Capítulo 1
Jung Yunho
terminó de pagar por el café y se alejó del mostrador, sosteniendo la taza con
una mano y cerrando la billetera con la otra. Había por lo menos cuatro
personas detrás de él en la fila, por lo que salió de ella, levantó la vista y
su mirada fue capturada de inmediato por un par de increíbles ojos oscuros que
jamás vio.
Se detuvo
instantáneamente, inmovilizado por el calor que lo invadía. Un delicado rostro
se volvió para mirarlo, y un color rosa suave tiñó sus contorneadas mejillas,
antes de que desviara la mirada al frente. Sin lugar a dudas la atrapó
observándolo. El perfil que se volvió hacia él era eminentemente, y mientras lo
miraba, él dirigió su atención a una carpeta que tenía en la mano.
Permanecía
sentado en una mesa, solo. Empujó su billetera en el bolsillo trasero, y
continuó mirándolo. Sin duda era hermoso, suave y rasgos gráciles. Se quedó
quieto y la tranquilo y sutil tensión parecía endurecer sus hombros. Se negó a
mirarlo de nuevo y él miró rápidamente alrededor de la tienda casi llena antes
de volver sus ojos a él.
Sabía que probablemente debería apartar la mirada, pero demonios, era hermoso, de una manera sensual y exótica, en una forma que lo atrajo instantáneamente, y de todos modos, él empezó a mirarlo primero. Un hambre primitiva rasgó en sus entrañas, endureciéndolo más allá del confort, y una repentina necesidad de tocarla lo dominó.
Mierda. Esto
era su maldita culpa, sabía que debería haberse masturbado esta mañana. Al
conseguir su objetivo, el café, estuvo a punto de darse la vuelta y marcharse.
Mientras que era, sin duda, lo suficientemente valiente para acercarse a él,
algo le decía que en este momento su movida no sería bien recibida.
Las líneas
suaves de su perfil mostraban malestar, algo le indicaba que él seguía estando
consciente de él, Yunho sabía que no existía una maldita manera de que se fuera
de allí, y tomó la rápida decisión de sentarse por un rato.
Dio media
vuelta y se sentó en una de las pocas mesas vacías, donde podía verlo de espaldas,
pero no podía observarlo a menos que él se diera vuelta completamente. Quería
asegurarse de que no estaba con nadie, o posiblemente encontrándose con
alguien, antes de acercarse. Y sabía que tenía que acercarse a él.
Sacó el celular
de su bolsillo, se sentó en la mesa y tomó el café. Se debatió sobre qué
demonios hacer, pero cuando lo miró, su mano se extendió y garabateó algo en el
documento que leía. ¿Imaginaba cosas o vio leve temblor en sus delgados dedos?
¿Supo que se sentó detrás de él?
Mientras la
mirada de él perforaba sus estrechos hombros y la delicada línea de su espalda,
pensamientos libidinosos llenaron su cabeza. Pensamientos acerca de rasgar su
camisa y lamerle los pezones con la lengua. Su cabello parecía suficiente para
envolverlo mientras se empujaba en su interior. Las uñas de sus delgados dedos,
imaginándolos envueltos alrededor de su pene, aliviando la erección que tenía
por él.
Así que la
pregunta era: ¿tendría una oportunidad con él? Por la forma en que lo observaba
podría decirse que sí, y por la forma en que lo deseaba sabía que iba a
averiguarlo antes de abandonar el lugar.
Se dio cuenta
de que su taza de café se hallaba vacía y permaneció sentado allí durante diez
minutos luchando con una erección que se negaba a ceder, cuando él empezó a
recoger las cosas y metió la carpeta en un bolso grande.
Ahora que se
encontraba de pie, vio que era alto pero no más que él, y llevaba un apretado,
aunque, conservador pantalón, una camisa de color púrpura. Toda la combinación,
inflamó sus sentidos. Pasó la correa por encima de su hombro y se preparó para
irse.
Con gracia
inconsciente, no miró ni a la derecha ni a la izquierda, mientras se dirigió
hacia donde se encontraban los baños.
Yunho no perdió
un segundo. Deslizó su celular en el bolsillo y dejó la taza de café en el
mismo lugar que él se sentó.
Mientras
desaparecía en el interior del baño, se acercó al chico que lo atendió antes.
La fila había desaparecido ahora, y el mozo, que no parecía mucho mayor que un
adolescente, se volvió hacia él cuando Yunho se inclinó sobre el mostrador.
—El hombre que
se encontraba sentado ahí —comenzó, indicando la silla que dejó vacante.
Los ojos del
muchacho se abrieron y se puso firme.
— ¿Si?
— ¿Sabes de
quién estoy hablando?
El chico
levantó la barbilla en una afirmación rápida y enarcó las cejas.
—Sería difícil
no verlo, amigo.
Yunho asintió.
Era la maldita verdad. Era más caliente que el infierno.
— ¿Alguna vez
lo has visto antes?
—Sí.
— ¿Viene a menudo
entonces?
El chico se
acercó y cruzó los brazos sobre el mostrador a un pie de distancia de Yunho.
—Los martes y
jueves, generalmente.
—Gracias. Te lo
debo.
—Nah. No es
nada, hermano. Buena suerte.
—Sí, gracias. —Yunho
se dio la vuelta y se dirigió al pequeño vestíbulo exterior al baño. Tal vez
sería acusado de acoso, pero... tal vez no.
* * *
Jaejoong salió
del baño y vio al hombre apoyado en la pared, casualmente, en una postura
relajada, con sus botas cruzadas delante de él y los dedos enganchados en los
bolsillos de sus pantalones vaqueros.
Mierda. Pensaba que se había ido. Mentiroso, se admitió a sí mismo. Sabía que
se había sentado detrás de él. Era su culpa. Él captó su mirada fija, pero
maldita sea, ¡solamente era un ser humano!
Lo miró a la
cara, y contuvo la respiración, pero eso no lo ayudaba a controlarlos nervios.
Jesús, los hacían altos aquí. Altos y malditamente hermosos. Fue la razón
exacta por la que captó su mirada fija en primer lugar.
Sintió sus
mejillas llenarse de calor.
Asintió
rápidamente e intento pasarlo, tratando de ignorar que permanecía apoyado
contra la pared, probablemente esperándolo.
Mientras lo
pasaba, él se apartó de la pared, se levantó y su mano salió disparada para
envolverse alrededor de la parte superior de su brazo. Su estómago se volcó y
casi se derritió a sus pies cuando, arrastrando las palabras, dijo:
— No tan
rápido. — Jaejoong parpadeó hacia él, y el fuego que vio en las oscuras estrías
amarronadas de sus ojos casi fue su perdición.
El tipo era
increíblemente bien parecido, y se avergonzaba por reconocer que su puño envuelto
alrededor de su brazo lo excitaba.
El área
principal de la cafetería se encontraba llena de gente, lo que no quedaba a más
de tres metros de distancia. Lo que sentía ciertamente no era miedo, ni
siquiera podía fingir que era así.
El corazón se
le paró y comenzó a golpear con fuerza en sus oídos mientras trataba de mirarlo
con serenidad, con una única pregunta en sus ojos. Su mirada se posó audazmente
sobre él.
—Ahora cariño
no me mires de esa manera. Tú comenzaste esto y ambos lo sabemos.
Su voz era
profunda y baja, y su efecto era como un líquido caliente que corría por sus
venas de forma abrazadora. Sabía que debería alejarse de él, pero ¿cómo se
suponía que iba a hacer eso cuando era, por mucho, el hombre más sexy que vio
en su vida?
Valientemente
trató de enfocar sus pensamientos ¿lo acusó de algo? Tenía que prestar atención
a la conversación y no a los tonos profundos de su voz bien modulada.
—Lo siento,
¿qué?
Mientras
pronunciaba la pregunta que indudablemente dejaba expuesta su confusión, Jaejoong
era consciente de que el agarre de él se convirtió en una caricia, y su rostro
se iluminó, con una sonrisa tan impresionante que casi lo sacó fuera de su eje.
Sus ojos se arrugaron con diversión, como si lo hubiera complacido de alguna
manera, y brevemente miró sus labios antes de levantar la mirada.
— ¿Cómo te
llamas? —dijo arrastrando las palabras. Esa voz indecentemente profunda golpeó
sus sentidos, y Jaejoong se preguntó por una fracción de segundo si sería
aconsejable darle la respuesta que pedía. Por un lado, era el epítome del macho
más caliente. Pero, por otro, parecía tener tanta confianza en sí mismo, que lo
hacía pensar que era consciente de ello.
Su silencio
hizo aumentar la diversión de él, y su atractivo viril le hizo difícil pensar.
—Vamos, cariño.
Tienes un nombre, ¿no?
Jaejoong se
mordió el interior del labio para controlar el temblor.
—Jaejoong
—respondió finalmente.
Lo apreció
perezosamente y en ese momento, su magnetismo sexual se exhibió abiertamente.
—Eres muy
bonito —dijo, con una voz llena una confianza en sí mismo que parecía crecer
por segundo. Eso no lo hacía menos atractivo.
Jaejoong respiró
entrecortadamente.
—Entonces...
tú…
Su sonrisa se
ensanchó y pudo ver sus dientes blancos y perfectos. Un río caliente corría por
su columna vertebral. ¡Dios, quería besarlo!
— ¿Crees que
soy bonito? —-preguntó con una voz perfectamente controlada.
Jaejoong notó
que expresó en voz alta el pensamiento y sintió como el rubor se apoderaba de
él.
—No... No eres
bonito, exactamente. —Desde que se graduó de la universidad, soñaba con conocer
a un hombre, pero nunca uno como éste. Y tal vez él no era. —Está bien cariño,
eres lo suficientemente hermoso por ambos. —Pensó que trataba de calmarlo, pero
con su pulgar deslizándose hacia adelante y atrás, a través de la piel de sus
bíceps, esto no ocurriría.
Trato de
mantenerse controlado, y cuando se hallaba a punto alejar el brazo de su
agarre, dado que no era decente vagar en el vestíbulo del baño con un
desconocido, sus dedos se apretaron, anticipando su próximo movimiento.
Miro a la mano
que se cerraba alrededor de su brazo, antes de levantar los ojos hacia él.
—Me tengo que
ir... Siento que me encontraras mirándote.... Quiero decir siento haberte
mirado fijamente. —Lo miraba tan fijamente que pensó que podría ahogarse en sus
ojos.
—No me importa
que me mires fijamente —respondió, como si eso hubiera mejorado su día y tal
vez más. Hizo un movimiento para liberarlo de su agarre.
Tomó un suspiro
tembloroso y se lamió los labios.
— ¿No?
Sus ojos se
deslizaron por su cuerpo, como en una larga y caliente caricia, antes de que
levantara la cara una vez más. Mirándolo atentamente, comenzó a sacudir la
cabeza hacia adelante y atrás. Mientras con una mano aún sostenía su brazo, con
la otra lentamente agarró y levantó su barbilla y comenzó a caminar hasta que
la espalda de él chocó contra la pared.
—Sí, me gustó
que me miraras fijamente. Puedes mirarme mientras te beso, si quieres.
Jaejoong se
apartó de él, la parte posterior de su cabeza golpeando la pared.
— ¡No puedes
besarme!
— ¿No puedo?
—-preguntó, dramáticamente.
— ¡No!
Sus cejas se
juntaron e inclinó la cabeza un poco hacia un lado, como si estuvieran
compartiendo una broma.
— ¿Es demasiado
pronto?
Su corazón
seguía golpeando contra su esternón.
— ¡Sí!
Su pulgar se
arremolinó sobre su barbilla acariciándola, mientras lo miraba con atención.
—Entonces,
¿Cuándo? ¿Quieres venir a mi casa esta noche?
¡Santa Mierda! no podía creer que acababa de preguntarle
eso. Sabía lo que quería, por supuesto, y sintió una gran ráfaga de decepción.
Pero sólo para asegurarse de que no se encontraba a punto de juzgarlo
injustamente, porque era malditamente caliente y quería asegurarse de no echarlo
injustamente, preguntó:
— ¿Para qué?
Los ojos de él
se estrecharon y frunció el ceño como si tratara de encontrar una respuesta
adecuada.
— ¿Qué me dices
de un café? Sé que te gusta el café. —Sonrió como si acabara de realizar la
declaración más brillante.
— ¿Café?
—preguntó sarcásticamente.
— ¿No? ¿Café
no? ¿No vas a comprar eso? ¿Qué tal la comida? Podría alimentarte. — ¿Quieres
que vaya a tu casa por café y comida? — Jaejoong sabía que tenía que salir
ahora—. Estás bromeando, ¿no?
— ¿Qué quieres
que te diga, cariño? —Lo miró seductoramente, con su atención completamente
centrada en él.
—Crees que
realmente eres encantador, ¿no es así? —preguntó con dureza.
Se encogió de
hombros.
—Tú lo
empezaste, cariño. Tú eras el que me miraba.
—Entonces,
¿este tipo de acercamiento, te funciona generalmente? —No pudo evitar
preguntar.
Se encogió de
hombros.
—No puedo decir
que he acorralado a un hombre en la cafetería antes.
— ¿Así que soy
el primero? Me siento halagado.
—No tienes que
sentirte halagado. Cada hombre por ahí está pensando lo mismo—Señaló
arrogantemente con la cabeza hacia la sala detrás de ellos.
Rodando los
ojos, dijo:
— Genial. Gracias.
Tengo que volver al trabajo.
Lo ignoró y
preguntó:
— ¿Estás casado?
Sus ojos se
estrecharon y su boca se tensó.
—No estarías
tocándome si lo estuviera.
—Ahh. Un hombre
con escrúpulos. Eso me gusta.
—Sí, bueno,
estoy feliz de que estés contento. —Con un nudo de decepción en el estómago,
trató de ignorarlo, pero no lo permitió—. Me tengo que ir.
—Y te dejaré
ir. En unos diez segundos. ¿Así que, marido, novio?
Jaejoong comenzó
a sentirse mareado por su cuestionamiento implacable. Él sacudió la cabeza,
preparado para darle una oportunidad más.
—No tengo
novio.
— ¿Un amante?
Jaejoong abrió
la boca y puso los ojos en blanco ante su insistencia sobre el tema.
—No.
— ¿Buscando
uno?
Maldita sea. Lo sabía. No se encontraba
interesado en él, sólo quería hacerlo con él.
Le dio el
beneficio de la duda, pero lo echó a perder. Es una pena. Levantó una ceja y se preparó para disparar y
derribarlo.
— ¿Té estás
ofreciendo?
—Mm… hmm…
Negó con la
cabeza y elevó los ojos al cielo antes de centrarse de nuevo en él.
—No lo creo.
Sonreía de
nuevo, el hijo de puta.
En lugar de
notar que intentaba escapar, sonreía como si fueran a tener hijos juntos. Abrió
esos labios hermosos y preguntó:
— ¿No crees que
eso sería bueno?
Jesús, este
hombre pensaba que era un regalo de Dios. Lo miró de arriba a abajo y luego
negó con la cabeza. Repentinamente sintió algo de remordimiento, pero nada
bueno podía venir de un encuentro como éste. Enderezó la espalda y se preparó
para sonar firme y confiado, como si tuviera mucha experiencia y no le gustara.
Abrió la boca para hablar, orgulloso de sí mismo cuando sus palabras fueron
suaves y frescas.
—Nah. Eres
demasiado guapo. En mi experiencia, los hombres guapos no tienen idea de qué
hacer en la cama. Y lo siento cariño, no tengo interés de enseñarte. —Sacó el
brazo de entre sus dedos y se alejó.
Yunho miró su
pequeña espalda rígida y el suave balanceo de su trasero mientras salía del
edificio y una bola caliente de necesidad lo llenó. Sabía que lo que sentía no
podía ser apaciguado por cualquier otra persona en un momento cercano.
Levantó las
manos e hizo crujir los nudillos, como si se preparara para una pelea.
Oh, mierda. Que
empiece el juego.
* * *
La siguiente
tarde en el trabajo, el amigo y compañero de trabajo de Jaejoong, Heechul, lo
invitó a tomar unas copas con el grupo habitual de amigos. Iban a un bar a la
vuelta de la esquina, donde solían ir para la hora feliz.
—Te ves genial,
hoy. Cómo haces para tener un estilo casual y verte a la vez profesional, está
más allá de mí. — Jaejoong no podía decir si Heechul se quejaba o le hacía un
cumplido. Siguió mirando los números frente a él.
—Gracias, me
alegro de que nos dejaran vestir vaqueros. Pero no puedo ir. No esta noche.
Tengo que trabajar un par de horas con el Proyecto. Las cifras acaban de llegar
y no quiero estar aquí todo el fin de semana, así que voy a empezar cuanto
antes.
Heechul parecía
molesto.
—Sabes, te vas
a arrugar y tu trasero se atrofiará si nunca lo utilizas.
Jaejoong levantó
la vista del documento en la pantalla, sin poder creer que oía a su amigo
correctamente. Al ver la mirada fría y desaprobadora en la cara de Heechul, Jaejoong
se echó a reír.
—Eso es
ridículo. Sueles venir con un montón de basura, pero creo que esto está en la
parte superior de la lista. — Jaejoong volvió de nuevo a los documentos que
tenía que terminar, pero siguió hablando con un tono distraído—. ¿Crees qué
estoy envejeciendo o algo así?
—Hay otras causas
de atrofia además de la vejez, ya sabes. La falta de testosterona es una. ¿Alguna
vez has oído hablar de la expresión úsalo o piérdelo? —Heechul intentaba incitarlo,
pero Jaejoong seguía estudiando el gráfico de su pantalla—. Hablo en serio, si
no lo haces, tus niveles de testosterona caerán.
—Eso es pura
mierda. — Jaejoong se rió, sabiendo que no sería capaz de volver a trabajar si
antes no cambiaba el humor de Heechul.
Heechul golpeó
la parte trasera de la silla de Jaejoong y luego cruzó los brazos sobre su
pecho.
—En serio,
tienes que hacer algo. Casi nunca sales con nosotros, y sé que no has salido
con nadie desde el surfista.
La risa murió
en los labios de Jaejoong.
—Sí, eso fue un
error.
—Siempre es un
error salir con un surfista. Nada bueno puede salir de ello. Pero no podrías
haberlo sabido. Pero ahora has aprendido la lección. Siempre serás la segunda
cosa más importante de su vida, después de las olas.
Jaejoong asintió,
estando de acuerdo y Heechul continuó.
— Ellos no
pueden mantener un trabajo, porque renunciarían en un abrir y cerrar de ojos
antes de perderse un fuerte viento.
Jaejoong que no
juzgaba tan rápidamente a todos y manteniendo la mitad de la concentración en
su trabajo y la otra mitad en la conversación, dijo:
— Estoy seguro
de que hay hombres que surfean y logran mantener un trabajo. El hecho de que tú
y yo nos quemáramos por un par de vagos, no quiere decir que todos sean malos.
—Oh, confía en
mí Todos son malos. Acabas de hacer hincapié en la clave, la diferencia está
entre los surfistas y los que surfean de vez en cuando. Los surfistas son los
que persiguen las olas y no dan una mierda por nada más. ¿Entiendes?
—Sip. Veo la
diferencia.
Heechul lo
estudió con atención y volvió al tema del que hablaban antes de desviarse.
—Entonces,
¿hace cuánto tiempo no te toca un hombre?
Aunque Jaejoong
sabía que su amigo le preguntaba cuánto tiempo pasó desde que tuvo sexo, tomó
la pregunta literalmente y pensó inmediatamente en el hombre en la cafetería
ayer. Él lo tocó. Lo sabía porque lo sintió por todo el cuerpo. Su piel todavía
hormigueaba donde sus dedos se cerraron alrededor de su brazo.
Era una pena
que fuera un idiota y que solo se interesara en una cosa, aunque no podía negar
que sus pensamientos fueron por el mismo lado. Pero, por desgracia, no era una
puta.
Maldita sea. ¿Por qué no era una puta?
Seguramente podría haber aprendido a serlo para él. Ese toque. Esa voz. Ese
cuerpo duro, alto, usando vaqueros azules. Santo infierno, si existía algún
tipo de justificación para convertirse en una puta, era él. Pero lo dejó ir, y
ahora no tenía forma de ponerse en contacto con él de nuevo, aunque quisiera.
Heechul agitó
la mano delante de la cara de Jaejoong y chasqueó los dedos.
—Oye, ¿Estás
ocultándome algo? ¿Hay algo que no me has dicho? ¿Has estado durmiendo con
alguien?
—No. — Jaejoong
hizo una mueca y sacudió la cabeza.
—Entonces, por
qué tenías esa mirada de...
—Nada. —
Jaejoong finalmente se rindió, pulsó el botón para guardar su trabajo y luego
se giró en su silla para centrarse plenamente en su amigo—. Conocí a un chico
seriamente caliente ayer.
Heechul se
llevó la mano al pecho y dramáticamente se comportó como si estuviera a punto
de caer al suelo. Luego se sentó en el escritorio de Jaejoong y cruzó las
piernas.
—Dilo de una
vez.
—No hay nada
que contar. Era caliente. Nos encontrábamos en la cafetería, nos comprobamos el
uno al otro, me siguió hasta el fondo de la tienda y trato de conseguir que me
encontrara con él más tarde para tener sexo.
—De ninguna
jodida manera.
—Oh, sí, lo
hizo —dijo Jaejoong.
— ¡Tienes toda
la maldita suerte! Así que ¿Qué hay de malo con él? —preguntó Heechul.
La boca de Jaejoong
se aplanó en una línea, malhumorado.
— ¿Quieres
decir, además de que era un imbécil que sólo quería follarme?
—Bien, si,
además de eso. ¿Vas a culparlo por pensar que eres caliente?
—Bueno, no. —
Jaejoong se vio obligado a admitir.
—Bueno,
¿entonces qué?
Jaejoong miró a
su amigo.
— ¿Alguna vez
me has visto dormir con alguien solo para… aliviarme?
—Sí, no te he
visto hacerlo. Pero te voy a decir una cosa —Heechul estrechó los ojos—,
atrofia en tus cositas.
—Cállate.
—Tú cállate
¡Tienes que echar un polvo, Jaejoong!
—No sé su
nombre y no tengo su número o cualquier cosa, incluso si lo tuviera… no soy
como tú. —Le dio a su amigo una mirada, sonriendo con aire de suficiencia y Heechul
sólo asintió como si estuviera totalmente de acuerdo.
Jaejoong rió.
—Sí, traté de
hacerlo bien.
—Bien hecho,
pero la próxima vez no te equivoques tanto. Si un chico caliente como él que
estás describiendo se acerca, ¡tienes que conseguir su número!
—De acuerdo, te
oigo fuerte y claro, puedes comenzar a darme lecciones sobre cómo conseguir un
chico para... pasarla bien—bromeó Jaejoong, poniendo la lengua contra su
mejilla—. Pero tendrá que esperar un par de semanas, tengo que tener este
proyecto terminado o no voy a tener vida y voy a estar estresado por ello
—dijo, tratando de volver al trabajo.
— Bla, bla,
bla. —Heechul levantó su ceja perfecta —. Sé que no hablas en serio sobre las
lecciones, así que no voy a entusiasmarme demasiado. —Heechul pareció olvidarlo
y cambió de tema—. Conoces a ese chico que está caliente por tu trasero ¿no?
— ¿Caliente por
mi trasero? En serio, nunca te casarás si no te tranquilizas. — Jaejoong estudió
a su amigo —. ¿El tipo en ventas? —Hizo una mueca y negó con la cabeza. El tipo
era asqueroso—. Ya me pidió salir y le dije que no.
—Lo quiero si
tú no —dijo Heechul.
—Todo tuyo.
—Y obviamente
me casaré —discutió Heechul —. Solo porque actúo como una puta en frente de mis
amigos no quiere decir que soy lo suficientemente estúpido para hacerlo en
frente de los potenciales padres de mis futuros hijos.
Sin perder la
oportunidad, Jaejoong dijo:
— Eso está bien
porque los chicos tienen un radar para zorras o algo así, ¿lo sabes, verdad?
—Sí, lo sé.
Pero no todos tienen el radar… —Se detuvo esperando que Jaejoong preguntara.
Jaejoong rodó
los ojos.
—Está bien, lo
haré. ¿Cuáles tienen un radar y cuáles no lo tienen?
Heechul bajó la
vista a sus uñas y meneó su trasero en el escritorio, como si se estuviera
acomodando para una larga plática, listo para impartir conocimiento casi de una
proporción bíblica.
—Bueno, en mi
experiencia, el tipo de hombre promedio no lo tiene. El típico hombre alfa lo
tiene, por supuesto.
— ¿Y cómo sabes
esto?
—Dios,
realmente eres tan dulce e inocente como pretendes, ¿verdad?
—No soy
inocente, Heechul. Ese barco zarpó hace mucho tiempo.
Heechul negó
con la cabeza, desconfiado.
—Puedes
engañarme, pero como sea. ¿Quieres saber o no?
—Seguro. Por
curiosidad, supongo. Comparte tu sabiduría, oh, zorrita.
Heechul le dio
una mirada a Jaejoong.
—Cuidado.
Jaejoong dejó
salir un suspiro y miró al reloj en la pared.
—Lo siento. Comparte
tu conocimiento, “Señorito Voz de la Experiencia”.
—Eso está
mejor. Está bien. Los machos Beta no tienen ni idea. Si te manejas por la regla
de las tres citas, pensaran que eres un chico decente. Los Alfas, por otro
lado, saben todo sobre la regla y sospecharán instantáneamente si duermes con
ellos en la tercera cita.
— ¿Regla de la
tercera cita?
—Oh, vamos, Jae.
¿En serio?
¿Era esta regla
de tres citas algo que Jaejoong se perdió en la universidad? ¿Algo que los
chicos de fraternidad transmitían y nunca se enteró sobre eso porque no se
afilió a ninguna?
—Estoy hablando
en serio. No sé de lo que estás hablando. ¿Me estás diciendo que hay una regla
tácita sobre que los chicos pueden tener sexo en la tercera cita y aún mantener
su dignidad?
—Sí. Y todo el
mundo sabe que es un signo de puta si un chico o chica tiene sexo antes de la
tercera cita.
—No sabía eso
—dijo Jaejoong.
— ¿Cómo podrías
no saberlo? —contestó Heechul.
Jaejoong se
encogió de hombros.
—No lo sé.
Estuve en una larga relación la mayor parte de mis años en la universidad y
nunca tuve un amigo como tú, hasta que vine a trabajar aquí. — Jaejoong sonrió
a su amigo para suavizar el golpe.
—Bueno, ¡es
algo bueno que me tengas ahora! No dejaré que vayas por mal camino. Así que
aquí está la cosa. Como dije, un alfa sabe sobre la regla, así que si estás
saliendo con un alfa, tienes que esperar más de tres citas. Probablemente cinco
o seis.
Jaejoong se
aburría extremadamente con esta conversación y necesitaba volver a trabajar,
pero le siguió el juego.
—Es bueno
saberlo. ¿Qué más?
—Básicamente,
el macho alfa es tan experimentado y ha dormido con tantos que es un animal
suspicaz. Tiene que limpiar todos los signos de hombres anteriores en tu vida y
ruega que nunca te topes con una de tus “aventuras” mientras estas con él.
Porque si lo haces, identificará al tipo rápidamente como alguien con el que
has dormido.
— ¿Así que eso
es lo que haces?
—No soy tan
puta, Jaejoong. No tengo una fila de viejos amantes detrás de mí. Además, mi
plan es encontrar un agradable chico beta quién no conocerá la diferencia y
adorará el piso por el que camino.
—Pero de
verdad, ¿Estás diciendo que los alfas solo sirven para dormir con una tonelada
de amantes, mientras que los betas son material para matrimonio? —De hecho, esa
era buena información, y Jaejoong iba a archivarla.
—Principalmente.
No estoy diciendo que los alfas no quieran casarse. Algún día. Esa es la
palabra clave. No quieren nada más que acostarse con una larga lista de amantes,
probablemente a mediados de sus treinta, y después en algún punto, cuando su
propia muerte los esté mirando en la cara, tratan de encontrar a un buen chico
para casarse. Y los bastardos pueden diferenciar entre un chico sin experiencia
y un experimentado. Créeme. Esto es por qué deberías divertirte con los alfas,
pero solo poner tu corazón en un beta.
—Pero, ¿no se
supone que los betas son aburridos?
—Oh, dios, no.
No necesariamente. Muchos son guapísimos, pero son tímidos. Encuentra a uno de
esos, que te tratará bien, y querrá casarse.
—Así que, ¿cómo
te das cuenta de la diferencia de un beta y un alfa?
—El alfa es el
que actúa como si fuera un regalo de Dios. —Cuando su amigo dijo eso, Jaejoong
sintió un estremecimiento en su estómago, mientras Heechul continuaba—. El beta
podría lucir como si lo fuera, pero no actuará así. El alfa es el que busca
inmediatamente sexo, porque es a lo que está acostumbrado. Un alfa sabe lo que
quiere y va detrás de ello, a toda velocidad.
—Como el tipo
de ayer —murmuró Jaejoong en voz baja.
—Sí,
probablemente. Si se empeñó en llevarte con él cuando se conocieron, el tipo es
un alfa. Mantente alejado. No tengas sexo con él, porque nada bueno saldrá de
ello y solo terminarás herido.
—Pero, ¿pensé
que me dijiste que debería tener sexo con alguien? Y los alfas son buenos para
pasar un buen rato. ¿Por qué no alguien como él? Quiero decir, si todo lo que
estoy buscando es sexo. —Lo cual todavía se encontraba a debate, pero Jaejoong
quería conocer el razonamiento de Heechul.
Heechul hizo un
sonido de desaprobación.
—Porque te
conozco, Jaejoong. No tendrías sexo solo por diversión. No puedo aconsejarte
hacerlo, y puedes mentirme y decirme que lo vas a hacer, pero créeme, sé que no
pasará.
—Sí,
probablemente estas en lo correcto.
Heechul le dio
una mirada astuta.
—Oh, cariño.
Siempre estoy en lo correcto en cosas como éstas.
* * *
El jueves, a
media mañana, Jaejoong colocó sus cosas sobre su mesa favorita y se acomodó en
una silla, soplando su café. Miró a través de la habitación y sus ojos se
estrellaron violentamente en el hombre sentado frente a él.
Era él. Su mirada sostenía la suya, rehusándose a
liberarla, y miles de mariposas enloquecieron en su estómago, tratando de
liberarse. Su mano comenzó a temblar visiblemente, y bajó la taza antes de
derramar su café.
El tipo no
desperdició ni un segundo, se levantó y atravesó la habitación. Sacó la silla
opuesta a él, se sentó con sus piernas ampliamente abiertas, cruzó los brazos,
los puso en la mesa frente a él, y se inclinó hacia él.
Lo miró
fijamente sin decir nada, y Jaejoong comenzó a hiperventilar. Cuando siguió
callado, sus ojos se ampliaron y finalmente encontró su voz.
— ¿Qué estás
haciendo?
Su mirada bajó
a sus labios antes de mirarlo otra vez.
—No tomando un
“no” por respuesta. —Una sonrisa engreída y sin alegría torció sus labios y la
fuerza de su presencia imponente crepitó peligrosamente a través de la mesa.
heechul y sus concejos creo que confunden a jae mas de lo que ya esta y si definitiva mente yunho es un alfa y no se anda por las ramas y ya le a dicho a jae lo que quiere pero no creo que jae pueda resistir mas de 5 o 6 sitas antes de que yunho se lo lleve a la cama pues a la que se ve yunho es muy insistente y creo que jae caerá pronto
ResponderEliminares que ese yunho es tremendo y jae esta un poquito ansioso XD
GRACIAS por el capitulo espero el siguiente no tardes byr
Wow lo de alfa y beta me encanto la explicacion de heechul
ResponderEliminarJjejejejeje pero creo que tanto yunho y jae se quedaron impactados y flechados aunque claro yunho actua como todo un macho alfa al que luego creo van a domarlo jejejejeje
Gracias por el capi
:-P
kyaaaaa Yunho es tu macho alfa Jae, solo tienes que aceptarlo jajajjaja...
ResponderEliminarPero la conversación entre Jae y Heechul fue de lo mas interesante.... Jae escuchando los sabios consejos de la diva... como si fuera su maestro :)
Yunho y Jae casi se comian con los ojos, se consumen en su calentura :) pero es mejor que Jae se haga de rogar, eso se pondrá muy bueno.
Gracias por compartir el capitulo :)
es mejor que se conoscan xd
ResponderEliminarasi formaran una mejor relacion , JJ no puedes caer tan rapido ok que YH se espere ,,,,,
Gracias por el capi actualiza pronto ,,,,,
Yunho y Jae sintieron una atraccion muy fuerte y Yunho ha ido por el y Jae no se deja y sabe que el solo quiere sexo y ya.
ResponderEliminarMe encanto la conversacion de Jae y Heechul dandole consejos a Jae sobre los alfaa y betas,definitivamente Yunho es todo un alfa.
Que pasara ahora que ya se han vuelto a ver????
Chul tan zorra como siempre(? xD buenos consejos los q le da jajaja
ResponderEliminarbue si algo es cierto esq yunho es todo un macho alfa y uno malditamente caliente que jae no puede desaprovechar :3 gracias x compartir ^^
Jae tiene que pensar sus cosas hahah Xd
ResponderEliminartodo a su hora y en su tiempo haha
Heechul debería dar clases xD de.con quien acostarse y con quien no jajajajaj es una zorra
ResponderEliminarYunho ~~tan persistente espero que no lastime a Jae :/
Me encantó la clase de Heechul sobre betas y alfas jajajaja debería impartir clases, serían las mejores xDD este Yunho tan directo, un alfa de tomo y lomo *o* Jaejoong caerá~ en el fondo sabe que caerá... pero Yunho tambien lo hará sentimentalmente aunque se resista muajaja será hermoso <3 :3 gracias por el capítulooo :)
ResponderEliminaray por Dios, Yunho va a por todas, quiere con Jae y no parará hasta tenerlo donde él quiere.
ResponderEliminarHechul es tan cómico, dándole consejos a su compañero de trabajo.
ojalá Yunho no haga sufrir a Jae, me temo que Jae cayó rendido a los pies de este Yunho conquistador.
gracias
Jajajaja todo un alfa este Yunho...el problema...también podrá ser un beta?
ResponderEliminarYunho todo un conquistador y va con todo por Jae, pero con el razonamiento que le dijo Heechul, parece que Yunho no le conviene. A ver que pasa.
ResponderEliminarGracias!!! ❤️💕💞