miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 27

CAPÍTULO 27

Jaejoong se quedó sorprendido por las cortesías que recibió de los hombres normandos durante la cena. No sólo se sentaron  cerca de él y le preguntaron por su estado, sino que  Beltain se disculpó públicamente. Jaejoong reaccionó con pudor.
—Desde que  era un niño —  él le dijo —le he tenido miedo anormal a ese calabozo. No podías haberlo sabido.
Jaejoong fue acomodado cerca de su marido, quien estaba a la derecha del normando. Karam no vino a tomar su lugar, y Jaejoong preguntó por qué. Evitó mirar a Yunho, aunque estuviese muy consciente de su presencia, de cada uno de sus gestos, de cada una de sus palabras y  movimientos. Los recuerdos de su atención tierna lo  asaltaron, y si no eran reales, ellos se sentían reales. Cuando Yunho se dirigió abiertamente a él, Jaejoong no tuvo más opción que levantar su mirada hacia la suya.
—Cómo estás en el día de hoy, Jaejoong?
Él lo miró.  Su porte era relajado, aunque  había una tensión en sus ojos. Yunho pareció hablar casualmente, pero él podía sentir su intensidad. Yunho jugueteó con su cuchillo de comer, aunque su mirada estaba en él.
—Estoy bastante bien, gracias.
Yunho sacudió la cabeza y giró hacia Athelstan, y comenzó a hablar de la crianza de perros de caza.
Una vez que lo miró, Jaejoong encontró que su mirada constantemente iba hacia él. Viéndolo  se acordó que  sus  hermanos estaban aguardando información. Albie le había  dicho que enviase a Feldric nuevamente cuando tuviese noticias importantes. Por supuesto que  no tenía ninguna  noticia;  él no  se  había convertido  en su amante y no se había convertido en su confidente. Le resultaba difícil recordar ahora, por qué había decidido tan  determinadamente en nunca convertirse en  su amante. No sentía enojo. Jaejoong presintió que él le lanzaba una mirada.
Su  mirada ardía.
Jaejoong desvió la mirada y continuó comiendo. Ahora estaba realmente preocupado.  Había estado tan metido en sus propios problemas, con haberse casado con Changmin, con ser tomado en  su noche de bodas  por el normando, con ser encerrado en el calabozo, que se había olvidado de la situación tan grave en que estaba. Sus hermanos estaban planeando una rebelión para fines de agosto. Ellos estaban planeando destituir a Yunho, y, él asumía  que también echarían a Siwon fuera de Mercia. Ellos estaban esperando que él les proveyese información.  Sabía que ellos tenían otros espías, pero ninguno tan bien ubicado aquí en Aelfgar.  Les había prometido que se convertiría en el amante del normando y que  obtendría información. Ellos dependían de él. Ellos conocían  su naturaleza, y  sabían que  él nunca les fallaría.
Cosa que no podría hacer.
Ahora que ya  no estaba más enojado, podía pensar claramente, lógicamente, y sabía que   lo prioritario era cumplir con su deber para con sus hermanos. Él observó el normando. Él era un mal seductor, eso estaba probado. Había intentado seducirlo y él lo había casado  con su vasallo. Incluso ahora sentía una puntada de dolor. Aunque no era nada comparado con lo que había sentido antes.  No estaba seguro  si  Yunho todavía lo deseaba  porque ya lo había  usado  su noche de bodas. Y aunque él intentase una seducción, Yunho se iba a olvidar de su lealtad hacia Changmin? Por otro lado, él era su lord, y si realmente lo   deseaba tanto, era lo suficientemente arrogante como para tomarlo y  justificar eso con su posición de lord.
Su estomago se oprimió. Ahora que sus propios problemas se habían debilitado y eran insignificantes, sentía el gran peso de la responsabilidad que sus hermanos habían colocado en él.  Mirando al normando, él supo que no hacer nada sería la caída de sus hermanos. Debía, por lo menos, tenía que intentar algo.
Yunho lo miró nuevamente, su mirada era aguda.
Por un momento breve, Jaejoong se quedó  hipnotizado por esos ojos. Y supo lo que debía hacer.
* * *
Como no había  podido  dormir la última noche, acechado por las imágenes  horrorosas de Jaejoong en los calabozos, debería estar cansado. No, Yunho pensó, estaba cansado,   estaba exhausto, pero dudaba que pudiese dormir esa noche. Por qué él  había continuado  mirándolo durante la cena?
Yunho estaba en el gran salón,  con una copa de vino en la mano, mirando la chimenea. No tenía ganas de ir arriba. La mayoría  de sus  hombres ya estaban dormidos, sus ronquidos eran extrañamente sedantes. Muy distinto al fuego agonizante, el salón estaba quedando en sombras.
Intentó alejar sus  pensamientos de Jaejoong, pero falló. Jaejoong había parecido estar bien en la cena, tan radiante como siempre. Gracias a Dios la odisea por la que había pasado había sido breve.  Esperaba que Changmin no lo tomase esa noche, que le permitiese algo de descanso. Esa especulación le causó una contractura en la espalda, una opresión en el  intestino. Si, él decidió, Athelstan tenía razón,  los  mandaría a ambos a Dumstanbrough. Sería un idiota si no lo hiciese.
Bebió su copa,  la dejó sobre la mesa, y marchó  hacia las escaleras. Tomó una lámpara de aceite de un candelero de la pared y abrió la puerta de su habitación. Dirigió la luz hacia el  gancho donde colgaba el cinto de la espada. Su mirada fue hacia la cama, que estaba en sombras. Pero no había dudas de que estaba ocupada.
No estaba enojado, sentía repugnancia.
— Sal de mi cama, Karam. No quiero acostarme con vos esta noche. Y cuídate de no  desafiar mis órdenes. Todavía estás confinado  a tu habitación, y de ahora en adelante lo  pensaré dos veces antes levantarte el castigo.
* * *
Jaejoong se sentó, las mantas cayeron hasta  su cintura.  Estaba magníficamente desnudo, su pecho brillando, su  cabello sobre ellos. Yunho pensó que  estaba soñando.
— Qué estás haciendo aquí?— él demandó.
Su pecho subía y caía muy rápidamente.
—Te deseo —  él dijo simplemente, sus ojos fijos en los  suyos. Y Jaejoong se dio cuenta que decía la verdad.
Yunho lo miró fijamente y  vio todo lo que deseaba  ver  allí.  En un segundo Yunho estaba a su lado, con los brazos abiertos. Entró en su abrazo como un barco encontrando un  puerto seguro. Jaejoong lo sujetó. Yunho gimió nuevamente y levantó su rostro para pegar su boca con la suya.
Yunho lo empujó hacia abajo, besando con fuerza, y él respondió ferozmente. Con su rodilla  abrió sus muslos, acomodando su miembro, le besó el cuello, y luego tomó un  pezón para morderlo suavemente. Él jadeó y se arqueó, envolviendo sus piernas largas alrededor de sus caderas, apretando su sexo húmedo contra la dureza de su miembro. Yunho capturó su boca y su lengua entró profundamente en él. Yunho estaba consciente de las manos de Jaejoong acariciando salvajemente su espalda, incitándolo,  luego agarró  sus nalgas duras.
—Jaejoong — él gimió y cualquier palabra adicional quedo cortada.
Jaejoong bajó su pantalón  fuera de sus caderas.
—Sí, — él gritó cuando él lo empujó hacia su entrada, empujándolo profundamente dentro de él.
Se movieron juntos, feroz y  rápidamente, jadeando y gimiendo. Sus uñas se clavaron en  su espalda, sus manos apretando sus nalgas. Yunho sabía que estaba por derramarse dentro él. 
—Jaejoong — él  gritó, sacudiendo violentamente mientras hacía una pausa, intentando contenerse.
—No te detengas!—  él tomó su rostro y lo besó, incitándolo con sus caderas. Yunho estaba perdido,  y se hundió en él,  nuevamente. Luego él se arqueó convulsivamente. Él vio su rostro, barrido por la  pasión, y milagrosamente embistió nuevamente, trayéndolo a otro orgasmo. Con gran placer, él estalló dentro de él.
* * *
La sanidad retornó.
El corazón de Yunho latía pesadamente. Todavía estaba sobre Jaejoong y dentro de él,  estaba  envuelto  en sus  brazos como si  esperar así para siempre. Apenas podía creer lo  que había sucedido.  Él había venido a él.  Él lo deseaba. Él había respondido a su pasión tan ferozmente como él. Pero era el esposo de Changmin.
Yunho rodó fuera de él, horrorizado ahora, y miró pensativamente el techo. La rabia dentro de él se debilitó siendo remplazada por calor. Jaejoong estaba radiante y  magnífico, y sus ojos brillaban con placer y alegría.
Yunho miró la mano de él sobre su brazo. Naturalmente, él lo acariciaba, como si disfrutase sentir su piel. Increíblemente, él podía sentir su propio deseo renovarse. Yunho detuvo su mano abruptamente.
—Dónde está Changmin?
—Él está con mujeres. No tema, él no notará mi falta esta noche.
Las palabras terminaron antes que él pudiera detenerlo. 
—Él es un idiota.
Jaejoong no dijo nada.
Yunho se movió más cerca de él.
—te lastimé, Jaejoong?— su tono era ronco.
—No—  Él sonrió, con una sonrisa de satisfacción.
—Después de haber estado encerrado, tal vez esto no está bien...
—Estoy bien. — él apretó su mano tranquilizándolo.
Qué iba  a hacer?  Sólo era  un hombre, y mucho más débil de lo que había creído. Yunho gimió y se recostó sobre las almohadas, mirando fijamente el techo.
—No te tortures —  él susurró, levantándose hacia él. Su pecho se aplasto  contra su brazo. Su rostro estaba cerca del suyo.
—Lees mi mente?— él preguntó secamente.
—No tengo que leerla, — él respondió. —Tus pensamientos están escritos en su rostro, y además, te conozco bastante bien.
Yunho se recostó de costado, su  mano deslizándose por su cadera.
—Nunca debería haberte entregado a Changmin— él dijo seriamente.
—No importa. Sos nuestro lord. Puedes tomar lo que quieras.
—Changmin probablemente pensará diferente.
—No, él no te negaría nada a vos.
—Estás tan seguro?
—Estoy muy seguro, además él no precisa saberlo.
— Qué estás sugiriendo, muchacho?— su asimiento  se apretó. — No soy un mentiroso. Ni  engaño a mi padrino de bodas. Y estoy haciendo ambas cosas!
Su palma acarició su rostro.
—  Nos necesitamos uno al otro, mi lord — él dijo simplemente.
Su contacto iba a ser su perdición. Yunho gimió, luchando con sí mismo, diciéndose que debía salir de la  cama y  partir en ese momento. Pero había sabido, desde el principio, que no lo haría.  No podía.
—Eres un brujo— él dijo roncamente. —Porque estoy bajo tu  hechizo, de eso no hay duda.
Su mano se deslizó desde su mandíbula hasta su cuello, hizo una pausa, luego la deslizó  hasta su hombro.  Él oyó su susurro.
—Eres tan poderoso, mi lord, tan grande, tan fuerte...
Yunho gimió, Jaejoong se acomodó él, presionando su pecho. Un simple contacto, algunas palabras, y  él estaba perdido. Él lo tocó con su miembro ya erecto.
—Puedes montarme, Jaejoong?
—No lo sé. — él jadeó sorprendido,  mientras él frotaba la punta de su miembro contra su trasero, lamiendo un pezón al mismo tiempo.
—Móntame — él ordenó, sujetándolo,  entonces él rápidamente se colocó encima de su falo. Jaejoong gritó mientras él lo llenaba. Él lo mantuvo inmóvil. —No te muevas, tranquilo, te acostumbrarás en un momento. Relájate.
Él se estremeció encima de Yunho.
—Podrías lastimarme.
—No, No, lo no haré. Confía en mí...
Yunho lo observó  relajarse, y cuando  se movió ligeramente, oyó su gemido de placer.
—Móntame — él dijo roncamente.
Él no necesitó ser persuadido y lo cabalgó.
—Cuánto tiempo has estado con Siwon?
Ellos yacían  entrelazados en medio de la cama, el rostro de Jaejoong apoyado contra su hombro, su mano acariciando su cabello.
— Doce años.
—Pero cómo es posible? Eres un hombre viejo?
Yunho sonrió ligeramente.
—Casi tengo veintinueve. Me uní a Siwon cuando tenía 17 años. Por qué?
—No sé nada sobre vos.
Yunho sonrió genuinamente ahora.
—Sabes más que todas las mujeres y hombres. — Sus ojos brillaron. —Sabes cómo compláceme.
Jaejoong se ruborizó.
—Me imagino que eres fácil de complacer.
—El sexo es fácil, si, — él concordó, — Pero  estoy hablando sobre otro tipo de placer.
Él sonrió y anidó su rostro contra su pecho.
Yunho lo miró fijamente. Era la segunda vez que habían  hecho el amor  apasionadamente. Yunho se preguntó si Jaejoong realmente entendía de lo que él quería decir que él lo llevaba  a alturas de éxtasis tan altas que casi eran insoportables,  y ahora acostado en sus  brazos, él le estaba causando un placer similar en intensidad, aunque completamente diferente en calidad. Era una sensación de saciedad y completud. Nunca había experimentado ese  tipo de placer antes.
Quería contarle todo eso a él, pero no sabía cómo.
—Tu hermano es tan grande como vos?
—Qué!
Jaejoong miró hacia arriba  con ingenuidad, vio su expresión y sonrió.
—No seas lascivo! No quería hablaba de sexo. Él es tan alto y guapo como vos?
— Por qué ese interés en mi hermano?— él estaba absurdamente complacido con sus  elogios, y su tono era áspero para esconder eso. —Cómo sabes  que  tengo un hermano?
—Soy un brujo. — él sonrió; Yunho sonrió. — él no está aquí en Inglaterra?
—Sí, está en el  sur, y si quieres saber él es casi tan alto como yo pero más delgado. La altura es un rasgo familiar. No sé de donde saqué  estos  hombros anchos. Tal vez algún  antepasado vikingo.
—Tus hombros son  muy bellos — él dijo. —Alguna vez volverás a Normandía?
—No hay nada allí para mí.
 —Pero no tienes familia allá? Tus Padres? Otros hermanos, hermanas, primos?
Él sonrió.
—Si, por supuesto.  Jaejoong — él pacientemente explicó,  —soy el cuarto hijo y el más joven. Seguí a Siwon a Normandía con la promesa de tener mis propias tierras, un patrimonio para mis hijos. No había  nada para mí en Normandía,  y todavía  no hay nada para mí allí. Mi vida está aquí ahora. Aelfgar es mi vida.
Jaejoong lo miró, incorporándose.
— No es justo — él dijo, con los ojos brillando.
—No quiero pelear.
Jaejoong inmediatamente se suavizó.
—Ni yo.
Yunho miró su pecho.
—Tienes un pecho magnífico, sabes eso?
—Así dicen.
Él acariciaba su pecho y se congeló.
—Quién diablos te dijo eso?
Jaejoong se rió. 
—Quería ver tu reacción. Nadie, mi lord.
—Changmin no te dice que eres bonito—, Jaejoong vaciló. Pensó frenéticamente, intentando decidir si debía decirle la verdad.  — Jaejoong?— Había  una sugestión de advertencia en su tono.
Jaejoong lo miró.
—Changmin nunca ha visto mi pecho, mi lord.
Yunho lo miró fijamente.
—No creo  eso él se acuesta vos en la oscuridad o con la ropas puesta?— Yunho se sentó. Había celos en su tono de voz.
—Él no se acuesta conmigo.
— Qué estás diciendo?— él exigió.
—Él nunca me tocó. Él tiene miedo de mí porque soy un brujo y  no desea acostarse con alguien que tiene tratos con el diablo. Él es mi marido, si, pero encuentra placer en otros lados. Tenemos un acuerdo que nos satisface a ambos.
Yunho no podía creer eso; lo agarró por los  hombros.
—Eso es verdad?
—Sí, — él jadeó.
—Él no se ha acostado con vos, ni una vez?
—No.
Yunho lo arrastró contra él,  besándolo con pasión brutal. Él se resistió instintivamente a tanta presión. Yunho inmediatamente disminuyó la presión y su boca se movió  suavemente.
—No te resistas — Yunho dijo roncamente. —Eres mío, Jaejoong, mío.
Jaejoong vislumbró algo más que pasión en su respuesta. Él se aferró a él,  devolviendo sus besos. Yunho ya separaba sus muslos, y ahora entraba abruptamente en él. Jaejoong estaba preparado por su propia excitación. Momentos más tarde ellos gritaban la agonía del placer.
Posteriormente él lo sujetó firmemente.
—Eres mío, Jaejoong, entiendes?
Jaejoong lo miró. Vio algo crudo e inflexible en su rostro.
—Entiendes?
Jaejoong estaba asustado por su tono de voz.
—Sigo siendo el esposo de Changmin.
 — Nadie te tocará — él dijo. —Yo me ocuparé de Changmin. — Su mirada era firme. —Verdaderamente te lo estoy  diciendo,  Jaejoong; es bueno que sientas miedo. Si un hombre  te toca, lo asesinaré con mis manos, entiendes?
Jaejoong asintió, jadeante y tembloroso.
—Y si otro se acuesta con vos, lo mataré delante tuyo. Entiendes?
—Sí.
—Bien. — Él sonrió. —Yo no comparto lo que me pertenece, y de este día en adelante  eres mío.
Jaejoong estaba intimidado.  También estaba divertido. Jaejoong tocó su mejilla  suavemente.
—No quiero a otro, mi lord — él dijo.
—Dices la verdad?
— Lo juro.
—Me desarmas, Jaejoong.
—Pero pareces feliz, mi lord.
— Feliz? Qué es la felicidad? Un jefe militar no tiene espacio en su vida para tales emociones.
 —Mal dicho,  mi lord. —  Jaejoong tocó su mejilla nuevamente. —Un hombre tiene  espacio para todas las emociones.
—Un hombre que se deja manejar por sus emociones deja de ser un hombre, Jaejoong. No puede funcionar como debería.
—Sientes mucho placer conmigo, y sin embargo funcionas bien. — Jaejoong sonrió  lascivamente. —Superlativamente bien.
Yunho se rió.
—No hablo de ese tipo de funcionamiento, y sabes eso.
—Oh, mi lord, es bueno oírte reír, — Jaejoong jadeó, abrazándolo con fuerza.
Su sonrisa  murió  mientras lo miraba. 
—Nunca antes me reí con una mujer u hombre como tu — él dijo.
Jaejoong sonrió impiadosamente.
—No?  Me siento halagado.  Tal vez pueda hacerte reír nuevamente?
Su boca se curvó.
—hay otros tipo de emociones que preferiría sentir esta noche.
Jaejoong bufó.

—Claro,  hay una  sola clase de emoción que disfrutas, la emoción que cuelga entre tus  piernas. 

3 comentarios:

  1. Jae ya lo atrapo ahora yunho cayo redondito 😂😂😂😂😂
    Muchas gracias por los capítulos ❤

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  2. le fue fácil a Jae sacarle información a Yunho pero no creo que lo traicione pues terminara muy enamorado y eso lo lastimara si se entera que lo sigue traicionando después de entregarle su corazón
    Gracias

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  3. Que difícil situación, a quien Jae le entregará al final su lealtad?. Que emocionante está.

    Gracias!!!💗💕💞

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