Un extraño en mi ventana: Capítulo 6

Capítulo 6

 

Yunho abrió la puerta de su apartamento, cerró con llave y se topó de frente con Jaejoong. Parecía preocupado y enfadado a la vez.

– ¿Dónde te has metido estos días?

–Lo que me faltaba, que me echen la bronca en mi propia casa.

– ¿Qué te ha pasado? Te noto distinto.

–He cambiado de desodorante. Respondió Yunho sonriendo maliciosamente a Jaejoong.

Jaejoong sabía que algo había cambiado, el olor de su sangre no era el mismo, era como si estuviera mezclada con alguna sustancia. De repente su sangre no le parecía atractiva, pero prefería guardar sus sospechas para sí mismo, por el momento al menos.

Karsacry apareció en la ventana, miraba a Jaejoong como si esperara que le diera permiso para entrar. Jaejoong se limitó a ladear la cabeza, Karsacry saltó al apartamento.

– ¡Eso genial venid todos y entrad en mi casa! No os cortéis como si fuera vuestra casa.

Karsacry lo miró como si de un mosquito se tratase.

–Straush quiere que vuelvas. Llevas dos días fuera y tiene que hablar contigo.

– Pues perfecto. Largaos los dos. – Dijo Yunho.

– ¡Tú también vienes! – Exclamó Karsacry.

Mientras desde lejos olfateaba a Yunho, también él se percató de que algo pasaba. Agarró a Yunho y se encaminó hasta la ventana. Desde allí tomó impulso y saltó a la azotea del edificio. A diferencia de Jaejoong, este no lo cogió en brazos sino más bien como un saco. Desde su espalda pudo ver a Jaejoong siguiéndolos, saltando de azotea en azotea. Eran terriblemente ágiles. Yunho no había probado sus habilidades aún, no tenía claro si tendría sus mismas capacidades o seguía aún en desventaja. El camino a la mansión fue agotador, no paraba de golpearse con la dura espalda de Karsacry por no decir que empezaba a marearse.

La noche ocultaba sus movimientos, empezaba a refrescar, pero Yunho no sentía frío a decir verdad, su cuerpo parecía haber perdido sensibilidad. Lo que si notaba es que poco a poco su visión parecía afinarse, su mente se agudizaba y sus músculos se tensaban preparados para el esfuerzo.

Cuando llegaron a la mansión le sorprendió ver que Karsacry lo dejaba suavemente en el suelo y se encaminaba hacia el interior.

– ¿Le habéis enseñado modales en mi ausencia? – Preguntó Yunho.

–Karsacry es muy educado cuando quiere. – Respondió Jaejoong, pero la verdad es que tuvo una conversación con Karsacry bastante dura, nadie tocaba a su siervo. Aunque fuera un capullo arrogante.

Yoochun salió al encuentro de Yunho.

– ¡Yunho me alegro de que estés bien! Llegamos a pensar que algo te había pasado. – Comentó Yoochun.

– ¿Por qué habría de pasarme algo malo? – Preguntó Yunho mirando a Yoochun y Jaejoong. Jaejoong no parecía tener la respuesta, pero la expresión seria de Yoochun, dejaba claro que el si estaba al tanto.

Entraron en la mansión y subieron por las escaleras, camino a la biblioteca de Straush.

–Por cierto ¿Dónde está Junsu? – Preguntó Yunho que le extrañaba no ver a su mayor fan vampiro.

Nadie contestó, lo que molestó a Yunho, pero prefirió esperar a ver a Straush quizás él le explicara qué pasaba.

Jaejoong abrió la puerta, Karsacry estaba sentado en el suelo con la espalda recostada contra una estantería de libros. Straush los miró con un gesto de preocupación.

– ¡Hola Yunho! Veo que en tu ausencia has hecho cambios. – Comentó Straush.

–No sé a qué se refiere. – Contestó Yunho.

–Karsacry ¡Acaba con Yunho! – Ordenó Straush.

Karsacry titubeó, miró a Straush en un intento de confirmar la orden.

Jaejoong se adelantó, pero Yoochun lo agarró.

Karsacry corrió hacia Yunho, alzó el brazo y cerró el puño dispuesto a golpear la cara de Yunho. Yunho le agarró el puño, mientras con la otra mano lo cogía del brazo y lo arrojaba contra el suelo. Karsacry no podía entender como un humano había podido hacerle eso. Jaejoong estaba sorprendido, a la vez que aliviado, ya daba por muerto a Yunho. Yoochun y Straush sonreían.

–Te dije que si formabas parte de mi familia estarías bajo mi protección, pero también bajo mi control. – Dijo Straush. Yoochun te siguió a tu escondite secreto. Sabemos que has realizado un experimento, que al parecer ha dado resultado. La cuestión es, ¿lo has hecho por miedo o por ser útil? – Preguntó Straush.

–Ambas cosas supongo. – Respondió Yunho.

Karsacry se levantó y le lanzó una mirada furiosa.

– ¿Dónde está Junsu? – Preguntó Yunho.

Straush se apoyó en su escritorio con ambas manos, mientras bajaba la cabeza abatido.

–Me temo que Junsu pronto estará muerto. La tienen retenido unos cazadores de vampiros. – Explicó Straush.

-¿Y no vais a rescatarlo? – Preguntó Yunho sin entender aquel desinterés por ayudarlo.

–No podemos es un lugar demasiado peligroso para nosotros. Disponen de sensores que detectan a los vampiros.

-Yo alucino. Me soltáis ese rollo de que sois una familia feliz y bien avenida y ahora cuando uno de vosotros está en apuros, miráis a otro lado. Yo lo rescataré. Dadme la dirección y patearé el culo a esos cazadores de colmillos.

Straush anotó la dirección en una cuartilla, la dobló y se la entregó a Yunho, sin decir nada. Jaejoong tomó del brazo a Yunho y lo sacó de la habitación. Los demás se quedaron dentro.

–Sois como los humanos, muchos poderes pero en el fondo abandonáis a los vuestros sin luchar.

Jaejoong lo miró sin saber que decir, deseaba acompañarle, pero Straush no lo autorizaría dado el peligro.

– ¿Por qué no me dijiste lo de tú mejora genética? – Preguntó Jaejoong.

–No es que confíe mucho en vosotros, visto lo visto no creo que llegue a hacerlo nunca.

–Necesitarás armas para entrar allí. Acompáñame.

Jaejoong tocó un extremo de un cuadro y parte de la pared cedió, abriéndose como si de una puerta se tratara. En su interior había de todo tipo de armamento, explosivos, fusiles de asalto m16, mp5, berettas, munición varia, un auténtico arsenal. En una de las paredes del fondo estaban colgadas espadas de diferentes diseños y hachas. Jaejoong agarró una mochila y metió en ella dos berettas, cargadores y unas bombas de humo.

–Creo que con esto bastará.

Yunho agarró la bolsa y se la colgó al hombro. Jaejoong cerró la habitación y juntos caminaron hasta el patio delantero de la mansión.

–Yunho... Me gustaría acompañarte, pero no puedo enfrentarme a Straush, es mi líder. No espero que lo comprendas.

–Tienes razón, no lo comprendo. Mientras vosotros no hacéis nada por uno de los vuestros, yo un humano voy a arriesgar mi vida por un crío que posiblemente me doble la edad y que al fin y al cabo es un vampiro. Tendré que enfrentarme a humanos, tal vez matarlos para salvar a un enemigo de la humanidad. – Yunho se quedó pensativo.

– Entonces ¿por qué lo haces?

– Me cae bien ese crío. – Respondió Yunho. –  Por cierto, ¿te pasaste dos días en mi apartamento esperando mí regreso? ¡Qué tierno! Si al final va a resultar que tienes tu corazoncito.

– De que hablas imbécil, sólo vigilaba mis pertenencias.

Yunho le guiño un ojo.

– Claro tus pertenencias. No puedes pasar sin ver este cuerpo.

Jaejoong lo miró enfadado. Yunho se acercó, como si de un paso de tango se tratara, lo agarró y lo echó hacia tras, mientras lo besaba.

– ¿Y esto a que viene? – Preguntó Jaejoong.

– Por si no vuelvo. Al menos me llevaré un buen recuerdo. –  Contestó Yunho.

Lo miró y se alejó corriendo hasta llegar al muro exterior, que saltó sin dificultad. Sus habilidades quizás no fueran tan poderosas como la de los vampiros, pero sin duda era una cuestión a tener en cuenta.

Yunho sonreía al ver cómo podía saltar, esquivar y correr como los vampiros. Era muy divertido saltar de un tejado a otro. Ahora estaban casi igualados, pero lo mejor de todo era que gracias a su rapidez pudo pillar por sorpresa a Jaejoong y besarlo. Debía estar rabioso, como le gustaba cabrearlo.