Capítulo Uno
—He terminado con los hombres
—declaró Kim Jaejoong.
— ¿Eso significa que tu cita de
anoche no funcionó? —preguntó su amigo Kim Junsu comprensivamente.
Jaejoong y Junsu eran socios de la Librería Whispering
Springs, además de ser casi como hermanos. Su íntima amistad se remontaba al
momento en que se conocieron, en quinto curso. De esta manera había comenzado
aquella amistad larga y duradera.
Tomando un descanso de su floreciente negocio, los hombres
se habían instalado en un reservado del mejor restaurante de la ciudad. El
lugar estaba abarrotado. Las camareras corrían de un lado para otro con los
menús y la comida, entre un continuo flujo de clientes que menguaban y crecían
con la habitual prisa de la hora del almuerzo.
—Fue un desastre —contestó Jae a la pregunta de Junsu
sobre su cita. Se retiró de la cara un mechón de su cabello —. Fuimos a tomar
una pizza, antes de ir a ver la película. Comió como un cerdo.
— ¿Exactamente cómo de parecido a un cerdo? —preguntó Junsu,
deteniendo el tenedor sobre una jugosa rebanada de tomate.
— ¿Conoces a ese tipo de personas que pueden comer con
los dedos, y, aun así, permanecer limpias? No es de ese grupo. Consiguió
ponerse todo sucio de salsa y comida. ¡Fue de lo más vulgar! —aseguró Jaejoong
con un dramático estremecimiento.
Junsu rió tolerante.
— ¿No crees que eres un poco remilgado?
— ¡Espera y escucha el resto! —Exclamó Jaejoong con el
ceño fruncido— Fuimos a ver el estreno de una película de fantasía. ¿Has oído
hablar de esas películas basadas en cuentos infantiles? Bueno, pues colocó uno
de sus brazos sobre mis hombros. Le doy gracias a Dios, porque se lavó las
manos antes de que saliéramos de comer. De cualquier manera, no paró de
tamborilear los dedos sobre mi hombro. ¡Y no paró de hablar! Se pasó el tiempo
haciendo estúpidos comentarios sobre sus acentos e intentando imitarlos.
Jae estaba totalmente lanzado.
—Entonces va y me dice, «deberías salir en la película».
Desde luego, como un idiota voy y le pregunto por qué y me dice… «Eres
tan guapo que pareces una fantasía». ¡¡Eewww!!! ¿No es la frase más
poco convincente que has oído en tu vida?
—Oh, no sé, creo que es algo muy dulce —contestó Junsu
con fingida sinceridad, agitando sus pestañas.
Jaejoong fijó la vista en él con gesto disgustado. La
diversión chispeó en los ojos de Junsu, provocando una pequeña chispa como
respuesta, hasta que ambos comenzaron a reírse disimuladamente.
Junsu cogió su vaso de agua.
— ¿Y qué le contestaste?
—Le dije que era tonto y que me perdonase pero tenía
que ir al baño para vomitar. —Ante la elevación de cejas de Junsu confesó—:
Bueno, no vomité, aunque tuve verdaderas ganas. — Jaejoong se recostó en su
silla con un suspiro. —Después de la película me preguntó si quería parar en
algún sitio para tomar el postre. Pero, ¿tenía ganas de volver a verle comer?
De ninguna manera.
—Entonces te llevó a casa… ¿Y? —lo animó Junsu.
—Y me besó. Fue como besar a una trucha. ¡Yuck! —La
mueca de aversión de Jaejoong, hizo reír de nuevo a Junsu —. Junsu, eres muy
afortunado al tener a Yoochun.
—Cariño, no tienes por qué decir eso. —Una mirada
tierna apareció en sus ojos al pensar en su marido.
Cuando se conocieron en el colegio, Junsu había
elegido filología inglesa. Era alto, de pelo oscuro, y sus ojos parecía que
siempre reflejaban una expresión serena, calmada. Era estudioso y tranquilo, no
de una manera que le hiciera ser poco sociable, sino que reflejaba sosiego y
masculina seguridad. Después de casarse, tras la graduación, se trasladaron a
la ciudad natal de Yoochun.
Jaejoong era muy feliz por Junsu y Yoochun. Tenían la
relación que había esperado para él mismo cuando se casó hacía cuatro años.
Durante su periodo universitario había salido con algunos chicos, pero sin
llegar a encontrar a nadie por el que sintiera verdadero apego, hasta que
conoció a su ex marido al final de su último año de carrera. Jaejoong tenía un
trabajo de media jornada en una oficina y él era un asesor informático
contratado para mejorar el sistema de la empresa en la que él trabajaba.
Pasaron algún que otro rato charlando durante las horas de oficina, mientras él
trabajaba en las mejoras, y cuando un día lo invitó a salir, él aceptó
encantado. Al principio le recordaba a su padre. Tenía un gran sentido del
humor y una personalidad muy sociable. Disfrutaron del proverbial torbellino
romántico y Jaejoong se encontró arrastrado hacia él, por emociones que nunca
había sentido. Después de un corto compromiso, y una boda que presenciaron la
familia y un grupo de amigos, a los diez meses de haberle conocido, Jaejoong se
encontró en el papel de esposo.
Cualquier semejanza con su padre palideció y
desapareció demasiado pronto. Con el tiempo, Jaejoong averiguó que carecía de
cualquier lealtad u honor. Demasiado tarde descubrió su actitud egoísta y su
ostensible indiferencia hacia los votos matrimoniales. Se reveló como una
persona insegura y fanática. El sentido del humor que disfrutó al principio, se
transformó en malvado y cruel.
Respecto al sexo en su relación, nunca había sido
espectacular. Al principio se mostró impaciente y atento, y aunque el acto
mismo pareciera siempre ir tan rápido que nunca llegó a alcanzar el orgasmo, se
dijo a sí mismo que era feliz porque le amaba.
Y le había amado profundamente, a pesar de sus
defectos de personalidad. Por lo que quedó devastado cuando descubrió que, tras
solo dos años de matrimonio, había tenido una aventura.
Al comprender que su matrimonio era una farsa,
consiguió el divorcio. Necesitando un cambio, aceptó enseguida la proposición
de Junsu de trasladarse. Siempre habían hablado de abrir una librería juntos y
este pareció el momento perfecto. Jaejoong se encontró iniciando una nueva vida
en otra ciudad, con su mejor amigo como socio de un negocio.
Perdidos en sus pensamientos, Jaejoong y Junsu se
despejaron de sus ensoñaciones y se rieron él uno de él otro.
—Bueno, está decidido —reiteró Jaejoong —. Mi juicio,
en cuanto a hombres se refiere, es un desastre total. De ahora en adelante no
me separo de mi vibrador. —Hizo una pausa meditabunda—. Aunque, para que lo
sepas, hasta eso comienza a perder su atractivo. ¿Crees que es posible estar
sobre-vibrado? Creo que la otra noche estaba adormecido.
Junsu estalló en risas, tapándose la boca con la mano
cuando los rostros de algunos comensales se giraron hacia ellos.
— ¡Dios, Jae, no me puedo creer que hayas dicho eso!
—No te atrevas a decírselo a Yoochun —le exigió, con la cara sonrojada, mientras
observaba a Junsu secarse las lágrimas con una servilleta—. No sé qué me pasa.
Quizá mi antiguo marido tuviera razón. Tal vez soy frígido.
—Espera un minuto —comenzó Junsu, haciendo una pausa
cuando la camarera, que había traído la cuenta, les preguntó si querían postre.
Después de contestar negativamente, prosiguió—: ¿Vas a sentarte ahí y decirme
que vas a creer en un tipo al que has descrito diciendo que tiene diez
centímetros de pene y un plazo límite de cinco minutos?
Jaejoong frunció los labios mientras consideraba la
pregunta.
—Bueno… pensándolo mejor, no. Pero algo debe andar mal
en mí —declaró—. Los tipos que pienso que son especiales, se vuelven ranas. Y
nunca he sido capaz de llegar al orgasmo mientras practicaba el sexo con un
hombre. No creo que pueda volver a tenerlo sin un vibrador.
Viendo la angustia de su amigo, Junsu comentó
quedamente.
—Jae, dulzura, ¿Con cuántos hombres has tenido sexo?
—Ya conoces la respuesta —contestó Jaejoong,
encontrando la sensata mirada de Junsu—. Dos.
—Exacto. Un amante en el instituto. Un adolescente que
no tenía ni idea sobre sexo. Y después un egoísta, un infiel del culo, que no
se tomó el tiempo, y seguramente no tenía la habilidad necesaria, para
satisfacer a su propio esposo. —Colocando su mano sobre Jaejoong, continuó—:
Cariño, simplemente no has encontrado todavía al hombre indicado. Necesitas a
alguien maduro y seguro de sí mismo. Alguien como, digamos… ¿Jung Yunho?
Los ojos de Jae se dilataron mostrando gran temor.
—Ah, no. No, no. Me asusta como el demonio —exclamó—.
Es tan hermoso y… — dijo incapaz de expresarlo mejor—. Además, ya sabes que le
rechacé cuando me invitó a cenar. —Sacudió la cabeza con decisión—. No me
preguntará de nuevo.
—Si no recuerdo mal, le dijiste que estabas ocupado,
él contestó que quizás en otro momento y tú respondiste que de acuerdo. Esto,
me parece a mí, era una invitación a que te volviera a preguntar —puntualizó Junsu
de manera triunfal.
—Aun así, si me volviera a preguntar, seguiría
contestándole que no —sostuvo Jaejoong.
—Por el amor de Dios, ¿por qué? —preguntó Junsu
incrédulo —. Si un hombre así me lo preguntara a mí, tendría que tomarme un
minuto para recordar que soy un hombre felizmente casado.
Jaejoong estudió la cuenta y calculó la propina.
Buscando en su cartera, hizo una pausa.
—Siento repetir ese estúpido dicho, pero hay algo
peligroso en ese hombre.
—Jae, dulzura, permites que tu imaginación se
desboque. — Junsu estudió a su amigo pensativo —. Pudiera ser que ese «peligro»
que sientes sea una simple amenaza a tu paz mental.
—Y a mi corazón —refunfuño Jaejoong resentido—. Jung
Yunho no es el tipo de hombre que se larga y deja a un hombre con el corazón
intacto.
— ¿Y quién te asegura que te dejará? —lo desafió Junsu.
—No puedo esperar mantener el interés de un hombre
como él —suspiró Jaejoong.
Junsu sacudió la cabeza negativamente.
—Tienes la mala costumbre de infravalorarte. Y
presupones mal comportamiento en alguien que ni siquiera conoces. Sal con él
una vez y mira a ver qué pasa. Y en lo referente a mantener su interés.
—Extendió la mano y le dio un toque a la nariz de Jaejoong—. ¿Por qué no le
dejas ser el que juzgue eso?
Arrugando la nariz, Jaejoong no dijo nada mientras él
y Junsu salían del reservado para dirigirse de nuevo al trabajo.
* * * * *
Sentado en
un reservado paralelo al que Jaejoong y Junsu acababan de desocupar, Jung Yunho
se encontraba bebiendo su té helado, con aire pensativo.
—Sí, Jaejoong —murmuró—, ¿por qué no me dejas ser juez
en ese tema?
Yunho tenía treinta y tres años, y era un hombre alto,
fuerte, musculoso. De cabello castaño. Sus ojos, de un café, se encontraban en
un hermoso y duro rostro. En estos momentos mostraban una relajada calma, pero
esos mismos ojos, en situaciones de tensión, pasión o cólera, cambiaban a un
reluciente y dorado ámbar.
Inhalando profundamente, los sentidos de Yunho
filtraron los diferentes olores que llenaban el restaurante, hasta encontrar el
que buscaba. Jaejoong.
Nunca llevaba perfume. Se deleitó con el olor natural,
cálido y fresco de él. Bajó las pestañas sobre unos ojos que comenzaron a
brillar con una luz dorada. Una satisfecha sonrisa se mostró en los duros
labios. Desde luego, ser hombre lobo tenía muchas ventajas. El acentuado
sentido del olfato era una de ellas.
Yunho no era un inexperto en cuanto a hombres se
trataba. Disfrutaba de ellos, se deleitaba con ellos donde y cuando surgían sus
necesidades. La mayor parte de sus compañeros eran lupinos, solo unos pocos
habían sido humanos, pero todos con la absoluta convicción de que su unión era
temporal. Estuvo más que satisfecho de esa situación hasta que llegó Jaejoong.
Como conocía a Yoochun y a Junsu personalmente, había
oído de primera mano los entusiasmados proyectos de Junsu con respecto a la
librería que él y su amigo Jaejoong iban a abrir. El entusiasmo que había sentido
ante la llegada de su amigo, y su deseo de que la apertura del nuevo negocio lo
ayudara a dar por finalizado un doloroso divorcio. Siendo un voraz lector, Yunho
le prometió estar allí para la gran inauguración.
Cuando el día señalado llegó, Yunho entró en la
librería junto con el resto de impacientes clientes. Fueron recibidos por unas
originales estanterías repletas de libros, proveedores de maravillosos
conocimientos y hospitalidad.
Varías rinconeras, mesas y sillas se hallaban situadas
estratégicamente por toda la librería, para comodidad y placer de los clientes.
El olor del café recién hecho flotaba en el aire.
Pero para Yunho, una esencia de una naturaleza mucho
más intrigante capturó su atención. Una atrayente y sutil fragancia que le
fascinó. Literalmente olfateó su olor hasta que le condujo a Jaejoong.
Al verlo, ciertas partes de su anatomía comenzaron a
rebelarse. El lobo de su interior comenzó un bajo y retumbante gruñido, que
rápidamente se convirtió en aullido, declarando su intención de reclamar a su
compañero. Yunho tuvo que luchar para mantener a raya a su animal. Su compañero.
No había ninguna posibilidad de poder confundir el delicioso e incitante aroma.
Junsu, al percatarse, de su presencia le hizo señas y realizó las
presentaciones.
Aunque amistoso, Jaejoong demostró cierta cautela,
como si quisiera mantener las distancias. Consciente de su pasado, Yunho
refrenó su impaciencia, manteniendo una conversación impersonal, sin realizar
ningún movimiento ostensible que lo pudiera asustar o alarmar. Estaba
determinado a darle tiempo para que se acostumbrase a él. Comprendía el valor y
la virtud de la paciencia. Con esto en mente presentó sus excusas y los dejó,
prometiéndose el placer de futuras visitas.
Ahora, mientras terminaba su almuerzo, Yunho
reflexionó sobre los interesantes temas que por casualidad había oído. ¿Era
culpa suya, la particular agudeza de su audición?
Mientras que la descripción de su cita le había
resultado divertida, su cuerpo se tensó por la rabia que sintió con la simple
imagen de otro hombre tocando lo que consideraba suyo. Había llegado el momento
de realizar su reclamación. Primero apartaría su miedo. Después le demostraría
todo el placer que un compañero apropiado podía traerle.
El vibrador de Jae estaba a punto de jubilarse.
* * * * *
Cuando Yunho
regresó a casa, se encontró con algunos problemas que le esperaban.
— ¿Me estás escuchando, Yunho?
Mirando distraídamente por la ventana, mientras el
murmullo de la conversación continuaba por el altavoz del teléfono, se relajó
en el cómodo y familiar ambiente de su despacho. La cálida brisa de mediados de
agosto, agitaba las hojas de los arces que protegían la casa del sol que
descargaba por las ventanas abiertas.
Las cortinas ondeaban sobre las paredes pintadas en
crema, suavizando la oscura influencia de la madera de roble. Un largo y ancho
sofá tapizado en un balsámico verde y con cierto tono dorado se asentaba
perpendicularmente a la chimenea. Enfrente, una mesita de café y el
correspondiente par de sillas acolchadas a juego. El pesado escritorio de roble
de Yunho se encontraba en un rincón, presidiendo la habitación. Respaldada por
una estantería baja repleta de libros, se encontraba su área de trabajo.
Enderezándose en su silla, se giró para afrontar el
teléfono.
—Estoy escuchando Changmin, y realmente no veo el
problema. La manada de Los Pinos Gemelos quiere una recompensa. Acepta esa
deuda. Págala. Final de la historia.
—Ese es el problema. Esta mañana recibí una llamada de
esa puta beta de Los Pinos Gemelos, Sung Hee. No solo quieren la recompensa,
quieren un espectáculo de sumisión de la manada de Torre de Hierro. Sobre todo
del alfa de Torre de Hierro. —Un gruñido bajo retumbó al otro lado de la línea
telefónica—. No expondré la garganta para Tae Young, que es un sucio zorro
metomentodo, un roba gallinas que se escuda en ser un alfa.
Shim Changmin era el mejor amigo de Yunho y el macho
alfa de la manada de Torre de Hierro. Consiguió ese puesto gracias a su fuerza
y sabiduría, cuando el padre de Yunho decidió renunciar. Por suerte, Changmin
tenía gran inteligencia y paciencia, pero hasta él tenía sus límites.
Con un suspiro, Yunho se pasó la mano por la frente,
frotándosela en un intento de calmar el incipiente dolor de cabeza.
— ¿Conseguiste al ciervo?
—Sí, lo hicimos anoche. De hecho, lo hicieron los
mismos cachorros que cazaban en el territorio de Los Pinos Gemelos, después le
mataron. Woo Sik los castigó y frustró, dejándoles con los rabos entre las
piernas.
Yunho pudo escuchar la diversión en la voz de Changmin.
—Necesitan aprender. Tu beta es bueno, y realizó el
trabajo.
—El bienestar de la manada es lo más importante. Woo
Sik lo sabe, igual que el resto de los adultos. La educación de los cachorros
forma parte de ese bienestar. —Changmin hizo una pausa—. Además, Woo Sik no
quiso perderse toda esa diversión.
Yunho se rió entre dientes.
—Haz que les acompañe a Los Pinos Gemelos. Que
ofrezcan al ciervo como disculpa y apropiada sumisión. Tae Young se tendrá que
conformar con eso.
El tono de Changmin se volvió duro.
—Comprende esto. Tampoco quiero que mi beta se
humille. —Hubo una pausa y una imaginativa maldición crujió sobre la línea. —Lo
siento, Yunho. Tae Young me saca de mis casillas.
—Siento lo mismo, Changmin. Me ocuparé de eso.
—No te envidio el trabajo, amigo. Ser el enlace entre
las manadas, con la obligación de tener que tratar con todos los tercos alfas,
incluido yo mismo.
—Los alfas se pasan el tiempo repartiendo o recibiendo
patadas en los culos —replicó Yunho con fingida severidad.
—Ooooh, tipo duro. Quizá sea hora de que tengamos otro
asalto.
—Considerando el estado en el que quedamos después de
nuestro último enfrentamiento, ¿no preferirías a cambio una ronda al antro?
Trae a Woo Sik cuando regrese de degradarse en la fiesta.
El antro preferido para beber entre las manadas
locales. También era distinguido por ser una zona libre, pues no se permitían
ningún tipo de discusiones. Aparcabas tu ego fuera o conseguías que lo hiciera
tu culo.
—Ah, sí, seguro que para entonces necesita un trago
—concordó Changmin—. Entonces hasta dentro de un par de horas, Yunho. Ve tú
primero, que luego iré yo.
—De acuerdo.
Yunho se acercó para colgar.
—Y ni si quiera has tenido que darme patadas en el
culo —bromeó Changmin—. Tus habilidades están mejorando.
—Evapórate —refunfuñó Yunho, terminando la llamada
entre las risas de Changmin.
Diez minutos más tarde colgó tras hablar con el otro
alfa.
—Jodido engreído —refunfuñó.
Tener que finalizar la discusión con Tae Young amenazándole
con una nueva pelea, en vez de poder solucionar el problema de manera
diplomática, le había dejado con un sabor amargo. De todos modos, pensó con una
sonrisa de satisfacción, Tae Young se había echado atrás rápidamente. Este
trabajo algunas veces tenía sus recompensas.
Aun siendo un igual o superior a otros alfas, en
fuerza, astucia e inteligencia, Yunho no deseaba en absoluto regir ninguna
manada. Su naturaleza demasiado independiente, tanto como su tendencia al
aislamiento, hacían imposible el trato constante con la actividad de la manada.
Fue una suerte, considerando que cuando su padre cedió su puesto hubiera tenido
que luchar contra su mejor amigo por el liderazgo de la manada de Torre de
Hierro. No era fácil adivinar cómo hubiera terminado un combate entre Yunho y Changmin.
Sus cualidades alfa eran lo que le hacía perfecto para
ser el enlace entre manadas. Era especialista en solucionar problemas, un
hombre con la suficiente capacidad diplomática y fuerza física como para
mantener la paz entre las volátiles manadas. Habían pasado esos días en los que
las discusiones se decidían mediante sangrientos combates o silencios. En estos
tiempos más modernos, en los que el mundo parecía empequeñecer, y pasar
desapercibidos resultaba más complicado, habían tenido que evolucionar y
utilizar métodos menos llamativos. Después de todo, las inexplicables muertes y
las heridas causadas por dientes y garras eran difíciles de ocultar. Y, aun
cuando tenían una red de doctores formada por lupinos o gente de confianza, las
murmuraciones podían llamar la atención.
Altamente respetado, y algunas veces temido, Yunho
realizaba su trabajo con confianza, evitando el derramamiento de sangre y
abiertas hostilidades. Entonces, ¿por qué tener que decirle a un humano
obstinado que era su compañero le causaba una punzada de incomodidad?
si jae sal con yunho el si mide mas de 10 cm y dura mas de una hora y no 5 min como tu ex
ResponderEliminarcon el si encontraras la dicha y el orgasmo deseado
y pues si es un poquito peligroso salir con el pero el te cuidara y protegerá no hay por que preocuparse
GRACIAS por el capitulo espero el siguiente no demores bye
"El vibrador de Jae estaba a punto de jubilarse" jajajjajajaja, ¿Yunho porqué eres tan chismoso?
ResponderEliminarGracias por el capitulo ^^
jajajajaj me encanto y me diverti muho con el capitulo...
ResponderEliminarJae deberias estar feliz de que Yunho quiera una cita contigo, debes aceptar y te aseguro que te sacaras la lotería con semejante hombre. Tus problemas en la cama se acabaran en un segundo.
Yunho tiene una antomía admirable y ademas de seguro dura muchoooooo mas que tu ex jajajaj. Por eso no te preocupes.
Gracias por el capitulo :)
Jae y su vibrador!! Eso fue de lo más genial :) imagino que debe ser difícil confiar cuando fue traicionado antes, sin embargo, lo que lo detiene no es eso, sino la sensación de saber que Yunho es más de lo que se ve. Por otro lado, Yunho un fuerte alfa grrrr! Me agrada esa forma de manejarse, sin dominar a una o todas las manadas, funguiendo como enlace y pacifista, ya que no creo que cualquiera se atreva a desafiarlo.
ResponderEliminarGracias por el capitulo! Esta historia se lee muy buena
jajajajaja ese jaejoong me da risa, lo del vibrador me mato XD ..
ResponderEliminarjaejoong se caso y se divorcio que sorpresa .
que jaejoong se anime salir con yunho quiero ver su expresión cuando vea que yunho mide mas 10 cm y dure mas de 5 min >///< hahahahaha
Gracias por el capitulo estuvo muy bueno .. :D
Que gracia haha xP
ResponderEliminarbueno Jae tienes que quedar con Yunho para reacer tu vida
Gracais por compartir espero que actualices pronto <3
Jae y sus ocurrencias,me encanto la parte del vibrador y todaa laa personas viendolos.
ResponderEliminarPobre Jae ha pasado por mucho,su ex no lo supo valorar y lo engaño aparte de que no lo complacia.
Jae debe de darle la oportunidad a Yunho de que se conozcan,el es todo un hombre fuerte hermoso etc.
la conversación d jae con susu me ha hecho reír xd ese vibrador ya debe estar muy desgastado jajaja bn yunho tiene q insistir con el para q le haga caso de una vez por todas :3
ResponderEliminaresta muy interesante gracias x compartir ^^
OK....La conversacion de JS con JJ fue muy graciosa lo del vibrador mato a muchas.........xD
ResponderEliminarYunnie le tiene miedo a Joongie........xd
Que se hace el amor te hace debil, pero tbm fuerte, Asi que YH fighting!!!............^^
Jaejoong y su malisima suerte con los hombres ... pobre tener que conformarse con el vibrador ... Jaejoong debe de dejar de ser tan desconfiado y dejar que Yunho haga su magia
ResponderEliminartan tierno Jae cuando hablaba de su cita cerda, jaja. morí de risa y el yoosu tan dulces los dos. me encantan que estén así de enamorados.
ResponderEliminarYunho está frustrado, quiere conquistar a Jae y no sabe cómo
Jae tuvo muy malas experiencias y presiento que a Yunho le costará llegar al corazón del herido Jae.
muchas gracias por este capítulo
Me pareció muy divertido como Yunho oyo toda la conversación y decidió q el vibrador de Jae se jubilaria jaja.. Estuvo bueno
ResponderEliminarJajaja pobre Jae, que mala suerte a tenido con ese par de hombres dónde a tenido relaciones, y después de su salida con un cerdo y el siendo tan delicado en todo fue una gran decepción, ahora bien Yunho lo intimida y oyendo a escondidas Yunho 😁😁😍, ahora que forme un plan de enamoramiento para que Jae lo acepte pues es su pareja destinada.
ResponderEliminarY sale a relucir el porqué Yunho es el gran líder de la manada, y líder de todas las manadas.
Gracias!!!💕💞
Loo, pobre vibrador va por el retiro.. a ver como te las arreglas YH para conquistar a JJ.
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