Capítulo 5
Oh Dios mío. Jaejoong
estaba loco. Estaba loco. Debe estar demente. ¿Cómo podía gustarle esto?
¿Gustarle? Demonios, le encantaba. ¿En cuál universo se encontraba correcto
para él encantarle la manera en que Yunho colgaba sobre él, sosteniéndolo
abajo, manteniéndolo a un lado de la cama mientras sus pies aún se situaban en
el piso? ¿Cómo podía gustarle la forma en que tenía sus rodillas empujadas
hasta sus caderas en una posición que lo tenía bajo su irrefutable control?
¿Cómo el hecho
que le quitó su pantalón corto y sus ropa interior mientras dejó el resto de su
ropa intacta lo excitaba? ¿Cómo podía encantarle la sensación peligrosa de sus
palabras hostiles golpeando su cerebro mientras él golpeaba su cuerpo con el
suyo? ¿Cómo podía encantarle la forma en que Yunho estaba fuera de control, casi
fuera de sí mismo mientras lo dominaba en la cama? ¿Cómo podía confiar en Yunho
lo suficiente para incluso ahora, sentir su inminente orgasmo? Oh Dios, sabía
cómo.
Fue por la
mirada salvaje de alivio que cruzó por su rostro mientras se hundió en él en su
primera embestida. Era por el hecho que Yunho no fue capaz de tomarse el tiempo
de quitar el resto de sus ropas antes de unirse a él.
Jaejoong sintió
su necesidad que sólo podía ser apaciguada con aquello, Yunho no hubiese sido
capaz de esperar por otro segundo más. Y era por la profundidad de su
preocupación cuando pensó que podría estar hiriéndolo. Se detendría si le
dijera; no tenía absolutamente ninguna duda de eso.
Era ese nivel
de confianza que ya sentía en sus brazos que estaba jodiéndolo tanto. Así que
sí, sabía por qué le encantaba esto.
Mientras se
hundía bajo el orgasmo más asombroso que alguna vez había experimentado en su vida,
sabía que tenía lo mejor de dos mundos: tenía al absoluto hombre cavernícola en
la cama… y otro que se preocupaba por él.
Y Yunho no era
capaz de esconder nada de eso.
* * *
Otras seis
semanas pasaron y Jaejoong se encontraba un poco sobresaturado. Yunho solo le
mostraba su lado bueno, y se preguntaba qué le pasó al hombre demente/atrevido
que conoció. Solo era tan descontrolado y caliente en la cama, no obstante el
resto del tiempo, lo trataba con guantes de seda.
Lo mimaba, lo
consentía, y era muy protector con él. Se encontraba más allá de la sospecha;
sabía que jugaba con él. Pero no importaba. Se metía debajo de su piel de una
buena forma y le encantaba.
Casi, casi
deseaba tener la conversación de “exclusividad” con él. Pero pensó que era muy
pronto, y además, se preguntó si incluso la necesitaban.
Yunho no
mostraba señal de estar interesado en otros hombres. Como si él creyera que Yunho
no notaba que había otros hombres vivos. Como si no hubiera otros hombres, sólo
él viviendo en el planeta.
Habían ido a
bailar unas pocas veces, y al entrar a un club o a un restaurante, inmediatamente
notaba el momento que otro hombre o mujer lo miraba. ¿Y por qué no lo harían?
Era definitivamente caliente, y si él podía verlo, entonces todo el mundo podía
verlo.
Pero Yunho no
parecía notar que lo miraban o, de hecho, que existían. Lo cual era bueno,
realmente lo era. Aunque sin la conversación como tal, se sentía el estatus de
la relación en al aire.
* * *
La noche de su
cumpleaños, Jaejoong salió del dormitorio listo para salir. Yunho le preguntó
la noche anterior que quería hacer y le dijo. Quería salir al club donde se
encontraría con todos sus amigos del trabajo y bailar toda la noche.
Parecía un plan
bueno y razonable para él y Yunho estuvo de acuerdo. El problema era, que Yunho
nunca había conocido a sus amigos del trabajo y se encontraba muy preocupado
que asumiera que serían todas mujeres. Y no lo eran. No era como si él fuera
una mariposa social, sin importar como su madre lo llamara, pero si tenía
muchos amigos, tanto hombres como mujeres.
Si vamos a eso,
Heechul era probablemente su único amigo verdadero. Como era gay, Jaejoong se
sentía cómodo cerca de él y podía ser simplemente él mismo. Heechul invitó al
resto de los hombres, quienes estarían allí esta noche.
Jaejoong se
agachó y agarró su bolso; y Yunho se hallaba de pie, frunciendo el ceño.
— ¿Usarás eso?
Jaejoong bajó
la mirada y se vio.
Subió la
mirada.
— ¿Muy
atrevido? —Observó su mirada intensa y tuvo que sonreír—. Es atrevidamente
conservador. Sabes que estos son pantalones de lino de rayas.
No comentó y Jaejoong
tuvo la impresión de que no podía. Casi reía; nunca antes lo había visto ni
remotamente sin palabras. Sus ojos continuaban recorriéndolo y cuando no dijo
nada, Jaejoong dijo:
—Vamos a un
club de baile. Tengo veinticinco años y ya sabes lo que dicen: solo eres joven
una vez. Estaré entre amigos y además, estoy seguro que no permitirías que nada
me dañe, ¿verdad?
Su mirada se deslizó
a la suya y lo examinó detenidamente. Su mirada se volvió territorial y Jaejoong
fue golpeado con la misma sensación débil que siempre tenía cuando estaba cerca
de él. Mariposas empezaron a revolotear en su estómago y sus rodillas se
debilitaron.
Caminó decidido
y tomó un mechón de su cabello y lo enrolló alrededor de su dedo hasta que se
detuvo en su cuero cabelludo.
Jaejoong sintió
el tirón de su cabello todo el camino hasta la unión de sus muslos.
— ¿Acaso te
escuché bien? —Las palabras salieron de su garganta en un tono explosivo y
brusco—. ¿Acaso me acabas de conceder el derecho de ser el hombre que te
proteja?
El corazón de Jaejoong
empezó a latir ferozmente en su pecho.
Escuchó la
pregunta a través de un rugido en sus oídos. Su comentario lo dijo sin
pensarlo. Realmente no había nada serio en su pregunta, así que ¿por qué Yunho
la tomó tan seriamente y porque él pensaba que era un repentino momento
fundamental en su relación?
Intentó pensar,
hacer funcionar el cerebro.
Jaejoong lamió
sus labios y trató de poner la pelota nuevamente en su cancha.
— ¿Quieres…
quieres ser ese hombre?
Su respuesta
fue silenciosa. Un destello de calor explotó en sus ojos y empezó a asentir,
lentamente, de arriba hacia abajo. Con una mano alrededor de su cabello, su
otra mano envolvió su mejilla y levantó su rostro hacia él. Bajó la cabeza y lo
besó, rápidamente y a la vez firmemente.
Yunho levantó
su cabeza.
—De acuerdo. El
trato está hecho.
La mirada en
sus ojos lo asustaba demasiado. Asustándolo así y excitándolo hasta más no
poder al mismo tiempo. Su madre nunca le dijo que existían hombres así viviendo
en el planeta. Nunca nadie le advirtió.
—Está bien, sí,
sin emba… —comenzó a decir.
Lo detuvo.
—Sin peros.
Jaejoong se
encontraba entusiasmado, nervioso y en pánico.
—Sí, hay un
“pero”.
—Y, ¿cuál
sería? —preguntó, lentamente y de forma concisa, pareciendo estar solo
siguiéndole la corriente.
—Supongo que
eso significa que somos… exclusivos… —empezó, pero otra vez lo detuvo.
—Demonios sí.
—Exhaló en un silbido posesivo.
—Bien, por lo
tanto somos solo tú y yo, pero eso no significa…
— ¿No significa
qué? —preguntó de manera rápida, pero obviamente no queriendo alguna condición
en su relación en absoluto. Entrecerró los ojos y se armó de valor. —Eso no
significa que tú haces las reglas. Necesitas entenderlo desde ahora. No eres mi
jefe, no me dices qué hacer, qué usar, o a qué hora debo estar en casa. Estamos
juntos, pero no casados o algo por el estilo, soy un adulto y lo he sido por un
tiempo y hago mis propias reglas.
Sus ojos
atravesaron los suyos pero Jaejoong logró darse cuenta que escuchaba su mandato
con cuidado y estratégicamente. ¡Maldito! Jaejoong tenía razón. Había sido
estratégico todo el tiempo. Y de repente supo que si le dio la entrada o no,
había planeado tener esta confrontación con Jaejoong esta noche sobre… los
límites.
Y cayó en sus
manos con esa oración sobre él no permitiendo que nada lo dañara. Realmente
debía tener cuidado de lo que decía cerca de este hombre. Sus manos se
mantuvieron estables en su cuero cabelludo, y su cuerpo se llenó con una
tensión que era palpable.
—Está bien,
estoy de acuerdo —respondió, en una voz que reflejaba su humor voluble—. No
estamos casados y no soy tu dueño. Eres un chico grande y puedes vivir bajo tus
reglas, por ahora. Todo lo que diré es una cosa: tú lo pediste. Estamos juntos.
—Su mano dejó su rostro, se deslizó hacia abajo y ahuecó el calor entre sus
piernas firmemente y agresivamente—. Y esto es mío. —Sus dedos se apretaron—.
Nadie te folla sino yo, y si alguien pone un dedo en uno solo de tus cabellos,
deseará haber muerto.
La quijada de Jaejoong
cayó y no podía cerrar la boca mientras la miraba.
— ¿Entendido,
nene? —siseó, cuando su mano entre sus piernas la encerraba en un firme
apretón.
Jaejoong respiraba
desigualmente y asintió, demasiado asombrado para hablar. Hijo de puta. Acababa
de liberar al Kraken.
* * *
Al minuto en
que entraron al oscuro club y localizaron a los amigos de Jaejoong, Yunho supo
que tendría que llevar a cabo el mejor engaño de toda su vida. Si podía engañar
a Jaejoong de que pasaba un buen rato y que estaba calmado como la mierda,
nunca sabría que su interior se encontraba atado en nudos y que de hecho tenía
una oleada de adrenalina.
Sus amigos, los
cuales pensó que serían mujeres, definitivamente incluían hombres. Había más
mujeres, ciertamente, no obstante uno en particular llamado Heechul era en
quien Yunho se enfocó.
Aquel era el
chico quien deseaba que Jaejoong empezara a dormir con cualquiera y se
“divirtiera”. Eso era suficiente para hacerlo apretar los dientes, pero no lo
bastante como para armar un lío. Oh, no. Eso quedó para un par de idiotas a
quienes Jaejoong presentó como John y Nico.
Ambos
trabajaban con él, y Yunho rápidamente se dio cuenta que fue este John hijo de
puta con quien se había ido fuera de la cuidad. El bastardo tenía que ser
soltero, alto y en forma, y jodidamente lo sabía, tenía los malditos ojos en Jaejoong.
El chico no podía mantener sus jodidos ojos fuera de Jaejoong.
Y por supuesto,
siendo el chico cumpleañero, pasaba de un par de brazos al siguiente, besos y
condenados toques era puestos sobre él. Yunho se apartó y sintió su temperatura
subir. Sus dientes traseros se encontraban apretados tan fuertemente que su
quijada le dolía.
Sabía que tenía
que calmarse, joder, porque Jaejoong lo había estado mirando como si fuera
Atila, El Huno desde que dejaron el apartamento. Una pequeña insinuación de que
mataría a quien lo tocara y comenzó a mirarlo como si estuviera loco.
Sus ojos se
mantenían en Yunho, casi como si estuviera examinándolo, y sabía que Jaejoong especulaba sobre su posible cordura o la falta
de ella. Necesitaba mantener sus celos bajo control y precisaba hacerlo ahora.
Tomó una respiración tranquilizadora. Nunca podía dejarlo descubrir cuan
jodidamente celoso era.
* * *
Mientras la
noche transcurría, Jaejoong veía a Yunho detrás de sus pestañas. Parecía estar
manejando todo bien. Se reía y hacía bromas con sus amigos, y fue casi
agradable con John y Nico, a quienes Heechul insistió en invitar.
Pero había algo
en el comportamiento de Yunho que Jaejoong no creía. Parecía casi artificial, a
pesar de que no podía decir exactamente por qué. Se dio cuenta que al llevarlo
allí, alrededor de sus amigos y compañeros de trabajo, lo ponía a prueba.
Verdaderamente
le agradaba Yunho, ya le importaba profundamente. Era increíble, realmente
asombroso, en la cama. Hacía que su interior se estremeciera y el pensamiento
de romper con él lo ponía extremadamente triste, molesto si decía la verdad.
Sin embargo habían sido capaces de llevarse bien; ellos debían ser capaces de
tener una vida social que incluyera a más personas.
Pero esto era
muy nuevo, y Yunho era muy, muy intenso. Sí, intenso. Esa era la palabra. Yunho
necesitaba bajarle el tono a esa mierda si esperaba que la relación madurara a
algo más. Y mierda, ¿no sería eso increíble? ¿Experimentar esa atracción sexual
todo el tiempo? ¿Tener a ese pedazo de hombre manejándolo en la cama por un
futuro indefinido? Sí, quería eso.
Si solo pudiera
bajarle el tono un poco. Jaejoong debía ser capaz de mantener su identidad, ser
él mismo. Era pronto, muy pronto para empezar a ceder ante Yunho. Si cedía muy
pronto, lo controlaría más rápido que un abrir y cerrar de ojos.
* * *
Yunho pensó que
lo hacía excepcional y jodidamente bien hasta que el jodido John invitó a Jaejoong
a bailar y sin avisarle siquiera, tomó la mano del maldito y fue a la pista de
baile con él. Cuando Jaejoong se levantó y caminó junto a él, su sien empezó a
palpitar y la tensión llenó sus músculos.
La canción era
una rápida, pero casi había terminado y para el momento en que llegaron a la
pista de baile, la música se volvió lenta.
Yunho hizo un
puño con sus manos y apretó los nudillos bajo la mesa y esperó, sin saber lo
que haría o si al menos conseguiría controlar sus reacciones.
Cuando Jaejoong
abrazó al hijo de puta y empezó a bailar con él, vio rojo y empezó a contar.
¿Exactamente cuántas malditas semanas había estado Yunho durmiendo con él? ¿Era
jodidamente pronto? ¿Podía razonablemente ir allá y darle un puñetazo en esa
maldita cara, sacar su culo de allí, llevarlo a casa y explicarle cómo demonios
sería a partir de ahora?
Yunho mantuvo
sus ojos pegados en él y podía ver que Jaejoong le devolvía la mirada. Bailaba
con el otro chico, pero lo miraba. Y así, como un bombillo prendiéndose, lo
supo. Era una jodida prueba. Lo probaba para ver si podía mantener su trasero
en el asiento y no hacer una maldita escena. Maldición.
Quería darle
una gran paliza al hombre. Nada, absolutamente nada, lo complacería más. Tomó
cinco respiraciones profundas y lentamente contó hasta diez, y luego hasta
cincuenta. ¿Podría soportar el baile? Ni siquiera pensar en si Jaejoong bailaría
o no con el hombre nuevamente.
Incluso en su
cerebro, no podía llegar hasta ahí. Una maldita cosa a la vez. Tenía que tomar
una decisión. Si quería mantenerlo, y lo quería, tenía que sentarse aquí y
probar… ¿Qué? ¿Qué no era un animal? ¿Jaejoong pensaba que era un animal? Bien.
Se sentaría ahí, cuidaría su bebida y sería agradable. Podía ser agradable
cuando debía hacerlo. Pero después, cuando le quitara la ropa…
La canción
terminó seguida por una ronda de música lenta. John levantó las cejas
preguntando, pero Jaejoong sacudió la cabeza y comenzó a dirigirse de nuevo a
la mesa. No habían dado dos pasos antes de que Nico llegara a ellos y le robara
la mano de Jaejoong.
Sin saber que
había un problema, John se alejó la pista de baile y dejó solo a Jaejoong enfrentando
a Nico. Jaejoong sacudió la cabeza con una media sonrisa, intentando salir de
esto sin ninguna repercusión.
—Oh, vamos, Jaejoong, ya bailaste con John
—comenzó Nico, beligerante.
—Lo sé, pero
estoy cansado me siento un poco mareado y...
Sus palabras
fueron cortadas cuando le dio una vuelta y envolvió los brazos a su alrededor,
preparándose para bailar con él, le gustara o no. Sus manos fueron a su pecho y
comenzó a empujarlo.
Él retrocedió y
quedó un poco sorprendido de que Jaejoong hubiera sido capaz de sacárselo de
encima tan rápidamente. Le tomó un momento darse cuenta de que Yunho tenía a
Nico por el cuello de la camisa, la expresión de la cara de Yunho presagiaba
problemas, grandes problemas.
— ¿Qué diablos
crees que estás haciendo, idiota? Te dijo claramente que no quería bailar.
—Vete a la
mierda, pedazo de mierda —dijo Nico a Yunho—. Tú no lo mereces.
Jaejoong reconoció
el destello de emoción que brillaba en los ojos de Yunho. Parecía como si
finalmente hubiera encontrado a alguien con quien sacar la ira de su sistema. Y
por desgracia para Nico, pasó a ser esa persona.
No había duda
en la mente de Jaejoong que Yunho se hallaba a punto de golpearlo. Torció su
brazo hacia atrás y se encontraba a punto de dar rienda suelta cuando fue
detenido abruptamente por dos grandes, robustos gorilas.
—Eso es
suficiente. Ustedes tres, afuera. Ahora.
Yunho lo soltó
al instante con una mirada de resentimiento. Sus fosas nasales dilatándose, sus
piernas separadas, pero todo lo que hizo fue tomar la mano de Jaejoong y dijo:
— Ya nos vamos.
Yunho le dio
tiempo a Jaejoong para tomar sus cosas, pero aquello fue todo. Lo acompañó
fuera de la puerta bajo la atenta mirada de uno de los de seguridad. Lo empujó
a su camioneta y encendió el motor.
—El cinturón de
seguridad.
Jaejoong buscó
la hebilla, la cabeza girando.
—Lo siento por
eso. Nico es un idiota a veces. Heechul lo invitó, no yo.
Mientras Yunho se
dirigía a la calle, dijo:
— Eso fue culpa
tuya.
— ¿Mi culpa?
—Si no hubieras
estado bailando con el otro hijo de puta, riendo, bromeando y coqueteando tanto
como si estuvieras malditamente soltero, entonces ese idiota no habría pensado
que podía tener una oportunidad. Tú les diste la impresión equivocada y
esperabas que me sentara sobre mi trasero y viera lo que pasaba. Sí, fue tu
culpa. —Hervía.
—Yunho...
Yunho se detuvo
en una luz roja y se volvió hacia él, la ira en las líneas claras de su rostro.
— ¿Qué?
Jaejoong respiró
profundamente y confesó:
— John es heterosexual
y todo el mundo incluyendo Nico, lo sabe. —Si las miradas pudieran matar, Jaejoong
hubiera sido un hombre muerto.
—Heterosexual
—dijo Yunho, su boca se mantuvo rígida—. Tú no lo mencionaste. ¿No es así?
—Sí, fue un
descuido.
—Tonterías. El
tipo no te miraba como si fuera heterosexual. Te miraba como si quisiera
follarte.
La garganta de Jaejoong
se cerró al sentir su animosidad.
—No, te
equivocas. Trata de protegerme, eso es todo. Y lamento no habértelo dicho, fue
un descuido.
—Mierda. Me
probabas. ¿Y quién mejor para ponerme a prueba con alguien que no es una
amenaza para ti?
Yunho presionó
los frenos e hizo un giro en u.
—No ibas a
decirme que el tipo es heterosexual. Ibas a dejarme dar rienda suelta a mis
celos.
Cuando hizo el
giro, Yunho sintió casi desmayarse.
— ¿A dónde vas?
No puedes volver allí.
—No voy a
volver allí. Estar cerca de un basurero lleno de gente es la última cosa que
quiero ahora. Además, nos echaron, ¿recuerdas?
¿No quería
estar rodeado de gente?
Jaejoong tragó
cuando vio el disgusto perturbador claramente escrito en su rostro y en la
forma rígida en que se contuvo. Se aclaró la garganta.
—Entonces no
entiendo. ¿Por qué diste la vuelta?
—Vamos a ir por
aquí.
—Pero yo vivo
por allá —dijo Jaejoong en voz baja mientras señalaba a su espalda.
—Sí, y yo vivo
por aquí. — Yunho mantuvo los ojos en la carretera y ladeó la cabeza hacia
adelante. Lo miró, analizando su declaración.
—No me has
preguntado si quiero ir a tu casa contigo.
—No, y tampoco
lo haré.
Jaejoong quedó
hechizado por ese anuncio lacónico y por sus gruesas muñecas, que agarraban el
volante.
—Yunho.
Miró hacia la
izquierda y a la derecha, y rápidamente estacionó el auto en un Wal-mart de
veinticuatro horas mientras apagaba el motor.
—Es hora de
dejar esta mierda en claro. —Su voz sonaba tan gutural, tan primitiva que Jaejoong
sabía que se hallaba a punto de dar rienda suelta a la personalidad dominante
que trataba tanto de ocultar.
No se dejó
engañar; sabía lo que había debajo de esa delgada apariencia de urbanidad desde
el día que lo conoció. Comenzó a sacudir la cabeza.
—No, no es el
momento de dejar la mierda en claro. Es demasiado pronto para estar haciéndolo.
Su boca se
apretó y sus músculos se tensaron en su cuello por la ira.
—De acuerdo. Lo
dejaré pasar por ahora. Pero contéstame una maldita pregunta porque estoy enfermo
y cansado de esta mierda de andar de puntillas a tu alrededor. —Las manos de Yunho
se envolvieron alrededor del volante tan fuertemente que los nudillos se
pusieron blancos.
¿De puntillas a
su alrededor? Mierda ¿había actuado de puntillas a su alrededor? ¿Cómo demonios
iba a actuar si no lo hubiera estado haciendo?
— ¿Qué?
—preguntó, casi con miedo de saber cuál era la pregunta.
— ¿Me tienes
miedo? ¿Crees que iré hasta el final y te lastimaré o algo así? —Volvió la
cabeza para mirarlo, y que Jaejoong pudiera ver la expresión en sus ojos—.
Porque no lo haré. —A medida que sus palabras se silenciaron, su expresión se
volvió agonizante.
Lo recorrió con
la mirada, y su mirada de anhelo dejó al descubierto su ansiedad expuesta.
Jaejoong lo
miró, inseguro de cómo debía responder. Exactamente, no le temía. No pensaba
que pudiera lastimarlo. De hecho, no lo dudaba en absoluto. Se sentía
completamente a salvo con él.
Pero... no se
sentía tan seguro de que no le haría daño a otra persona o un agujero en la
pared o algo parecido.
—No creo que me
harías daño, no.
—Nunca te haría
daño. —Su voz era firme. Lo observó un
momento antes de contestar—: Eres muy, muy intenso, Yunho.
—Sí, lo
entiendo. —Exhaló profundamente—. Entonces, aquí va la pregunta, ¿puedes
manejar esto?
—Yo...
yo.
—Porque
necesito saberlo pronto, maldición. Si quieres terminarme entonces tienes que
hacerlo ahora. No puedo cambiar la forma en que soy, Jaejoong. Cuanto más
tiempo sigamos... No sé.
— ¿Qué? Cuanto
más tiempo sigamos, ¿qué? —Deseaba saber; necesitaba saber.
—No sé. Estoy
sintiendo cosas más profundas.
— ¿Te ha pasado
con otro...?
— ¿Otro qué?
—preguntó cuándo Jaejoong no terminó su pensamiento.
— ¿Otros hombres...
con los que has terminado por tu intensidad...?
—Diablos, no.
Nadie jamás me ha abandonado y estoy malditamente seguro de que no ha habido un
hombre que...
— ¿Qué? —le
preguntó en voz baja. Su mirada se fijó en su rostro, y su expresión se llenó
de una confusión desgarradora.
—Me haya jodido
así, me haya hecho sentir de la forma en que tú lo haces.
El corazón de Jaejoong
se apretó y volteó. El estómago le dio un vuelco y se movió un poquito más
cerca de él. Yunho lo notó y quitó una mano del volante y lo envolvió alrededor
de su cuello, masajeando en forma circular. Su frente aterrizó en la de Jaejoong.
—Pasé tu
ridícula prueba, ya sabes. —Su voz, aunque baja, goteaba satisfacción—. Lo
estaba haciendo bien hasta que el segundo hijo de puta te presionó para bailar
con él cuando yo sabía que no querías hacerlo.
—Lo sé —dijo
simplemente.
Levantó la
cabeza y lo miró fijamente.
—Pasé tu
prueba. —Reiteró en un tono vulnerable que jaló las fibras del corazón de Jaejoong.
Había pasado su
prueba.
—Sí, lo
hiciste.
—No quiero que
me hagas pasar de nuevo por esa mierda. Creo que una vez en la vida es
suficiente, ¿de acuerdo?
Su tono
recuperó la fuerza que estaba acostumbrada a oír de él.
—Está bien.
—Estuvo de acuerdo.
—Muy pronto va
a ser hora de dejar las cosas en claro, ¿sabes? —demandó en un tono ronco.
Sabía que no pospondría la hora de la verdad para siempre, pero ese día no
había llegado todavía.
—Lo sé, pero
aún no.
Su dedo bajó
por su mejilla y luego se redujo a acariciarle el brazo sensualmente.
— ¿Confías en
mí lo suficiente para que me dejes llevarte a casa?
El corazón se
agitó y luego se puso a toda marcha.
—Sí —respondió,
fácilmente y de manera inequívoca.
* * *
Mencionó dónde
vivía, pero nunca había estado en su casa anteriormente.
Se dirigió a la
parte sur de la ciudad, a un exclusivo barrio residencial. Jaejoong casi
contuvo la respiración mientras se dirigía a su casa por primera vez.
Aparcó en el
garaje, y caminaron por la puerta trasera. Pero inmediatamente, pudo ver que no
tenía ni un gramo de habilidades en decoración en lo absoluto. Le dijo que
compró la casa hace unos tres años. La casa era grande y bastante nueva, pero
era una casa de hombre, con todo el concepto hombre de las cavernas.
Se dio cuenta
de una cosa inmediatamente. No había basura esparcida alrededor. Todo se
situaba en perfecto orden y parecía tener un lugar. Pensó en su apartamento y
lo que él pensaría. Mantenía la sala de estar razonablemente ordenada porque le
gustaba de esa manera, y después de todo, nunca sabías cuándo alguien podría
pasar por ahí. Y su cocina siempre se encontraba limpia, porque, bueno, debía
mantener la cocina limpia. Pero su dormitorio... Dios mío, ¿qué debe haber
pensado de su dormitorio?
Por lo general
se cambiaba de ropa cuatro o cinco veces antes de hallar lo que quería usar, y
como el armario era muy pequeño y apenas contenía la mitad de sus cosas, tenía
las camisas, los pantalones y zapatos esparcidos por todas partes alrededor de
su dormitorio.
Jaejoong empujó
el pensamiento a un lado y se centró en la casa de Yunho. Le encantó de
inmediato y sabía que existían dos razones. La primera era que era muy obvio
que ningún otro hombre había puesto su
marca en la casa de ninguna manera. No había nada que indicara que alguien más alguna
vez había vivido aquí. La segunda cosa es que debido a que era el lugar de un
hombre, Jaejoong era suficientemente delicado para ser capaz de dejar pasar
todas las cosas de hombres y mirar el lugar como si fuera una paleta en blanco.
La casa tenía
líneas maravillosas y si las cosas seguían por el camino que iban, se podía ver
así mismo viviendo allí. Lógicamente, por el momento se guardó ese pensamiento
para sí mismo.
A pesar de que
sabía que Yunho tenía las cosas en su mente como algo de largo plazo, por todas
estas “conversaciones” que quería tener, no creía que su cerebro estuviera
listo para hablar de matrimonio y él no se encontraba lo suficientemente listo
como para comenzar a insinuarlo. Así que no había tiempo.
Pero su casa era definitivamente potencial. Podría
trabajar en ella y hacerla hermosa si aquel momento se presentaba.
Jaejoong retrocedió
cuando Yunho encendió algo más de luz y luego se volvió hacia él. Tomando su
mano, lo condujo a un conjunto de puertas francesas, apagó las luces de la sala
y encendió un interruptor, de manera que el patio se iluminó con luz tenue. Jaejoong
se quedó sin aliento cuando una piscina que no había notado que estaba allí
quedó a la vista.
El interior de
su casa puede necesitar atención, pero el exterior era simplemente hermoso.
Mientras miraba afuera, presionó su pecho contra su espalda y agarró sus
muñecas con las manos y las mantuvo a cada lado. Su boca se deslizó a su oído,
y tomó el lóbulo entre los dientes con la suficiente fuerza para hacerlo gritar
y calor despertó en su estómago. Jaejoong expulsó un suspiro superficial.
—Lo que me
hiciste esta noche, no volverá a ocurrir. —Así de fácil, el chico vulnerable de
Jaejoong se había ido y su macho lleno de testosterona volvió.
Se quedó
cautivo contra el frío cristal del panel de la puerta; calor saturándole los
sentidos.
— ¿Lo
entiendes, Jaejoong?
—Sí. —Respiró
suavemente.
Colocó sus
manos en la puerta y presionó sus palmas aplanadas contra el cristal.
—Mantenlas
allí. No te muevas —ordenó con una voz que goteaba masculinidad flagrante.
Sus manos
alcanzaron el frente de Jaejoong, desabrochó su pantalón de lino, y rudamente
lo empujó al suelo. Jaejoong se sacudió pero Yunho controló fácilmente sus
movimientos.
—No te muevas
—dijo de nuevo. La respiración le salió entrecortada—. Sal de tu pantalón.
Jaejoong levantó
un pie y luego el otro, y el pateó el pantalón y los boxers que arrastró con
ellos por el piso de baldosas. Pasó una mano sobre su trasero, por sus muslos y
la espalda otra vez.
—Dime lo que
quieres —dijo en un tono bajo que vibraba a través de él. Jaejoong temblaba
ahora y cerró los ojos mientras con sinceridad le respondió:
— A ti.
—Ahh, eso sí
que es bueno, cariño. —Su mano llegó entre sus piernas por detrás y separó sus
pliegues. Rodeó su entrada sólo una vez antes de deslizar el dedo hasta el
fondo. Inundado con calor, dejó escapar un gemido ahogado y Yunho controló la
sacudida que hizo con su torso sobre el de Jaejoong —. Eso es bueno de verdad,
nene, porque estás a punto de tenerme.
Hoolaaa!!
ResponderEliminarMe encanta éste fic, en realidad he leído todos los fic que has publicado en los blogs y rara vez publico un comentario pero me encantan! Espero con ansias las actualización 😆
Atte Kai ☺
muchas gracias claro que si tratare de actualizar lo mas pronto posible muchas gracias por comentarme.
EliminarUuuy sigue lo mejor...ufff esta historia es muy hot....gracias x mis lemon q me encanta!!!
ResponderEliminarjaja espero que si que cumpla con tus expectativas lemonosas jajaja. Muchas gracias por comentar
EliminarHola!! Me alegra mucho esta actualización, realmente me encanta como adaptas las historia y éste en especial me gusta mucho.
ResponderEliminarAaahh! Ese Yunho es realmente muy celoso y sumamente dominante Espero pronto actualices.
Saludos y que estes bien.
si realmente me encanta cuando Yunho es dominante y posesivo adoro cuando es así, si te gusta Yunho así la adaptación del conquistador te gustara. Muchas gracias por leer comentarme.
EliminarHola! Estoy esperando con ansias que actualices éste fic, te lo vuelvo a decir... me gusta mucho cómo adaptas las historias y ésta en especial me gusta mucho. Espero pronto nos sorprendas con otra actualización.
ResponderEliminarSaludos y espero que estes bien.
Hola! Me puse a leer de nuevo esta adaptación y estoy tan ansiosa por la continuación es la que más me intriga hasta ahora, amo al Yunho dominante y posesivo ��
ResponderEliminarEsperó que este bien y actualices prontito ��
Kai
Hola! Espero con muchas ansias que actualices, sobre todo éste fic me gusta mucho.
ResponderEliminarHola!!! De nuevo insistiendo/molestando....espero que no dejes abandonado tu blog, tienes muy buenas historias y las adaptas super bien.
ResponderEliminarRealmente espero la actualización de ésta historia que me gusta mucho.
Ojalá y no abandones.
Saludos y que estes bien
Hermoso xfa continuación esta historia esta muy linda
ResponderEliminarEl hombre celoso que es Yunho al fin estalló y ya puso su entir en Jae, lo bueno es que lo acepta como es, pero tengo la duda de si verdad Yunho lo lastima sexualmente y porque?
ResponderEliminarEspero que pronto lo llegue es a actulizar.
Gracias!!!❤️💕💞