miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 19

Capítulo 19

Jaejoong observó al mensajero real.
Una semana había  pasado desde esa entrevista abrupta con Yunho. Todas las mañanas Jaejoong se despertaba con el temor de que Yunho lo llamaría nuevamente, y esa vez  para hacerle conocer la identidad de su marido.  Si él escogiese casarlo, no habría nada que él pudiera hacer para impedirlo. Jaejoong tenía miedo.
Pero el llamado no vino. Por el contrario, su vida se desarrollaba perezosamente sin grandes acontecimientos. La mayor parte de los habitantes de la fortaleza eran mudados a la  nueva fortaleza,  Jaejoong incluido. La  vieja fortaleza,  ahora incluida dentro del muro, servía como otro lugar donde los hombres y los abundantes criados de Yunho podían dormir. La torre del normando estaba caliente y opresiva, y Jaejoong la odiaba. El piso inferior era usado para almacenamiento, el  primer piso como salón general. En el piso  superior estaban las habitaciones del Lord y su esposo,  así como también un solar y ante recamara. Jaejoong dormía en el gran salón, debajo de Yunho y de Karam, y con Changmin presente muy de cerca.
No había recibido tareas  para hacer desde el  retorno de Yunho. Pasaba la mayor parte de su tiempo con su abuela, en la aldea, lejos de él y de su nuevo y monstruoso edificio.  Había recuperado todo el  peso que  había  perdido, tal vez  un kilo  más.  Se sentía fuerte  nuevamente,  y su encuentro cercano con la muerte  casi  estaba reducido en su memoria a  un mal sueño.
Jaejoong acababa de estar en el gran salón para buscar una camisa limpia entre sus pertenencias acomodadas cuidadosamente en un rincón lejano. El salón estaba oscuro y cavernoso, más oscuro quietos en los rincones, y Jaejoong se quedó congelado cuando Yunho y otro hombre, vestido para viajar, entraron. Parpadeando  en la  oscuridad, le llevó  sólo un segundo para darse cuenta que era un mensajero real.
Jaejoong lo observó atentamente.
Yunho gritó para que le trajeran vino y refrescos y los dos hombres se sentaron informalmente en una mesa Yunho se inclinó hacia atrás en su silla, sin saber de su presencia, mientras Mary entraba trayendo pan, queso, tartas, cerveza, y vino. El mensajero comenzó a comer vorazmente, vaciando la  primer  copa de vino, y  luego  otra.
Jaejoong se inclinó más cerca.
—No hay  ninguna prisa, — Yunho dijo.  —No hay necesidad de comer como un lobo hambriento.
—Cabalgué mucho tiempo sin parar, mi lord — el  mensajero respondió, con la boca llena. —Las órdenes del rey. — con una mano engrasada el mensajero extrajo un rollo de pergamino y se lo dio a Yunho.
Yunho lo tomó  pero no lo abrió. Jugó  con la cinta  sin desatarla.
—Qué noticias hay de York?
—Dos barcos dinamarqueses fueron vistos  en la  costa, — el mensajero murmuró. — Otra invasión es temida. Aunque los barcos pasaron de largo. Fue muy extraño.
Yunho no dijo nada.
—El rey está  satisfecho  con la reconstrucción del castillo y ha nombrado a Jean, el hijo  bastardo de Odo, el administrador del castillo. Los escoceses invadieron Lareby y  quemaron totalmente la aldea.  Odo partió con tropas y los repelió, persiguiéndolos hasta el interior de Cumbria.  Eso es  todo —  el mensajero  terminó, agarrando una tarta.
El  corazón de Jaejoong estaba latiendo pesadamente. El mensaje,  el  mensaje, él rezaba. Por Dios, que hablasen de eso. Tenía miedo de moverse.  Hacía  mucho tiempo que estaba espiando; ahora era demasiado tarde para hacer ver. Si fuese atrapado ahora,  verdaderamente estaría en peligro.
—Dónde están los dinamarqueses ahora?— Yunho preguntó.
—Yendo hacia el sur.
Perezosamente Yunho se sirvió una copa de vino y lo  sorbió lentamente.
—Oh, Siwon declaró que planea aplastar a los rebeldes para este invierno. No pasará  Navidad en York, planea ir a Westminster.
Yunho sonrió ligeramente, una mera curva de su boca.
En ese preciso momento, algo peludo y vivo rozó el  pie descalzo de Jaejoong. Él no le tenía miedo a las ratas, sólo que era cauteloso, para sus  mordidas. Pero él estaba escuchando tan atentamente que fue tomado por sorpresa jadeó.
Yunho estaba de pie, perforándola con la mirada.  Ruborizándose, Jaejoong se puso de pie, apretando su camisa limpia.  No podía mirarlo.  Ahora él verdaderamente sonreía.
—Ven  aquí, Jaejoong — él dijo bastante amigablemente.
— Vine a busca una camisa — él apresuradamente murmuró. —No... no quería molestarte.
Todavía estaba sonriente.
—Ven, Jaejoong. — su gesto era invitante.
Jaejoong avanzó saliendo del rincón oscuro, hasta que  estuvo cerca de él.  Su corazón latía  salvajemente, él estaba absolutamente calmo.
—Siéntate — él dijo.
Los ojos de él se ensancharon. Él retiró la silla de Karam, y con una mano en su hombro,  él se encontró sentándose a su lado.  El  mensajero terminó su tarta, se frotó las manos  y la saludó.
—Él no es mi esposo — Yunho replicó.  —Él es el  hermano de mi esposo. — entonces él prosiguió  hablando con el  mensajero sobre su viaje, sobre las aldeas por las que había  pasado por la actitud de los aldeanos, el estado de la  cosecha y las condiciones del camino. Jaejoong miró fijamente el pergamino tan cerca de la mano de Yunho. Ellos hablaron por un tiempo.  Hablaron de todo excepto del  mensaje real.
Jaejoong estaba sentado muy quieto, para no atraer la atención sobre sí mismo, preguntándose  qué  estaba haciendo Yunho. Jaejoong intentaba  no mirar el pergamino. Su mirada se mantenía  errante pero volvía una y otra vez al pergamino, a la mano de Yunho apoyada en la mesa; a centímetros del  mensaje.
—No envidio  a Hugh Bramber, — Yunho dijo finalmente.  —Él es un buen hombre, y él  mantendrá el feudo bien seguro.
—Sí, mi lord — el mensajero dijo amablemente.
Yunho agarró el pergamino. Finalmente le lanzó una mirada a  Jaejoong, quien se ruborizó. Luego al  mensajero y le dijo:
—Puedes  irte.
El  hombre hizo una reverencia y  salió. El  efecto de elegancia  quedó arruinado cuando él lanzó un gas ruidosamente. Yunho jugueteó con el pergamino, y  Jaejoong apartó su mirada del rollo con dificultad  creciente.  Él estaba sudando. Levantó los ojos hacia los   suyos. Había una sugestión de diversión en su fría mirada?
—Sabes leer, Jaejoong?
No podía creer en su buena suerte y casi se sofocó al responder.
—Si... si.
Su cabeza se ladeó ligeramente.
—Es una capacidad muy infrecuente para un hombre como tu.
—Si
— Pero vos no eres común y corriente, verdad?
Él lo miró fijamente.
Yunho sonrió y comenzó a desenrollar el pergamino. Su corazón se hundió cuando él lo sujetó como si fuera a leerlo. Entonces lo bajó.
—Yo no leo. Léeme  esto.
Su corazón se detuvo, luego comenzó a correr nuevamente. Sus  manos temblaron  cuando   tomó el pergamino.  No se atrevió a mirarlo.
—Primero —  Jaejoong dijo roncamente, y tosió  para  aclarar  su garganta — hay saludos  de parte Siwon. Dice que... — y  su corazón se  hundió —... que un espía fue atrapado, un espía de mis hermanos.
—Continua.
—Otra rebelión  está siendo  planeada,  pero el espía no sabía  ni  cuando ni donde. Tal vez sea pronto.  Este mensaje  es una alerta. —  Él enrolló  el pergamino nerviosamente. Su mente estaba funcionando aceleradamente. Quién había sido atrapado? Yoochun verdaderamente estaba planeando otra insurrección y sería pronto? No era el momento oportuno! Ahora los normandos estaban alertados y esperándolos.  Tenía  que advertirles a sus hermanos!
Jaejoong se dio cuenta que él estaba observándolo atentamente. Él se ruborizó  nuevamente, entregándole el  mensaje.  Yunho lo  tomó  y lo acercó a la llama de una vela,  quemándolo. Yunho sujetó el pergamino en lo alto, estudiándolo a medida que se quemaba. Su rostro era impasible. Pero su mente, no.
Había plantado la semilla; la  trampa estaba colocada.
Feldric, el  padre de Teddy era su tío, hermano  de su madre. Era doce años más viejo que Jaejoong, y era viudo. Teddy era su hijo menor con catorce años.  Habían pasado algunos minutos, y Jaejoong ya no fingía indiferencia, como había hecho cuando paseaba por la aldea con uno de hombres de Yunho siguiendolo. Feldric estaba apilando planchas de madera.
—No puedo — él dijo.
 —Oh, debes hacerlo. Te lo  imploro! Piensa en  Annie!— Jaejoong casi lloró refiriéndose a su madre.
— No es justo, — Feldric dijo,   haciendo una pausa y pasándose  la mano por su cabello gris.
—Lo que le sucedió a mis hermanos no es justo, — él replicó. —Feldric, debemos  advertirles que los normandos  están  ya saben  de sus  planes! Debemos hacerlo! Sé que vos puedes encontrarlos. —  Él dijo urgentemente  — Yo  iría si pudiese, pero ese bruto me ha puesto guardias que me persiguen todo el tiempo. Hoy a la noche puedas escapar, Feldric. Una vez que estés en el bosque  los encontrarás inmediatamente. Por favor.
Él suspiró.
—Bien — él dijo.  —Haré  lo que pueda. Pero si no puedo encontrarlos en una semana, volveré, y eso es todo.
—Gracias — Jaejoong dijo. —Te agradezco.
Esa noche Feldric partió a pie. Seguido por Beltain.
* * *
Jaejoong despertó a la mañana siguiente con un extraña sentimiento de anticipación mezclado con preocupación, por lo que había descubierto el día anterior y  por la emoción de haber enviado a su propio mensajero para  hallar a sus  hermanos. Finalmente estaba haciendo algo por  ayudar a Yoochun y a Hyun Joong , y el sabor de esa actividad ilícita era dulce. También estaba exaltada por una victoria personal: había engañado al normando.  Realmente había tenido éxito en burlarlo!
Sus ojos la acariciaron  perezosamente durante la comida del mediodía. Jaejoong sentía  como si su culpa se mostrase, como si él pudiese leer eso y él no pudo encontrar su mirada. Entonces  Jaejoong se retó a sí mismo, pues no había culpa que sentir su deber era  socorrer a sus  hermanos, su deber era luchar contra  los normandos. Pero era culpa lo que   sentía, o algo sospechosamente parecido.
Beth casi soltó una bandeja en su regazo, en el proceso de susurrarle en el oído de Jaejoong que la encontrase en las cocinas  tan pronto como pudiese. Jaejoong se quedó sorprendido,  pero lo ocultó. Conocía a Beth, por supuesto,  pero  ella no era exactamente una amiga. El hecho que Beth iba fuese a entregarle un mensaje despertó su curiosidad y sus  esperanzas.
La buscó después de la comida, cuando el  normando y sus hombres partieron de caza.  Jaejoong siempre era seguido por uno de los normandos cuyo nombre ni siquiera  conocía. El custodio se entretuvo mirando a Beth y sonriéndole.
— De qué se trata?
El rostro de Beth estaba enrojecido con excitación.
—Vi a Hyun Joong , — él susurró, mirando apresuradamente  a su alrededor.
El corazón de Jaejoong detuvo, luego se aceleró. Ahora entendía el rubor de Beth, pues  Beth, como todas las mujeres, estaba medio enamorada de él.
—Dónde?
—En lo de tu abuela.
Jaejoong no podía creer  eso.  Se quedó boquiabierto. Y  luego giró para irse, sólo para darse cuenta que el custodio la aguardaba.
—Maldición!
—Yo me ocuparé  de él — Beth le aseguró. —Oh, Jaejoong, si  ellos pudiesen expulsar a ese normando!
Jaejoong había pensado que Beth se sentía atraído por el lord. Jaejoong caminó inquietamente en la cocina mientras Beth seducía al  hombre, aparentemente llamado Roger. Roger no era idiota, pero  tampoco  podía resistirse a las tácticas injustas usadas por  Beth. Abruptamente ella metió su mano en la entrepierna de su pantalón. Él jadeó. Cuando Jaejoong se apresuró a pasar, Beth agachó su cabeza para su órgano lleno, desnudo.
Le debo un favor, Jaejoong pensó, mirando a su alrededor,  intentando parecer casual.  Quería correr, quería gritar de alegría y de rabia. Él es un idiota,  él pensó furiosamente. Sólo Hyun Joong  se atrevería a entrar en la aldea, justo enfrente de las narices de los normandos! Jaejoong ensayó un sermón  vehemente y abrió la puerta de su abuela. La anciana  estaba sentada en la mesa con no un hombre, sino con  dos.
Jaejoong cerró a puerta y  miró fijamente.
Yoochun se puso de pie con una sonrisa leve.
Era  tan bonito tan fuerte,  lágrimas de alegría vinieron a sus  ojos. Él abrió sus  brazos, y Jaejoong se apresuró  hacia ellos. Él lo sujetó  por un rato y luego lo soltó. Desde que su padre había muerto, Yoochun había ocupado ese lugar, si era posible, porque era la imagen exacta de Lord de Aelfgar.
—No puedo creer que hayas venido a la aldea!
—Silencio — él dijo, poniendo un dedo en sus labios. —No saludas a tu hermano salvaje?
Jaejoong sonrió  y  giró  para abrazar a  Hyun Joong .
—Estás  bien? Es verdad?  Oí que...
Un gesto de Yoochun interrumpió sus  preguntas.
—No  tenemos tiempo. — Él miró a Jaejoong. —Verdaderamente,  no planeaba llegar tan  lejos, pero cuando los normandos cabalgaron hacia al bosque con la mitad de sus  hombres,  no pude  resistir la tentación.
—Él está cazando. No volverá hasta tarde hoy, tal vez hasta la noche.
Yoochun lo miró preocupado.
—Estás seguro, Jaejoong?
—Sí. — Él de repente recordó todo. —Yoochun, acabo de enviar a Feldric para que te  encontrase! —  Y rápidamente le relató el contenido del  mensaje del rey.
Yoochun caminó pensativamente.  Hyun Joong  se irritó.
—Debe ser John, — él dijo. —Él no fue visto por unas semanas.
Jaejoong habló más alto.
—Quizás yo debería saber donde están ustedes, para poder...
—No — Yoochun dijo secamente. — Hiciste lo correcto. Un verdadero sajón puede encontrarnos, de la misma manera que los normandos  no pueden hacerlo. No quiero que vos te arriesgues, Jaejoong.
Él sacudió la cabeza, pensando sobre la amenaza del  normando de buscarle un marido aunque a  él le desagradase.
—Van a posponer cualquier cosa que estaban planeando?
Yoochun lo miró, luego sacudió la cabeza.
—Oh, Yoochun, Por favor! Es muy peligroso!
—Nosotros no tenemos miedo, — Hyun Joong  replicó.
—El tiempo es el adecuado, Jaejoong — Yoochun dijo.
—Confía en mí. — Él sonrió. —Cómo confiaste en nuestro padre.
—Lo hago, —  él dijo con calma.
Hyun Joong , como siempre, estaba impaciente.
—Jaejoong,  fuiste lastimado después de que me  escapé? Es verdad que el normando anda buscándote?
Jaejoong se enrojeció ante esa última pregunta.
— Yo estoy bien.
— Esa es una respuesta?— Yoochun preguntó.
No podía mentir. No, a sus  hermanos.
—Él me hizo azotar. Pero eso se terminó ahora.
—Maldición con él!— Hyun Joong  furiosamente gritó. —Lo mataré!
—Eres muy valiente— Yoochun dijo con calma, observándolo.
Las lágrimas subieron a  sus  ojos.
—Habrías estado orgulloso de mí. No le imploré por clemencia, no grité.
—Estoy orgulloso, — Yoochun dijo.  —Me ayudarás, Jaejoong? Aun poniéndote en  gran riesgo?
—Sabes que lo haré.
—Bien. — Él sonrió. —Continua espiando ahora que estoy planeando una nueva rebelión, necesito información.
Jaejoong esperaba poder cumplir.
—Él te tocó, Jaejoong?
Le llevó un segundo entender ese cambio abrupto de tema, y cuando lo hizo, se enrojeció.
—Ya veo que lo ha hecho — Yoochun dijo.  Hyun Joong  insultó, jurando castrarlo. Yoochun le dijo que se quedase quieto. Levantó su mentón, mirando a sus ojos. —Todavía eres virgen Jaejoong?
Él se ruborizó violentamente.
—Sí.
—El rumor es que te desea intensamente.
Era una pregunta.
—Eso creo.
El soltó su mentón para ponerse a  caminar inquietamente, luego volvió.
—Él es muy atractivo.
Los ojos de Jaejoong se ensancharon. Hubo un silencio tenso.
—Jaejoong, tienes un poder sobre él si sabes manejarlo cuidadosamente y correctamente. El poder que tienes sobre un hombre.
Hyun Joong  jadeó, Jaejoong lo miró fijamente.
La voz de Yoochun era baja y neutra.
—No te lo pido obligatoriamente. Si  no puedes  tolerar su contacto, o no quieres, te  entiendo. Pero  piénsalo bien, Jaejoong. Qué puede valer una virginidad en el curso de esta guerra?
Jaejoong estaba perplejo.  Estaba devastado. Lágrimas subieron a sus ojos. Él le estaba  pidiendo que se entregase al  normando, que hiciera un sacrificio. Yoochun, su hermano.  Oh  Dios.
—Si te convirtieses en su amante, Jaejoong, podrías tener acceso a sus secretos  más íntimos.
—No puedo creer que le pidas eso — Hyun Joong  dijo furiosamente.
Cuando Yoochun lo miró, fue con resignación y con algo más, algo que torturaba su alma.
—Yo  no se lo  ordeno...—  Su voz se perdió. Luego su voz se hizo fuerte.
— Yo por Aelfgar sacrificaría mi cuerpo.
Yoochun le estaba pidiendo que se entregase al normando. Que dejase que él usase su cuerpo, que  se convirtiera en  su amante. Jaejoong intentó no llorar. Por qué  se sentía tan  amargado? Eso era la guerra. Su vida, su virginidad, no significaban nada. Lo que importaba era Aelfgar, el patrimonio de su hermano, la liberación de Mercia y la derrota de los normandos. Oh,  Dios, él no tenía ninguna opción.
—Lo haré, Yoochun.
El no sonrió.
—Sabía que lo harías.
Su boca tembló, las lágrimas se acumularon en  sus  pestañas inferiores.
—Pero, Yoochun, —  él dijo,  —y  si él realmente no me desea?

—Entonces no perderás nada, — él dijo.

3 comentarios:

  1. Pobre jae 😰😰😰😰😰
    Todo por una estupida guerra: (
    Ahora que pasara :(

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  2. ahora si que pobre Jae si se entrega a Yunho si de por si ya se siente atraído por Yunho le sera mas difícil traicionar a sus hermanos por que terminara mas enamorado de Yunho y no sabrá a que lado ir si con Yunho o sus hermanos solo espero que se lleven a Yunho a el lado de ellos y todos luchen en contra de Siwon
    Gracias

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  3. Lo que más me gustaría es que Yunho se olvide de Siwon, que lo traicione y se una a los hermanos de Jae, que se enamore de Jae y se separe de Karam y a este lo mande a un monasterio, 😀😀😀, (no quiero nada😁)

    Gracias!!! 💗💕💞

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