Capitulo 14
En su habitación Karam caminaba furiosamente.
Él lo engañaba con su propio hermano incluso
cuando él estaba durmiendo en la habitación de enfrente! Karam quería gritar, quería gritar y llorar. Le encantaría matar
a Jaejoong, si pudiese. Estaba haciendo
el papel del cornudo idiota delante de todo el
mundo y no podía tolerarlo.
Caminó determinadamente hacia el pasillo, luego hizo una pausa, perdiendo el coraje. Desesperadamente quería casarse con Yunho a
la mañana siguiente. Se atrevería a establecer su posición justo ahora? Se atrevería
a exigirle que deje de engañarlo?
Y si él se enojaba tanto que decidía
suspender el casamiento? Oh, si él tuviese más poder!
Él se casa con vos por
Aelfgar, Karam se recordó a sí
mismo.
Tienes poder, es solamente que no te animas a usarlo. Si no lo pones a prueba, nunca sabrás la verdadera extensión de tu poder.
Tienes poder, es solamente que no te animas a usarlo. Si no lo pones a prueba, nunca sabrás la verdadera extensión de tu poder.
Determinado, Karam miró la puerta cerrada. No
había ningún sonido viniendo de adentro, ni
gruñidos o gemidos. Otro
pensamiento se le ocurrió repentinamente y si su hermano había matado a su
prometido?
Agitado, Karam empujó la puerta de Yunho.
Para su shock, un ronquido lo saludó.
Jaejoong jadeó, dándose vuelta de un arcón
abierto.
— Qué estás haciendo?— Karam exigió, mirando
nuevamente a Yunho, completamente vestido, con camisa y pantalón, despatarrado
en la cama. Ellos no habían fornicado como animales. Casi se sintió decepcionado. Un pensamiento
se le ocurrió. —Lo envenenaste?
—No, claro que no, — Jaejoong dijo, tranquilamente cerrando el baúl. —Él está borracho y se durmió. Yo
solamente buscaba otra manta para él.
—Puto mentiroso! Te quiero fuera de aquí en este mismo momento! Sé a
qué viniste. — Karam estaba muy
enojado y lágrimas aparecieron en sus ojos. —Para seducirlo, para seducirlo y que él libere a Hyun Joong !
— Eso
no verdad, — Jaejoong dijo en voz baja.
—Vine a exigirle que libere a Changmin de la tarea de
custodiarme. Karam... — su voz
bajó. —Debemos ayudar a Hyun Joong.
—Eres un idiota, — Karam gritó, y entonces
corrió a la puerta. — Changmin! , — él gritó. — Changmin, ven rápidamente, esta
brujo envenenó a nuestro lord!
Jaejoong se congeló perplejo.
Changmin apareció inmediatamente, con una mirada asesina. Detrás
de él estaban Beltain, otros dos normandos, y Athelstan. Ellos fueron a la cama.
—Yo no
lo hice! — Jaejoong exclamó. —Él está borracho!
Changmin
tomó los hombros de Yunho y lo sacudió.
—Él lo envenenó con sus hierbas dañinas de
brujo, — Karam dijo. — Changmin, te
ordeno, ponlo en los calabozos con su hermano, él ha cometido una traición.
Changmin a sacudió a Yunho con más fuerza
hasta que él gimió y se sentó con mucha
dificultad.
— Qué sucede aquí?— él murmuró arrastrando
las palabras.
—Mi lord, estás bien?—
Changmin preguntó con
preocupación . —No fuiste envenenado?
Yunho enfocó su mirada, luego sonrió y se
rió.
—No, no fui
envenenado — él murmuró, recostándose en las almohadas. — Embrujado, tal
vez, Changmin... ahora, déjame.
—Pienso que él está borracho — Changmin dijo
confundido. —Nunca lo vi de ese modo antes.
—Él bebió
dos cuartos de vino con la cena —
Athelstan dijo. — Y vi a la criada traerle
una odre tras otra. Déjalo dormir la borrachera.
Karam se ruborizó ante la mirada de Athelstan.
—Yo sólo buscaba proteger a mi lord—
él dijo. — Qué debía pensar, cuando lo encontré tirado en la cama y a él en
su cuarto, revolviendo sus arcones.
Changmin miró fijamente a Jaejoong.
—Qué buscabas?
—Una manta. — Él encogió los hombros.
—Míralo está acostado sobre las mantas, y hace
frío de noche, estamos cerca del mar.
—Yo me ocuparé de él —Karam anunció. —Sal—
él le dijo a Jaejoong —Y
quédate fuera de aquí.
Jaejoong se recuperó y sólo tuvo un
pensamiento: Todos sus planes estaban arruinados.
Por esa noche.
* * *
La luz del sol lo despertó, cegándolo.
Yunho gimió. Cuando el sueño desapreció,
sintió una jaqueca intensa, como si una piedra
le estuviese golpeando repetidamente el su cráneo. En vez de ceder al
deseo de quedarse acostado, se forzó a
sentarse. La noche anterior había bebido mucho.
Y hoy era el día de su casamiento.
Yunho gimió
nuevamente, y agarró su cabeza
entre sus manos. Podía recordar todo
o casi todo.
Anoche en la cena había comenzado a beber para celebrar la captura de Hyun
Joong . Vino tomo después de su largo, ruborizado duelo. No podía entender por
qué su humor era tan sombrío, tan oscuro, cuando debería sentirse regocijado.
Recordaba la promesa de Siwon, que si
atrapaba a Yoochun y a Hyun Joong sería
recompensado con el feudo de Durham.
El rey había hablado en serio?
Hyun Joong era un formidable enemigo, él había brindado bebiendo
otra copa de vino. Yunho había sentido un respeto inmediato por ambos
hermanos cuando los había conocido brevemente después de Hastings. Sus reputaciones
como líderes fuertes los precedían. Yunho podía juzgar a un hombre por sí mismo, y muy
bien, él pensaba. Y en el momento en que había visto ellos a ambos había sabido que ellos eran fuertes,
expertos, dedicados, y valientes. Pero no confió en ellos.
Hyun Joong era un oponente muy digno en el manejo de la espada. Sus
pensamientos se hicieron más oscuros
todavía podía oír los gritos de Jaejoong cuando él había apretado el filo
contra el corazón del sajón. Ahora, a pesar del vino de la conducta
tumultuosa de aquellos que comían en su
mesa, Yunho tuvo una imagen terrible de
él, con los ojos muy abiertos, frenético, desesperado. Él amaba a su hermano.
Él había jugado con la traición.
Él me subestima, él pensó sombríamente.
Él no era un idiota. Él había sido llamado para encontrarse con su hermano, un
traidor, y él lo había desafiado, sabiendo muy bien cual era el castigo para su acto. Pero él no lo
había castigado. Por el contrario, lo había
protegido. Y protegiéndolo, no
castigándolo, ocultando esa traición de su rey, él también se convertía en
culpable. Sus patrones de conducta eran
altos y rígidos. Por primera vez en su
vida había violado su propio código de
ética. Si no fuese cuidadoso, Aelfgar se tornaría un nido de traidores que
irían contra él o peor, él le fallaría a su rey.
Y todo por un hombre.
No sucedería nuevamente. Mantendría a
Jaejoong firmemente custodiado, aunque tuviese
que tenerlo atado como una oveja. Pero él no lo desafiaría y cometería
una traición nuevamente, y él no tendría
que castigarlo. Pues si él cometiese
otro acto de traición, él no lo dejaría libre de castigo no podría hacerlo.
Sus pensamientos no podían ser más sombríos.
Karam habían sido, nuevamente, excesivamente
atento. Había continuado
llenando su copa. Y Su mano rozaba la suya. Él se reía falsamente en su oído. Apretaba su
pecho contra su brazo. Él se mostraba
indiferente o peor, enojado. Jaejoong, por supuesto, no lo miraba desde
su lugar en el extremo de la mesa. Él esperaba que Jaejoong se diese cuenta cuan afortunado había sido por escapar
al castigo. Maldición! él estaba perdiendo
su autoridad. Ese brujo al que estaba protegiendo cuando él estaba
intentando destruir todo lo que le pertenecía.
Su prometido susurró algo suave y dulce, pero Yunho no lo escuchó. Miró fijamente al hombre de cabello oscuro y
no pudo evitar compararlo con su prometido. Por Dios, debía ser Jaejoong
con quien él se casara, no ese muchacho rencoroso!
No había nada que pudiera ser hecho,
pero él no podía alejar esos deseos de
su mente.
Y
entonces, horas más tarde,
estando a solas, cuando había decidido intentar dormir, cuando se había desnudado, él había aparecido
en su puerta, haciendo realidad sus deseos
más básicos. Y de repente la noche ya no había sido horrenda. La
oscuridad se había convertido en luz. Él había respondido sus plegarias
silenciosas, él había venido a aliviar su mente y su cuerpo torturado.
Pero aquí,
la memoria de Yunho de la noche anterior comenzaba a hacerse nebulosa.
Ellos se habían besado. Él lo había besado, y él había
respondido ardientemente. Y después
qué? No podía recordar otra cosa salvo que había estado
en brazos de Jaejoong. No se había
acostado con el muchacho, verdad? No, seguramente recordaría una ocasión tan especial!
Hubo un golpe en la puerta de su habitación.
Yunho volvió al presente. Gruñó una respuesta, y Athelstan apareció, estaba bastante tranquilo. Yunho frunció el
ceño ante el aroma de gachas de avena
que flotó en dirección a él.
—Saca eso de aquí — él exigió. — Ya!
—Buen día, mi lord, —Athelstan dijo
alegremente. — Es un día muy bonito, verdad?
Yunho lo observó cautelosamente.
—No lo sé.
—Pero es el día de su matrimonio, — Athelstan dijo, colocando
la fuente sobre un baúl. —Y se ha
quedado dormido. Debe estar vestido y en la capilla en una hora, mi
lord.
Yunho mantuvo
su rostro entre sus manos y gimió.
—En una hora? Es imposible. — Su jaqueca se hizo más fuerte.
* * *
Había sido muy fácil.
Las preparaciones para el banquete de bodas habían
estado en marcha desde el día anterior. Las cocinas eran un loquero, todos los
siervos corriendo de un lado al otro. Un
matrimonio era una celebración no sólo para los nobles, sino para toda la aldea.
Y ese matrimonio era aún más un evento especial, pues se trataba del nuevo lord,
y nadie quería molestarlo, todos temían su disgusto.
El
corazón de Jaejoong estaba en su garganta, y había sentido nauseas desde
que se había levantado. Estaba nervioso,
por lo que él tenía que hacer. Se había enterado de un rumor que decía que el normando tenía intención de transportar a Hyun Joong a York poco después del casamiento. Entonces
era ahora o nunca, cuestión de vida o muerte.
Pero el momento era
verdaderamente perfecto. En medio de ese
caos podría tener éxito. Realmente,
tenía que tener éxito.
Y tampoco pensaría en el castigo que podría
enfrentar. Después de todo él no había
mostrado su indulgencia una vez? Pero un estremecimiento leve la
invadió, pues él lo había advertido.
Y tampoco pensaría sobre la boda.
Teddy vino
corriendo de las cocinas, con bandeja y una copa en la mano, rumbo a la
parte trasera de la fortaleza y
dirigiéndose a los calabozos. Jaejoong corrió
hasta él.
— Es para el guardia?
Teddy se paró jadeante y sudando.
— Si, y me van azotar el trasero si no vuelvo a tiempo para girar las gallinas
que se están asando!
—Dame esto a mí, — Jaejoong dijo, agarrando
su muñeca.
Teddy jadeó
y sus ojos brillaron con astucia. Entonces la breve mirada de
comprensión desapareció. Él encogió los
hombros.
—Te agradezco, Jaejoong. — Él le dio las
cosas y ya estaba corriendo de vuelta a la cocina.
Él sabía. Jaejoong estaba seguro, de la misma
manera que sabía que si su acción fuera descubierta, él alegaría ignorancia y él
aceptaría toda la culpa. Su pecho estaba muy
oprimido. Jaejoong deseó que no tuviese
que entregar la comida él mismo, pero no podía darle esa terrible tarea
a un inocente. La bandeja tenía pan,
queso, y cerveza. El mismo truco no funcionaría, y Jaejoong estaba preparado. Él
sacó todo de la bandeja, luego
velozmente abrió una cesta pequeña que estaba cargando. Dentro
había un queso de cabra adobado con hierbas.
Él colocó algunas fetas generosas
entre el pan, sintió una puntada de culpa, pero juntó todo y continuó su camino
escalones abajo.
Una vez que
comiese el queso, el guardia no
podría controlar sus intestinos. Él le había colocado un laxante muy eficaz.
Los calabozos eran oscuros y sucios. Jaejoong
se había aventurado dentro una vez, cuando
él era muy chico y nunca se olvidaría de ese lugar. Apenas había aire
para respirar, y nada de luz. Las ratas corrían en la oscuridad, y el barro se
metía entre los dedos de los pies descalzos. Sus hermanos lo habían alentado para que él bajase y explorarse el lugar,
y Jaejoong nunca había pensado en
hacer nada de eso. Pero una vez allí adentro, el encierro opresivo
comenzó a aterrorizarlo, y se había sentido muy caluroso y ahogado por la
falta de aire.
— Vamos a cerrar la puerta para que puedas ver
como realmente es, — Hyun Joong le había dicho.
—No!— Jaejoong había gritado, pero era
demasiado tarde, y la puerta se cerró con un golpe, y él quedó envuelto en una
densa negritud.
Algo había sucedido. Jaejoong no podía
respirar, y pensó que sus pulmones estallarían
por la falta de aire. Las paredes parecían más cercanas, casi desmoronándose sobre él. Jaejoong había gritado.
Había gritado y llorado, arañando
las paredes enloquecido, sabiendo que iba a morir, que iba a ser enterrado vivo.
Instantáneamente Yoochun había abierto la
puerta, había bajado y lo había levantado
en sus brazos. Jaejoong estaba temblando
y llorando incontrolablemente, y no había sido hasta que él había estado afuera
a la luz del día que se había dado cuenta cuan estúpido había sido. Ahora él
sabía por qué siempre había evitado explorar cavernas con sus hermanos, y desde ese día
nunca se había aventurado a estar en un espacio cerrado nuevamente.
Era una broma de mal gusto. Hyun Joong ,
el segundo hijo del lord, un prisionero
en su propia fortaleza. Pero no por mucho tiempo, él pensó determinadamente.
El guardia, un hombre grandote, lo miró severamente. Jaejoong no le sonrió. Él apoyó
la bandeja, dándole la copa en la mano.
—No quiero pociones de un brujo, — el
guardia dijo.
—Bien — Jaejoong dijo brevemente, y levantó la
bandeja. Y giró para irse. —No está
envenenado?— él preguntó.
— Crees que soy estúpido? La última vez tuve
mucha suerte, mi lord me trató con clemencia. No me atrevería a usar ese truco nuevamente. Mira, yo le
daré una mordida a todo primero para
tranquilizarte.
— Hazlo— él dijo.
Jaejoong lo hizo, sin alterarse. Un pedazo de queso no lo dañaría.
El guardia observó y se mostró muy aliviado. Él lo dejó comiendo
alegremente.
Jaejoong estaba atrasada. La procesión hacia la capilla estaría comenzando, y su ausencia
sería notada. Agilmente Jaejoong levantó su falda y aceleró sus pasos. Por la
ceremonia él estaba vestido de negro,
pues estaba de duelo por esa ocasión. Los aldeanos y el normando ya salían
de la fortaleza hacia la iglesia, que estaba en el otro extremo de la
aldea. El lugar de Jaejoong era al
frente de la procesión, y él permaneció al lado de Athelstan. Su mirada
era intensa y a él no le gustó eso. Jaejoong estudió el suelo. Alrededor de él se oían las risas y las
charlas felices de las personas de Aelfgar, todos contentos por la fiesta por venir. El cielo
estaba increíblemente azul, y el sol era tibio. Los niños saltaban y
corrían y los perros ladraban. Jaejoong comenzó a retorcer nerviosamente
su cinto.
—Aquí vienen ellos! — alguien gritó.
Jaejoong miró.
Karam, delicado y elegante sobre un caballo blanco, venía
primero, llevada por Changmin y Beltain.
Él tenía un vestido magnífico, blanco virginal, adornado con mil
perlas, Jaejoong lo sabía pues él y sus
criadas las habían cosido desde la
llegada de los normandos. Un velo de encaje escondía su rostro. Pero no podía
esconder su amplia sonrisa. Su cabello
oscuro estaba suelto y llegaba hasta la
cintura, en una cascada. Cada centímetro
de él era el de un novio virginal. Él era
el verdadero dueño de Aelfgar. Jaejoong casi se sintió descompuesto.
Y
entonces lo vio.
A decir verdad, él le cortó la respiración.
Estaba sentado sobre el garañón gris como si hubiese nacido para
estar en esa montura. El enorme caballo
llevaba todos los ornamentos, incluso una capa azul con ribetes de oro.
La túnica de Yunho era del mismo azul intenso. Parecía un Dios. De hecho, su aparición fue saludado con el más absoluto silencio de
reverencia y temor. Realmente, él era
demasiado guapo para ser un mortal. Su capa, de terciopelo rojo forrada
en dorado, flotaba detrás de él.
La vaina de su espada tenía
incrustaciones de rubíes y zafiros. Una
de sus manos estaba apoyada casualmente
en la empuñadura, y un anillo de sello
brilló con la luz del sol.
Yunho no sonreía. Jaejoong se encontró mirándolo fijamente, y pensó en cuanto lo odiaba. Lo detestaba por todo por haber
usurpado Aelfgar, por ese
matrimonio con su hermano, por su
codicia, y por su belleza profana. La amargura hizo subir su bilis. Él estaba
pasando a su lado ahora, y sus ojos de repente se dirigieron a él. Jaejoong
esperaba que él pudiese ver cuanto lo menospreciaba.
Si sólo su corazón no se estuviese rompiendo
en ese instante.
La ceremonia fue, como siempre, breve. Fue
realizada afuera, para que todos pudieran ser testigos, y pocos minutos después
terminó. Yunho, sosteniendo la mano de Karam en la suya, giró para
enfrentar a la multitud. Todos
rugieron su aprobación y les lanzaron
arroz. Él era alto y dorado, él
menudo y morena. Y ahora ellos eran
esposos.
:( karam es el peor enemigo de su familia y de Jae :(
ResponderEliminarEspero que yunho no se deje llevar por las mentiras de karam ahora que son esposos .
nooooooooo por que ese no tenia que casarse con el Yunho no lo merece es un maldito ser perverso que ni a su familia respeta ni los quiere y solo piensa en el mismo espero que Yunho no funcione en la noche de bodas y no le cumpla jamas en la cama y lo deje así con las ganas por siempre es lo menos que se merece ese traidor
ResponderEliminarGracias
Al fin Yunho será oficialmente el dueño del lugar al casarse con Karam. Pero ya no entendí "Jaejoong esperaba que él pudiese ver cuanto lo menospreciaba.
ResponderEliminarSi sólo su corazón no se estuviese rompiendo en ese instante", lo odia o quizás ya lo quiere?
Ojala Jae logre liberar a su hermano e irse con él.
Gracias!!! 💗💕💞