Capítulo Tres
Jaejoong había esperado que el mercado del
pueblo fuera como sonaba, pensaba que vería a un montón de gente con
carretillas vendiendo su mercancía. En cambio, tenía un aspecto similar a un
montón de tiendas al aire libre vendiendo los últimos artefactos de alta tecnología
que no podía comenzar a identificar. Había más hombres que mujeres, hombres
grandes, vestidos con uniformes o con ropa de ejercicio. Las mujeres llevaban
túnicas largas y sueltas y parecían ir de compras en grupos.
Yunho vestía un par de pantalones de cuero
idénticos a los pantalones de una película de piratas, con una camiseta suelta
que apenas cubría su torso. Sus musculosos y bronceados bíceps seguían
atrayendo su atención mientras lo guiaba de vendedor en vendedor, tocando cosas
y mostrándoselas. Yunho volvió su cabeza, esos increíbles ojos se encontraron
con los suyos y le sonrió. Su corazón palpitaba con fuerza cada vez que
resplandecían de esa manera tan sexy.
―El rojo quedaría muy bien con tu cabello. ¿Te
gusta este color?
Apartando su mirada de la de él, observó lo
que estaba tocando, un par de pantalones parecidos a los que él llevaba pero de
menor tamaño. Una gran sonrisa apareció en su rostro mientras la alegría lo
golpeaba.
― ¡Pantalones!
Él se rio entre dientes.
― Noté que sigues tirando de tu ropa frecuentemente.
¿No te sientes cómodo al estar desnudo debajo?
―En realidad no. Cada vez que hay una brisa
así, bueno, demonios. No ando de un lado al otro sin bóxers.
Él parpadeó.
― ¿Qué?
―Las bóxers son una tela delgada que cubre mi,
hum, parte inferior. Son parecidas a lo que llevabas anoche sólo que más
pequeños. Los hombres de la Tierra las llevan bajo la ropa para mantener su...
eh... partes privadas cubiertas.
― ¿Enserio?
Jaejoong se ruborizó un poco más ante este
tono de voz profundo y suave.
―Sí.
Yunho asintió, girándose para poner su
atención en el vendedor de ropa, haciéndole un movimiento de la mano. El
vendedor asintió, metiendo los pantalones en una bolsa. Yunho lo llevo a una
docena de tiendas más, escogiendo la ropa por él, después lo puso todo junto en una mochila que compró al final. Yunho se agachó
para ponérsela sobre sus hombros y sonrió a Jaejoong.
― ¿Te gustaría comer? No tengo ninguna prisa
por regresar a casa todavía. ― Su sonrisa se apagó. ―Mi vinculado quería venir con nosotros, pero después de lo de
ayer rechacé su petición porque no quiero matar a alguien hoy. Ayer mostró sus
partes a los hombres aquí en el mercado. Hacer eso es una invitación para que
un hombre lo montara y yo hubiera tenido que matarlos si lo hubieran intentado.
Fue una suerte que ellos fueran conscientes de quien soy, retrocedieron cuando
les gruñí, reconociendo que no sería una batalla fácil de ganar. Mostrarles
suspartes era como decirles que era desdichado siendo mi pareja provocándolos
para que me retaran a un desafío para quitármelo.
― ¿Le explicaste eso a So Joon?
La ira tensó las facciones del hombre.
―Lo hice. A él le hizo gracia.
La antipatía de Jaejoong hacia So Joon subió a
un nuevo nivel de disgusto. Había oído hablar al desagradable hombre temprano
esa mañana pero no había hecho su aparición en el desayuno. Esto había sido una
especie de bendición. Jaejoong siguió al gran hombre calle abajo hasta a un
vendedor de alimentos. El olor de la carne cocida hizo que su estomago gruñera
ya que apenas sólo había probado su desayuno horas antes. Le encantaba la
comida Zorn y olía deliciosa. Yunho volvió la cabeza, una sonrisa curvaba sus
labios.
―Tienes hambre.
― ¿Oíste eso?
Yunho tomo asiento, señalándole la silla.
―Tengo un buen oído,
Jaejoong se sentó, cuidadosamente metió su
enorme camisa entre los costados de sus muslos con fuerza. Se dio cuenta de que
los otros hombres alrededor de su mesa lo miraban fijamente, pero él se esforzó
por ignorarlos a pesar de que se sentía observado. Su atención se centro en Yunho,
mientras se quitaba la mochila, poniéndola en el otro lado de la silla. En
menos de un minuto un joven hombre Zorn se acercó a la mesa saludando a Yunho.
―Argis, es un honor que nos permita servirle.
¿Qué desea?
Yunho le sonrió al adolescente.
―Danos dos de los especiales de la casa, con
dos grandes copas de Veral rojo.
―Por supuesto, Argis. ― El joven inclinó la cabeza antes de escabullirse hacia
adentro.
― ¿Qué es Veral?
Yunho sonrió.
―Es una bebida muy buena, pero tienes que
beberlo lentamente, a sorbos o te hará rodar la cabeza.
―Parece la versión Zorn del vino o la cerveza
de la Tierra.
Él le sonrió.
― ¿Te ha gustado Zorn?
―Hasta ahora me gusta. Es muy diferente a la
Tierra, pero me estoy ajustando. ― La sonrisa de Jaejoong desapareció.
―Lamento lo de Hyun Joong. Era un buen guerrero
que te habría hecho feliz como su vinculado.
Jaejoong se movió en su asiento y mantuvo su
vista fijamente en el.
― ¿Conoces a su hermano, Changmin?
―Lo conozco. ― La voz de Yunho se hizo ligeramente más profunda. ― Él no es como Hyun Joong. Changmin es mayor, permanece en su
nave, acompañado únicamente de sus guerreros, mientras que Hyun Joong era más
sociable, se relacionaba con mucha gente de Zorn, rara vez dejaba el planeta.
Changmin está probablemente falto de atención por lo que serás una buena
compañía para él.
― ¿No te agrada? ― Él percibió por el tono de su voz que era lo que insinuaba.
―No me desagrada, pero somos diferentes. No
somos amigos.
Algo en las entrañas de Jaejoong se tensó y el
temor se extendió por él.
― Grandioso. Voy a ser entregado a este tipo y
todavía no sé nada sobre él.
―Él cuidará de ti y tú serás su vinculado y
como tal, es su deber asegurar tu felicidad. No se le permitiría tener un
hombre si fuera abusivo. Las parejas son un privilegio en la sociedad Zorn. Es
difícil de explicar, pero nuestra historia nos exige proteger a nuestras parejas
y tratarlas bien. Si un hombre es considerado abusivo es despojado del derecho
a ser responsable de ellas. A su edad si hubiese habido algún problema ya lo
sabríamos.
Eso fue algo reconfortante. Jaejoong asintió.
― Gracias. Estoy nervioso porque no conozco a
este hombre en absoluto, y estoy obligado a casarme con él.
―Es nuestra costumbre. Resultará.
El adolescente regresó cargando una gran
bandeja, colocando la comida y la bebida primero enfrente de Yunho y después
sirvió a Jaejoong. El chico ni siquiera lo miró, mientras hacía una profunda
reverencia ante Yunho y se iba rápidamente. Jaejoong lo vio alejarse, volvió su
atención a Yunho.
―Todos se inclinan ante ti.
―Mi padre gobierna Zorn. Es una cuestión de respeto
por mi lugar en la sociedad, hacen una reverencia ante mí como respeto, me he
ganado ese derecho.
― ¿Debo inclinarme ante ti?
Una risa se le escapó.
― No. Tú no eres de Zorn. Desconoces nuestras
costumbres y no espero que las sigas. Come. Quiero llegar a casa antes de que
termine la jornada de trabajo y el mercado sea invadido por más hombres. Llamas
la atención. ― Su voz bajó, su mirada se volvió para
observar atentamente las mesas a su alrededor. ― Todos te están observando.
Jaejoong no pudo evitar echar un vistazo,
confirmando que casi todos los varones de todas las mesas a su alrededor
parecía estar mirándolo. Jaejoong se sonrojó, bajando la cabeza rápidamente, y
alcanzó su comida. No usaban cubiertos así que él comió con los dedos, imitando
a Yunho.
―Me encanta esta cosa― Jaejoong apuntaba hacia las tiras de carne roja.
Él se rio entre dientes.
―Eres de buen comer.
Hizo una pausa, mirándolo.
― Me encanta la comida. Probablemente has notado
que soy un poco más grande que tu Soo Joon. Él es de figura más delgada.
― ¿Pasado de peso?
―No estar en buena forma. Me encanta comer
demasiado.
―Eres muy atractivo. Ningún hombre podría
quejarse. Si yo no estuviera vinculado te desearía demasiado. Tu cuerpo me
provoca deseos de tocarte y explorar cuan suave es tu piel.
La idea de que él le hiciera eso, provocó que
levantara de golpe su mirada hacia su rostro. A su pesar él se negó a mirarla,
de repente estaba muy concentrado en su comida. Terminó de comer primero y se
levantó.
―Vamos a llevarte a casa. ― Se agachó, agarrando la mochila, sosteniéndola en su mano.
Jaejoong se apartó de la mesa, dándole un
movimiento con la cabeza. Un súbito ruido lo hizo girarse para ver qué era lo
que lo causaba. Con terror vio a cientos de criaturas del tamaño de una pelota
con espeso cabello, de color marrón oscuro y grandes dientes afilados que
venían corriendo calle abajo. Parecía como si esa estampida de criaturas
terroríficas estuvieran dirigiéndose directamente hacia Jaejoong y Yunho.
Esas cosas chocaban contra la gente Zorn calle
abajo, algunas de las redondas bolas de pelos saltaban unos buenos tres pies
para golpear los cuerpos Zorn, chasqueando los afilados dientes en su presa.
Terror puro recorrió a Jaejoong, mientras se daba cuenta de que estaban siendo
atacados por feroces animales. Un grito quedó atrapado en su garganta. El
instinto hizo que se diera la vuelta, lanzando su cuerpo al de Yunho,
aferrándose a él.
Brazos fuertes la agarraron.
― Está bien ― la voz de Yunho retumbó. ― Sólo son Killis.
― ¿Van a matarnos? ―Chilló sintiendo que el pánico se apoderaba de él.
Las malditas cosas estaban avanzando hacia
adelante, expandiéndose ampliamente calle abajo mientas que más de ellos salían
corriendo detrás de un edificio al final de la calle. Seguían corriendo
directamente hacia él y Yunho, atacando a cualquiera que se cruzara en su
camino, sus cuerpos saltando y chocando contra las personas. Jaejoong se dio la
vuelta, buscando un lugar para escapar, pero no había ningún lugar a dónde ir,
excepto la silla que había dejado vacante. Sin pensarlo saltó sobre esta y se
volvió para trepar a la mesa poniendo mayor distancia del suelo donde esos
horribles cuerpos peludos abundaban.
Yunho gruñó, agarrando a Jaejoong alrededor de
sus caderas con uno de sus brazos. Lo tiró con fuerza contra su cuerpo en un
santiamén.
― Calma. Estás a salvo.
Jaejoong volvió su cabeza, mirando a las
espeluznantes criaturas entorno a ellos. Invadieron el área alrededor de la
mesa y las sillas y al instante siguiente uno de ellos dio un salto, golpeando
el lado de la mesa donde él estaba parado y Jaejoong gritó. Estaba seguro de
que la criatura terrorífica iba a saltar sobre la mesa y tomar un bocado de él
con sus afilados dientes.
Jaejoong gritó otra vez cuando uno de ellos
cayó en la mesa a su lado y lo golpeó en la pierna, juraría que sintió como
desgarraba su carne mientras la rugosa textura de su piel le raspaba sus
rodillas.
Un gruñido salió de Yunho cuando decididamente
tiró de él quitándolo de la mesa, moviéndose rápidamente, y abrazándolo contra
su pecho. Jaejoong sintió que su cuerpo se apretaba contra su gran figura.
Yunho se movió rápidamente, corriendo con él,
para salvarlo. Sus brazos se envolvieron alrededor de su cuello, aferrándose a
él, y entonces él se detuvo de repente. Su espalda chocó contra un sólido muro,
pero no lo lastimó.
―Calma― gruñó Yunho. ―Estás a salvo y estamos lejos de ellos.
Jaejoong levantó y volvió su cabeza, pero no
se soltó del fuerte agarre que tenía sobre el cuello de Yunho. Se asomó para
ver la calle donde habían estado antes que ahora quedaba aproximadamente a la
mitad de una cuadra de distancia. Los peludos cuerpos redondos todavía
inundaban la calle, pero no estaban corriendo por el callejón tras ellos, la
estampida permanecía lejos. Jaejoong sabía que Yunho lo había salvado,
consiguiendo sacarlo del camino de esas cosas.
Sus brazos estaban alrededor de su cintura,
sosteniendo su cadera contra su cuerpo y él también notó que sus piernas se
envolvían a su alrededor. En su pánico, Jaejoong literalmente, se había
aferrado al hombre con sus brazos y piernas. Yunho lo tenía contra la pared de
un edificio con sus brazos alrededor de él, su cuerpo lo inmovilizaba allí y
respiraba con dificultad. Jaejoong estaba casi nariz con nariz con él, cuando
volvió la cabeza, sus miradas se encontraron entre sí. Jaejoong miraba
fijamente hacia sus hermosos e increíbles ojos. Eran impresionantes.
Yunho respiró calmado y cuando habló, su voz
fue un murmullo suave.
― No eran más que Killis. Son inofensivos
y no son peligrosos para ti. Ellos disfrutan rozándose contra cuerpos
calientes, pero no muerden o comen carne.
Ellos prefieren la vegetación en las ciudades.
Corren por las calles para ejercitarse.
El corazón de Jaejoong estaba palpitando.
― ¿Qué?
―Debería haberte advertido sobre ellos, pero no
me di cuenta a tiempo. No corrías ningún peligro. Los Killis son
inofensivos. Los hacen correr por las calles dos veces al día para llenar su
apetito por la vegetación. Ellos disfrutan al rozar nuestros cuerpos y sus
dientes están afilados pero nunca morderían la piel. Los Killis te
lamerían y frotarían sus redondos cuerpos contra tus piernas, son una especie
muy afectuosa en nuestro planeta. ¿Lo comprendes?
Él lo hacía. Los Killis eran como
pequeñas cortadoras de césped Zorn, que respiraban, a pesar de que parecían
aterradoras para un extraterrestre como él. El rubor de la vergüenza manchaba
sus mejillas cuando se dio cuenta de que habían enloquecido por un animal
inofensivo. Jaejoong estaba agarrado al cuerpo de Yunho, su corazón palpitaba
con fuerza en su pecho y lo miraba fijamente a los ojos.
―Oh. Al verlos venir y ver sus dientes
afilados, pensé que estaban atacando.
Una sonrisa curvó los labios de Yunho.
― Me di cuenta.
―No es muy divertido. Da miedo mirarlos. Con
esos dientes grandes y afilados. Sus cuerpos también asustan. Son redondos,
peludos y feos.
Su pecho se restregó contra el de él mientras
se echaba a reír.
― Son muy pequeños.
― Tienen unos enormes malditos dientes.
Yunho se rio de nuevo. ― ¿Estás bien, Jaejoong? Todavía hueles a miedo.
Él asintió.
― Creo que debería soltarte.
Yunho asintió. Jaejoong aflojó el agarre de
sus muslos apretados alrededor a su cintura, sus piernas estaban totalmente envueltas
alrededor de sus caderas con fuerza. Su cuerpo se deslizó unos centímetros bajo
el de él y de repente se quedó sin aliento cuando su sexo hizo contactó con la parte delantera de los pantalones de Yunho,
incapaz de ignorar la visible protuberancia de allí. Las manos alrededor de su
cintura se tensaron mientras Jaejoong miraba dentro de sus ojos mientras Yunho le
devolvía la mirada. Su sonrisa se desvaneció.
―Sólo es una reacción, debido a que estás en
mis brazos. Incluso tu olor a miedo me excita. Me hace desear protegerte y eso
hace que quiera montarte. ― Se aclaró la garganta. ―Me hace pensar en follar contigo.
El hombre era tan malditamente atractivo y que
esa dura protuberancia estuviera presionada justamente contra su piel hacía
dolorosamente consciente de ello. Jaejoong se mordió el labio. Su pecho estaban
presionados contra su torso, sus fuertes brazos estaban sosteniéndolo,
estrechándolo contra él cadera con cadera, y los brazos de Jaejoong fueron a
alrededor de su cuello. No podían estar más cerca a menos que lo intentaran. El
impulso de besarlo era tan fuerte, él se preguntaba si tendría agallas para
hacerlo.
―Deberías soltarme― dijo Yunho en voz baja. ― Debemos volver a casa.
Jaejoong se movió un poco, ajustando las
caderas contra él, intentó contener un gemido mientras rozaba la dura cresta de
excitación de Yunho. El estar sin bóxers bajo sus pantalones de cuero fue una
erótica sensación sobre su piel desnuda. Jaejoong no apartó la mirada de sus
ojos, sosteniéndolo muy tranquilo, sólo disfrutando el momento. La nariz de Yunho
se ensanchaba mientras un suave gruñido salía de su garganta.
Jaejoong no lo soltó mientras luchaba consigo
mismo. Jaejoong quería saber cómo se sentiría su boca contra la suya y se
preguntaba cómo se sentiría hacerle el amor al hombre de sus sueños. Yunho era
todo lo que siempre había querido en un hombre. Amable, sexy, tierno y ellos tenían
más en común de lo que él sabía. Ambos habían terminado casados con personas
verbalmente abusivas quienes sólo les habían causado dolor.
Jaejoong instintivamente sabía que Yunho sería
un consagrado y magnifico amante. El recuerdo de su polla le causó dolor cuando
se lo imaginó trabajando lentamente con esa gruesa longitud en su interior. Las
paredes interiores de su entrada se movieron tan sólo con la idea de estar
íntimamente juntos y él temblaba de necesidad.
―Tienes que dejar que me vaya― jadeó él. ―Puedo olerte, Jaejoong. ― Un suave gruñido salió de él. ―No soy feliz con mi vinculado y eso me hace ser débil. Sería
un error si te tomase aquí y ahora y tu futuro vinculado tendría un problema
con eso también. Estas bajo mi protección.
―Lo siento. No sé por qué reacciono de esta
manera ante ti ―dijo Jaejoong con sinceridad. ― Tú me excitaste y tengo la fuerte urgencia de tocarte. Nunca
me había sentido de esta manera con un hombre, nunca reaccioné con alguien del
modo en que lo hago contigo.
―No estás ayudando. Eso me hace desearte más.
―Lo siento. ― Jaejoong movió una vez más sus caderas, frotándose contra el
frente de él y ni siquiera trató de silenciar el suave gemido que hizo. ― Tal vez sea porque ando por ahí sin ropa interior, pero soy
muy consciente de mí mismo allí abajo. Simplemente me hace más consciente de
cómo reacciono ante ti físicamente.
Los ojos de Yunho se estrecharon.
― Tú tienes necesidad. ― Se lamió los labios. ―Entiendo la necesidad.
Jaejoong lo miraba a los ojos. Sí. ¡De
acuerdo! Tenía necesidad, necesitaba ser tocado y su cuerpo estaba gritando
porque Yunho lo tomara. Yunho apartó su mirada de la de él, volviendo la
cabeza, para mirar hasta el callejón. Esto provocó que Jaejoong siguiera su
mirada mientras veía por encima de su hombro viendo que las pequeñas bolas de
pelo se habían ido. Los brazos de Yunho se tensaron y entonces se movió. El
hizo que avanzaran lentamente hacia más adentro del callejón y entorno a un
edificio.
Jaejoong se dio cuenta de que no había
ventanas hacia donde se habían movido. Dos estrechos edificios en forma de uve,
con sus techos que se deslizaban hacia abajo para literalmente tocar el suelo.
Nadie de la calle podía verlos una vez que habían doblado esa esquina. Su
mirada voló hacia la suya para encontrar que él lo estaba mirando.
―Voy a aliviarte.
¿Aliviarlo? Abrió la boca para preguntarle a
qué se refería, pero entonces Yunho movió su cadera. Yunho lo inmovilizó contra
la pared, mientras la dura protuberancia de su polla se frotaba contra su
entrada. Un grito ahogado salió de Jaejoong y sus dedos se apretaron sobre sus
hombros.
―Relájate― gruñó él moviendo sus caderas, haciéndolas rodar,
presionando contra su entrada en un lento baile erótico.
El gemido que salió a través de sus labios
entreabiertos fue algo que él no pudo contener o intentar reprimir. El hombre
suavemente gruñía, bajando su rostro mientras su boca iba a su garganta. Él no
lo besó, en lugar de eso su nariz rozaba la línea de su garganta mientras
respiraba contra su piel. Sus caderas se sacudieron, frotando su polla adelante
y hacia atrás contra su entrada. Jaejoong sintió que la necesidad humedecía la
parte de enfrente de sus pantalones de cuero, haciendo que sus cuerpos se rozan
más fácilmente y el más puro éxtasis lo golpeó.
―Tu olor es tan tentador― gruñó suavemente, su aliento le hacía cosquillas en el oído,
su aliento caliente acariciaba su piel.
―Yunho ― susurró.
―Córrete por mí, pequeño.
―Por favor― jadeó él.
Yunho se paralizó, sus caderas detuvieron la
lenta tortura en su hinchado miembro.
― ¿Quieres que me detenga?
Tragando saliva, Jaejoong levantó de nuevo su
rostro para mirar hacia sus ojos hasta que sus miradas se encontraron.
― Te quiero dentro de mí.
Sus increíbles ojos se entrecerraron mientras
un gruñido salía de sus labios entreabiertos.
―No puedo. ― La frustración golpeó a Jaejoong.
―Me estás tocando pero, ¿no me penetrarás?
―Estoy vinculado.
― ¿Pero eso es todo, verdad? ― Eso no tenía sentido para él.
―Me siento atraído a ti, de un modo como nunca
había querido antes a una mujer u hombre. No debería haberte tocado de ninguna
manera, pero deseaba sentir como te deshacías en mis brazos. Si no puedo
tenerte al menos quiero conocer el sonido que haces y el olor de tu placer.
Sus ojos estaban mirándose fijamente.
― ¿Por favor?
Yunho gruñó, el enojo tensaba sus facciones.
― No me tientes, Jaejoong. Cometí un error, pero
estoy vinculado a So Joon, no importa cuánto desearía no estarlo. Él puede
llevar mi descendencia. Si entro en ti sé que no seré lo suficientemente fuerte
como para retirarme antes de llenarte con mi semilla y no puedo vincularme a
ti. No eres mío para tenerte y estas prometido a otro.
Mordiéndose el labio, Jaejoong asintió.
― Eres un buen hombre y mereces a alguien mejor
que So Joon.
Gruñó, la ira cubriendo sus facciones. En
cuestión de segundos lo apartó con fuerza alejándolo de su cuerpo. Con las
piernas temblorosas Jaejoong se quedó de pie ahí, su cuerpo dolorido, su
palpitante miembro y sus muslos humedecidos por desearlo. Yunho se alejó dándose
la vuelta. Gruñó, dando unos pasos alejándose de él antes de detenerse, seguía
dándole la espalda.
―Tenemos que ir a casa. No debería haberte
tocado, pero disfruto demasiado del tiempo que pasamos juntos y percibí tu
necesidad. Lo siento he perdido el control, pero no volverá a suceder. Tomé
ventaja de tu miedo, por los Killis.
La sorpresa la recorrió.
― ¿Vas a cargar toda la responsabilidad por esto
y culparte a ti mismo? Seamos honestos. La atracción entre nosotros estaba allí
en el momento que nos conocimos, al menos para mí, y ambos somos culpables de
desearnos el uno al otro.
Yunho lentamente se dio la vuelta
entrecerrando los ojos.
― Debemos irnos ahora. No confío en mí mismo y
apenas puedo controlar mi cuerpo. Mi deseo por ti es tan fuerte que siento
dolor por estar contigo.
Los ojos de Jaejoong bajaron hasta la parte
delantera de sus pantalones, la protuberancia muy visible de su polla se
delineaba en el cuero. Era gruesa y larga, levantado el frente de sus
pantalones a la altura de su cadera. Si él tuviera el cuarto entre su piel y la
cintura de esos pantalones estos habrían salido por encima de ellos. No parecía
cómodo para él estar atrapado tan ajustadamente dentro del cuero.
Mordiéndose el labio, Jaejoong lo observaba.
Ambos se deseaban el uno al otro pero no quiso entrar en él. Jaejoong sólo
vaciló un segundo antes de agacharse poniéndose de rodillas en el suelo del
callejón mirando hacia Yunho, mojando sus labios con su lengua.
―Ven aquí.
La pasión llenaba sus ojos hermosos mientras
él gruñía en voz baja en la parte posterior de la garganta. Fue el sonido más
sexy que jamás había escuchado en su vida. Yunho dio un paso y después otro en
su dirección antes de avanzar hasta detenerse.
―No sabes lo que me ofreces.
―Observé a Ali hacer esto. Déjame que te alivie
y luego puedes aliviarme ya que no quieres penetrarme. Ambos estamos sufriendo el
uno por el otro ― Yunho sólo dudó un momento antes de alcanzar
la parte de frontal de sus pantalones y Jaejoong se dio cuenta de que le
temblaban las manos mientras lo desgarraba abriéndolos. No usaba calzoncillos
hoy, así que su polla saltó libre de inmediato. Jaejoong tragó saliva ante la
vista de lo malditamente grande y gruesa que era, no estaba seguro de poder
tomarlo en su boca pero recordó que Ali ni siquiera lo puso en su boca, en
lugar de eso sólo lo lamió. Él se acercó un poco más.
― ¿Está seguro? ― Su voz era grave y profunda, más un rugido que un sonido.
Sus dos manos alcanzaron a Yunho, envolviendo
su dura polla. Sus dedos rodearon su muy caliente piel, mientras inhalaba su
aroma masculino, acercándolo a su boca. Se lamió los labios una vez más,
avanzando lentamente para acercar la cabeza de su eje. Yunho gruñó suavemente.
Una de sus manos lo alcanzo para acariciar muy suavemente la línea de su
mandíbula.
―Nunca había deseado tanto que alguien me
lamiera. Nunca antes me había sentido de esta manera, excepto contigo.
Jaejoong levantó su mirada para encontrarse
con la suya. Abrió la boca, permitiendo que su lengua se deslizara hacia
afuera, sorprendiéndose cuando pasó la lengua a lo largo de la apertura de la
punta de su sexo. Su sabor era como un dulce caramelo. Lamió más de la
sustancia que se acumulaba allí, deseando asegurarse de que no se había
equivocado con la primera lengüetada. El pre-eyaculatorio de los Zorn, por lo
menos el de Rever, sabía muy bien.
El cuerpo de Yunho se tensó, y en voz baja le
gruñó de nuevo. Jaejoong apartó la atención de su mirada llena de pasión hacia
su pene. Abriendo sus labios ampliamente, lo tomó dentro de su boca. Yunho jadeó
y después gruñó. Los escandalosos sonidos que él hacía mientas Jaejoong lo
trabajaba en su boca, usando su lengua, labios y dientes para excitarlo al
máximo y manipularlo mientras lo chupaba, le confirmaron que estaba encantado
con lo que le hacía. Sintió como el cuerpo de Yunho temblaba mientras sonidos
bestiales salían de su garganta al tiempo que jadeaba y gemía.
Las manos de Yunho lo agarraron de la cabeza,
obligándolo de repente a retroceder. Su sorprendida mirada se elevo hacia él,
sin entender por qué lo había detenido, sabiendo que él estaba a punto de
venirse.
― ¿Qué estás haciendo? ― Yunho parecía sorprendido y excitado al mismo tiempo.
Jaejoong frunció el ceño.
―Dándote placer.
Los músculos de la garganta de Yunho trabajaban
mientras tragaba con dificultad.
―Debes dejar de tomarme dentro de tu boca o voy
a derramar mi semilla en tu interior. Se siente demasiado bien como para que yo
pueda mantener mi control. Sólo tienes que lamerme. Estoy tan cerca.
Jaejoong le frunció el ceño.
― Ese es el propósito de lo que estoy haciendo.
Quiero que te vengas.
Yunho gruñó.
― No lo entiendes. Te tragarás mi semilla si no
dejas de meterme en tu boca.
―Quiero tragarla. Tu sabor es malditamente
bueno.
Los ojos de Yunho se cerraron mientras su
cuerpo temblaba, pero le soltó la cabeza. Sus manos se apoyaron en la pared
detrás de Jaejoong, mientras aplastaba su cuerpo contra la pared al tiempo que
se inclinaba ligeramente hacia adelante dejándolo entre la pared y él. Bajó la
mirada mientras asentía para que continuara.
Jaejoong se preguntaba por qué necesitaba la
pared para apoyarse, pero no lo pensó dos veces antes de agarrar a Yunho de
nuevo. Su pene era rojo y estaba increíblemente duro, sabía a ciencia cierta
que estaba justo a punto de correrse. Se humedeció los labios para mojarlos
otra vez antes de llevárselo a su boca tan profundamente como pudo sin llegar a
ahogarse. Se movió en él, lamiendo y tomando más de su dulce sabor.
Supo un segundo antes que empezaba a correrse
por la forma en que Yunho sacudió todo su cuerpo. Oyó el sonido de un murmullo
suave encima suyo antes de que él estallara en su boca. Calientes disparos de
miel con sabor a Yunho lo llenaron ráfaga tras ráfaga. Jaejoong lo tragó,
gimiendo en torno a su maravilloso sabor. Era tan malditamente bueno que
lamentó que se apartara de él, obligándolo a liberar su polla de sus labios.
Sus ojos se abrieron mientras Yunho gruñía
suavemente. Su mirada se dirigió hacia su rostro, mirándolo fijamente, notando
por sus facciones cuan excitado estaba, el impactante asombro en sus ojos no
dejaba ninguna duda. Más allá de eso, vio el placer inducido por el temor. Sus
miradas se encontraron cuando Yunho se apresuraba a abrocharse los pantalones,
cubriéndose con el cuero en cuestión de segundos.
Yunho se movía con rapidez, sorprendiéndolo
cuando lo cogió para levantarlo, llevándolo con facilidad hacia sus brazos. Sus
pies dejaron el suelo y entonces su espalda golpeó contra algo. Notó que Yunho
lo había colocado en una pared inclinada en la uve de los dos edificios. Su
mano le levantó bruscamente su camisa, dejando ante sus ojos su intimidad al
descubierto. Gruñó.
― Ahora separa ampliamente tus piernas.
Jaejoong sólo dudó un segundo antes de separar
sus piernas, deseando que Yunho lo tocara de cualquier manera que quisiera. No
tenía dónde colocar los pies y desde el ángulo de la pared inclinada del techo,
comenzó a deslizarse hacia abajo. Yunho lo agarró por las caderas, levantándolo
de regreso, subiéndolo más arriba en la superficie inclinada de la cubierta.
―Apoya tus talones sobre mis hombros.
Vaciló, pero entonces se dio cuenta de lo que Yunho
quería hacerle. Tuvo que doblar sus piernas para colocar sus talones sobre sus
hombros tal y como le había indicado. Se quedó en cuclillas, impidiendo así que
resbalara, entonces lo puso sobre su espalda. Dos grandes manos separaban sus
muslos más ampliamente, cuando un gruñido salió de Yunho.
Yunho separó los muslos abriéndolos con los
dedos y sin previo aviso su caliente boca y lengua estuvieron en él. Otros
hombres habían bajado en él antes, pero no se parecía nada a la manera en que
él lo hacía. Yunho no se limitaba únicamente a lamer su entrada. Usaba su
agresiva lengua para recorrer por completo la longitud de Jaejoong, hundiendo
su lengua en su entrada, moviéndola en su interior.
Gimiendo, se quedó sin aliento ante la
repentina e inesperada entrada. Yunho gruñó con fuerza provocándole
vibraciones. Su lengua se retiró, provocándole espasmos en sus húmedas
profundidades.
―Tengo tantas ganas de follarte que me duele.
Mi pene está celoso de mi lengua. Eres tan malditamente suave, húmedo y
caliente y sabes tan bien.
―Por favor, fóllame—gimió él.
Con un gruñido, la boca de Yunho estuvo en él
en un instante. Esta vez fue directamente hacia su pene, tirando con sus
labios, rodeándolo con su boca, succionándolo fuertemente, su lengua de repente
presionaba fuertemente, deslizándose furiosamente por el hipersensible bulto
nervioso.
Jaejong no tenía nada a que aferrarse así que
empezó a mover los brazos en el aire hasta que se agarró a la lisa superficie
de la cubierta inclinada en la que estaba recostado. El placer lo atravesaba
mientras Yunho despiadadamente le hacía cosas a su pene que él nunca había
pensado que fueran posibles y sabía que no iba a durar mucho. No tenía ni
siquiera la capacidad de intentar detener la maravillosa bendición que su boca
le estaba dando. En un tiempo record Jaejoong se corrió con fuerza, un
desgarrador grito salió de sus labios, mientras sus caderas se sacudían
violentamente sobre la boca Yunho, hasta que él levanto su cara.
Jaejoong se relajó cuando el último temblor lo
atravesaba y entonces lentamente percibió su entorno. Yunho respiraba muy
fuerte, sus pies ya no estaban sobre sus hombro para evitar que su cuerpo
resbalara hacia abajo del edificio, porque la mano de Yunho estaba sobre su miembro sosteniéndolo ahora en su lugar,
inmovilizándolo en el inclinado techo. Abrió los ojos y vio el rostro de Yunho que
estaba a pulgadas sobre el suyo, suspendido allí, pareciendo excitado con una
mirada salvaje en sus ojos.
―Dime que no. ― Yunho le gruño las palabras con una profunda y áspera voz.
Confundido, frunció el ceño.
― ¿Para qué?
Yunho miró hacia abajo entre sus cuerpos,
separados únicamente por un pie de espacio. Jaejoong siguió la dirección su
mirada y la sorpresa lo golpeó al ver que los pantalones de Yunho volvían a
estar abiertos, su polla dura, gruesa y erguida otra vez y situada unas cuantas
pulgadas por encima de su cadera. Lo sostenía suavemente con su mano. Levantó
su mirada para encontrarse con la suya.
―Dime que no― gruñó de nuevo. ―Dime que me aleje de ti, Jaejoong. Me excitas demasiado. Me
has suplicado que te llene. ― Jadeó. ― Dime que no o te llenaré con mi semilla. No puedo ser tu
vinculado y sé que está mal, pero aun así quiero reclamarte. Pídeme que me
aleje porque no puedo controlarme cuando se trata de ti, así que necesito que
me rechaces. Nunca te tomaría por la fuerza.
Jaejoong se humedeció los labios. ¿Él lo
excitaba?
― ¡Al diablo con esto! Tómame ¿Por favor? Te lo
ruego, si me deseas, tómame. Te quiero, aunque sea sólo por esta vez, Yunho.
¿Por favor?
Los ojos de Yunho se cerraron y sacó la mano
de su miembro. Su cuerpo comenzó a deslizarse hacia abajo del techo otra vez. Jaejoong
se levantó, agarrándose de sus hombros para evitar resbalar hacia el suelo a
unos cuatro pies de donde estaba. Los ojos de Yunho se abrieron de repente.
―Estírate bien abierto y tómame.
Las manos de Yunho lo agarraron por sus
caderas, levantándolo más para que ambas caderas se alinearan. Jaejoong no dudó
en seguir sus órdenes, estirándose, abriéndose más, levantando sus piernas para
envolverlas alrededor de las caderas que se acercaban. Sentía su cuerpo
caliente contra sus pantorrillas mientras las cerraba alrededor de sus caderas
vestidas de cuero. Yunho estaba tan duro que no necesitó guiarse hacia él.
Jaejoong gemía cuando la gruesa cabeza de su
pene rozaba su entrada, cuando lentamente se presionaba contra ella. Sintió que
su cuerpo se resistía a la gruesa intrusión, pero Yunho presionó suavemente con más fuerza. Su cuerpo
cedió ante la inquebrantable fuerza del excitado hombre Zorn con una durísima erección
que se empujaba dentro de su cuerpo.
Un gemido salió de sus labios mientras Yunho llenaba
a Jaejoong, estirándolo, causándoles placer a ambos. Sus uñas se clavaron en
sus hombros mientras él echaba la cabeza hacia atrás dejando escapar un fuerte
gemido de puro éxtasis.
― ¡Si! Te sientes tan malditamente bien― gritó Jaejoong.
―Señor de las Lunas― gimió Yunho, hundiendo las bolas profundamente dentro de la
apretada, más ardiente y suave parte de placer que jamás había experimentado. ― Tú eres el único para mí.
Jaejoong también estaba experimentando estas
emociones, la sensación de estar hechos el uno para el otro, hacía que pensará
que Yunho era lo que él había esperado toda su vida. Yunho abrió sus ojos y
también lo hizo Jaejoong, sus miradas se encontraron, quedándose así mientras Yunho
se retiraba unos cuantos centímetros. Lentamente se empujó hacia adelante
estirándolo y Jaejoong gimió en voz alta de puro placer otra vez, sabiendo que
nadie lo había hecho sentir jamás como Yunho lo hacía.
―Estás tan apretado, no quiero lastimarte, pero
te deseo tanto. Quiero empujarme dentro de ti.
―Hazlo. Creo que me estoy adaptando. Joder,
eres grande, pero se siente tan malditamente bien. Supuse que podrías
lastimarme, pero no fuiste tan profundo como pensé que lo harías. Me siento
apretado y lleno y cada movimiento que haces se siente increíble. Fóllame, Yunho.
Por favor, sólo fóllame.
―No podría detenerme para salvar a ninguno de
nosotros ahora mismo. ― Él comenzó a moverse en profundos y fuertes
empujes.
Jaejoong gimió, sus piernas agarradas
alrededor de las caderas de Yunho, aferrándose a él ya que no tenía nada más a
lo que agarrarse. Todo lo que Jaejoong podía hacer era sentir como Yunho controlaba
totalmente cada movimiento que sus cuerpos hacían juntos. Sus poderosas caderas
aumentaron la velocidad, golpeando contra él más fuerte, la felicidad rasgó a
través de Jaejoong. Jaejoong gimió, el clímax lo golpeó por sorpresa, entonces
hundió su rostro en su cuello, gritando por la intensidad de la fuerza con que
él se corrió. Sentía en su interior las inundaciones su liberación, los
músculos comenzaron unos espasmos salvajes cuando se corría y se corría
mientras Yunho lo follaba más fuerte.
Yunho echó la cabeza atrás, un rugido salió de
su boca y comenzó a moverse con fuertes movimientos contra de él. Jaejoong sentía
su pene bombear en su interior, con una fuerte palpitación dentro de su entrada,
Yunho se estaba corriendo. Pudo sentir chorro tras chorro de fuertes descargas
de semen dentro de él, su liberación casi violenta, entonces de repente se
derrumbó sobre él.
Estaban abrazados juntos, ambos sorprendidos y
ambos tratando de recuperar el aliento. Jaejoong lo abrazó, envolviendo sus
brazos alrededor de él fuertemente, ni siquiera le importo que su inmenso peso
casi lo aplastara haciendo que para él fuera más difícil respirar. El pánico lo
golpeaba mientras la realidad se hundía con las consecuencias de su pasión.
Jaejoong sabía instintivamente que tan pronto
como él soltara a Yunho, se retiraría, no sólo de su cuerpo, sino también
emocionalmente. Estaba vinculado a ese perro de So Joon y era un buen hombre.
No podía sacar a patadas a ese perro a pesar de que So Joon no lo mereciera, Yunho
era honorable.
Probablemente se echaría la culpa de lo que él
y Jaejoong había compartido juntos en ese callejón. Casi se le rompió el
corazón mientras el dolor lo despedazaba por dentro. La vida no era justa y
dolía. Jaejoong quería estar con Yunho, pero no estaba disponible para darle
esa opción.
―Intenté salir― dijo en voz baja
contra su cuello, su voz parecía un poco temblorosa y triste. ― Te sacié pero no podía detenerme. Sabía que seria así. Lo
sabía. ― Se
estremeció. ― ¿Qué hemos hecho? ¿Qué he hecho?
―Yunho…
―No trates de cargar con mi culpa. Soy un
guerrero y sin embargo no pude luchar contra lo mucho que te deseo. ― Gruñó, apoyando su rostro contra su cuello. ― Debemos ir al centro médico ahora. Hay una inyección que
tienes que ponerte para asegurarnos de que no te haya preñado.
La sorpresa lo golpeó.
―Pero…
―No― gruñó contra su cuello. ―Traje a So Joon aquí y estoy atrapado con él. Los accidentes
pasan y si te ponen la inyección antes de una hora puede evitar que mi semilla
eche raíces. Debemos ir allí a confesar lo que hice así ellos te darán el
medicamento.
Cerrando los ojos, Jaejoong asintió con la
cabeza, pero el dolor lo golpeó fuertemente. Quería a Yunho, lo quería más de
lo que nunca podría tener con él, y le dolió. Se estaba enamorando de él y Yunho
no consideraría estar con él.
Tomando una respiración profunda, lentamente
se retiró de su cuerpo, alejándose de él, y con mucho cuidado lo soltó
poniéndolo de pie. Jaejoong sintió la humedad caer por sus muslos, pero no
tenía nada con que limpiarse. Yunho se movió de nuevo, tirando de sus
pantalones cerrándolos, entonces cogió la olvidada mochila para sacar una de
sus nuevas camisas, entregándosela, sin embargo, se negó a mirarlo a los ojos.
Sus manos temblaban mientras Jaejoong utilizaba
la camisa para limpiar la evidencia de lo que habían compartido. Yunho aún se
negaba a mirarlo mientras él enderezaba sus ropas y se deshacía de la camisa en
un cesto de basura. Yunho gruñó en voz baja, inclinándose para agarrar la
mochila. Finalmente, lo miró y ver el arrepentimiento que brillaba sobre sus
hermosos ojos le rompió el corazón.
―Tenemos que hacerlo, Jaejoong. Ellos te darán
una inyección y si hay un Señor de las Lunas mi familia no sabrá lo que he
hecho, ya que podría causar vergüenza que haya perdido mi control. Necesitamos
irnos rápidamente. Nos dejaran usar la ducha allí, así que nadie sabrá lo que
pasó entre nosotros cuando lleguemos a casa. Esto nunca puede volver a suceder.
Parpadeando para contener las lágrimas, Jaejoong
asintió con la cabeza.
― Correcto.
Yunho apartó la mirada, asintiendo.
― Desearía que pudiera ser de otra manera. ― Hizo una pausa, su mirada fue a cualquier parte menos hacia él
mientras se quedaba en silencio durante largos segundos. Cuando por fin volvió
a hablar, fue tan suave que Jaejoong tuvo que esforzarse para oir sus palabras.
―Soy un Argis y mi lugar en la sociedad Zorn
implica mucha responsabilidad, pero a veces me gustaría que no fuera así. Mi
padre es el líder de Zorn y todo lo que hago se refleja en mi familia. Si fuera
sólo mi honor, me impondría para estar contigo siempre, pero no es así. Me
gustaría que fuera así porque tengo sentimientos muy fuertes por ti, Jaejoong.
Quiero que sepas que aunque no pueda estar contigo, siempre te llevaré en mis
pensamientos.
Su corazón se retorció dolorosamente. Su boca
se abrió pero entonces apretó sus labios cerrándolos. ¿Qué más podría decir? No
podían estar juntos y que esto los estaba destrozando a ambos.
Yunho se aclaró la garganta.
― Debemos irnos.
Silenciosamente, Jaejoong siguió al gran
hombre por el callejón y volvieron hacia la calle.
Nena...te amo mil!!!!!
ResponderEliminarGracias x actualizar esta historia te juro q ya la amo y será de mis favoritas...
Gracias mil gracias x adaptarla...
Volviendo a la historia:
Nooooo...xq hace esto Yunho...si estan hechos pra estar juntos..xq es tan honorable Yunho??
Cosa aparte el lemon...ayyy sentí q me estremeci cuando ellos llegaron a su orgasmo...senti cosas también...(*0* ufff toda roja comenta)
Te agradeci???? Miiiiil gracias...
ay muchas gracias jajaja me haces sentir con ánimos te prometo que actualizare lo mas pronto que pueda. Estoy en eso. Quizás te podría gustar también persuit(por las escenas sexosas jajaja), no soy buena con el lemon ni siquiera adaptándolo así que espero que te gusten.
EliminarCómo q no eres buena adaptando y menos lemon??? Si hubiera un poco mas de lemon aquí me hubiera derretido...te lo prometo...leí esto y hasta casi me dio un orgasmo a mi (ay q pena escribir esto) pero estuvo bastante caliente este capítulo...muchas gracias x traernos esta maravilla y siiii x fa sigue actualizando ests historia q literal..ya amo...mil gracias
Eliminaresto si que fue triste para Jae des pues de haber tenido a Yunho para el solo y disfrutado de el solo le queda resignarse a perder lo no mejor que se des haga del otro que no lo merece y no tardara en irse con otros mejor que lo eche y se quede con Jae para el solo con el si que sera feliz serán los dos muy felices
ResponderEliminarGracias
que triste para ellos.... Ay xq no se conocieron antes...
Ohhhh me da mucha penita x ellos 2 pero al parecer Jae no se quedara tranquilo y luchara...!!!! <3 graciasss x la adap esta muy buenoo
ResponderEliminarWoooo estoy temblando que pena algo tiene que pasar y quedar juntos.....gracias
ResponderEliminarQue tristeza por ellos, pues son el uno para el otro y ya se aman, pero ambos deben estar con quien están vinculados, ojala haya una solución pronta para ellos.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞