martes, 7 de enero de 2014

El Conquistador: Capitulo 3

Capítulo 3


Karam y el castillo eran la concreción de todas sus ambiciones después de doce años de servir al rey, y de haberlo servido bien.
Menos de dos semanas atrás, el rey había estado caminando furiosamente en su tienda cuando Yunho había llegado. Como Yunho, él todavía estaba sudado por la batalla reciente que había librado y había enviado hombres de vuelta a la costa y a sus barcos. Su rostro barbudo tenía una  feroz mascara de frustración, y Yunho sabía exactamente por qué.
Yoochun y Hyun Joong habían jurado lealtad al rey en su coronación, y habían seguido al rey y a su corte de vuelta cuando el sur del país era una zona segura. Yoochun había recibido lo que totalizaba un tercio de las tierras del país, inclusive la mayor parte de sus tierras, y Hyun Joong  había recibido también su parte.
Él también había sido comprometido con el hijo del rey, el bello  Junsu, como futuro esposo. Ningún otro prometido habría sido mas valioso como premio, e incluso Yunho se había sentido celoso de la magnitud de poder que eso le daría a ese peligroso lord. Finalmente, el rey había renegado de esas recompensas, y Yoochun y Hyun Joong se habían vuelto a su casa furiosos.
Un año más tarde ellos casi habían tomado un poblado, y habían levantado una rebelión en casi todo el norte en contra del rey. Aunque Yunho había participado en la batalla, abruptamente después de eso había sido enviado a sofocar otras rebeliones. Yoochun y Hyun Joong habían retirado su juramento de lealtad, pero esta vez el rey había dejado vasallos leales en su territorio para  construir guarniciones y castillos.
Y ahora había sucedido nuevamente. Los dos lords del  norte nuevamente habían creado una rebelión, esa vez con una simultánea (y ¿coincidente?) invasión hechas por antiguos enemigos. Esa vez ellos habían escapado, y no habría ningún perdón del rey para su traición. Porque su poblado había quedado demolido. Y cientos de hombres habían sido muertos.
—Nunca más — dijo el rey estaba rugiendo. — ¡Esos dos traidores serán colgados aunque  sea la última cosa que yo haga en esta vida!
Él giró abruptamente hacia Yunho.
—Tu lugar está aquí, eso es  claro — él le dijo.
Yunho lo miró fijamente pero no dejó nada de su consternación se mostrase. Y ¿Qué había de sus propiedades, el premio prometido para él después del valor y la lealtad  demostrados? Como el cuarto e hijo menor del Conde, Yunho se había convertido en un soldado mercenario, el único recurso que le quedaba. En ese momento, por  primera vez  en sus veintiocho años, Yunho tenía sus propias tierras, una herencia para su hijo por nacer. Y supo, como lo sabían todos los vasallos que habían seguido al rey, que cualquiera que fuese la motivación lealtad, codicia o hambre de tierras, las posibilidades eran ilimitadas.
La  expresión de Yunho había cambiado.
El rey le sonrió.
—Te daré  la posesión  del nuevo  castillo que construirás. — La mandíbula de Yunho se tensó con la sonrisa amplia del rey. —Y la propiedad del castillo que conquistaras.
Yunho sonrió. Ese castillo era un feudo enorme, y con el otro castillo... Yunho sería uno de los lords más poderosos del norte. Ese castillo había sido una posesión valiosa para Yoochun. Yunho se dio cuenta que eso significaba que los dos rebeldes serían  expropiados. Y también sabía que no sería fácil afianzar su autoridad en su nuevo feudo, aún así su placer por esa enorme recompensa era inmenso.
—Las fronteras  son inseguras. Puedes  extenderlas  al norte hasta  donde puedas llegar — el rey le dijo sonriendo. —Y para cimentar tu autoridad, también puedes quedarte con su hermano, Karam. Después de todo él ahora es el  heredero exclusivo.
Yunho estaba sonriendo. ¡Las posibilidades eran ilimitadas! ¡Casamiento con el hermano para asegurar su posición!
—Un movimiento astuto— dijo el hermano del rey. — Cuidar  esas tierras  de la frontera no es una tarea fácil. Si alguien puede hacerla, ese es Yuhno.
—Si, con Yunho en el norte — el rey dijo. —Tengo grandes esperanzas de que estas rebeliones terminarán rápidamente.
Yunho se hincó sobre una rodilla.
—Gracias, su majestad.
El rey sonrió.
—Levántate, Yunho, el Implacable. Tráeme las cabezas de Yoochun y Hyun Joong y  yo te  daré más.
Eso dejó perplejos a todos, incluyendo a Yunho, quien dudó que el rey realmente tuviese intención de hacer eso. Pues si eso ocurriese, su poder rivalizaría con el del rey, y el rey no era idiota.
Yunho había estado camino a inspeccionar el castillo y reclamar sus tierras y su futuro esposo unos días más tarde cuando se había encontrado con los rebeldes. Y ahora parecía que su prometido podía ser un espía y aparentemente era considerado un brujo. Yunho sonrió. Yunho no era un hombre supersticioso. Yunho suponía que era posible que los brujos existiesen pero Yunho nunca había conocido uno, y dudaba que lo hiciera. La mayoría de los hombres denominados brujos o hechiceros era fraudes, y engañaban a la gente para su propia prosperidad. ¿Un brujo? Él no era un brujo, sino un hombre de carne y hueso. Y aunque él fuese un brujo, él era básicamente un hombre. Su hombre.
Pero él podía ser un espía. Ese mero pensamiento puso furioso a Yunho y lo preocupó. Yunho estaba asumiendo el comando de su feudo, era un invasor extranjero, rodeado por enemigos. Hyun Joong y Yoochun todavía estaban vivos, hasta donde se sabía, obviamente estaban escondidos, pero ellos no aceptarían conceder la propiedad a extranjero sin luchar por lo que habían sido de ellos. Yunho sabía eso sin duda, de la misma manera que conocía a los dos rebeldes, sabía que clase de hombres ellos eran. Sería una batalla dura, pero Yunho estaba confiado de que emergería vencedor. No por nada su nombre era Yunho, el Implacable. Yunho siempre salía victorioso de sus batallas, y esa vez, con el castillo y con ese hombre, no sería diferente.
Él sería un hombre difícil de amansar, y hasta que fuese domado, seria una espina peligrosa clavada en  su costado. Pero  no podía evitarlo, le gustaba como sonaba la idea, le gustaba  pensar en eso. Domar a su  futuro esposo. Yunho sintió una nueva oleada de lujuria. Su lugar estaba a su lado, cuidando de él y de sus necesidades. Su lugar estaba en su  casa, en su cama. Él aprendería eso, tal vez no rápidamente, pero lo aprendería. Y por supuesto que él no había sabido, hasta que Yunho se lo había dicho, que el rey se lo había  entregado. Recordaba claramente su shock. Él se recuperaría de esto también. Intentó  imaginarse su reacción cuando él descubriese que él ahora era el lord de su castillo. Desgraciadamente, Yunho sabía exactamente como él reaccionaría. Sería un hombre enfurecido.
Su prometido, un enemigo.
Yunho debía recordar eso y nunca olvidarlo.

* * *

Karam se iba a casar con Yunho.
Jaejoong se dio cuenta que estaba caminando impacientemente dentro de los confines de  la tienda. ¿Qué quería decir eso? ¿Cómo había sucedido? Jaejoong temía lo peor. Si el rey le había dado a Karam a Yunho... Pánico, un temor helado creció en él y comprimió su estomago. ¡Si sólo hubiese noticias de sus  hermanos!  No había habido ni una palabra de ellos, semanas atrás. No iba a pensar lo peor.
Quizás, había habido otra conciliación entre el invasor y sus hermanos. Había sucedido un año atrás. El rey había recibido a  Yoochun y a Hyun Joong, los había perdonado, y ellos habían vuelto a  jurarle lealtad y sumisión. Si eso sucediese nuevamente, quizás Yoochun hubiese entregado a Karam a ese hombre, y tal vez un novio le habría sido entregado a él.  Jaejoong desesperadamente esperaba eso. Pues otra alternativa era demasiado insoportable: pérdida de las tierras... muerte de sus hermanos...
Jaejoong se imaginó a su medio hermano y a Yunho de pie, lado a lado, en la iglesia de la  aldea. Yunho tan fuerte, y su medio hermano tan delicado. Algo se tensó dentro de él. Desgraciadamente, no había afecto entre él y su hermano menor. Pero Jaejoong nunca desearía que ese hombre estuviese en la vida de Karam. Se estremeció con sólo pensar en  eso,  y, una intromisiva imagen de Yunho metiéndose entre sus muslos lo asaltó. Jaejoong apartó esa idea, sólo para imaginarlo en la misma posición con su hermano menor. Su cuerpo se puso tan tenso que sintió que podría estallar.
Bien, el matrimonio no había ocurrido todavía, y aunque Karam estaba desesperado por tener marido, Jaejoong lo ayudaría a evitar ese matrimonio. No había posibilidad de que él pudiese dejar que su hermano menor caminase hacia el altar con esa bestia... ¡con su enemigo jurado!
Jaejoong caminó inquietamente. La tienda era muy estrecha y tenía un pedazo de cuero que actuaba como puerta, ahora cerrada. Era suficientemente grande como para dar algunos pasos en una u otra dirección y la cama consistía en mantas y algo de paja. Era la tienda de Yunho,  Jaejoong lo sabía, de la misma manera que estaba seguro que esa era su cama.  Jaejoong nunca se acostaría ahí.
Todavía había luz afuera, los días eran más largos en verano, y Jaejoong podía ver la sombra debajo de la puerta de cuero que Changmin todavía no había abierto.
Su protector.
Jaejoong quiso reírse. Oh, él era un prisionero sin duda, aunque Yunho pensase que él era su prometido. De alguna manera tenía que escaparse. Volver al castillo, advertir a Karam de la situación peligrosa en que se encontraba, luego   tal vez  los dos podrían huir juntos para buscar a  sus hermanos. Seguramente, si Yoochun había arreglado ese matrimonio también podría  romperlo, Seguramente él los protegería. Y entonces, sabiendo el enorme peso que su hermano  continuaba cargando en sus hombros por la seguridad de su familia, de todas las personas del feudo, de todo el norte del país, las esperanzas de Jaejoong se desvanecieron. No podía agregarle más responsabilidades a Yoochun. Tendría que  solucionar esa situación con la ayuda de Karam. Y no había mejor momento que el presente para empezar a solucionar las cosas.
Mas temprano ellos le habían traído comida, hilo y aguja para que Jaejoong remendase sus ropas. Ahora Jaejoong observó el queso, el pan, y la cerveza. Luego, con un movimiento rápido, él metió la mano dentro del escote de su vestido, para tomar la bolsita que llevaba colgada allí. Jaejoong no vaciló, y extrajo algunas hierbas finamente molidas en un polvo que colocó en la cerveza. Jaejoong remplazó la cinta de cuero que ataba su vestido, alisó su cabello, y tranquilamente  levantó la  punta de la puerta de la tienda.
Changmin se enderezó e inmediatamente giró hacia él.
— ¿Necesita algo?
Jaejoong estaba incómodamente consciente de la presencia de Changmin. Él estaba tenso moviéndose inquietamente. Jaejoong le sonrió.
— ¿No estás cansado estando de guardia aquí después de montar todo el día?
Changmin se ruborizó. Él  tenía  la  edad de Jaejoong, Jaejoong sospechó, unos veintidós años.
—No, estoy bien.
— Yo estaba por comer — Jaejoong dijo, tan cortés como cualquier miembro de la nobleza. —Por favor, únete a mí en la comida y la conversación.
Los ojos de Changmin se agrandaron.
—No sé si...
— Es sólo por algo de comida y algunas palabras — Jaejoong dijo. — ¿O él es tan ogro que te niega esos derechos  tan básicos también?
Changmin se puso rígido.
—Mi lord no es un ogro. Él es el  más bueno de los hombres y un excelente guerrero. Él es el mejor hombre del rey, y todo el mundo sabe eso.
Jaejoong reprimió una réplica.
— ¿Tengo permiso para, entonces, sentarme aquí en el aire fresco contigo?
—Por supuesto.
Jaejoong fue a buscar la cerveza y la comida y se sentó delicadamente al lado de Changmin, quien continuaba moviéndose incómodamente. El resto de los hombres estaban dispersos, a una buena distancia de su tienda, para darle  privacidad, él creyó. Una gran hoguera estaba encendida y uno de los corderos estaba siendo asado, el pan se cocinaba en un horno de piedra. Jaejoong vio a Yunho inmediatamente, sentando separado del resto con unos, documentos en su  mano. Yunho lo estaba mirando fijamente.
Jaejoong se ruborizó y desvió su mirada.
—Por favor siéntate, —  Jaejoong invitó a Changmin, con la respiración contenida. La mirada de Yunho era como una brasa  encendida y no le gustó eso. Jaejoong no era idiota.  Jaejoong había presenciado actos de lujuria la mayor parte de su vida – y  eran para él tan naturales como el viento y la lluvia. Pero nunca había sentido  semejante  intensidad en un hombre antes. Eso lo enervó.
Se atrevió a dar otra mirada hacia donde Yunho estaba. Su  temeraria  mirada encontró la  suya inmediatamente. Jaejoong dobló sus brazos sobre su pecho y rápidamente le dio la espalda. Jaejoong estaba temblando.
Su padre, antes de su muerte cinco años atrás, había intentado arreglar un matrimonio para él. Jaejoong había tenido quince años cuando él había comenzado las negociaciones, y  diecisiete cuando él había muerto. La  primera elección de su padre  había sido el segundo hijo de un lord  del  norte. Ellos se habían encontrado una vez, en un torneo. Él era muy guapo, y tenía también una suavidad en su expresión que hablaba de generosidad. Sabiendo que su padre había elegido a ese hombre para ser su marido lo llenó de una inmensa alegría – y los días y las noches de pronto se llenaron con sueños de casamiento,  matrimonio, y una familia repleta de cariño y bebés.
Pero  el joven se había  rehusado.
Ninguna cantidad de tierras u oro lo disuadieron. Ninguna dote podía ser suficientemente  grande para hacerlo cambiar de idea. Él no iba a  casarse con  un brujo.
Oh, pero su padre le había dicho que él había cambiado de idea,  luego que ese muchacho  no era suficientemente bueno para él, pero Jaejoong oyó los rumores de la verdad que corrieron por todo el castillo. Jaejoong nunca dejaría que su padre o sus hermanos viesen  cuan herido estaba, pero en la privacidad él había llorado lágrimas de tristeza, y  finalmente le había preguntado a Dios por qué hacía que todos pensasen que él era un brujo.
El conde había elegido otros candidatos, pero Jaejoong, por temor a ser rechazado, los rechazó con la excusa que ellos no le resultaban  atractivos. Jaejoong sabía que su padre nunca lo forzaría a un matrimonio que él no quisiera. Jaejoong no podría enfrentar otro rechazo nuevamente. De alguna manera la indiferencia que Jaejoong fingía ante cada hombre que su padre traía a su atención funcionó como método de rechazo. Y Jaejoong dejó de soñar con el matrimonio y los hijos.
Pero Yunho,  él lo miraba  con ojos ardientes, con una lujuria más que evidente.
Yunho lo deseaba
Changmin estaba enrojecido por su invitación para sentarse a cenar.
Jaejoong sirvió la cerveza en una jarra y se la dio. Sintió una puntada de culpa.
— ¿Tienes permiso para beber?
—Claro — Changmin dijo. —Gracias. — Él vació la jarra.
Jaejoong sabía que Yunho se estaba aproximando. Pero no lo miró.  Aún así Jaejoong sintió su mirada fija y eso debió haberlo afectado, pues Jaejoong levantó sus ojos. Su rostro estaba inexpresivo, sus pasos eran  largos y determinados. Jaejoong encontró su mirada  tan valientemente como pudo. No era fácil, aunque Jaejoong podría ser su prisionero, nunca debía mostrarle su miedo.
— ¿Disfrutando el  aire?— Yunho preguntó educadamente, sus ojos recorriéndolo.
Jaejoong se puso de pie. Cuando hizo eso,  los hombres automáticamente extendieron una mano para ayudarlo. Jaejoong tomó la de Changmin.
—Eso estaba haciendo —  Jaejoong dijo fríamente. —Pero me temo que me  está  resultando opresivo ahora. —  Jaejoong se dio vuelta  y se metió en la tienda.
Yunho miró fijamente la puerta de cuero, rígido, con sus fosas nasales temblando. Entonces  miró a Changmin, quien inmediatamente desvió la mirada  a un árbol  distante.
—Oh, relájate—. Yunho  dijo bruscamente. —No te  voy  a golpear.
—Él sólo me ofreció  algo de  comida y  bebida — Changmin dijo.
— Eso veo — Yunho dijo,  girando abruptamente.
Jaejoong esperó que la poción  hiciese efecto. Unos quince minutos más tarde él espió por la puerta. Changmin estaba sentado cerca de la  tienda ahora luchando por  mantener  sus  ojos abiertos. Otra mirada rápida le mostró a la  mayor parte de los hombres  comiendo y  bebiendo; uno estaba tocando un laúd. No había ninguna señal de su captor, y eso hizo que  Jaejoong se sintiese agradecido y cauteloso. ¿Dónde podía estar él?
No importaba.  Jaejoong tendría que  tomar esa oportunidad.
Jaejoong levantó el cuero se movió hacia el otro lado da tienda. Se acostó en el suelo  sobre  su estomago, luego se arrastró sobre la tierra y entre los  árboles. Allí  hizo una pausa, escuchando los sonidos de las conversaciones y las risas de los hombres, deseando que estuviese más oscuro.
Cautelosamente se puso de pie, y manteniendo entre los árboles, lanzando frecuentes  miradas por sobre su hombro, Jaejoong comenzó a alejarse del campamento e ir hacia la  aldea. Una vez que Jaejoong estuviera del otro lado se sentiría más seguro. Esperaba que ninguno de los hombres decidiese ir a divertirse a la aldea, asumiendo que alguna de las personas hubiese quedado allá. Y nuevamente, se preguntó  donde estaba Yunho.
El campo de los cultivos, ahora grotescamente ennegrecido, no ofrecía ninguna protección, y Jaejoong se apresuró  a buscar  refugio en las cabañas quemadas.  No  vio a  nadie. Como  había pensado, los campesinos habían  huido  al  norte buscando protección, o tal vez  hacia el este a la aldea vecina.  Jaejoong comenzó a saltar  entre las paredes derruidas de dos cabañas vecinas, pero antes de que  llegase a los jardines quemados  en la parte trasera,  Jaejoong supo que no estaba solo.
Oyó  un gemido.
La reacción de Jaejoong fue  instintiva.  Comenzó a apurarse.  Jaejoong era un curandero, y  alguien estaba lastimado y necesitaba de su ayuda.  No importaba  quien que era, o si era un animal. Como él dobló la esquina, oyó el gemido nuevamente pero ya demasiado tarde   para darse cuenta  de su error. No era un gemido de dolor, sino de placer.
Jaejoong jadeó  y se dio cuenta  de eso en el  mismo momento en que los vio.
Jaejoong conocía a la mujer, una viuda morena y voluptuosa. Sus muslos blancos y carnosas estaba separados, sus manos agarradas salvajemente a los hombros del  hombre que estaba encima de ella.  Ella arqueaba sus caderas rítmicamente. Y lo mismo hacía  él.
Yunho.  Jaejoong estaba hipnotizado, no se podía mover. Yunho estaba vestido con su camisa y su pantalón, moviéndose como un garañón, cubriendo a la mujer. Yunho se retiró de encima de ella,  Jaejoong vio su enorme miembro terso. Luego Yunho se hundió en ella nuevamente. La mujer se agitó violentamente con placer, gritando nuevamente. Yunho jadeó. Jaejoong podía ver su rostro claramente, enrojecido por la pasión, por el éxtasis. Yunho se desmoronó encima de la mujer.
El corazón de Jaejoong estaba golpeando en sus oídos. Jaejoong se dio cuenta que cualquiera de ellos podía verlo, seguramente lo verían, en el momento en que volviesen a la realidad. Jaejoong comenzó caminar hacia atrás. Sus ojos se quedaron pegados a la pareja. Y entonces Yunho giró su cabeza.
Sus miradas se encontraron.
Jaejoong estuvo congelado por un momento, luego comenzó a correr.
Jaejoong sabía que Yunho lo estaba persiguiendo, persiguiéndolo nuevamente. Su presencia detrás de él era tan tangible como un trueno inminente.  Jaejoong había dado diez pasos cuando Yunho lo volteó con fuerza al suelo, Yunho cayó sobre él, haciéndolo gritar. Sus brazos lo envolvieron con ferocidad alrededor de las costillas, apretando su  pecho. Su boca estaba en su cuello, justo debajo de su oreja. Su respiración era tibia, aunque seguía siendo agitada por su acoplamiento con la mujer.
— ¿Espiando  nuevamente?— Yunho murmuró.
Jaejoong quiso gritar, quiso llorar. Quiso darse vuelta y arañarlo. Furioso y frustrado, Jaejoong comenzó a forcejear. Yunho aflojó su asimiento para dejarlo darse vuelta, pero entonces Yunho estaba montado a horcajadas de él.  Jaejoong puso sus  dedos como garras y apuntó hacia sus ojos. Yunho agarró ambas manos de él y las empujó detrás de su espalda, sus caderas lo presionaron  contras  su miembro caliente.
Jaejoong inmediatamente se retorció para morder su muñeca. Yunho se dio cuenta de su intención antes que sus dientes pudieran tocar su carne, y maldijo, empujando sus manos detrás de su espalda y se presionó más íntimamente contra su pubis. Jaejoong gritó su afrenta. Sintió su miembro endureciendo contra su ombligo. Intentó morderle el hombro. Yunho tomó su trenza y le impidió moverse.  Jaejoong lanzó un  sollozo de frustración.
—Deja  de retorcerte, — Yunho gruñó — ¡o  por Dios,  que  tomaré aquí  mismo!
Jaejoong se congeló.
Yunho estaba jadeando.
— ¿Cómo  hiciste para eludir a Changmin? 
Jaejoong encontró su respiración.
—El se  durmió.
Los ojos de Yunho  brillaron  con  sospecha
— ¿Changmin? Changmin no se duerme cuando  tiene  un  deber  que cumplir.
—Él se durmió — Jaejoong replicó, con los ojos ardientes. Yunho miró fijamente en respuesta.
Jaejoong lo odiaba. Entonces Jaejoong observó el movimiento de sus ojos yendo hacia su boca.  Jaejoong se puso rígido.
—No. — Jaejoong recordaba vívidamente el haber sentido su lengua caliente y mojada dentro de  su boca.
Su mirada  era irónica.
— ¿Y me vas a decir no cuando seas  mi esposo?
— ¡Siempre!
Yunho se rió,  lo soltó y se puso de pie. Parado sobre Jaejoong, Yunho era alto.
—No pienso que sea así.
—Piensa lo que quieras.
—Tienes la lengua de un brujo o de una víbora.
—Mi lengua es dulce  para algunos.
Los ojos de Yunho ardieron.
— ¿Para quién?
—Para aquellos que  respeto  y amo.
— ¿Para quién?
Su mentón se levantó.
— ¡No es asunto tuyo!
—No importa — Yunho dijo después de un rato. —Pues pronto será asunto mío, y entonces eso será concluido. — Su mirada era inflexible en su propósito. Jaejoong decidió no responder. Pero cuando Yunho rudamente lo arrastró para  ponerlo de pie,  Jaejoong maldijo y  forcejeó.
—Eres una víbora, — Yunho murmuró.
—Vuelve con tu amante, —  Jaejoong dijo entre dientes.
—Ya no la necesito, — Yunho dijo.
Jaejoong dobló sus  brazos y lo miró de reojo.
— ¿No?— Yunho trató de sonreír.
—Al único que necesito — Yunho dijo —ahora es a ti. — Su tono, increíblemente, se suavizó.
Ahora era persuasivo.
—Ven  aquí, Jaejoong.
Jaejoong estaba incrédulo.
—Vamos a casarnos, tú y yo, y no hay nada que puedas hacer para cambiar eso. Acepta  tu destino. Ven aquí. — Yunho dijo suavemente.
—No.
—Muéstrame  tu benevolencia. —  habló más suave aún.
— ¡No tengo!
—Piénsalo  bien.  Sé que no eres tonto.
— ¡No  tengo!
—Entonces vas a  luchar conmigo hasta el  final.
—Si, — Jaejoong dijo obstinadamente  y  desesperadamente.

—Veremos si es así.

16 comentarios:

  1. Waa maldito yunho e.e como se va a meter con una zorra grrr
    Cada vez se pone mejor aver como reacciona yunho cuando sepa q jae no es su rometido D:
    Gracias x la actu esta genial :)

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  2. Esta historia es realmente buena!!
    Aún me pregunto cómo es que JJ va a escapar de Yunho, si cuando pudo decidió que quería ser vouyerista mirando a YH tirarse a la viuda. Y ¡Oh! sí, también se sintió caliente.
    La persuasiva voz de Yunho waaahh que pasará?!!!

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  3. :) Genial, se vuelve cada vez mas interesante la historia, Jae parece que de todas formas comienza a sentir algo por Yunho y Yunho obvio que esta enganchado con Jae, pero me pregunto como se podran casar si sus hermanos no estan de acuerdo con esa boda?

    Tambien quiero saber como Karam tomará el saber que será el esposo de Yunho, de seguro que se pone feliz, Noooooooooo Jae debe ser quien se quede con Yunho.

    Bueno solo queda esperar la continuación de la historia :), bye unnie.

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  4. ja pobre jae no puede escapar de yunho se lo encuentra hasta en la sopa quien se imaginaria que se lo encontraría en el pueblo y con esa zorrrrrrrrrrrrrrrra ahhhhhhhh y todavía asiendo eso :( que triste y feo para que los lindos ojitos de jae lo hayan visto

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  5. ahhhh pobre jae como pudieron confundirlo con karam no lo acepto
    y cual sera la reaccion de yunho cuand sepa que no jae no es su prometido ? :-[ ya quiero continuacion

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  6. Ohh me pregunto cuando se enterará que Jaejoong no es su prometido???
    Jaejoong logrará escapar de las "garras" de YunHo??? xDDD

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  7. Caray con yunho, jae lo vio en pleno acto con la mujer esa y luego quiere venir a reclamar lo que le pertenece porque sera su esposo que sinismo ah y que pasara cuando sepa que jae no es karam y ambos se nota que se sienten atraidos pero ni quieren ceder ante sus encantos, esta historia es genial y maravillosa espero con ansias el sig capitulo,gracias!

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  8. que buen capitulo esta muy interesante esta historia y que pasara cuando yunho sepa que jae no es su prometido gracias por el capi

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  9. Ohhhh , ya quiero leer cuando Yunho se enteré que Jaejoong no es Karam o:
    ¿Que hará? . Espero que luego aparezca Karam para que empiece la lucha (?)

    Gracias por el capitulo ^^

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  10. ufff, ahora qué hará Yunho''?? violará a Jae, ?? es que también Jae qué mala suerte tiene, se va a escapar y termina mirando el revolcón que se pega Yunho con una zorra. ahora deberá apagar el fuego que Yunho no extinguió.

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  11. O.o.!! jaejoong encontró en plena acción a yunho que coraje , como se le ocurre hacer eso a yunho sabiendo que tiene a su prometido(`ー´)
    me da risa cuando jaejoong le da la contra a yunho :3

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  12. Hahaha Vaya Yunho le a pillado
    Y k pasara cuando Yunho se entere que Jae no es Karam...........

    Misteri mistere haha xD <3

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  13. YH es un pillin e.e
    JJ hazlo sufrir xd
    gracias continuare leyendo <3333

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  14. ¡Pensé que escaparía! D: y en vez se encuentra con Yunho y sus deslices nocturnos xD me gusta su relación~ ¡me encantan! espero que pronto Yunho se entere de que Jaejoong no es Karam, ¡quiero saber su reacción! gracias por el capítulo! :)

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  15. No logró escapar y además vio a Yunho en plena acción 😁😁😁

    Ahora que Yunho descubra quien es Karam, que hará con Jae?

    Gracias!!! 💗💕💞

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