mañana y prometí jugar al ajedrez contigo.
— ¿Quieres que toque una canción tan larga como tus ausencias? — Él pulsó dos acordes en el laúd panzón. — Ya está — bromeó.
— No es culpa mía que te dejes derrotar tan pronto. Usas los peones sólo para atacar y no te proteges del ataque ajeno.
Taecyeon lo miró fijamente, boquiabierto. Después se echó a reír.
— ¿Eso es una muestra de sabiduría o un insulto desembozado?
— Taecyeon — comenzó Jaejoong — sabes exactamente lo que quiero decir. Me gustaría que tocaras para mí.

Promesa Audaz: Capítulo 8

Capítulo 8

En el silencio del castillo Jung, Jaejoong abandonó la enorme cama, vacía, y se puso una bata de terciopelo verde esmeralda con forro de visón. Era muy temprano por la mañana; la gente de la casa aún dormía. Desde que Yunho lo había dejado en el umbral de su finca familiar, Jaejoong apenas podía dormir. La cama parecía demasiado grande y desierta para sentirse en paz.
La mañana después de que Jaejoong se negó a responder a sus caricias, Yunho había exigido que ambos partieran hacia su casa. Jaejoong obedeció. Le hablaba sólo cuando era necesario. Viajaron durante dos días antes de llegar a los portones de Jung.
Al entrar al castillo, quedó impresionado. Los guardias que ocupaban las dos grandes torres, a ambos lados del portón, les dieron la voz de alto pese a que los estandartes con los leopardos de la familia estaban a la vista. Bajaron el puente levadizo sobre el ancho y profundo foso y se levantó la pesada puerta de rejas. El sector exterior estaba bordeado de casas modestas y limpias, establos, la armería, las caballerizas y los cobertizos para almacenamiento. Hubo que abrir otro portón para pasar al recinto interior, donde vivía Yunho con sus hermanos. La casa tenía cuatro plantas, con ventanas de cristales divididos en la más alta.

Promesa Audaz: Capítulo 7

Capítulo 7

Jaejoong cerró la puerta de su alcoba con tanta fuerza que hasta los muros de piedra parecieron estremecerse. Así terminaba su primer día de casada, que bien podía figurar como el más horrible de toda su vida. Debería haber sido un día feliz, lleno de amor y alegría, ¡pero no con un esposo como el suyo, que no había perdido oportunidad de humillarlo!
Por la mañana, lo había acusado de hacer de ramera ante sus hermanos. Al marcharse él, dejándolo solo, Jaejoong se dedicó a conversar con otras personas. Cierto hombre, Kang Min Woo, tuvo la amabilidad de sentarse a su lado para explicarle las reglas del torneo. Así, por primera vez en el día, él empezó a disfrutar. Min Woo tenía la habilidad de señalar lo ridículo y a él le gustaba su sentido del humor.
De pronto, reapareció Yunho y le ordenó que le siguiera. Jaejoong no quiso provocar una escena en público, pero en la intimidad de la tienda de Taecyeon dijo a Yunho todo lo que pensaba de su conducta. Lo dejaba que se valiese por si solo, pero en cuanto él empezaba a divertirse, él reaparecía para impedírselo. Era como los niños que no quieren cierto juguete, pero lo niegan a cualquier otro.

miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Epílogo

EPÍLOGO

En el 24 de diciembre  de  1072, Karam se colgó en su habitación en el Convento de las hermanas de St. John.

El Conquistador: Capítulo 34

Capítulo 34

—Puede venir, mi señor?— La mujer anciana pidió ansiosamente.
Jaejoong cerró su capa más firmemente alrededor de su cuerpo. Era el principio de enero, y allí en Gales, en la pequeña aldea de Llefewellyn, había nevado la noche anterior.  Jaejoong apenas entendía  la lengua nativa de los aldeanos, pero con esa frase estaba  familiarizado. Una vez que su habilidad con el manejo de hierbas, su habilidad para  curar, había sido revelada, Jaejoong había recibido muchos pedidos como ese.
—Claro —  Jaejoong dijo con calma.

El Conquistador: Capítulo 33

Capítulo 33
El campamento sajón estaba ubicado en un valle escondido, a veinte kilómetros de Aelfgar.
Era el 29 de septiembre. La noche estaba negra y sin luna, prometiendo una mañana gris y  nublada. El campamento estaba completamente en silencio. No había conversaciones  susurradas. Ningún fuego encendido. Pocos estaban durmiendo la noche anterior a la  batalla.
—Hasta el tiempo nos favorece — Hyun Joong  dijo en voz baja.
Yoochun no dijo nada. Los hermanos estaban sentados sobre un tronco.

El Conquistador: Capítulo 32

Capítulo 32

El prostituto había buscado seducirlo nuevamente.
Qué pensaba Jaejoong, que él era un imbécil?
Yunho, lleno de furia, caminó inquietamente en su habitación. Había estado enfurecido desde la cena, nada apagaba las llamas dentro de él. Odiaba cómo su cuerpo había respondido a ese hombre relajado. Se dijo a sí mismo que había respondido como cualquier hombre respondería a cualquiera, feo o bello. Tal vez debería haber dejado que  él ejecutase sus trucos y ver hasta donde llegaba él en su idea de probar  que  lo amaba! Tal vez debería haberla tomado y penetrarlo hasta que él no pudiese caminar!
—Vendrás a la cama, mi lord?— Karam jadeó.

El Conquistador: Capítulo 31

Capítulo 31

Él había vuelto!
La guarnición estaba agitada conversando  sobre el  retorno de Siwon y sus hombres, quienes habían sido vistos cuando entraban en la aldea. Jaejoong quería correr fuera del muro exterior y lanzarse a  sus  brazos. Por supuesto que no podía hacer eso. Entonces  él retrocedió y se metió en su  tienda, allí caminó impacientemente y nerviosamente. Oh, no podía negar que lo había extrañado! Al mismo tiempo, temía su retorno, seguro de que su culpabilidad se mostraría.  Qué había sucedido? Hereward había logrado eludir a sus  atacantes? Lo más importante, Yunho estaba bien?
La lona de la tienda se abrió.
Yunho estaba de pie allí, iluminado por el sol, y Jaejoong sólo podía distinguir su tamaño imponente.

El Conquistador: Capítulo 30

Capítulo 30

Ellos llegaron a York dos días más tarde. Las guarniciones de Siwon, Jaejoong notó,  estaban muy activas.  Logró  evitar la ansiedad durante su viaje, cabalgando al lado de Yunho, compartiendo conversación y miradas tiernas, haciéndolo reír de vez en cuando. Yunho no les dio a sus hombres ninguna explicación de por qué él lo estaba  acompañando, y por supuesto, nadie se atrevió a cuestionar su presencia. Después del pudor inicial, Jaejoong se recuperó y pronto verdaderamente estaba disfrutando el viaje. Cómo podría  no hacerlo? Estaba montado un bonito pura sangre, estaban en verano, estaba cerca de su amante y se estaban divirtiendo.
No hubo ningún incidente en el viaje. Y ahora,  viendo las idas y venidas de los soldados de Siwon, incluso sus mensajeros, Jaejoong sintió miedo.
Una pregunta lo atormentaba: Por qué Yunho había sido mandado buscar? Y ahora, viendo los preparativos para un viaje de un gran  número  de tropas, él temió lo peor. Una fuerza armada  estaba por partir desde York, y eso  sólo podía estar relacionado con los rebeldes.

El Conquistador: Capítulo 29

CAPÍTULO 29

—Mi lord? Te imploro hablar una palabra con vos — Karam dijo en el umbral de la habitación, donde estaba confinado.
Todavía estaba oscuro, pero pronto el amanecer iluminaría el cielo. Yunho estaba volviendo del  establo, pero no se sintió  alterado para ser atrapado  entrando a esa hora.
— Qué deseas?  Te has despertado muy temprano  esta mañana. — Su tono era amigable.
Karam lo miró fijamente. Yunho estaba de buen  humor porque había fornicado toda la  noche con su hermano bastardo. Él creía que no lo sabía? O ni siquiera le importaba? Ni siquiera le importaba que todos los siervos estuviesen rumoreando sobre él y ese brujo y por supuesto sobre él,  su verdadera  esposo?  Ellos habían fornicado como dos animales  en el  huerto a la luz del día y Mary los había visto. Karam sabía que demostrar su odio debilitaría su causa,  pero no sabía  cómo  esconder  sus fuertes  emociones. Pero Yunho, ese hijo de puta, estaba tan embobado que aparentemente se daba cuenta. Yunho se inclinó  relajadamente contra la pared, esperando sus palabras con paciencia. Karam pensó ver la sugestión de una sonrisa satisfecha en su boca.

El Conquistador: Capítulo 28

Capítulo 28

Yunho hizo una pausa en la entrada del establo, intentando escrutar la oscuridad del interior. Levantó una lámpara y lo vio. Jaejoong estaba sentado sobre  un fardo de heno, su cabello suelto y cayendo hasta sus caderas. Estaba esperándolo. Él sonrió.
Jaejoong le sonrió en respuesta.
Yunho avanzó, consciente de necesidad para apresurarse. Urgentemente lo envolvió en sus  brazos; Jaejoong protestó.

El Conquistador: Capítulo 27

CAPÍTULO 27

Jaejoong se quedó sorprendido por las cortesías que recibió de los hombres normandos durante la cena. No sólo se sentaron  cerca de él y le preguntaron por su estado, sino que  Beltain se disculpó públicamente. Jaejoong reaccionó con pudor.
—Desde que  era un niño —  él le dijo —le he tenido miedo anormal a ese calabozo. No podías haberlo sabido.
Jaejoong fue acomodado cerca de su marido, quien estaba a la derecha del normando. Karam no vino a tomar su lugar, y Jaejoong preguntó por qué. Evitó mirar a Yunho, aunque estuviese muy consciente de su presencia, de cada uno de sus gestos, de cada una de sus palabras y  movimientos. Los recuerdos de su atención tierna lo  asaltaron, y si no eran reales, ellos se sentían reales. Cuando Yunho se dirigió abiertamente a él, Jaejoong no tuvo más opción que levantar su mirada hacia la suya.

El Conquistador: Capítulo 26

CAPÍTULO 26

La llegada del amanecer trajo con ella la misma potencia que Yunho había sentido la noche anterior, salvo que esa sensación  intangible se había  incrementado. Yunho se despertó  con sus instintos agudizados, como si estuviese  alertado  de algún  peligro.  Era casi como si estuviese presintiendo una emboscada. La urgencia crepitó en el aire.
—No nos demoraremos — él le dijo a Changmin, y le ordenó a sus  hombres  partir.
La sensación  de urgencia creció. Yunho presionó a sus hombres para adoptar un paso más rápido,  su mirada estaba agudizada para observar todo lo que lo rodeaba, sus oídos alerta a todos los sonidos. Estaba esperando algo ominoso. Pero cuando ellos finalmente armaron el  campamento, poco después del crepúsculo, ningún evento había llegado para  interrumpir  la  tranquilidad. Yunho no podía dormir, tenso por ese presentimiento y esa  necesidad urgente de retornar a Aelfgar.

El Conquistador: Capítulo 25

Capítulo 25

La pierna le latía, pero Yunho se incorporó  de la cama para renguear hasta la chimenea y   mirar las llamas.
Era de noche ahora, y sus oídos  estaban alerta a los sonidos  que venían desde afuera de su puerta que a propósito estaba entreabierta. Escuchó atentamente para registrar movimientos, pero no  hubo sonidos. Jaejoong no venía.
Estaba enojado consigo mismo. Lo había provocado con una insinuación sexual. No había  querido hacerlo. En verdad, nunca le había hablado a nadie del  modo en que le hablaba  a él. Su cabello color y sus ojos parecían ser su perdición. Cómo podía haberlo provocado de  esa manera?  Tal vez era por el hecho que no lo había visto en semanas. Tal vez era porque él lo había tocado tan suavemente, tan tiernamente y a pesar de la  herida superficial él se había excitado.
Pero llegar a provocarlo sexualmente con su propia esposo  y el  marido de él presentes en el mismo cuarto?
No podía controlar su excitación  física,  pero  ciertamente podía controlar sus palabras. No había excusa. Ellos dos  habían oído todo, y él había visto el rostro pálido de Changmin buscando la mirada de Karam.  Se había quedado  sorprendido, si no confundido, con la  respuesta. Changmin no se había enojado, o, si  lo había hecho, lo había escondido muy bien. Yunho sabía que si Changmin fuese otro hombre y él hiciese esos comentarios sugestivos a su esposo, el hombre lo mataría. Por supuesto, él era lord de Changmin, y Changmin lo adoraba.

El Conquistador: Capítulo 24

Capítulo 24

Había tenido éxito; no había  pensado en Jaejoong en toda la tarde.
Pero su éxito  fue corto. La cena estaba terminada, y  sus  hombres ya habían partido. Yunho se encontraba  en su habitación, solo, caminando impacientemente como un león enjaulado. Ahora  no podía detener  sus pensamientos; no tenía la fuerza de voluntad para hacerlo. Jaejoong estaba con Changmin.
Ahora, en ese  mismo momento, él estaba retorciéndose debajo de él con éxtasis?
Yunho gritó su furia, golpeó su puño contra el colchón, el  mismo puño había golpeado en la mesa en el salón. Pero esa descarga no le proveyó la distracción que buscaba.

El Conquistador: Capítulo 23

Capítulo 23

Un silencio de perplejidad le siguió.
La mirada fija de Jaejoong se encontró con la de Yunho. El  significado de sus palabras lo dejaron atónito. Él  venía a sacar al novio de la cama de su vasallo. Su corazón estaba latiendo salvajemente e incontrolablemente. Su mirada no se despegó de la  suya. Y en sus ojos veía rabia y determinación inflexible.
No estaba consciente de Changmin, quien se recuperó primero, mirando a uno y a otro.
—Por supuesto, mi lord — él murmuró yendo afuera, luego la puerta pesada se cerró  detrás de él, con un estruendo tan alto y ominoso como un trueno.

El Conquistador: Capítulo 22

Capítulo 22

Podría escaparse.
No era demasiado tarde.
Eso fue lo que  pensó Jaejoong por  última vez a  la noche siguiente antes que el  sueño la venciese, y fue su primer pensamiento al despertar en la mañana de su casamiento.
El tiempo desde que  el normando lo había informado de su casamiento había pasado  como un borrón. Él estaba consciente de su pánico y su miedo. Iba a casarse con un hombre que  apenas  conocía, un normando,  su enemigo, y muy pronto estaría dejando Aelfgar para siempre. El pánico y el miedo se hicieron fuertes y repugnantes. Todo  estaba ocurriendo  muy rápidamente. No podía dejar que su destino fuese decidido de ese modo!

El Conquistador: Capítulo 21

Capítulo 21

Tenía que saberlo esa noche. Durante la cena buscó a Wilfred mientras todos comían.
—Él fue al riacho?
—Sí —  Will respondió poniéndose pálido. — Yo no lo toqué, mi lord.
—No dudo de eso, — él dijo,  su corazón latiendo pesadamente. Él había ido. Había sido  honesto, entonces? Realmente sólo quería nadar? En ese caso,  Jaejoong realmente confiaba en él para poder estar de guardia mientras él tomaba un baño? El alivio que Yunho sintió fue vasto, aunque no podía borrar todas sus sospechas. Volvió su mirada a él. Estaba comiendo con ganas. Su cabello agarrado  en una trenza,  brillando  por el lavado reciente. Su respiración se contuvo.

El Conquistador: Capítulo 20

Capítulo 20

Dónde comenzaba uno la seducción de su enemigo?
Jaejoong estaba acostado en su manta, sin poder dormir, debatiendo ese tema, cuando Yunho y sus hombres volvieron de la partida de caza. De vez en cuando sus ojos se llenaban de lágrimas y le ardían y su corazón se hinchaba con dolor. Confiaba  en Yoochun,   siempre lo había hecho.  Quería ayudarlo.  Estaba siendo un tonto por reaccionar a su sugestión de ese modo.
Se sentía traicionado.
Y nada haría que se sentimiento amargo desapareciera.
Los hombres de Yunho eran un  grupo  ruidoso, pero Jaejoong intentó ignorarlos cuando ellos entraron, exigiendo comida y vino. La  propia voz de Yunho podía ser oída, y  sonaba   muy satisfecha. Jaejoong rodó sobre su costado para enfrentar a grupo, intentando de hallar el objetivo de sus  nuevas ambiciones. Él se estaba calentando  cerca de la chimenea. Yoochun tenía razón  él era  guapo. Su cabello brillaba con la luz del fuego. Karam le dio una copa de vino, que él rápidamente bebió. Entonces él le dijo algo, y Yunho sonrió, con una de sus infrecuentes sonrisas. Era como un rayo de sol. Y él giró para mirarlo  directamente.

El Conquistador: Capítulo 19

Capítulo 19

Jaejoong observó al mensajero real.
Una semana había  pasado desde esa entrevista abrupta con Yunho. Todas las mañanas Jaejoong se despertaba con el temor de que Yunho lo llamaría nuevamente, y esa vez  para hacerle conocer la identidad de su marido.  Si él escogiese casarlo, no habría nada que él pudiera hacer para impedirlo. Jaejoong tenía miedo.
Pero el llamado no vino. Por el contrario, su vida se desarrollaba perezosamente sin grandes acontecimientos. La mayor parte de los habitantes de la fortaleza eran mudados a la  nueva fortaleza,  Jaejoong incluido. La  vieja fortaleza,  ahora incluida dentro del muro, servía como otro lugar donde los hombres y los abundantes criados de Yunho podían dormir. La torre del normando estaba caliente y opresiva, y Jaejoong la odiaba. El piso inferior era usado para almacenamiento, el  primer piso como salón general. En el piso  superior estaban las habitaciones del Lord y su esposo,  así como también un solar y ante recamara. Jaejoong dormía en el gran salón, debajo de Yunho y de Karam, y con Changmin presente muy de cerca.

El Conquistador: Capítulo 18

Capítulo 18

—Él morirá?— Karam preguntó.
La criada, Mary, estaba cerca de él en el cuarto mientras miraban a el empapado y  tembloroso cuerpo de Jaejoong en la cama.
— No lo sé — Mary susurró.
Karam apretó su cinto como si fuera un rosario. Él le había  negado a Jaejoong la presencia de su abuela después de todo,  él era un brujo, y Karam no iba a tolerar tener otra bruja en su casa. Disfrutando de su inmenso y recién descubierto poder, él también le había  negado cualquier otro cuidado adicional. Una semana había pasado. Nadie había tenido  permiso para entrar en  el cuarto excepto Karam, ni siquiera  Mary, quien podría esparcir rumores sobre lo que sucedía. Jaejoong había estado temblando de fiebre delante de Karam, debilitándose día a día. Había perdido su belleza seductora. Ahora era prácticamente un esqueleto.

El Conquistador: Capítulo 17

Capítulo 17

A pesar de agotamiento, su sueño no fue profundo, sino intranquilo y problemático.
Para el día  siguiente él  había planeado llevar a  Hyun Joong  ante el rey. Un mensajero había sido enviado con la captura del sajón para informarle a Siwon de las buenas noticias. Yunho se movió inquietamente, imaginándose la reacción del rey cuando se enterase  de la  fuga de Hyun Joong. Su ira sería terrible. Él querría saber todos los detalles. Y por supuesto, algún tipo de castigo recaería sobre Yunho.
Yunho no cuestionaba sus impulsos, sólo sabía que debía proteger a Jaejoong. No le revelaría su identidad a Siwon. Él había sido castigado.  Era un siervo. Sólo declararía que un siervo, había cometido el  acto de traición  y que  había sido castigado.  Pero no era tan simple. Porque sólo era una verdad parcial, porque eso era equivalente a una mentira.
Jaejoong no era  un  siervo cualquiera sino que era el medio hermano de Hyun Joong. Esa era información  importante, que el  rey querría conocer. Si Siwon ya había descubierto que esta información le había sido retenida, él estaría  furioso. Y esa omisión de Yunho de hecho era una traición.

El Conquistador: Capítulo 16

Capítulo 16

Los ojos de Yunho estaban inyectados de sangre, y  ellos reflejaban su frustración. Estaba sentado solo en el salón, como  había estado  durante toda la noche, después de haber  despachado a  todos.  Había dormitado. Pero  sus  sueños habían sido  pesadillas del  peor tipo. Jaejoong gritando, su espalda desnuda y ensangrentada, mientras unos de sus  hombres lo azotaba. Yunho gritaba que se detuviera, pero el azote sanguinario  continuaba. Se dio cuenta cuando gritó nuevamente, que estaba abriendo la boca, gritando  con todas sus fuerzas pero ningún sonido era emitido. Y entonces él se despertó, sudando y tembloroso, para encontrarse  sentando en la mesa en el salón donde había pasó por toda la noche.
No podía hacer eso.
Pero tenía.
Yunho se frotó  la  cara y  los  ojos. Él era el  jefe. Su palabra era ley. Él controlaba a sus  hombres y los territorios ocupados  en base a la amenaza de  un castigo por una traición al rey. Su puño era de hierro; tenía que serlo. Rara vez mostraba clemencia. Sus hombres rara vez desobedecían. Los traidores eran azotados, sea que fuesen niños o mujeres; los  adultos eran colgados. Los castigos  más severos se daban en los territorios más difíciles, para prevenir  rebeliones más serias. En Kesop, la aldea había sido arrasada por los aldeanos  que habían dado refugio a una docena de arqueros sajones. Era la política declarada. Si una política era declarada, debía ser ley, sin  excepciones. O pronto, muy pronto, habría caos y anarquía.

El Conquistador: Capítulo 15

Capítulo 15

El guardia  corrió   frenéticamente hacia los arbustos.
Jaejoong dejó sin ser notado el banquete tumultuoso. Él se agachó y esperó su oportunidad. Una yegua estaba ensillada y atada en un conjunto de árboles más allá de él.  Cuando el guardia corrió, Jaejoong fue hacia la puerta.
No había nadie allí, pues toda la aldea estaba en la celebración del matrimonio. Jaejoong corrió la tranca y entró a los calabozos.
—Hyun Joong ! Hyun Joong !
Él lo vio ponerse de pie.
—Eres vos, Jaejoong?
Él lanzó las cuerdas dentro del agujero.
—Agárrate! Apúrate!
Él sólo había estado encerrado dos días, y trepó rápidamente. Pero una vez afuera  parpadeó, ofuscado por la luz.

El Conquistador: Capítulo 14

Capitulo 14

En su habitación Karam caminaba  furiosamente.
Él lo engañaba con su propio hermano incluso cuando él estaba durmiendo en la habitación de enfrente! Karam quería gritar,  quería gritar y llorar. Le encantaría matar a  Jaejoong, si pudiese. Estaba haciendo el papel del cornudo idiota delante de todo el  mundo y no podía tolerarlo.
Caminó  determinadamente  hacia el pasillo, luego  hizo una pausa, perdiendo el coraje.  Desesperadamente quería casarse con Yunho a la mañana siguiente. Se atrevería a establecer su posición justo ahora?  Se atrevería  a exigirle  que deje de engañarlo? Y si él se  enojaba tanto que decidía suspender el casamiento? Oh, si él tuviese más poder!
Él se casa con vos  por  Aelfgar,  Karam se recordó a sí mismo.

El Conquistador: Capítulo 13

Capítulo 13

El  mensaje le fue entregado a él antes de la comida del mediodía, por Teddy. Jaejoong quiso saltar de alegría.  Hyun Joong  había vuelto a casa, y lo estaba esperando en el bosque, no lejos del  huerto.
Había llegado en el  momento correcto pues el normando iba a casarse con Karam al día siguiente.
Él tenía que aparecer en la comida, para no despertar las sospechas del normando.  También, él podría pensar que él estaba enojado o escondiéndose. De hecho, él estaba enojado  por el modo en que lo había  tratado, aunque estaba aliviado de que él no lo  hubiese tomado como casi lo había hecho. Él tendría que  manejarse cuidadosamente en el  futuro. Él no se había dado cuenta  que  cuando  despertaba su ira también despertaba su deseo; se aseguraría de no hacer eso de ahora en adelante.