CAPÍTULO 27
Jaejoong se quedó sorprendido por las
cortesías que recibió de los hombres normandos durante la cena. No sólo se
sentaron cerca de él y le preguntaron
por su estado, sino que Beltain se
disculpó públicamente. Jaejoong reaccionó con pudor.
—Desde que
era un niño — él le dijo —le he
tenido miedo anormal a ese calabozo. No podías haberlo sabido.
Jaejoong fue acomodado cerca de su marido,
quien estaba a la derecha del normando. Karam no vino a tomar su lugar, y Jaejoong
preguntó por qué. Evitó mirar a Yunho, aunque estuviese muy consciente de su
presencia, de cada uno de sus gestos, de cada una de sus palabras y movimientos. Los recuerdos de su atención
tierna lo asaltaron, y si no eran
reales, ellos se sentían reales. Cuando Yunho se dirigió abiertamente a él, Jaejoong
no tuvo más opción que levantar su mirada hacia la suya.
—Cómo estás en el día de hoy, Jaejoong?
Él lo miró.
Su porte era relajado, aunque
había una tensión en sus ojos. Yunho pareció hablar casualmente, pero él
podía sentir su intensidad. Yunho jugueteó con su cuchillo de comer, aunque su
mirada estaba en él.
—Estoy bastante bien, gracias.
Yunho sacudió la cabeza y giró hacia
Athelstan, y comenzó a hablar de la crianza de perros de caza.
Una vez que lo miró, Jaejoong encontró que su
mirada constantemente iba hacia él. Viéndolo
se acordó que sus hermanos estaban aguardando información.
Albie le había dicho que enviase a
Feldric nuevamente cuando tuviese noticias importantes. Por supuesto que no tenía ninguna noticia;
él no se había convertido en su amante y no se había convertido en su
confidente. Le resultaba difícil recordar ahora, por qué había decidido
tan determinadamente en nunca
convertirse en su amante. No sentía
enojo. Jaejoong presintió que él le lanzaba una mirada.
Su
mirada ardía.
Jaejoong desvió la mirada y continuó comiendo.
Ahora estaba realmente preocupado. Había
estado tan metido en sus propios problemas, con haberse casado con Changmin,
con ser tomado en su noche de bodas por el normando, con ser encerrado en el
calabozo, que se había olvidado de la situación tan grave en que estaba. Sus
hermanos estaban planeando una rebelión para fines de agosto. Ellos estaban
planeando destituir a Yunho, y, él asumía
que también echarían a Siwon fuera de Mercia. Ellos estaban esperando
que él les proveyese información. Sabía
que ellos tenían otros espías, pero ninguno tan bien ubicado aquí en
Aelfgar. Les había prometido que se
convertiría en el amante del normando y que
obtendría información. Ellos dependían de él. Ellos conocían su naturaleza, y sabían que
él nunca les fallaría.
Cosa que no podría hacer.
Ahora que ya
no estaba más enojado, podía pensar claramente, lógicamente, y sabía
que lo prioritario era cumplir con su deber
para con sus hermanos. Él observó el normando. Él era un mal seductor, eso
estaba probado. Había intentado seducirlo y él lo había casado con su vasallo. Incluso ahora sentía una
puntada de dolor. Aunque no era nada comparado con lo que había sentido
antes. No estaba seguro si Yunho
todavía lo deseaba porque ya lo
había usado su noche de bodas. Y aunque él intentase una
seducción, Yunho se iba a olvidar de su lealtad hacia Changmin? Por otro lado,
él era su lord, y si realmente lo
deseaba tanto, era lo suficientemente arrogante como para tomarlo y justificar eso con su posición de lord.
Su estomago se oprimió. Ahora que sus propios
problemas se habían debilitado y eran insignificantes, sentía el gran peso de
la responsabilidad que sus hermanos habían colocado en él. Mirando al normando, él supo que no hacer nada
sería la caída de sus hermanos. Debía, por lo menos, tenía que intentar algo.
Yunho lo miró nuevamente, su mirada era
aguda.
Por un momento breve, Jaejoong se quedó hipnotizado por esos ojos. Y supo lo que
debía hacer.
* * *
Como no había
podido dormir la última noche,
acechado por las imágenes horrorosas de Jaejoong
en los calabozos, debería estar cansado. No, Yunho pensó, estaba cansado, estaba exhausto, pero dudaba que pudiese
dormir esa noche. Por qué él había
continuado mirándolo durante la cena?
Yunho estaba en el gran salón, con una copa de vino en la mano, mirando la
chimenea. No tenía ganas de ir arriba. La mayoría de sus
hombres ya estaban dormidos, sus ronquidos eran extrañamente sedantes.
Muy distinto al fuego agonizante, el salón estaba quedando en sombras.
Intentó alejar sus pensamientos de Jaejoong, pero falló. Jaejoong
había parecido estar bien en la cena, tan radiante como siempre. Gracias a Dios
la odisea por la que había pasado había sido breve. Esperaba que Changmin no lo tomase esa noche,
que le permitiese algo de descanso. Esa especulación le causó una contractura
en la espalda, una opresión en el
intestino. Si, él decidió, Athelstan tenía razón, los
mandaría a ambos a Dumstanbrough. Sería un idiota si no lo hiciese.
Bebió su copa, la dejó sobre la mesa, y marchó hacia las escaleras. Tomó una lámpara de
aceite de un candelero de la pared y abrió la puerta de su habitación. Dirigió
la luz hacia el gancho donde colgaba el
cinto de la espada. Su mirada fue hacia la cama, que estaba en sombras. Pero no
había dudas de que estaba ocupada.
No estaba enojado, sentía repugnancia.
— Sal de mi cama, Karam. No quiero acostarme
con vos esta noche. Y cuídate de no
desafiar mis órdenes. Todavía estás confinado a tu habitación, y de ahora en adelante
lo pensaré dos veces antes levantarte el
castigo.
* * *
Jaejoong se sentó, las mantas cayeron
hasta su cintura. Estaba magníficamente desnudo, su pecho brillando,
su cabello sobre ellos. Yunho pensó
que estaba soñando.
— Qué estás haciendo aquí?— él demandó.
Su pecho subía y caía muy rápidamente.
—Te deseo —
él dijo simplemente, sus ojos fijos en los suyos. Y Jaejoong se dio cuenta que decía la
verdad.
Yunho lo miró fijamente y vio todo lo que deseaba ver
allí. En un segundo Yunho estaba
a su lado, con los brazos abiertos. Entró en su abrazo como un barco
encontrando un puerto seguro. Jaejoong lo
sujetó. Yunho gimió nuevamente y levantó su rostro para pegar su boca con la
suya.
Yunho lo empujó hacia abajo, besando con
fuerza, y él respondió ferozmente. Con su rodilla abrió sus muslos, acomodando su miembro, le
besó el cuello, y luego tomó un pezón
para morderlo suavemente. Él jadeó y se arqueó, envolviendo sus piernas largas
alrededor de sus caderas, apretando su sexo húmedo contra la dureza de su
miembro. Yunho capturó su boca y su lengua entró profundamente en él. Yunho estaba
consciente de las manos de Jaejoong acariciando salvajemente su espalda,
incitándolo, luego agarró sus nalgas duras.
—Jaejoong — él gimió y cualquier palabra
adicional quedo cortada.
Jaejoong bajó su pantalón fuera de sus caderas.
—Sí, — él gritó cuando él lo empujó hacia su
entrada, empujándolo profundamente dentro de él.
Se movieron juntos, feroz y rápidamente, jadeando y gimiendo. Sus uñas se
clavaron en su espalda, sus manos
apretando sus nalgas. Yunho sabía que estaba por derramarse dentro él.
—Jaejoong — él gritó, sacudiendo violentamente mientras
hacía una pausa, intentando contenerse.
—No te detengas!— él tomó su rostro y lo besó, incitándolo con
sus caderas. Yunho estaba perdido, y se
hundió en él, nuevamente. Luego él se
arqueó convulsivamente. Él vio su rostro, barrido por la pasión, y milagrosamente embistió nuevamente,
trayéndolo a otro orgasmo. Con gran placer, él estalló dentro de él.
* * *
La sanidad retornó.
El corazón de Yunho latía pesadamente.
Todavía estaba sobre Jaejoong y dentro de él,
estaba envuelto en sus
brazos como si esperar así para siempre.
Apenas podía creer lo que había
sucedido. Él había venido a él. Él lo deseaba. Él había respondido a su
pasión tan ferozmente como él. Pero era el esposo de Changmin.
Yunho rodó fuera de él, horrorizado ahora, y miró
pensativamente el techo. La rabia dentro de él se debilitó siendo remplazada
por calor. Jaejoong estaba radiante y
magnífico, y sus ojos brillaban con placer y alegría.
Yunho miró la mano de él sobre su brazo.
Naturalmente, él lo acariciaba, como si disfrutase sentir su piel. Increíblemente,
él podía sentir su propio deseo renovarse. Yunho detuvo su mano abruptamente.
—Dónde está Changmin?
—Él está con mujeres. No tema, él no notará
mi falta esta noche.
Las palabras terminaron antes que él pudiera
detenerlo.
—Él es un idiota.
Jaejoong no dijo nada.
Yunho se movió más cerca de él.
—te lastimé, Jaejoong?— su tono era ronco.
—No— Él
sonrió, con una sonrisa de satisfacción.
—Después de haber estado encerrado, tal vez
esto no está bien...
—Estoy bien. — él apretó su mano
tranquilizándolo.
Qué iba
a hacer? Sólo era un hombre, y mucho más débil de lo que había
creído. Yunho gimió y se recostó sobre las almohadas, mirando fijamente el
techo.
—No te tortures — él susurró, levantándose hacia él. Su pecho
se aplasto contra su brazo. Su rostro
estaba cerca del suyo.
—Lees mi mente?— él preguntó secamente.
—No tengo que leerla, — él respondió. —Tus
pensamientos están escritos en su rostro, y además, te conozco bastante bien.
Yunho se recostó de costado, su mano deslizándose por su cadera.
—Nunca debería haberte entregado a Changmin—
él dijo seriamente.
—No importa. Sos nuestro lord. Puedes tomar
lo que quieras.
—Changmin probablemente pensará diferente.
—No, él no te negaría nada a vos.
—Estás tan seguro?
—Estoy muy seguro, además él no precisa
saberlo.
— Qué estás sugiriendo, muchacho?— su
asimiento se apretó. — No soy un
mentiroso. Ni engaño a mi padrino de
bodas. Y estoy haciendo ambas cosas!
Su palma acarició su rostro.
— Nos
necesitamos uno al otro, mi lord — él dijo simplemente.
Su contacto iba a ser su perdición. Yunho gimió,
luchando con sí mismo, diciéndose que debía salir de la cama y
partir en ese momento. Pero había sabido, desde el principio, que no lo
haría. No podía.
—Eres un brujo— él dijo roncamente. —Porque
estoy bajo tu hechizo, de eso no hay
duda.
Su mano se deslizó desde su mandíbula hasta
su cuello, hizo una pausa, luego la deslizó
hasta su hombro. Él oyó su
susurro.
—Eres tan poderoso, mi lord, tan grande, tan
fuerte...
Yunho gimió, Jaejoong se acomodó él,
presionando su pecho. Un simple contacto, algunas palabras, y él estaba perdido. Él lo tocó con su miembro
ya erecto.
—Puedes montarme, Jaejoong?
—No lo sé. — él jadeó sorprendido, mientras él frotaba la punta de su miembro
contra su trasero, lamiendo un pezón al mismo tiempo.
—Móntame — él ordenó, sujetándolo, entonces él rápidamente se colocó encima de
su falo. Jaejoong gritó mientras él lo llenaba. Él lo mantuvo inmóvil. —No te
muevas, tranquilo, te acostumbrarás en un momento. Relájate.
Él se estremeció encima de Yunho.
—Podrías lastimarme.
—No, No, lo no haré. Confía en mí...
Yunho lo observó relajarse, y cuando se movió ligeramente, oyó su gemido de placer.
—Móntame — él dijo roncamente.
Él no necesitó ser persuadido y lo cabalgó.
—Cuánto tiempo has estado con Siwon?
Ellos yacían
entrelazados en medio de la cama, el rostro de Jaejoong apoyado contra
su hombro, su mano acariciando su cabello.
— Doce años.
—Pero cómo es posible? Eres un hombre viejo?
Yunho sonrió ligeramente.
—Casi tengo veintinueve. Me uní a Siwon
cuando tenía 17 años. Por qué?
—No sé nada sobre vos.
Yunho sonrió genuinamente ahora.
—Sabes más que todas las mujeres y hombres. —
Sus ojos brillaron. —Sabes cómo compláceme.
Jaejoong se ruborizó.
—Me imagino que eres fácil de complacer.
—El sexo es fácil, si, — él concordó, —
Pero estoy hablando sobre otro tipo de
placer.
Él sonrió y anidó su rostro contra su pecho.
Yunho lo miró fijamente. Era la segunda vez
que habían hecho el amor apasionadamente. Yunho se preguntó si Jaejoong
realmente entendía de lo que él quería decir que él lo llevaba a alturas de éxtasis tan altas que casi eran
insoportables, y ahora acostado en
sus brazos, él le estaba causando un
placer similar en intensidad, aunque completamente diferente en calidad. Era
una sensación de saciedad y completud. Nunca había experimentado ese tipo de placer antes.
Quería contarle todo eso a él, pero no sabía
cómo.
—Tu hermano es tan grande como vos?
—Qué!
Jaejoong miró hacia arriba con ingenuidad, vio su expresión y sonrió.
—No seas lascivo! No quería hablaba de sexo. Él
es tan alto y guapo como vos?
— Por qué ese interés en mi hermano?— él
estaba absurdamente complacido con sus
elogios, y su tono era áspero para esconder eso. —Cómo sabes que
tengo un hermano?
—Soy un brujo. — él sonrió; Yunho sonrió. —
él no está aquí en Inglaterra?
—Sí, está en el sur, y si quieres saber él es casi tan alto
como yo pero más delgado. La altura es un rasgo familiar. No sé de donde
saqué estos hombros anchos. Tal vez algún antepasado vikingo.
—Tus hombros son muy bellos — él dijo. —Alguna vez volverás a Normandía?
—No hay nada allí para mí.
—Pero
no tienes familia allá? Tus Padres? Otros hermanos, hermanas, primos?
Él sonrió.
—Si, por supuesto. Jaejoong — él pacientemente explicó, —soy el cuarto hijo y el más joven. Seguí a Siwon
a Normandía con la promesa de tener mis propias tierras, un patrimonio para mis
hijos. No había nada para mí en
Normandía, y todavía no hay nada para mí allí. Mi vida está aquí
ahora. Aelfgar es mi vida.
Jaejoong lo miró, incorporándose.
— No es justo — él dijo, con los ojos
brillando.
—No quiero pelear.
Jaejoong inmediatamente se suavizó.
—Ni yo.
Yunho miró su pecho.
—Tienes un pecho magnífico, sabes eso?
—Así dicen.
Él acariciaba su pecho y se congeló.
—Quién diablos te dijo eso?
Jaejoong se rió.
—Quería ver tu reacción. Nadie, mi lord.
—Changmin no te dice que eres bonito—,
Jaejoong vaciló. Pensó frenéticamente, intentando decidir si debía decirle la
verdad. — Jaejoong?— Había una sugestión de advertencia en su tono.
Jaejoong lo miró.
—Changmin nunca ha visto mi pecho, mi lord.
Yunho lo miró fijamente.
—No creo
eso él se acuesta vos en la oscuridad o con la ropas puesta?— Yunho se
sentó. Había celos en su tono de voz.
—Él no se acuesta conmigo.
— Qué estás diciendo?— él exigió.
—Él nunca me tocó. Él tiene miedo de mí
porque soy un brujo y no desea acostarse
con alguien que tiene tratos con el diablo. Él es mi marido, si, pero encuentra
placer en otros lados. Tenemos un acuerdo que nos satisface a ambos.
Yunho no podía creer eso; lo agarró por
los hombros.
—Eso es verdad?
—Sí, — él jadeó.
—Él no se ha acostado con vos, ni una vez?
—No.
Yunho lo arrastró contra él, besándolo con pasión brutal. Él se resistió
instintivamente a tanta presión. Yunho inmediatamente disminuyó la presión y su
boca se movió suavemente.
—No te resistas — Yunho dijo roncamente.
—Eres mío, Jaejoong, mío.
Jaejoong vislumbró algo más que pasión en su
respuesta. Él se aferró a él,
devolviendo sus besos. Yunho ya separaba sus muslos, y ahora entraba
abruptamente en él. Jaejoong estaba preparado por su propia excitación.
Momentos más tarde ellos gritaban la agonía del placer.
Posteriormente él lo sujetó firmemente.
—Eres mío, Jaejoong, entiendes?
Jaejoong lo miró. Vio algo crudo e inflexible
en su rostro.
—Entiendes?
Jaejoong estaba asustado por su tono de voz.
—Sigo siendo el esposo de Changmin.
—
Nadie te tocará — él dijo. —Yo me ocuparé de Changmin. — Su mirada era firme.
—Verdaderamente te lo estoy diciendo, Jaejoong; es bueno que sientas miedo. Si un
hombre te toca, lo asesinaré con mis
manos, entiendes?
Jaejoong asintió, jadeante y tembloroso.
—Y si otro se acuesta con vos, lo mataré delante
tuyo. Entiendes?
—Sí.
—Bien. — Él sonrió. —Yo no comparto lo que me
pertenece, y de este día en adelante
eres mío.
Jaejoong estaba intimidado. También estaba divertido. Jaejoong tocó su
mejilla suavemente.
—No quiero a otro, mi lord — él dijo.
—Dices la verdad?
— Lo juro.
—Me desarmas, Jaejoong.
—Pero pareces feliz, mi lord.
— Feliz? Qué es la felicidad? Un jefe militar
no tiene espacio en su vida para tales emociones.
—Mal dicho, mi lord. —
Jaejoong tocó su mejilla nuevamente. —Un hombre tiene espacio para todas las emociones.
—Un hombre que se deja manejar por sus
emociones deja de ser un hombre, Jaejoong. No puede funcionar como debería.
—Sientes mucho placer conmigo, y sin embargo
funcionas bien. — Jaejoong sonrió
lascivamente. —Superlativamente bien.
Yunho se rió.
—No hablo de ese tipo de funcionamiento, y
sabes eso.
—Oh, mi lord, es bueno oírte reír, — Jaejoong
jadeó, abrazándolo con fuerza.
Su sonrisa
murió mientras lo miraba.
—Nunca antes me reí con una mujer u hombre
como tu — él dijo.
Jaejoong sonrió impiadosamente.
—No?
Me siento halagado. Tal vez pueda
hacerte reír nuevamente?
Su boca se curvó.
—hay otros tipo de emociones que preferiría
sentir esta noche.
Jaejoong bufó.
—Claro,
hay una sola clase de emoción que
disfrutas, la emoción que cuelga entre tus
piernas.
Jae ya lo atrapo ahora yunho cayo redondito 😂😂😂😂😂
ResponderEliminarMuchas gracias por los capítulos ❤
le fue fácil a Jae sacarle información a Yunho pero no creo que lo traicione pues terminara muy enamorado y eso lo lastimara si se entera que lo sigue traicionando después de entregarle su corazón
ResponderEliminarGracias
Que difícil situación, a quien Jae le entregará al final su lealtad?. Que emocionante está.
ResponderEliminarGracias!!!💗💕💞