Capítulo 3
Karam y el castillo eran la concreción de
todas sus ambiciones después de doce años de servir al rey, y de haberlo servido
bien.
Menos de dos semanas atrás, el rey había
estado caminando furiosamente en su tienda cuando Yunho había llegado. Como Yunho,
él todavía estaba sudado por la batalla reciente que había librado y había enviado
hombres de vuelta a la costa y a sus barcos. Su rostro barbudo tenía una feroz mascara de frustración, y Yunho sabía
exactamente por qué.
Yoochun y Hyun Joong habían jurado lealtad al
rey en su coronación, y habían seguido al rey y a su corte de vuelta cuando el
sur del país era una zona segura. Yoochun había recibido lo que totalizaba un
tercio de las tierras del país, inclusive la mayor parte de sus tierras, y Hyun
Joong había recibido también su parte.
Él también había sido comprometido con el hijo del rey, el bello Junsu, como futuro esposo. Ningún otro prometido habría sido mas valioso como premio, e incluso Yunho se había sentido celoso de la magnitud de poder que eso le daría a ese peligroso lord. Finalmente, el rey había renegado de esas recompensas, y Yoochun y Hyun Joong se habían vuelto a su casa furiosos.
Él también había sido comprometido con el hijo del rey, el bello Junsu, como futuro esposo. Ningún otro prometido habría sido mas valioso como premio, e incluso Yunho se había sentido celoso de la magnitud de poder que eso le daría a ese peligroso lord. Finalmente, el rey había renegado de esas recompensas, y Yoochun y Hyun Joong se habían vuelto a su casa furiosos.
Un año más tarde ellos casi habían tomado un
poblado, y habían levantado una rebelión en casi todo el norte en contra del
rey. Aunque Yunho había participado en la batalla, abruptamente después de eso
había sido enviado a sofocar otras rebeliones. Yoochun y Hyun Joong habían retirado
su juramento de lealtad, pero esta vez el rey había dejado vasallos leales en
su territorio para construir
guarniciones y castillos.
Y ahora había sucedido nuevamente. Los dos
lords del norte nuevamente habían creado
una rebelión, esa vez con una simultánea (y ¿coincidente?) invasión hechas por
antiguos enemigos. Esa vez ellos habían escapado, y no habría ningún perdón del
rey para su traición. Porque su poblado había quedado demolido. Y cientos de hombres
habían sido muertos.
—Nunca más — dijo el rey estaba rugiendo. —
¡Esos dos traidores serán colgados aunque
sea la última cosa que yo haga en esta vida!
Él giró abruptamente hacia Yunho.
—Tu lugar está aquí, eso es claro — él le dijo.
Yunho lo miró fijamente pero no dejó nada de
su consternación se mostrase. Y ¿Qué había de sus propiedades, el premio
prometido para él después del valor y la lealtad demostrados? Como el cuarto e hijo menor del
Conde, Yunho se había convertido en un soldado mercenario, el único recurso que
le quedaba. En ese momento, por primera
vez en sus veintiocho años, Yunho tenía
sus propias tierras, una herencia para su hijo por nacer. Y supo, como lo
sabían todos los vasallos que habían seguido al rey, que cualquiera que fuese
la motivación lealtad, codicia o hambre de tierras, las posibilidades eran
ilimitadas.
La
expresión de Yunho había cambiado.
El rey le sonrió.
—Te daré
la posesión del nuevo castillo que construirás. — La mandíbula de Yunho
se tensó con la sonrisa amplia del rey. —Y la propiedad del castillo que
conquistaras.
Yunho sonrió. Ese castillo era un feudo
enorme, y con el otro castillo... Yunho sería uno de los lords más poderosos
del norte. Ese castillo había sido una posesión valiosa para Yoochun. Yunho se
dio cuenta que eso significaba que los dos rebeldes serían expropiados. Y también sabía que no sería fácil
afianzar su autoridad en su nuevo feudo, aún así su placer por esa enorme
recompensa era inmenso.
—Las fronteras son inseguras. Puedes extenderlas
al norte hasta donde puedas
llegar — el rey le dijo sonriendo. —Y para cimentar tu autoridad, también
puedes quedarte con su hermano, Karam. Después de todo él ahora es el heredero exclusivo.
Yunho estaba sonriendo. ¡Las posibilidades
eran ilimitadas! ¡Casamiento con el hermano para asegurar su posición!
—Un movimiento astuto— dijo el hermano del
rey. — Cuidar esas tierras de la frontera no es una tarea fácil. Si
alguien puede hacerla, ese es Yuhno.
—Si, con Yunho en el norte — el rey dijo.
—Tengo grandes esperanzas de que estas rebeliones terminarán rápidamente.
Yunho se hincó sobre una rodilla.
—Gracias, su majestad.
El rey sonrió.
—Levántate, Yunho, el Implacable. Tráeme las
cabezas de Yoochun y Hyun Joong y yo
te daré más.
Eso dejó perplejos a todos, incluyendo a Yunho,
quien dudó que el rey realmente tuviese intención de hacer eso. Pues si eso
ocurriese, su poder rivalizaría con el del rey, y el rey no era idiota.
Yunho había estado camino a inspeccionar el
castillo y reclamar sus tierras y su futuro esposo unos días más tarde cuando
se había encontrado con los rebeldes. Y ahora parecía que su prometido podía
ser un espía y aparentemente era considerado un brujo. Yunho sonrió. Yunho no
era un hombre supersticioso. Yunho suponía que era posible que los brujos
existiesen pero Yunho nunca había conocido uno, y dudaba que lo hiciera. La
mayoría de los hombres denominados brujos o hechiceros era fraudes, y engañaban
a la gente para su propia prosperidad. ¿Un brujo? Él no era un brujo, sino un
hombre de carne y hueso. Y aunque él fuese un brujo, él era básicamente un
hombre. Su hombre.
Pero él podía ser un espía. Ese mero
pensamiento puso furioso a Yunho y lo preocupó. Yunho estaba asumiendo el
comando de su feudo, era un invasor extranjero, rodeado por enemigos. Hyun
Joong y Yoochun todavía estaban vivos, hasta donde se sabía, obviamente estaban
escondidos, pero ellos no aceptarían conceder la propiedad a extranjero sin
luchar por lo que habían sido de ellos. Yunho sabía eso sin duda, de la misma
manera que conocía a los dos rebeldes, sabía que clase de hombres ellos eran.
Sería una batalla dura, pero Yunho estaba confiado de que emergería vencedor.
No por nada su nombre era Yunho, el Implacable. Yunho siempre salía victorioso
de sus batallas, y esa vez, con el castillo y con ese hombre, no sería diferente.
Él sería un hombre difícil de amansar, y
hasta que fuese domado, seria una espina peligrosa clavada en su costado. Pero no podía evitarlo, le gustaba como sonaba la
idea, le gustaba pensar en eso. Domar a
su futuro esposo. Yunho sintió una nueva
oleada de lujuria. Su lugar estaba a su lado, cuidando de él y de sus
necesidades. Su lugar estaba en su casa,
en su cama. Él aprendería eso, tal vez no rápidamente, pero lo aprendería. Y
por supuesto que él no había sabido, hasta que Yunho se lo había dicho, que el
rey se lo había entregado. Recordaba
claramente su shock. Él se recuperaría de esto también. Intentó imaginarse su reacción cuando él descubriese
que él ahora era el lord de su castillo. Desgraciadamente, Yunho sabía
exactamente como él reaccionaría. Sería un hombre enfurecido.
Su prometido, un enemigo.
Yunho debía recordar eso y nunca olvidarlo.
* * *
Karam se iba a casar con Yunho.
Jaejoong se dio cuenta que estaba caminando
impacientemente dentro de los confines de
la tienda. ¿Qué quería decir eso? ¿Cómo había sucedido? Jaejoong temía
lo peor. Si el rey le había dado a Karam a Yunho... Pánico, un temor helado
creció en él y comprimió su estomago. ¡Si sólo hubiese noticias de sus hermanos!
No había habido ni una palabra de ellos, semanas atrás. No iba a pensar
lo peor.
Quizás, había habido otra conciliación entre
el invasor y sus hermanos. Había sucedido un año atrás. El rey había recibido
a Yoochun y a Hyun Joong, los había
perdonado, y ellos habían vuelto a
jurarle lealtad y sumisión. Si eso sucediese nuevamente, quizás Yoochun hubiese
entregado a Karam a ese hombre, y tal vez un novio le habría sido entregado a
él. Jaejoong desesperadamente esperaba
eso. Pues otra alternativa era demasiado insoportable: pérdida de las tierras...
muerte de sus hermanos...
Jaejoong se imaginó a su medio hermano y a
Yunho de pie, lado a lado, en la iglesia de la
aldea. Yunho tan fuerte, y su medio hermano tan delicado. Algo se tensó
dentro de él. Desgraciadamente, no había afecto entre él y su hermano menor.
Pero Jaejoong nunca desearía que ese hombre estuviese en la vida de Karam. Se
estremeció con sólo pensar en eso, y, una intromisiva imagen de Yunho metiéndose
entre sus muslos lo asaltó. Jaejoong apartó esa idea, sólo para imaginarlo en
la misma posición con su hermano menor. Su cuerpo se puso tan tenso que sintió que
podría estallar.
Bien, el matrimonio no había ocurrido
todavía, y aunque Karam estaba desesperado por tener marido, Jaejoong lo
ayudaría a evitar ese matrimonio. No había posibilidad de que él pudiese dejar que
su hermano menor caminase hacia el altar con esa bestia... ¡con su enemigo
jurado!
Jaejoong caminó inquietamente. La tienda era
muy estrecha y tenía un pedazo de cuero que actuaba como puerta, ahora cerrada.
Era suficientemente grande como para dar algunos pasos en una u otra dirección
y la cama consistía en mantas y algo de paja. Era la tienda de Yunho, Jaejoong lo sabía, de la misma manera que
estaba seguro que esa era su cama. Jaejoong
nunca se acostaría ahí.
Todavía había luz afuera, los días eran más
largos en verano, y Jaejoong podía ver la sombra debajo de la puerta de cuero
que Changmin todavía no había abierto.
Su protector.
Jaejoong quiso reírse. Oh, él era un
prisionero sin duda, aunque Yunho pensase que él era su prometido. De alguna
manera tenía que escaparse. Volver al castillo, advertir a Karam de la
situación peligrosa en que se encontraba, luego tal vez
los dos podrían huir juntos para buscar a sus hermanos. Seguramente, si Yoochun había
arreglado ese matrimonio también podría
romperlo, Seguramente él los protegería. Y entonces, sabiendo el enorme
peso que su hermano continuaba cargando
en sus hombros por la seguridad de su familia, de todas las personas del feudo,
de todo el norte del país, las esperanzas de Jaejoong se desvanecieron. No
podía agregarle más responsabilidades a Yoochun. Tendría que solucionar esa situación con la ayuda de Karam.
Y no había mejor momento que el presente para empezar a solucionar las cosas.
Mas temprano ellos le habían traído comida,
hilo y aguja para que Jaejoong remendase sus ropas. Ahora Jaejoong observó el
queso, el pan, y la cerveza. Luego, con un movimiento rápido, él metió la mano
dentro del escote de su vestido, para tomar la bolsita que llevaba colgada
allí. Jaejoong no vaciló, y extrajo algunas hierbas finamente molidas en un polvo
que colocó en la cerveza. Jaejoong remplazó la cinta de cuero que ataba su
vestido, alisó su cabello, y tranquilamente
levantó la punta de la puerta de
la tienda.
Changmin se enderezó e inmediatamente giró
hacia él.
— ¿Necesita algo?
Jaejoong estaba incómodamente consciente de
la presencia de Changmin. Él estaba tenso moviéndose inquietamente. Jaejoong le
sonrió.
— ¿No estás cansado estando de guardia aquí después
de montar todo el día?
Changmin se ruborizó. Él tenía
la edad de Jaejoong, Jaejoong sospechó,
unos veintidós años.
—No, estoy bien.
— Yo estaba por comer — Jaejoong dijo, tan
cortés como cualquier miembro de la nobleza. —Por favor, únete a mí en la
comida y la conversación.
Los ojos de Changmin se agrandaron.
—No sé si...
— Es sólo por algo de comida y algunas
palabras — Jaejoong dijo. — ¿O él es tan ogro que te niega esos derechos tan básicos también?
Changmin se puso rígido.
—Mi lord no es un ogro. Él es el más bueno de los hombres y un excelente
guerrero. Él es el mejor hombre del rey, y todo el mundo sabe eso.
Jaejoong reprimió una réplica.
— ¿Tengo permiso para, entonces, sentarme
aquí en el aire fresco contigo?
—Por supuesto.
Jaejoong fue a buscar la cerveza y la comida
y se sentó delicadamente al lado de Changmin, quien continuaba moviéndose
incómodamente. El resto de los hombres estaban dispersos, a una buena distancia
de su tienda, para darle privacidad, él
creyó. Una gran hoguera estaba encendida y uno de los corderos estaba siendo
asado, el pan se cocinaba en un horno de piedra. Jaejoong vio a Yunho inmediatamente,
sentando separado del resto con unos, documentos en su mano. Yunho lo estaba mirando fijamente.
Jaejoong se ruborizó y desvió su mirada.
—Por favor siéntate, — Jaejoong invitó a Changmin, con la respiración
contenida. La mirada de Yunho era como una brasa encendida y no le gustó eso. Jaejoong no era
idiota. Jaejoong había presenciado actos
de lujuria la mayor parte de su vida – y
eran para él tan naturales como el viento y la lluvia. Pero nunca había
sentido semejante intensidad en un hombre antes. Eso lo enervó.
Se atrevió a dar otra mirada hacia donde Yunho
estaba. Su temeraria mirada encontró la suya inmediatamente. Jaejoong dobló sus
brazos sobre su pecho y rápidamente le dio la espalda. Jaejoong estaba
temblando.
Su padre, antes de su muerte cinco años atrás,
había intentado arreglar un matrimonio para él. Jaejoong había tenido quince
años cuando él había comenzado las negociaciones, y diecisiete cuando él había muerto. La primera elección de su padre había sido el segundo hijo de un lord del
norte. Ellos se habían encontrado una vez, en un torneo. Él era muy
guapo, y tenía también una suavidad en su expresión que hablaba de generosidad.
Sabiendo que su padre había elegido a ese hombre para ser su marido lo llenó de
una inmensa alegría – y los días y las noches de pronto se llenaron con sueños
de casamiento, matrimonio, y una familia
repleta de cariño y bebés.
Pero el
joven se había rehusado.
Ninguna cantidad de tierras u oro lo disuadieron.
Ninguna dote podía ser suficientemente
grande para hacerlo cambiar de idea. Él no iba a casarse con
un brujo.
Oh, pero su padre le había dicho que él había
cambiado de idea, luego que ese muchacho no era suficientemente bueno para él, pero Jaejoong
oyó los rumores de la verdad que corrieron por todo el castillo. Jaejoong nunca
dejaría que su padre o sus hermanos viesen
cuan herido estaba, pero en la privacidad él había llorado lágrimas de
tristeza, y finalmente le había
preguntado a Dios por qué hacía que todos pensasen que él era un brujo.
El conde había elegido otros candidatos, pero
Jaejoong, por temor a ser rechazado, los rechazó con la excusa que ellos no le
resultaban atractivos. Jaejoong sabía
que su padre nunca lo forzaría a un matrimonio que él no quisiera. Jaejoong no
podría enfrentar otro rechazo nuevamente. De alguna manera la indiferencia que Jaejoong
fingía ante cada hombre que su padre traía a su atención funcionó como método
de rechazo. Y Jaejoong dejó de soñar con el matrimonio y los hijos.
Pero Yunho,
él lo miraba con ojos ardientes,
con una lujuria más que evidente.
Yunho lo deseaba
Changmin estaba enrojecido por su invitación
para sentarse a cenar.
Jaejoong sirvió la cerveza en una jarra y se
la dio. Sintió una puntada de culpa.
— ¿Tienes permiso para beber?
—Claro — Changmin dijo. —Gracias. — Él vació la
jarra.
Jaejoong sabía que Yunho se estaba
aproximando. Pero no lo miró. Aún así
Jaejoong sintió su mirada fija y eso debió haberlo afectado, pues Jaejoong levantó
sus ojos. Su rostro estaba inexpresivo, sus pasos eran largos y determinados. Jaejoong encontró su
mirada tan valientemente como pudo. No
era fácil, aunque Jaejoong podría ser su prisionero, nunca debía mostrarle su
miedo.
— ¿Disfrutando el aire?— Yunho preguntó educadamente, sus ojos
recorriéndolo.
Jaejoong se puso de pie. Cuando hizo eso, los hombres automáticamente extendieron una
mano para ayudarlo. Jaejoong tomó la de Changmin.
—Eso estaba haciendo — Jaejoong dijo fríamente. —Pero me temo que
me está
resultando opresivo ahora. — Jaejoong
se dio vuelta y se metió en la tienda.
Yunho miró fijamente la puerta de cuero,
rígido, con sus fosas nasales temblando. Entonces miró a Changmin, quien inmediatamente desvió
la mirada a un árbol distante.
—Oh, relájate—. Yunho dijo bruscamente. —No te voy a
golpear.
—Él sólo me ofreció algo de
comida y bebida — Changmin dijo.
— Eso veo — Yunho dijo, girando abruptamente.
Jaejoong esperó que la poción hiciese efecto. Unos quince minutos más tarde
él espió por la puerta. Changmin estaba sentado cerca de la tienda ahora luchando por mantener
sus ojos abiertos. Otra mirada
rápida le mostró a la mayor parte de los
hombres comiendo y bebiendo; uno estaba tocando un laúd. No
había ninguna señal de su captor, y eso hizo que Jaejoong se sintiese agradecido y cauteloso. ¿Dónde
podía estar él?
No importaba.
Jaejoong tendría que tomar esa
oportunidad.
Jaejoong levantó el cuero se movió hacia el
otro lado da tienda. Se acostó en el suelo
sobre su estomago, luego se
arrastró sobre la tierra y entre los
árboles. Allí hizo una pausa,
escuchando los sonidos de las conversaciones y las risas de los hombres,
deseando que estuviese más oscuro.
Cautelosamente se puso de pie, y manteniendo
entre los árboles, lanzando frecuentes miradas por sobre su hombro, Jaejoong comenzó
a alejarse del campamento e ir hacia la
aldea. Una vez que Jaejoong estuviera del otro lado se sentiría más
seguro. Esperaba que ninguno de los hombres decidiese ir a divertirse a la
aldea, asumiendo que alguna de las personas hubiese quedado allá. Y nuevamente,
se preguntó donde estaba Yunho.
El campo de los cultivos, ahora grotescamente
ennegrecido, no ofrecía ninguna protección, y Jaejoong se apresuró a buscar
refugio en las cabañas quemadas.
No vio a nadie. Como
había pensado, los campesinos habían
huido al norte buscando protección, o tal vez hacia el este a la aldea vecina. Jaejoong comenzó a saltar entre las paredes derruidas de dos cabañas
vecinas, pero antes de que llegase a los
jardines quemados en la parte trasera, Jaejoong supo que no estaba solo.
Oyó un
gemido.
La reacción de Jaejoong fue instintiva.
Comenzó a apurarse. Jaejoong era
un curandero, y alguien estaba lastimado
y necesitaba de su ayuda. No importaba quien que era, o si era un animal. Como él
dobló la esquina, oyó el gemido nuevamente pero ya demasiado tarde para darse cuenta de su error. No era un gemido de dolor, sino
de placer.
Jaejoong jadeó y se dio cuenta de eso en el
mismo momento en que los vio.
Jaejoong conocía a la mujer, una viuda morena
y voluptuosa. Sus muslos blancos y carnosas estaba separados, sus manos
agarradas salvajemente a los hombros del
hombre que estaba encima de ella.
Ella arqueaba sus caderas rítmicamente. Y lo mismo hacía él.
Yunho.
Jaejoong estaba hipnotizado, no se podía mover. Yunho estaba vestido con
su camisa y su pantalón, moviéndose como un garañón, cubriendo a la mujer. Yunho
se retiró de encima de ella, Jaejoong vio
su enorme miembro terso. Luego Yunho se hundió en ella nuevamente. La mujer se
agitó violentamente con placer, gritando nuevamente. Yunho jadeó. Jaejoong podía
ver su rostro claramente, enrojecido por la pasión, por el éxtasis. Yunho se desmoronó
encima de la mujer.
El corazón de Jaejoong estaba golpeando en
sus oídos. Jaejoong se dio cuenta que cualquiera de ellos podía verlo,
seguramente lo verían, en el momento en que volviesen a la realidad. Jaejoong
comenzó caminar hacia atrás. Sus ojos se quedaron pegados a la pareja. Y
entonces Yunho giró su cabeza.
Sus miradas se encontraron.
Jaejoong estuvo congelado por un momento,
luego comenzó a correr.
Jaejoong sabía que Yunho lo estaba persiguiendo,
persiguiéndolo nuevamente. Su presencia detrás de él era tan tangible como un trueno
inminente. Jaejoong había dado diez
pasos cuando Yunho lo volteó con fuerza al suelo, Yunho cayó sobre él,
haciéndolo gritar. Sus brazos lo envolvieron con ferocidad alrededor de las
costillas, apretando su pecho. Su boca
estaba en su cuello, justo debajo de su oreja. Su respiración era tibia, aunque
seguía siendo agitada por su acoplamiento con la mujer.
— ¿Espiando
nuevamente?— Yunho murmuró.
Jaejoong quiso gritar, quiso llorar. Quiso darse
vuelta y arañarlo. Furioso y frustrado, Jaejoong comenzó a forcejear. Yunho
aflojó su asimiento para dejarlo darse vuelta, pero entonces Yunho estaba
montado a horcajadas de él. Jaejoong puso
sus dedos como garras y apuntó hacia sus
ojos. Yunho agarró ambas manos de él y las empujó detrás de su espalda, sus
caderas lo presionaron contras su miembro caliente.
Jaejoong inmediatamente se retorció para
morder su muñeca. Yunho se dio cuenta de su intención antes que sus dientes
pudieran tocar su carne, y maldijo, empujando sus manos detrás de su espalda y
se presionó más íntimamente contra su pubis. Jaejoong gritó su afrenta. Sintió
su miembro endureciendo contra su ombligo. Intentó morderle el hombro. Yunho tomó
su trenza y le impidió moverse. Jaejoong
lanzó un sollozo de frustración.
—Deja
de retorcerte, — Yunho gruñó — ¡o
por Dios, que tomaré aquí
mismo!
Jaejoong se congeló.
Yunho estaba jadeando.
— ¿Cómo
hiciste para eludir a Changmin?
Jaejoong encontró su respiración.
—El se
durmió.
Los ojos de Yunho brillaron
con sospecha
— ¿Changmin? Changmin no se duerme
cuando tiene un
deber que cumplir.
—Él se durmió — Jaejoong replicó, con los
ojos ardientes. Yunho miró fijamente en respuesta.
Jaejoong lo odiaba. Entonces Jaejoong observó
el movimiento de sus ojos yendo hacia su boca.
Jaejoong se puso rígido.
—No. — Jaejoong recordaba vívidamente el
haber sentido su lengua caliente y mojada dentro de su boca.
Su mirada
era irónica.
— ¿Y me vas a decir no cuando seas mi esposo?
— ¡Siempre!
Yunho se rió,
lo soltó y se puso de pie. Parado sobre Jaejoong, Yunho era alto.
—No pienso que sea así.
—Piensa lo que quieras.
—Tienes la lengua de un brujo o de una
víbora.
—Mi lengua es dulce para algunos.
Los ojos de Yunho ardieron.
— ¿Para quién?
—Para aquellos que respeto
y amo.
— ¿Para quién?
Su mentón se levantó.
— ¡No es asunto tuyo!
—No importa — Yunho dijo después de un rato.
—Pues pronto será asunto mío, y entonces eso será concluido. — Su mirada era
inflexible en su propósito. Jaejoong decidió no responder. Pero cuando Yunho
rudamente lo arrastró para ponerlo de
pie, Jaejoong maldijo y forcejeó.
—Eres una víbora, — Yunho murmuró.
—Vuelve con tu amante, — Jaejoong dijo entre dientes.
—Ya no la necesito, — Yunho dijo.
Jaejoong dobló sus brazos y lo miró de reojo.
— ¿No?— Yunho trató de sonreír.
—Al único que necesito — Yunho dijo —ahora es
a ti. — Su tono, increíblemente, se suavizó.
Ahora era persuasivo.
—Ven aquí,
Jaejoong.
Jaejoong estaba incrédulo.
—Vamos a casarnos, tú y yo, y no hay nada que
puedas hacer para cambiar eso. Acepta tu
destino. Ven aquí. — Yunho dijo suavemente.
—No.
—Muéstrame
tu benevolencia. — habló más
suave aún.
— ¡No tengo!
—Piénsalo
bien. Sé que no eres tonto.
— ¡No
tengo!
—Entonces vas a luchar conmigo hasta el final.
—Si, — Jaejoong dijo obstinadamente y desesperadamente.
—Veremos si es así.
Waa maldito yunho e.e como se va a meter con una zorra grrr
ResponderEliminarCada vez se pone mejor aver como reacciona yunho cuando sepa q jae no es su rometido D:
Gracias x la actu esta genial :)
Pff es. Prometido xd >\\\\<
EliminarEsta historia es realmente buena!!
ResponderEliminarAún me pregunto cómo es que JJ va a escapar de Yunho, si cuando pudo decidió que quería ser vouyerista mirando a YH tirarse a la viuda. Y ¡Oh! sí, también se sintió caliente.
La persuasiva voz de Yunho waaahh que pasará?!!!
:) Genial, se vuelve cada vez mas interesante la historia, Jae parece que de todas formas comienza a sentir algo por Yunho y Yunho obvio que esta enganchado con Jae, pero me pregunto como se podran casar si sus hermanos no estan de acuerdo con esa boda?
ResponderEliminarTambien quiero saber como Karam tomará el saber que será el esposo de Yunho, de seguro que se pone feliz, Noooooooooo Jae debe ser quien se quede con Yunho.
Bueno solo queda esperar la continuación de la historia :), bye unnie.
ja pobre jae no puede escapar de yunho se lo encuentra hasta en la sopa quien se imaginaria que se lo encontraría en el pueblo y con esa zorrrrrrrrrrrrrrrra ahhhhhhhh y todavía asiendo eso :( que triste y feo para que los lindos ojitos de jae lo hayan visto
ResponderEliminarahhhh pobre jae como pudieron confundirlo con karam no lo acepto
ResponderEliminary cual sera la reaccion de yunho cuand sepa que no jae no es su prometido ? :-[ ya quiero continuacion
Ohh me pregunto cuando se enterará que Jaejoong no es su prometido???
ResponderEliminarJaejoong logrará escapar de las "garras" de YunHo??? xDDD
Caray con yunho, jae lo vio en pleno acto con la mujer esa y luego quiere venir a reclamar lo que le pertenece porque sera su esposo que sinismo ah y que pasara cuando sepa que jae no es karam y ambos se nota que se sienten atraidos pero ni quieren ceder ante sus encantos, esta historia es genial y maravillosa espero con ansias el sig capitulo,gracias!
ResponderEliminarque buen capitulo esta muy interesante esta historia y que pasara cuando yunho sepa que jae no es su prometido gracias por el capi
ResponderEliminarOhhhh , ya quiero leer cuando Yunho se enteré que Jaejoong no es Karam o:
ResponderEliminar¿Que hará? . Espero que luego aparezca Karam para que empiece la lucha (?)
Gracias por el capitulo ^^
ufff, ahora qué hará Yunho''?? violará a Jae, ?? es que también Jae qué mala suerte tiene, se va a escapar y termina mirando el revolcón que se pega Yunho con una zorra. ahora deberá apagar el fuego que Yunho no extinguió.
ResponderEliminarO.o.!! jaejoong encontró en plena acción a yunho que coraje , como se le ocurre hacer eso a yunho sabiendo que tiene a su prometido(`ー´)
ResponderEliminarme da risa cuando jaejoong le da la contra a yunho :3
Hahaha Vaya Yunho le a pillado
ResponderEliminarY k pasara cuando Yunho se entere que Jae no es Karam...........
Misteri mistere haha xD <3
YH es un pillin e.e
ResponderEliminarJJ hazlo sufrir xd
gracias continuare leyendo <3333
¡Pensé que escaparía! D: y en vez se encuentra con Yunho y sus deslices nocturnos xD me gusta su relación~ ¡me encantan! espero que pronto Yunho se entere de que Jaejoong no es Karam, ¡quiero saber su reacción! gracias por el capítulo! :)
ResponderEliminarNo logró escapar y además vio a Yunho en plena acción 😁😁😁
ResponderEliminarAhora que Yunho descubra quien es Karam, que hará con Jae?
Gracias!!! 💗💕💞