Capítulo 19
Jaejoong observó al mensajero real.
Una semana había pasado desde esa entrevista abrupta con Yunho.
Todas las mañanas Jaejoong se despertaba con el temor de que Yunho lo llamaría
nuevamente, y esa vez para hacerle conocer
la identidad de su marido. Si él
escogiese casarlo, no habría nada que él pudiera hacer para impedirlo. Jaejoong
tenía miedo.
Pero el llamado no vino. Por el contrario, su
vida se desarrollaba perezosamente sin grandes acontecimientos. La mayor parte
de los habitantes de la fortaleza eran mudados a la nueva fortaleza, Jaejoong incluido. La vieja fortaleza, ahora incluida dentro del muro, servía como
otro lugar donde los hombres y los abundantes criados de Yunho podían dormir.
La torre del normando estaba caliente y opresiva, y Jaejoong la odiaba. El piso
inferior era usado para almacenamiento, el
primer piso como salón general. En el piso superior estaban las habitaciones del Lord y su
esposo, así como también un solar y ante
recamara. Jaejoong dormía en el gran salón, debajo de Yunho y de Karam, y con Changmin
presente muy de cerca.
No había recibido tareas para hacer desde el retorno de Yunho. Pasaba la mayor parte de su
tiempo con su abuela, en la aldea, lejos de él y de su nuevo y monstruoso edificio. Había recuperado todo el peso que
había perdido, tal vez un kilo
más. Se sentía fuerte nuevamente,
y su encuentro cercano con la muerte
casi estaba reducido en su
memoria a un mal sueño.
Jaejoong acababa de estar en el gran salón
para buscar una camisa limpia entre sus pertenencias acomodadas cuidadosamente
en un rincón lejano. El salón estaba oscuro y cavernoso, más oscuro quietos en
los rincones, y Jaejoong se quedó congelado cuando Yunho y otro hombre, vestido
para viajar, entraron. Parpadeando en
la oscuridad, le llevó sólo un segundo para darse cuenta que era un
mensajero real.
Jaejoong lo observó atentamente.
Yunho gritó para que le trajeran vino y
refrescos y los dos hombres se sentaron informalmente en una mesa Yunho se
inclinó hacia atrás en su silla, sin saber de su presencia, mientras Mary
entraba trayendo pan, queso, tartas, cerveza, y vino. El mensajero comenzó a
comer vorazmente, vaciando la
primer copa de vino, y luego
otra.
Jaejoong se inclinó más cerca.
—No hay
ninguna prisa, — Yunho dijo. —No
hay necesidad de comer como un lobo hambriento.
—Cabalgué mucho tiempo sin parar, mi lord —
el mensajero respondió, con la boca
llena. —Las órdenes del rey. — con una mano engrasada el mensajero extrajo un rollo
de pergamino y se lo dio a Yunho.
Yunho lo tomó
pero no lo abrió. Jugó con la
cinta sin desatarla.
—Qué noticias hay de York?
—Dos barcos dinamarqueses fueron vistos en la
costa, — el mensajero murmuró. — Otra invasión es temida. Aunque los
barcos pasaron de largo. Fue muy extraño.
Yunho no dijo nada.
—El rey está
satisfecho con la reconstrucción
del castillo y ha nombrado a Jean, el hijo
bastardo de Odo, el administrador del castillo. Los escoceses invadieron
Lareby y quemaron totalmente la aldea. Odo partió con tropas y los repelió,
persiguiéndolos hasta el interior de Cumbria.
Eso es todo — el mensajero
terminó, agarrando una tarta.
El
corazón de Jaejoong estaba latiendo pesadamente. El mensaje, el mensaje, él rezaba. Por Dios, que hablasen de
eso. Tenía miedo de moverse. Hacía mucho tiempo que estaba espiando; ahora era demasiado
tarde para hacer ver. Si fuese atrapado ahora,
verdaderamente estaría en peligro.
—Dónde están los dinamarqueses ahora?— Yunho preguntó.
—Yendo hacia el sur.
Perezosamente Yunho se sirvió una copa de
vino y lo sorbió lentamente.
—Oh, Siwon declaró que planea aplastar a los
rebeldes para este invierno. No pasará
Navidad en York, planea ir a Westminster.
Yunho sonrió ligeramente, una mera curva de
su boca.
En ese preciso momento, algo peludo y vivo rozó
el pie descalzo de Jaejoong. Él no le
tenía miedo a las ratas, sólo que era cauteloso, para sus mordidas. Pero él estaba escuchando tan
atentamente que fue tomado por sorpresa jadeó.
Yunho estaba de pie, perforándola con la
mirada. Ruborizándose, Jaejoong se puso
de pie, apretando su camisa limpia. No
podía mirarlo. Ahora él verdaderamente
sonreía.
—Ven aquí, Jaejoong — él dijo bastante
amigablemente.
— Vine a busca una camisa — él
apresuradamente murmuró. —No... no quería molestarte.
Todavía estaba sonriente.
—Ven, Jaejoong. — su gesto era invitante.
Jaejoong avanzó saliendo del rincón oscuro,
hasta que estuvo cerca de él. Su corazón latía salvajemente, él estaba absolutamente calmo.
—Siéntate — él dijo.
Los ojos de él se ensancharon. Él retiró la
silla de Karam, y con una mano en su hombro,
él se encontró sentándose a su lado.
El mensajero terminó su tarta, se
frotó las manos y la saludó.
—Él no es mi esposo — Yunho replicó. —Él es el
hermano de mi esposo. — entonces él prosiguió hablando con el mensajero sobre su viaje, sobre las aldeas
por las que había pasado por la actitud
de los aldeanos, el estado de la cosecha
y las condiciones del camino. Jaejoong miró fijamente el pergamino tan cerca de
la mano de Yunho. Ellos hablaron por un tiempo.
Hablaron de todo excepto del
mensaje real.
Jaejoong estaba sentado muy quieto, para no
atraer la atención sobre sí mismo, preguntándose qué
estaba haciendo Yunho. Jaejoong intentaba no mirar el pergamino. Su mirada se
mantenía errante pero volvía una y otra
vez al pergamino, a la mano de Yunho apoyada en la mesa; a centímetros del mensaje.
—No envidio
a Hugh Bramber, — Yunho dijo finalmente.
—Él es un buen hombre, y él
mantendrá el feudo bien seguro.
—Sí, mi lord — el mensajero dijo amablemente.
Yunho agarró el pergamino. Finalmente le
lanzó una mirada a Jaejoong, quien se
ruborizó. Luego al mensajero y le dijo:
—Puedes
irte.
El
hombre hizo una reverencia y
salió. El efecto de
elegancia quedó arruinado cuando él
lanzó un gas ruidosamente. Yunho jugueteó con el pergamino, y Jaejoong apartó su mirada del rollo con
dificultad creciente. Él estaba sudando. Levantó los ojos hacia
los suyos. Había una sugestión de diversión en su
fría mirada?
—Sabes leer, Jaejoong?
No podía creer en su buena suerte y casi se
sofocó al responder.
—Si... si.
Su cabeza se ladeó ligeramente.
—Es una capacidad muy infrecuente para un
hombre como tu.
—Si
— Pero vos no eres común y corriente, verdad?
Él lo miró fijamente.
Yunho sonrió y comenzó a desenrollar el
pergamino. Su corazón se hundió cuando él lo sujetó como si fuera a leerlo.
Entonces lo bajó.
—Yo no leo. Léeme esto.
Su corazón se detuvo, luego comenzó a correr
nuevamente. Sus manos temblaron cuando
tomó el pergamino. No se atrevió
a mirarlo.
—Primero —
Jaejoong dijo roncamente, y tosió
para aclarar su garganta — hay saludos de parte Siwon. Dice que... — y su corazón se
hundió —... que un espía fue atrapado, un espía de mis hermanos.
—Continua.
—Otra rebelión está siendo
planeada, pero el espía no
sabía ni
cuando ni donde. Tal vez sea pronto.
Este mensaje es una alerta.
— Él enrolló el pergamino nerviosamente. Su mente estaba funcionando
aceleradamente. Quién había sido atrapado? Yoochun verdaderamente estaba
planeando otra insurrección y sería pronto? No era el momento oportuno! Ahora
los normandos estaban alertados y esperándolos.
Tenía que advertirles a sus
hermanos!
Jaejoong se dio cuenta que él estaba
observándolo atentamente. Él se ruborizó
nuevamente, entregándole el
mensaje. Yunho lo tomó y
lo acercó a la llama de una vela,
quemándolo. Yunho sujetó el pergamino en lo alto, estudiándolo a medida
que se quemaba. Su rostro era impasible. Pero su mente, no.
Había plantado la semilla; la trampa estaba colocada.
Feldric, el
padre de Teddy era su tío, hermano
de su madre. Era doce años más viejo que Jaejoong, y era viudo. Teddy
era su hijo menor con catorce años.
Habían pasado algunos minutos, y Jaejoong ya no fingía indiferencia,
como había hecho cuando paseaba por la aldea con uno de hombres de Yunho
siguiendolo. Feldric estaba apilando planchas de madera.
—No puedo — él dijo.
—Oh,
debes hacerlo. Te lo imploro! Piensa
en Annie!— Jaejoong casi lloró
refiriéndose a su madre.
— No es justo, — Feldric dijo, haciendo una pausa y pasándose la mano por su cabello gris.
—Lo que le sucedió a mis hermanos no es
justo, — él replicó. —Feldric, debemos
advertirles que los normandos
están ya saben de sus
planes! Debemos hacerlo! Sé que vos puedes encontrarlos. — Él dijo urgentemente — Yo
iría si pudiese, pero ese bruto me ha puesto guardias que me persiguen todo
el tiempo. Hoy a la noche puedas escapar, Feldric. Una vez que estés en el
bosque los encontrarás inmediatamente.
Por favor.
Él suspiró.
—Bien — él dijo. —Haré
lo que pueda. Pero si no puedo encontrarlos en una semana, volveré, y
eso es todo.
—Gracias — Jaejoong dijo. —Te agradezco.
Esa noche Feldric partió a pie. Seguido por
Beltain.
* * *
Jaejoong despertó a la mañana siguiente con
un extraña sentimiento de anticipación mezclado con preocupación, por lo que
había descubierto el día anterior y por
la emoción de haber enviado a su propio mensajero para hallar a sus
hermanos. Finalmente estaba haciendo algo por ayudar a Yoochun y a Hyun Joong , y el sabor
de esa actividad ilícita era dulce. También estaba exaltada por una victoria
personal: había engañado al normando.
Realmente había tenido éxito en burlarlo!
Sus ojos la acariciaron perezosamente durante la comida del mediodía.
Jaejoong sentía como si su culpa se
mostrase, como si él pudiese leer eso y él no pudo encontrar su mirada.
Entonces Jaejoong se retó a sí mismo,
pues no había culpa que sentir su deber era
socorrer a sus hermanos, su deber
era luchar contra los normandos. Pero
era culpa lo que sentía, o algo
sospechosamente parecido.
Beth casi soltó una bandeja en su regazo, en
el proceso de susurrarle en el oído de Jaejoong que la encontrase en las
cocinas tan pronto como pudiese. Jaejoong
se quedó sorprendido, pero lo ocultó. Conocía
a Beth, por supuesto, pero ella no era exactamente una amiga. El hecho
que Beth iba fuese a entregarle un mensaje despertó su curiosidad y sus esperanzas.
La buscó después de la comida, cuando el normando y sus hombres partieron de
caza. Jaejoong siempre era seguido por
uno de los normandos cuyo nombre ni siquiera
conocía. El custodio se entretuvo mirando a Beth y sonriéndole.
— De qué se trata?
El rostro de Beth estaba enrojecido con
excitación.
—Vi a Hyun Joong , — él susurró, mirando
apresuradamente a su alrededor.
El corazón de Jaejoong detuvo, luego se
aceleró. Ahora entendía el rubor de Beth, pues
Beth, como todas las mujeres, estaba medio enamorada de él.
—Dónde?
—En lo de tu abuela.
Jaejoong no podía creer eso.
Se quedó boquiabierto. Y luego
giró para irse, sólo para darse cuenta que el custodio la aguardaba.
—Maldición!
—Yo me ocuparé de él — Beth le aseguró. —Oh, Jaejoong,
si ellos pudiesen expulsar a ese
normando!
Jaejoong había pensado que Beth se sentía
atraído por el lord. Jaejoong caminó inquietamente en la cocina mientras Beth
seducía al hombre, aparentemente llamado
Roger. Roger no era idiota, pero tampoco podía resistirse a las tácticas injustas usadas
por Beth. Abruptamente ella metió su
mano en la entrepierna de su pantalón. Él jadeó. Cuando Jaejoong se apresuró a
pasar, Beth agachó su cabeza para su órgano lleno, desnudo.
Le debo un favor, Jaejoong pensó, mirando a
su alrededor, intentando parecer
casual. Quería correr, quería gritar de
alegría y de rabia. Él es un idiota, él
pensó furiosamente. Sólo Hyun Joong se
atrevería a entrar en la aldea, justo enfrente de las narices de los normandos!
Jaejoong ensayó un sermón vehemente y
abrió la puerta de su abuela. La anciana
estaba sentada en la mesa con no un hombre, sino con dos.
Jaejoong cerró a puerta y miró fijamente.
Yoochun se puso de pie con una sonrisa leve.
Era
tan bonito tan fuerte, lágrimas
de alegría vinieron a sus ojos. Él abrió
sus brazos, y Jaejoong se apresuró hacia ellos. Él lo sujetó por un rato y luego lo soltó. Desde que su
padre había muerto, Yoochun había ocupado ese lugar, si era posible, porque era
la imagen exacta de Lord de Aelfgar.
—No puedo creer que hayas venido a la aldea!
—Silencio — él dijo, poniendo un dedo en sus
labios. —No saludas a tu hermano salvaje?
Jaejoong sonrió y
giró para abrazar a Hyun Joong .
—Estás
bien? Es verdad? Oí que...
Un gesto de Yoochun interrumpió sus preguntas.
—No
tenemos tiempo. — Él miró a Jaejoong. —Verdaderamente, no planeaba llegar tan lejos, pero cuando los normandos cabalgaron
hacia al bosque con la mitad de sus
hombres, no pude resistir la tentación.
—Él está cazando. No volverá hasta tarde hoy,
tal vez hasta la noche.
Yoochun lo miró preocupado.
—Estás seguro, Jaejoong?
—Sí. — Él de repente recordó todo. —Yoochun, acabo
de enviar a Feldric para que te
encontrase! — Y rápidamente le
relató el contenido del mensaje del rey.
Yoochun caminó pensativamente. Hyun Joong se irritó.
—Debe ser John, — él dijo. —Él no fue visto por
unas semanas.
Jaejoong habló más alto.
—Quizás yo debería saber donde están ustedes,
para poder...
—No — Yoochun dijo secamente. — Hiciste lo
correcto. Un verdadero sajón puede encontrarnos, de la misma manera que los
normandos no pueden hacerlo. No quiero
que vos te arriesgues, Jaejoong.
Él sacudió la cabeza, pensando sobre la
amenaza del normando de buscarle un
marido aunque a él le desagradase.
—Van a posponer cualquier cosa que estaban
planeando?
Yoochun lo miró, luego sacudió la cabeza.
—Oh, Yoochun, Por favor! Es muy peligroso!
—Nosotros no tenemos miedo, — Hyun Joong replicó.
—El tiempo es el adecuado, Jaejoong — Yoochun
dijo.
—Confía en mí. — Él sonrió. —Cómo confiaste
en nuestro padre.
—Lo hago, —
él dijo con calma.
Hyun Joong , como siempre, estaba impaciente.
—Jaejoong,
fuiste lastimado después de que me
escapé? Es verdad que el normando anda buscándote?
Jaejoong se enrojeció ante esa última
pregunta.
— Yo estoy bien.
— Esa es una respuesta?— Yoochun preguntó.
No podía mentir. No, a sus hermanos.
—Él me hizo azotar. Pero eso se terminó
ahora.
—Maldición con él!— Hyun Joong furiosamente gritó. —Lo mataré!
—Eres muy valiente— Yoochun dijo con calma,
observándolo.
Las lágrimas subieron a sus
ojos.
—Habrías estado orgulloso de mí. No le
imploré por clemencia, no grité.
—Estoy orgulloso, — Yoochun dijo. —Me ayudarás, Jaejoong? Aun poniéndote
en gran riesgo?
—Sabes que lo haré.
—Bien. — Él sonrió. —Continua espiando ahora
que estoy planeando una nueva rebelión, necesito información.
Jaejoong esperaba poder cumplir.
—Él te tocó, Jaejoong?
Le llevó un segundo entender ese cambio
abrupto de tema, y cuando lo hizo, se enrojeció.
—Ya veo que lo ha hecho — Yoochun dijo. Hyun Joong insultó, jurando castrarlo. Yoochun le dijo
que se quedase quieto. Levantó su mentón, mirando a sus ojos. —Todavía eres
virgen Jaejoong?
Él se ruborizó violentamente.
—Sí.
—El rumor es que te desea intensamente.
Era una pregunta.
—Eso creo.
El soltó su mentón para ponerse a caminar inquietamente, luego volvió.
—Él es muy atractivo.
Los ojos de Jaejoong se ensancharon. Hubo un
silencio tenso.
—Jaejoong, tienes un poder sobre él si sabes
manejarlo cuidadosamente y correctamente. El poder que tienes sobre un hombre.
Hyun Joong jadeó, Jaejoong lo miró fijamente.
La voz de Yoochun era baja y neutra.
—No te lo pido obligatoriamente. Si no puedes
tolerar su contacto, o no quieres, te
entiendo. Pero piénsalo bien, Jaejoong.
Qué puede valer una virginidad en el curso de esta guerra?
Jaejoong estaba perplejo. Estaba devastado. Lágrimas subieron a sus
ojos. Él le estaba pidiendo que se
entregase al normando, que hiciera un
sacrificio. Yoochun, su hermano. Oh Dios.
—Si te convirtieses en su amante, Jaejoong,
podrías tener acceso a sus secretos más
íntimos.
—No puedo creer que le pidas eso — Hyun Joong
dijo furiosamente.
Cuando Yoochun lo miró, fue con resignación y
con algo más, algo que torturaba su alma.
—Yo no
se lo ordeno...— Su voz se perdió. Luego su voz se hizo
fuerte.
— Yo por Aelfgar sacrificaría mi cuerpo.
Yoochun le estaba pidiendo que se entregase
al normando. Que dejase que él usase su cuerpo, que se convirtiera en su amante. Jaejoong intentó no llorar. Por
qué se sentía tan amargado? Eso era la guerra. Su vida, su
virginidad, no significaban nada. Lo que importaba era Aelfgar, el patrimonio
de su hermano, la liberación de Mercia y la derrota de los normandos. Oh, Dios, él no tenía ninguna opción.
—Lo haré, Yoochun.
El no sonrió.
—Sabía que lo harías.
Su boca tembló, las lágrimas se acumularon
en sus
pestañas inferiores.
—Pero, Yoochun, — él dijo,
—y si él realmente no me desea?
—Entonces no perderás nada, — él dijo.
Pobre jae 😰😰😰😰😰
ResponderEliminarTodo por una estupida guerra: (
Ahora que pasara :(
ahora si que pobre Jae si se entrega a Yunho si de por si ya se siente atraído por Yunho le sera mas difícil traicionar a sus hermanos por que terminara mas enamorado de Yunho y no sabrá a que lado ir si con Yunho o sus hermanos solo espero que se lleven a Yunho a el lado de ellos y todos luchen en contra de Siwon
ResponderEliminarGracias
Lo que más me gustaría es que Yunho se olvide de Siwon, que lo traicione y se una a los hermanos de Jae, que se enamore de Jae y se separe de Karam y a este lo mande a un monasterio, 😀😀😀, (no quiero nada😁)
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞