Capítulo Dos
Jaejoong aparto las mantas de su cuerpo, sentándose, y pensando que nadie podría dormir plenamente debido a los fuertes gritos provenientes del otro lado de la casa. Sintió el suelo frío en sus pies cuando se levantó de la cama para ir al baño, el único ruido se intensificaba mientras él aflojaba la puerta del dormitorio abriéndola
―No me importa― gritaba Ho Joon. ― ¿Por qué no traes a tus sirvientes de regreso? Ya veo porque
eres tan idiota en mantener alguno de ellos. ¿Qué eres? ¿Una maldita erección
andante? Ve con Ali.
Desconocía la respuesta de Yunho, ya que el
único que gritaba era So Joon. Jaejoong cruzó el pasillo para ir al baño
rápidamente y lavarse la cara, suponía que debía ser algún momento cercano al
amanecer. Yunho y So Joon había peleado ayer por la noche y ahora lo estaban
haciendo de nuevo. Si el enorme Zorn asesinara a su humano, Jaejoong lo apoyaría
completamente. Estaba cansado de escuchar al escandaloso y molesto hombre
constantemente gritando, pensaba que Yunho era un santo por mantener su
temperamento bajo control.
La noche anterior a la cena había sido una
pesadilla sobre todo por las constantes quejas de So Joon, desde la comida
hasta las cosas referentes a la casa del Zorn que no le gustaban. So Joon había
ignorado completamente a Jaejoong desde el comienzo de la cena hasta que Yunho había
tratado de iniciar una conversación cortés con él, entonces So Joon se había
enfurecido.
― ¿Quieres follarte a Jaejoong? ¿Verdad? Sigues
mirándolo cuando piensas que él no te está mirando a ti. Apuesto a que él es
más tú estilo. No ha dicho dos malditas palabras desde que se sentó a la mesa y
apuesto a que no tiene agallas para hacerle frente a un hombre.
Yunho había gruñido.
― Quizás él no ha dicho nada todavía porque tú
no te has callado el tiempo suficiente para dejar que alguien pronuncie una
palabra. Te has estado quejando desde que entraste en la habitación.
―No me gusta esta mierda extraña a la que
llamas cena― So Joon había escupido respondiéndole.
La furia había endurecido las facciones del
hombre.
― Dime una cosa que te guste.
―Oh, ¡Vete al diablo! ― So Joon había estallado en ira. ― Sigues enfadado porque coqueteé con otros hombres.
Acostúmbrate, porque ese es mi rollo.
Un gruñido había salido de Yunho mientras
miraba fijamente a So Joon.
―
Y deja de hacer eso. Pareces un perro de mierda, ya te dije
lo que era uno de esos. Si caminas con dos patas, actúa como un maldito hombre.
Trata de ser uno para variar.
Yunho se puso de pie al instante, su silla
cayó hacia el suelo, apartándola, mientras un gruñido feroz salía de su
garganta. Jaejoong había sentido miedo al instante, pensando que el hombre
había perdido finalmente su temple. En lugar de eso Yunho se había
girado bruscamente para alejarse de la mesa, dejando la mayor parte de su
comida intacta.
Ali se levantó, cogió su plato, y se apresuró
a ir detrás suyo en cuestión de segundos, dejando a Jaejoong con So Joon a
solas en la mesa.
So Joon rodó los ojos.
― No tiene sentido del humor.
Jaejoong estaba enfadado.
― ¿Estás tratando de presionar cada maldito
botón que tiene? Lo estás provocando totalmente a propósito al insultarlo.
Los ojos se habían entrecerrado mientras So
Joon miraba fijamente a través de la mesa.
― Y… ¿qué? El tipo es una máquina de follar,
pero eso es lo único en lo que es bueno. Se parece tanto a un animal que me
sorprende que esté domesticado y no trate de orinarse en mi pierna o follarla.
Gruñe, por el amor de Dios, como un maldito pitbull. Me encanta una buena
follada y toda esa mierda, él esta excitado todo el maldito tiempo. No tiene un
interruptor de apagado a menos que se enfade y entonces, se convierte en un
maldito bebé grande y no quiere tocarme en absoluto. ― So Joon se puso de pie. ― Me voy a mi habitación. La comida aquí es
jodidamente horrible.
Jaejoong terminó de comer solo hasta que Ali
regresó pareciendo enojada. Sentándose con fuerza, la mujer Zorn negaba con la
cabeza.
―Este pelirrojo está volviendo loco a mi Yunho.
No quiso comer, se pasea por el patio tratando de calmar su ira. Él ha puesto
en duda su virilidad. Si se tratara de un hombre podría matarlo por este
insulto. ¿Todos los humanos son irrespetuosos?
― Si esto ayuda, tampoco soporto a este hombre,
además de donde vengo no se saldría con la suya actuando de este modo. Es sólo
él. Es un perro.
― ¿Qué significa eso en tu mundo? En Zorn es
una animal que se reproduce.
―Es más o menos lo mismo, pero cuando se llama
así a una persona es un insulto.
Una sonrisa curvó la boca de Ali.
― Se merece ese insulto. Si yo lo llamara perro,
¿podría molestarse?
― ¿Él? Probablemente no. Me imagino que está
acostumbrado a ese término y lo ha escuchado mucho en su vida.
― ¿Qué sería un insulto para él?
Vacilante, Jaejoong lentamente sonrió.
― Dile que es un idiota.
Una sonrisa se extendió por el rostro de Ali.
― Sé lo que es un idiota.
Después de la cena, Jaejoong había hablado con
Ali durante un rato antes de acostarse. Había escuchado a So Joon gritar y también
algunos gruñidos procedentes de Yunho, pero después de un rato se habían
calmado. Eso, hasta que los gritos de So Joon habían despertado a Jaejoong cerca
del amanecer. Se sacudió con fuerza regresando al presente.
Jaejoong hizo caso omiso de la luz del baño y
abrió la puerta, dando un paso hacia la derecha en el pasillo para volver a la
cama. Un segundo más tarde se quedó sin aliento cuando algo chocó contra él lo
suficientemente fuerte como para sacarle el aire de sus pulmones. Jaejoong se
habría caído al suelo, si dos fuertes brazos no lo hubieran agarrado, tirando
de él hacia algo cálido, carnoso y sólido.
La luz en el pasillo era tenue, pero había
suficiente luz para que pudiera ver. Se quedó mirando a un amplio pecho desnudo
frente a su rostro y dos gruesos brazos que lo sostenían alrededor de su
cintura, sabía que era Yunho sin necesidad de voltear hacia arriba para ver su
rostro. Se quedó mirando fijamente el musculoso pecho que estaba a unas cuantas
pulgadas de su nariz, su piel caliente al tacto, notando que sus palmas estaban
presionándolo contra su bajo vientre. Suave y piel caliente estaba bajo sus
dedos. Lentamente levantó su mirada para ver su cara cuando él no lo soltó.
Los ojos de Yunho brillaban en la tenue luz,
cercano y personal, eran algo de lo que Jaejoong no podía apartar la vista
cuando sus miradas se encontraron.
Jaejoong ni siquiera era consciente de que aún
respiraba hasta que notó cómo olía, maravillosamente masculino con un atisbo de
algún tipo de jabón masculino, la combinación era un embriagador aroma. Yunho parpadeó
y soltó los brazos que lo rodeaban aflojando su férreo agarre.
― ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? Caminaba
demasiado rápido y no sabía que ibas a entrar en mi camino.
Le encantaba su voz cuando le hablaba en voz
baja, ese leve rugido le dio la mejor clase de escalofríos. Era difícil pensar
con su cuerpo pegado tan cerca al de él, impregnado su calor dentro de él, pero
tenía que responder a su pregunta.
―Estoy bien. Yo también lo siento― debía irse. ―Debería haber prestado atención o algo por el
estilo justo antes de salir
―Tenías razón al pensar que nadie andaría
vagando por la casa tan temprano. ― Aflojó sus brazos, aun más, pero no lo soltó
por completo. ― ¿Estás segura de que no te lastimaste? Escuché
un sonido agudo y eres pequeño, que tengo miedo de romperte.
Nadie había llamado a Jaejoong pequeño en
mucho tiempo. Curvilínea, sin duda. Pero en los brazos de Yunho se sentía casi
diminuto ya que el hombre era alto, ancho, grande y justo en todo. Todavía no podía apartar la mirada de él y no quería,
hipnotizado por sus hermosos ojos. Jaejoong podría felizmente mirar el interior
de esas profundidades durante horas todo el tiempo.
―Estoy bien. Sólo fue el golpe que me sacó el
aire. Gracias por sostenerme para que no me cayera al suelo.
El bajó su rostro unos cuantos centímetros y
lentamente inhaló, olfateándolo, sus ojos se entrecerraron mientras un suave
sonido que realmente se acercaba a un gemido, salía de su garganta. Los brazos
que lo rodeaban se tensaron, apretando por un segundo, antes de que sus ojos se
abrieran de golpe. Yunho lo soltó al instante, dando dos pasos hacia atrás de
modo que ya no se tocaban.
― ¿Estás bien? ¿Te lastimé? ― La preocupación asaltó a Jaejoong de que tal vez él lo
hubiera lastimado a él.
―Estoy bien.
―Tienes una expresión de dolor.
Obligando a su mirada a apartarse de él, dejó
que su atención vagara recorriendo su cuerpo, advirtiendo por primera vez que estaba
malditamente cerca de estar desnudo. Únicamente podía mirar su piel desnuda, su
atención se centró en un par de pantalones cortos que parecían ser una versión
Zorn de unos calzoncillos cortos, pero más ajustados y moldeándose justamente
en sus caderas, cuya parte delantera era actualmente una tienda de campaña,
sorprendiéndolo. El hombre estaba excitado y esos pantalones cortos no lo
escondían. La tela era delgada y el contorno de una gruesa polla era tan claro
que dejaba poco a la imaginación. Nunca había visto a Hyun Joong desnudo, pero
parecía que todos los hombres Zorn eran grandes a juzgar por Yunho.
Una imagen de él acercándose y tocándolo cruzó
por la mente de Jaejoong. La necesidad estaba ahí y él realmente quería
recorrer cada centímetro con sus dedos. Yunho olía bien y era tan atractivo que
se sentía extremadamente excitado sólo viéndolo. Estaba teniendo un pensamiento
explícitamente sexual, lo cual no era típico de él, que no iba detrás de los
hombres deseándolos, pero Yunho era la excepción.
La ira lentamente ardió en Jaejoong cuando se acordó
de que no podía seguir adelante y tocar al sexy Zorn enfrente de él a pesar de
que Yunho mereciera algo mejor que ese perro de So Joon. Era digno de tener a
alguien agradable, alguien que tuviera ojos y pudiera ver lo guapo y atractivo
que era, y no se dedicara a hacer insinuaciones a otros. Apostaba que era un
gran amante, recordando lo que So Joon había dicho, a pesar de que el perro lo
había degradado.
―Te pido disculpas― su voz era más profunda. ―Es una reacción. No tengas miedo. Hueles bien y yo me excito― gruñó en voz baja. ―Estás a salvo. No voy a montarte.
Jaejoong no apartó la mirada de sus pantalones
cortos levantados como una tienda de campaña.
― No tengo miedo.
Yunho inhaló, tomando una profunda y larga
respiración, que finalmente atrajo la atención de él hacia su erección. Jaejoong
se dio cuenta que Yunho había cerrado los ojos otra vez. Tenía una agonizante apariencia en sus hermosos rasgos.
Los ojos se abrieron lentamente, sorprendiéndolo el brillo en su mirada
mientras lo miraba.
―Estás excitado.
Sintió que la vergüenza lo inundaba. ¿Él
podía olfatear eso? Maldición. Eso era desconcertante.
― Lo siento. ― Sabía que debería explicarse. ―Eres muy atractivo.
Su increíble cuerpo se tensó.
― ¿Crees que parezco un perro?
― ¡No!
Yunho volteó su cabeza, recorriendo con su
mirada el oscuro pasillo hacia el otro lado de la de la casa.
― ¿Qué estoy haciendo mal? Me enojo
constantemente con él y me insulta. Se niega a compartir la cama conmigo y no
duerme en mis brazos. ― Volteó de nuevo la cabeza, esos ojos miraban
fijamente a los de Jaejoong. ― Tú eres humano. Por favor, dime como puedo
hacerlo feliz.
―No lo sé. Él no es una buena persona, Yunho.
―Él no era tan difícil cuando lo conocí en la
Tierra. Fue amable conmigo al principio, así que mantuve la esperanza de que
nuestras diferencias culturales pasaran, pero la situación está empeorando en
lugar de mejorar.
―Dudo que nada de lo que hagas lo haga feliz.
Algunos hombres son sólo imposibles de
tratar.
Un suave rugido salió de él.
― Dos de mis hermanos se vincularon con humanos
y son felices ¿Qué estoy haciendo mal? Eres un ser humano, por favor enséñame
como podría complacerlo. Pensé que el sexo podría… es la única cosa de la que él
no se queja.
―Desearía poder darte una respuesta.
― ¿Te asustaría si intento algo?
Jaejoong negó con la cabeza.
― ¿Qué quieres intentar?
Dio un paso hacia él, pero Jaejoong no dio
marcha atrás, pensando en que sería lo que él intentaría probar. Debía admitir
que tenía un poco de sana curiosidad. Una puerta se abrió, el sonido hizo que
él se detuviera por un segundo, sólo giro su cabeza para ver como Ali salía
desnuda al pasillo.
―Oí voces, Yunho. ―La mujer Zorn recorrió con su mirada su magnífico cuerpo. ― ¿Te ha echado de su habitación de nuevo igual que anoche?
Yunho gruñó suavemente. ― Él me pidió que me fuera, sí. Yo iba a conseguir algo de
comer.
Jaejoong se ruborizó. Ali estaba con el
trasero al aire pero parecía hacer caso omiso a su desnudez. El gran hombre
Zorn también parecía aceptar que la mujer desnuda estuviera hablando con él sin
estar comiéndosela con los ojos. Ali tenía un buen cuerpo, era un poco
musculoso y sorprendentemente firme para una mujer de su edad.
―Eso no es lo que necesitas. ― Gruñó Ali suavemente. ―Estás muy excitado. Oí a tu vinculado diciéndote que usaras a
tu sierva. Déjame aliviar tu necesidad. ― Ali se movió hacia adelante, cayendo de rodillas al suelo,
un suave gruñido salió de su garganta mientras se arrastraba hacia él. ― Déjame que te lama.
Jaejoong estaba sorprendido y podía adivinar
lo que era lamerlo. Su mirada voló desde la mujer que estaba a gatas yéndose
instantáneamente a Yunho. Sus ojos estaban cerrados y su cuerpo estaba tenso.
Su dura erección seguía apuntando hacia afuera, no había perdido para nada el
tamaño que sobresalía de su cuerpo.
―No voy a montar a otra― jadeó.
―No vas a montarme― susurró Ali. ―él te trata desconsideradamente. Necesitas
liberarte o te enfermaras. Estás vinculado y eres honorable, por lo que ya no
tienes la necesidad de atenderte tu mismo. Por favor, déjame cumplir con mi
deber. A él no le importará con tal de no ser él el que te toque ahora mismo. Déjame
proporcionarte calma.
El hombre se movió y golpeó la pared con su
espalda, moviendo la cabeza.
―No―sus ojos se abrieron de golpe. ―Puede que a él no le importe, pero renuncié a otros.
Ali no se apartó, en lugar de eso siguió
avanzando lentamente, poco a poco, avanzando de manera seductora. Jaejoong
estaba demasiado aturdido para hacer otra cosa que ver como la mujer alcanzaba
al hombre contra la pared, levantando su cabeza para frotar su rostro en el
interior de su muslo. Un suave gruñido salió del gran hombre, mientras su pene
se sacudía en respuesta.
Ali suavemente le devolvió el gruñido, pasando
los dedos por sus piernas desde sus tobillos hasta sus rodillas, subiendo por
sus muslos hasta la cintura de sus calzoncillos. Sus dedos sujetaron la ropa
mientras Ali usaba su cara para acariciarle el pene con su nariz a través de
sus calzoncillos. Otro suave gruñido salió del gran hombre. Echó su cabeza
hacia atrás, sus ojos cerrados con fuerza mientras sus dedos arañaban la pared.
Jaejoong observaba con los ojos muy abiertos
mientas Ali de un tirón le bajó los calzoncillos. Los varones Zorn lo tenían
inusualmente grueso, con una corona redondeada que le recordaba un hongo,
porque era mucho más grande que el eje, pero su eje estaba ensanchado por debajo
de la corona. Tragó saliva fuertemente, sorprendido de que el acto sexual
estuviera a punto de llevarse a cabo justo enfrente suyo. Yunho trató de
alejarse, pero Ali sujeto su pene firmemente con la mano, lamiendo al hombre
como si fuera leche que ella se estuviera bebiendo con la boca, su lengua se deslizaba
hacia arriba y después volvió a deslizarse sólo en la punta de su erección.
Un gruñido salió la garganta de Yunho, sus
manos apoyadas en la pared, mientras su respiración aumentaba a un fuerte
jadeo. Dando un paso hacia atrás, Jaejoong no podía obligarse a apartar la mirada. Sabía que tenía que darse la vuelta
para huir hacia su habitación pero no podía apartar la vista del pene del
hombre en las manos de Ali, mientras la mujer continuaba lamiéndolo.
El cuerpo de Jaejoong reaccionó ante la vista
de Yunho siendo esclavo de la pasión. El hombre arqueó su enorme pecho hacia
delante, los marcados músculos de su estómago, y un brillo de gotas de sudor en
su hermoso cuerpo, sus carnosos labios se abrieron mientras gruñía suavemente.
Sus manos arañaban la pared, pero entonces una se movió. Él cogió la mejilla de
Alí, acariciándola mientras ella continuaba lamiendo la corona de su polla.
Ali nunca puso su boca sobre él o lo tomó
entre sus labios, sólo usaba su lengua para deslizarla hacia arriba una y otra
vez. Jaejoong sintió humedad acumulándose entre sus muslos cuando consiguió dar
otro paso hacia atrás. El hombre era la cosa más sexy que había visto y peor
aún, él deseaba ser el que lo estuvieran tocando. Un destello de celos lo
golpeó dejándolo atónito. Apenas conocía al hombre, tanta emoción no era
lógica.
Dando otro paso más hacia atrás, Jaejoong tropezó
con el borde del marco de la puerta del dormitorio. Una sacudida de dolor se
disparó por su espalda como un rayo mientras la afilada orilla golpeaba su
hombro. Los ojos de Yunho se abrieron de golpe por el ligero sonido que debió
haber hecho, y esos increíbles ojos miraron fijamente a Jaejoong.
Jaejoong vio cómo sus ojos se entrecerraban,
sus labios se entreabrían y gruñía profundamente mientras se corría con fuerza
un segundo más tarde. Jaejoong apartó su mirada de la suya para ver como Ali se
movía nuevamente para bombearlo ahora con su mano, ordeñando cada disparo de su
liberación, ésta dejó su cuerpo, disparando en el cuerpo de la mujer Zorn. Ali
usó su otra mano para acariciarse sus pechos desnudos, mientras ronroneaba en
voz baja a Yunho. Su cuerpo se sacudió con cada chorro de semen que brotó de
él.
Jaejoong levantó la mirada para encontrar que Yunho
todavía lo miraba con los ojos entornados. Resplandecían en el oscuro pasillo
directamente hacia su alma. Encontró la fuerza de voluntad, para girar
alrededor y moverse torpemente al interior de su habitación, cerrando la puerta
tras él. Echándose hacia atrás contra la puerta, notó que estaba temblando y
muy excitado. Sus pezones le dolían y estaba empapado entre sus muslos.
Cerrando sus ojos, musitó en voz baja una maldición. Esto había sido
malditamente sexy.
―Gracias― dijo Yunho con voz ronca.
―El placer fue mío. ― Se rió entre dientes Ali. ―Siempre es una alegría complacerte
Jaejoong podía escuchar el intercambio. Hizo
unas respiraciones lentas y profundas, escuchando sin querer a la pareja al
otro lado de la puerta de su habitación.
― ¿Puedo hacer algo más por ti? ¿Quieres dormir
en mi cama?
―No. Creo que voy a ducharme y a comer algo.
―Podría prepararte algo.
―Ya has hecho suficiente. Gracias, Ali― Yunho suavemente despidió a la mujer. ―Por favor, vuelve a tu habitación y duerme un poco. Ha sido
un día agotador.
―Por supuesto.
Pasó un buen minuto de silencio hasta que Jaejoong
oyó el sonido de la puerta de Ali que con firmeza pero delicadamente se
cerraba. Se relajó, alejándose de la puerta y con sus piernas temblando se
dirigió a su cama. El ruido de alguien entrando en su habitación, hizo que
gritara de sorpresa, dándose la vuelta.
Yunho entró en su dormitorio y se detuvo en la
puerta, la luz tenue del pasillo delineaba su cuerpo. Había colocado sus calzoncillos
en su sitio y su erección se había ido, ahora que Ali se había encargado de
ello. Jaejoong levantó la mirada de la parte delantera de la tela que apenas lo
cubría y se sonrojó al descubrir que lo estaba observando y se había dado
cuenta que él había mirado su cuerpo primero.
―Me disculpo. ¿Te ofendimos? Pareces alterado.
¿Ofendido? Esa era la última descripción de lo
que él sentía que cruzó por su mente. Estaba confundido, excitado y sufriendo
punzadas de celos. Él respiró profundamente y se obligó a enfrentarlo a pesar
de querer huir. No quería estar tan cerca del hombre. Le hacía sentir cosas que
no podía comprender ni explicar, y además estaba fuera de su alcance no
importaba lo mucho que lo deseara.
―No. Simplemente no estoy acostumbrado a ver a
otras personas... ― tragó. ―El sexo suele ser un acto privado de donde yo vengo. Eso es
todo. No me lo esperaba.
El hombre inclinó su cabeza, sus brillantes
ojos se fijaron en él, estudiándolo. Aspiró.
―Esto te excito.
Maldición. Jaejoong odiaba a su agudo sentido del olfato. El calor
enrojecía sus mejillas. Era vergonzoso que él supiera lo mucho que lo excitaba.
Mantuvo su boca cerrada, porque no sabía qué decir para no empeorar la
situación. Yunho parpadeó un par de veces, observándolo en silencio.
―Mañana te llevaré de compras. Tu futuro
vinculado vive en un crucero y necesitas un guardarropa resistente. Es lo menos
que puedo hacer después de molestarte es proporcionarte uno.
―Eso no es necesario.
―Insisto. Después del desayuno prepárate para
salir conmigo, te llevaré al pueblo donde se harán cargo de tus necesidades.
La única necesidad que tenía en este momento
no era de ropa. Estaba excitadp y quería un hombre que en efecto estaba casado.
Jaejoong consiguió no mirar su perfecto cuerpo a pesar de que quería verlo,
saciarse de él cuando gran parte le era revelado por esos pequeños pantalones
cortos. Mantuvo su mirada fija con la suya.
―Gracias. ¿A qué hora quieres salir?
―Estate listo justo después del amanecer.
― ¿Qué me pongo? Quiero decir, ellos sólo me
dieron estas amplias camisas.
―Eso está bien. Es lo que usan aquí.
― ¿Qué pasa con los pantalones? ¿Puedo pedir prestado
un par de Ali o de Tina? No me siento bien estando desnudo bajo mi ropa.
Una sonrisa torció sus facciones, lo cual lo
hacía verse más guapo.
― Son las costumbres de Zorn. Yo te protegeré
por lo que no tienes nada que temer. Estás a salvo conmigo, humano.
―Por favor, llámame Jaejoong.
Él asintió.
― Insisto en que quites el llamame Yunho.
―Gracias.
La sonrisa en su rostro se amplió.
―Después de lo que sucedió en el pasillo hace
un momento me parece más apropiado tutearnos.
Un rubor tiñó sus mejillas.
―Ali te llama Argis.
―Él es una sirvienta y tú no lo eres. Es
diferente. Te veré en el desayuno. Buenas noches, Jaejoong.
Salió de su habitación cerrando suavemente la
puerta tras él, dejando a Jaejoong hundiéndose en su cama. El hombre era
absolutamente sexy. Jaejoong cerró sus ojos. Observar a Ali lamer al hombre
había sido malditamente caliente. Deseaba haber podido tocarlo.
Sacudió su cabeza sorprendido consigo mismo.
Sabía que esto era algo totalmente ajeno a su temperamento pero, de nuevo nunca
había conocido a un hombre tan especial como el alto Zorn. Yunho sencillamente
gritaba atracción sexual, causando todo tipo de malos pensamientos en su
cabeza. Estaba también el factor simpatía, la que él sentía hacia Yunho era algo
que debía considerar. Yunho se había unido a un gran pedazo de mierda llamado So Joon y Jaejoong se sentía terriblemente mal
por ello. Yunho no tenía ni idea del tipo de hombre que era So Joon pero él
sabía que no sería más que un dolor de cabeza para Yunho.
Oh Dios x fa actualiza...soy una adicta ya a este fic.....necesito leer otro capítulo...es como mi droga...tiemblo de necesidad x otro capo...gracias x este...
ResponderEliminarJajajajajaja imagino la cara de Jae al ver semejante hombre y semejante......cofcofcosacofcof x//D
ResponderEliminarpor dios y yo que pensé que Yunho le pediría a Jae que aliviara ese dolor pero no fue la afortunada de Ali la que se encargo de ello y el Jae mas rojo que nada por ver en vivo y en directo tremenda escena el pobre viendo sin poder comer de ello suerte para la próxima Jae quizás le toque a el aliviar a Yunho del próximo paro
ResponderEliminarGracias
Jajaja 🤪, que episodio, pobre Jae se quedó con las ganas de ser él, el que aliviará su necesidad de Yunho y bien abusada la sirvienta no perdió el tiempo 😆😆😆
ResponderEliminarGracias!!! ❤️💕💞