Capítulo
4
Yunho estaba
duchándose, acababa de llegar de la oficina. Después de un largo día
negociando, escuchando quejas y peleando por los derechos de explotación de una
mina, estaba agotado.
Cerró el grifo y salió
de la ducha. Allí estaba Jaejoong con la toalla en la mano.
− ¡Vístete tenemos que
salir!
Yunho lo miró
desafiante, pensaba relajarse un rato viendo la tele.
− ¡Date prisa! Gritó.
Yunho abrió el armario
y agarró un pantalón negro y una camiseta azul oscuro. Se puso los pantalones y
la camiseta. Acto seguido se calzó unas botas militares, sólo tuvo tiempo de
coger la cartera y las llaves antes de que el vampiro lo cogiera en brazos y corriera
hacia la ventana. Yunho parecía inmutable, aunque tenía una fuerte expresión de
disgusto. Jaejoong saltaba de edificio en edificio a una velocidad que quitaba
el aliento, sin embargo Jaejoong no parecía cansarse.
Media hora después
estaban en el jardín de una mansión de estilo gótico.
La finca estaba
delimitada por un muro de unos tres metros de altura, como único acceso una
puerta de metal de dos hojas. En algunas ventanas se divisaba luz, pero nadie
parecía haberse percatado de su presencia, al menos eso pensaba él.
Jaejoong lo dejó en el
suelo. Yunho se metió la camiseta por dentro de pantalón y señalo con el dedo
al vampiro.
− Me da igual que me cojas de un brazo, a
hombros o como un saco de patatas, pero nunca más vuelvas a cogerme como a un
bebé. Es humillante. Además podías haberme dado la dirección y habría venido en
mi coche.
− Calla y camina hacia
la mansión.
Surgida de la nada
apareció un joven que aparentaba unos dieciocho años y tenía un aspecto gótico.
No debía medir más de un metro setenta y era muy delgado.
− ¡Vaya! ¡Qué humano
más guapo!
− Gracias, tú también
eres muy bello. Y por cierto bonito pelo rojo.
− Gracias. Dijo el
vampiro inclinándose ante el de forma graciosa. Me llamo Junsu.
− Yunho.
Junsu garró la mano de
Yunho y tiró de él hacia la casa. A Yunho le costaba seguir su paso, era
demasiado rápido. Jaejoong les seguía de cerca.
Dentro de la mansión,
Junsu lo condujo hasta el salón principal donde varias personas estaban
sentadas junto a la chimenea.
Cuando vieron llegar a
Yunho se levantaron, para recibirlo. El primero en acercarse fue un hombre de estatura
media, pelo negro y gafas. Cosa que debía ser más por recordar su época humana
que por necesidad, dado que los vampiros regeneraban sus órganos dañados.
− ¡Yunho! me llamo Yoochun.
− Dijo ofreciéndole la mano.
Yunho se la estrechó.
Aquel hombre vestía al estilo de los años veinte, parecía agradable, pero
tratándose de un vampiro cualquiera se fiaba.
Un hombre de color de
aspecto extremadamente fornido se acercó a él. Llevaba la cabeza rapada y una
descuidada perilla. Agarró a Yunho del cuello y lo levantó en el aire.
− No me puedo creer
que Jaejoong haya elegido a este humano como siervo. Es patético.
− ¡Suéltalo! Karsacry.
− Gritó Jaejoong.
Karsacry lo tiró a un
sillón, sin ninguna delicadeza y se marchó.
Yoochun y Junsu ayudaron
a Yunho a levantarse.
− Perdona sus modales.
− Dijo Yoochun. No es un mal tipo, pero es muy rudo.
− Desde luego, no es
que se alegrara de verme. − Dijo Yunho, frotándose el cuello. Ya estaba
empezando a convertirse en una costumbre eso de retorcerle el cuello.
− Yunho, acompáñame. −
Le ordenó Jaejoong.
Lo siguió hasta una
escalera que parecía interminable. Subieron unas dos plantas, luego recorrieron
una galería hasta llegar a una puerta de roble macizo con extraños grabados.
− ¡Entra! Yo te espero
abajo, en el salón con los otros.
− ¿Tú no vienes? − Preguntó
Yunho.
− Has de verlo a
solas. Si él te acepta, vivirás pero si no lo hace no pasaras de esta noche.
Yunho abrió la puerta
y entró. La estancia estaba casi en tinieblas, sólo algunas velas aportaban
algo de luz. Era una biblioteca inmensa, las estanterías llegaban hasta el
techo. Un pequeño pasillo bordeaba la sala a unos metros de altura, para dar
acceso a los libros que ocupaban los estantes más elevados. Por más que miró no
logró encontrar la escalera de acceso o forma alguna de subir, aunque
tratándose de vampiros tampoco creía que fuera muy necesaria.
− ¿Así que tú eres Yunho?
Alzó la vista, allí
apoyado contra la barandilla hojeando un libro, había un hombre de pelo corto y
aspecto atlético.
− Me resulta curioso
que Jaejoong te eligiera como siervo, cuando nunca tuvo interés por tener uno. −
Dijo el vampiro que ahora estaba junto a él.
Yunho quedó asombrado
con la rapidez de sus movimientos. Antes de que pudiera decir nada, ya estaba
sentado en su escritorio leyendo el libro que minutos antes había elegido.
Su aspecto a pesar de
sus ropas modernas, evocaba a tiempos pasados, su perilla cuidadosamente
perfilada. Aparentaba algo menos de cincuenta años, pero en los vampiros las
apariencias no significaban nada.
Yunho se acercó al
escritorio.
− Jaejoong dice que
usted decide si vivo o muero.
− Puedo ver en tus
ojos una batalla interior. Una parte de ti quiere vivir, mientras otra desea
morir. ¿Por qué?
− ¿Me creería si le
dijera que no lo sé?
El vampiro se acercó a
él y lo observó con curiosidad.
− Si te acepto, serás
parte de mi familia, estarás bajo mi protección, pero también bajo mi mando.
Tengo la sensación de que no eres de los que les gusta recibir órdenes.
− Siempre he sido
libre. Me cuesta tener jefe.
El vampiro se rió al
escuchar que lo llamaba jefe.
− Mi nombre es Straush. Te aceptaré en mi
familia, pero antes he de contarte algo. Cada clan vampiro recibe el nombre de
casa. La nuestra es la casa de las sombras. Cada casa tiene un líder al que se
le denomina bastión.
− ¿Usted es el
bastión? − Preguntó Yunho.
− Así es. Veo que lo
vas cogiendo. Estarás a prueba hasta que demuestres tu lealtad a la casa.
− ¿Y si no doy la talla?
− Morirás, y en cuanto
a Jaejoong será duramente castigada por haberte presentado a la casa.
Yunho recordó el beso,
no sabía porque, pero no le gustaba la idea de que le hicieran daño a su
vampiro, aunque tuviera un carácter del demonio.
− Si me disculpas Yunho,
tengo cosas que hacer ya tendremos tiempo para conversar.
Yunho asintió con la
cabeza y se marchó, para su sorpresa no le costaba acatar las órdenes de
Straush. Le inspiraba confianza y curiosamente, seguridad, sentimientos
extraños para alguien que nunca tuvo familia.
Bajó las escaleras y
se topó con Junsu que estaba sentado en el último peldaño. Yunho se sentó junto
a él.
− ¿Qué haces aquí tan
solo? Los vampiros guapos como tú, no salen a divertirse.
Junsu le dedicó una
cálida sonrisa.
− Estoy castigado.
− ¿Qué has hecho?
− Maté a un humano.
− ¿Y eso no es normal
en tu especie?
− No lo maté para
comer. – Junsu bajó la mirada.
Yunho le giró la cara
con suavidad, para ver sus ojos.
− ¿Entonces por qué lo
hiciste?
− Estaba pegando a una
mujer embarazada.
− Si te sirve de algo.
Yo también le habría pateado el culo.
Junsu se abrazó a él.
− Me alegro de que
seas de la familia. − Dijo Junsu con los ojos cerrados y su cabeza apoyada
contra el pecho de Yunho.
Yunho se sentía
extraño, aquella muestra de cariño tan espontánea, le resultaba agradable. Pero
procedía de un vampiro.
Apoyado contra la puerta del salón, Jaejoong los observaba. Yunho acariciaba
la cabeza de Junsu. Una vez más ese humano despertaba algo dentro de Jaejoong, lo
que le resultaba incómodo, temía que si sus sentimientos humanos afloraban
llegara a volverse débil.
que sentimientos le hace sentir Yunho a Jae son celos por estar cariñoso con Junsu o cariño por que esta con ellos en su familia
ResponderEliminarGracias
Wow...esta raro...pero seguro leyendo mas capítulos podre entender bien....
ResponderEliminarJae aún tratando de descifrar porque siente algo por Yunho. Yunho tendrá que pasar la prueba o muere.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞
😍 Junsu, such cutie 🥰 insisto, que historia mas para interesante
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