miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 22

Capítulo 22

Podría escaparse.
No era demasiado tarde.
Eso fue lo que  pensó Jaejoong por  última vez a  la noche siguiente antes que el  sueño la venciese, y fue su primer pensamiento al despertar en la mañana de su casamiento.
El tiempo desde que  el normando lo había informado de su casamiento había pasado  como un borrón. Él estaba consciente de su pánico y su miedo. Iba a casarse con un hombre que  apenas  conocía, un normando,  su enemigo, y muy pronto estaría dejando Aelfgar para siempre. El pánico y el miedo se hicieron fuertes y repugnantes. Todo  estaba ocurriendo  muy rápidamente. No podía dejar que su destino fuese decidido de ese modo!
Estaba consciente de su  fracaso. Tenía una misión que cumplir,  por Yoochun y por Hyun Joong . A esa altura  probablemente ellos pensaban que estaba en la cama con el normando, que se había convertido en su amante. Pero  ni estaba cerca de esa meta. Nunca había estado  más lejos de eso. No estaba por convertirse en su amante,  estaba por ser casado con uno de sus  hombres.
Le dolía la cabeza.  Estaba herido,  no podía  negarlo. Pero allí  estaba.  Herido por dentro, como un cachorro herido. Él no lo deseaba  Él lo estaba rechazando. Él se había casado con  su hermano. Karam compartía su cama todas las noches. Él... él sólo era una diversión pasatista, un coqueteo intrascendente. Eso finalmente estaba probado, porque él había  rechazado sus  propuestas  en los dos últimos días  y ahora, este rechazo  el  coronamiento  final.
Jaejoong lloró. No lo quiero, él se dijo a sí mismo furiosamente. Lo odio,  siempre lo había odiado. Pero su rechazo era sucio y amargo. Él, que había sido rechazado tantas veces, era rechazado nuevamente. Por qué  no estaba acostumbrado a eso? Por qué no era inmune a  esos desprecios? Por qué él se sentía tan amargado como cada vez que su padre le había  mentido, diciéndole que el pretendiente no era suficientemente bueno para él, o que el hombre había cambiado de idea, cuando en verdad él sabía que había sido  rechazado una y otra vez?
Se dijo a sí mismo que lloraba porque  le había  fallado a Yoochun y a Hyun Joong . No porque un hombre sólo lo  había tratado como una diversión, y  ahora lo despachaba para hallar un  mejor uso de él, mientras él se acostaba con su hermano.
No era demasiado tarde. Podía escapar. Pero a dónde él iría?  Con Yoochun, llevando su fracaso como una bandera colgada de su brazo? Debía esconderse en el bosque como un animal salvaje? Sería perseguido,  y sabía  que  eventualmente iba a ser hallado. Él no dudaba de la superioridad de Yunho sobre  él. En última instancia, el resultado sería siempre el  mismo: el altar.
Jaejoong miró fijamente el techo del  gran salón. Todos hacia tiempo se habían levantado  y  partido,  pero no le importó. La depresión era  muy grande y pesada. Lo mejor que podía hacer, Jaejoong decidió, era casarse con Changmin y espiarlo, pues él también era un normando. Por lo menos, de ese modo, él todavía estaría luchando por Aelfgar.
No era ningún consuelo.
El  mejor vestido de Jaejoong era de un brillante amarillo dorado. Siempre lo había amado. Hoy lo odiaba. Karam observó mientras Jaejoong ayudado por Mary y Beth era vestido. Karam abruptamente gritó para que ellas se detuviesen.
—Toma esto, — él dijo.
Jaejoong apenas la miró,  realmente no prestaba  atención  a lo que le proponía. Karam se dio vuelta  y corrió por el corredor hacia su habitación  y de Yunho. Jaejoong estaba siendo vestido en la fortaleza. La ceremonia tendría lugar en breve en la capilla. Habría un  banquete pequeño. Yunho le  había  dado a Changmin su  antigua habitación en el viejo solar. Jaejoong sintió náuseas.
Karam volvió  trayendo algo.
— Sácate esa  camisa vieja — él le ordenó a Jaejoong. —  No es apropiado para un novio.
A Jaejoong no le importaba. Su camisa era de lana color  marfil, estaba gastada  en algunos  lugares, una camisa sencilla. Mary lo ayudó a quitársela, y Karam le dio una camisa nueva.
—Debes lucir bien para tu novio, Jaejoong — él ronroneó.
La camisa era blanca virginal, casi nueva, de muy  buena tela. Jaejoong la odió. Mary se la puso por la cabeza. Karam era más menudo que él, entonces la camisa se le ajustó como un guante.
— Es muy pequeña, — Jaejoong comentó neutramente.
Con aguja e hilo, Mary agrandó la zona  del pecho y las caderas. Aún así le ajustaba como una segunda piel, pero  por lo menos  no se le abrirían las costuras.  El  vestido amarillo le  siguió, con un cinto violeta. Beth comenzó a peinar el largo cabello de Jaejoong, murmurando todo el tiempo que bello novio él sería.
—Y  este  cabello!  Es increíblemente suave y  grueso! Changmin estará encantado cuando te vea! Como un dios, eres...
— Basta, Beth! — Karam estalló.
Mary colocó unas flores amarillas en su cabello.  Ellas formaban una guirnalda en forma  de corona, y luego el cabello caía suelto. Jaejoong se rehusó mirarse en el espejo ofrecido.
Yunho estaba esperándolos en el piso inferior,  en los escalones de entrada de la fortaleza. Él lo observó sin ninguna expresión. Jaejoong, yendo hacia él, sintió una puñalada,  humillación seguida de dolor. Se permitió la rabia por un momento, buscándola,  disfrutándola, y deseó que él cayese muerto en ese mismo lugar. Yunho estaba completamente indiferente, haciendo señas hacia el caballo blanco que los aguardaba, el  mismo animal que Karam había cabalgado en su  boda. Su sensación de repulsa aumentó.
Changmin estaba esperando en la capilla. Yunho, como su amo y señor, lo entregaría en matrimonio. Él sujetaba las riendas del caballo y  ellos  cruzaron el puente  y  el portón de reja.  La  capilla estaba dentro de los  muros, y  todos  de Aelfgar asistieron a ese evento.
Jaejoong no miró a  nadie. Por el contrario,  observaba  ciegamente las orejas delicadas del  caballo. Su mirada vagaba para los hombros cuadrados del hombre  que llevaba el caballo. Él estaba vestido para la ocasión, con su túnica azul y su capa roja. Se le cruzó la imagen de Yunho cabalgando  su garañón el día de su  propia boda. Un dios pagano,  guapo y frío. Los recuerdos comenzaron a amontonarse, uno tras otro en  su mente. Yunho acariciando su propio sexo, Yunho cargándolo después de los azotes. Yunho bebiendo, Yunho sonriendo,  Yunho dándole  un beso, Yunho sentado sobre su caballo, Yunho ordenando   arrasar la aldea de Kesop.
Repentinamente él le lanzó una mirada a él. Jaejoong esperaba que su odio fuese evidente.
Changmin estaba esperando nerviosamente frente a la capilla con el padre Green, quien, si estaba borracho, lo estaba disimulando muy bien. Changmin también estaba vestido para la ocasión, con una capa y túnica de terciopelo verde, con pantalón morado. Él se ruborizó, sin mirarla más de una vez.
Yunho lo ayudó a desmontar, su contacto  fue  impersonal, y lo  llevó  hacia Changmin. El padre Green levantó su voz, tosiendo una vez. 
—Aceptas a este hombre como tu esposo?
—Sí, señor.
—Pondrás toda tu voluntad para  amarlo y protegerlo a él y  a ningún otro  hasta el  final de tu vida.
—Sí, señor — Changmin dijo.
—Entonces toma  su mano y repite después de mí. Yo, Changmin, te tomo a vos, Jaejoong, delante de la santa iglesia, como mi esposo, abandonando a cualquier  otro hombre, entregándome a vos, en  la  salud y la enfermedad, en riqueza y en la pobreza, en la alegría y la  aflicción, hasta  que la  muerte  nos separe,  y en eso empeño  mi palabra.
Changmin repitió las palabras, y el matrimonio fue un  hecho.
Jaejoong se había casado con Changmin.
Jaejoong caminó inquietamente en la  habitación. Estudió el cuarto. Verdaderamente era una habitación nupcial, con guirnaldas colgadas sobre la cama, vino y comida servida.  Debería estar preparándose para recibir a su nuevo lord, pero no lo  haría.  Todavía estaba  vestida con el  vestido amarillo. Por lo menos,  él decidió, podría librarse de las flores. Comenzó a quitarlas bruscamente.
El banquete de bodas duró horas. Alrededor de ellos  había risas,  borrachos y baile. Como  la pareja de recién casados, les fue destinado sentarse sobre una tarima debajo de un nogal. Changmin comía y bebía alegremente, sin ninguna prisa para abandonar las festividades. Jaejoong no probó  ni un bocado  de comida,  ni  un trago de vino. Al principio, él le había  ofrecido, como un novio debía hacer, los pedazos más deliciosos de la comida que él elegía  para sí mismo. Jaejoong había rechazado todo sin la menor gracia. Luego él había cesado de ofrecerle cosas. No intentó  conversar, lo cual era bueno para Jaejoong. Estuvo sentado  quieto como una piedra, ignorando todo y a todos.
Excepto a Yunho. No podía ignorarlo, no cuando estaba  tan consciente de él, no cuando él  estaba sentado a su derecha. Como él, Yunho no parecía estar  propenso a la  conversación,  pero hacía un esfuerzo por bromear con Changmin.  Y él veía que él la miraba de vez en cuando.  Pero se negaba a reconocerlo. No lo miraba.  Estaba en un estado extraño, su matrimonio casi parecía un sueño. Y ese estado era infinitamente preferible al dolor que sentiría al despertar, el mismo dolor que había alimentado en los últimos días.
* * *
Hubo un golpe en la puerta.
Jaejoong apretó los puños.
—Entre.
Changmin apareció, cerrando la puerta detrás de él. Entonces, notando que todavía estaba  vestido,  pareció inseguro.
—Lo siento mucho, vine muy rápido después. Volveré. — Él comenzó a marcharse.
—No!— su orden abrupta lo detuvo. —No  me estoy preparando para vos —  él dijo, su tono duro.
Sus ojos se agrandaron.
—No quería este matrimonio, — él dijo furiosamente.  —Y no te quiero!
Su rostro cambió, endureciéndose, haciéndolo parecer más viejo, haciéndole recordar que él era un normando y uno mejores de los hombres de Yunho.
—Pero yo quiero este matrimonio, — él declaró.
—Quieres a Dumstanbrough no a mí!
Changmin se enrojeció.
—Es verdad. Pero Dumstanbrough viene con vos, es  tu dote. No desistiré de la dote o de   vos.
—Puedes tener Dumstanbrough, — Jaejoong replicó. — Yo no te importo. Y no me tendrás.
Changmin lo miró fijamente.
—Me niega mis derechos conyugales?
—Si  me tocas, — Jaejoong dijo entre dientes,  —Te mataré!
Changmin parpadeó.
—Te maldeciré, no dudes de eso. Tu miembro se secará y se caerá. Tus dientes se aflojarán. Perderás tu cabello. No crees que  puedo  hacer eso? — él se rió, ligeramente histérico. —Tengo pociones! serás un hombre viejo antes de tiempo! Te lo advierto!
Changmin se santiguó nerviosamente.
—No hagas nada precipitado— él dijo.  — Yo no te lastimaría!
Jaejoong se relajó  ligeramente.
—Mira —  él dijo,  — Seré tu esposo...  soy tu esposo. Vos no me querías antes de este  matrimonio.  Sé eso. Nunca me  miraste. —  La amargura afectó su tono. —Los hombres no  me miran de ese modo. Estoy acostumbrado a eso.  Nadie debe  saber lo que pasa entre nosotros. Sólo porque estamos casados, no necesitas venir a mi cama, cuando no me deseas, cuando, en realidad, tienes miedo de mí. Búscate amantes, No me importa.  Podemos acordar esto?
—Pero y los niños? necesito de herederos.
—Entonces toma una amante, — Jaejoong dijo francamente.  —Asegúrate que ella sea  virgen  y que te sea  fiel.  Es bastante simple.
—En verdad,  no te deseo, — Changmin dijo.  Sus  palabras lo  apuñalaron.  Ridículamente él pensó en Yunho. —Pero no es porque tengo miedo de vos.
—Claro que no.
— Pero es antinatural no consumar un matrimonio.
— Nadie lo  sabrá. Además, vos no te casaste con un hombre muy  natural. Realmente  deseas acostarte con un hombre así esta noche?
Changmin hizo una mueca.
—No, no lo deseo. No cuando el mundo está lleno de muchachos y muchachas comunes y corrientes. Pero nunca he evitado mis deberes antes.
— Changmin, que hay de tu deber  hacia Dios?
De repente Changmin sonrió.
—Tienes razón. No eres alguien  natural,  eres pagano, no  religioso. Mi primer deber es con Dios. Por qué  no pensé en  eso?  Tenemos un acuerdo, entonces. Pero nadie debe saber la verdad, Jaejoong. Nadie.
—Créeme — él dijo muy aliviado. —No se lo diré a nadie.
Ellos se miraron fijamente, entonces Changmin encogido los hombros.  Caminó  hacia  la bandeja sobre el baúl y levantó un dulce.
— Tienes hambre?
Jaejoong sonrió.  De repente estaba muerto de hambre. Abrió la boca para responder,  pero  sus palabras fueron cortadas. Hubo un violento golpe en la puerta.
Jaejoong se quedó congelado. Changmin saltó hacia adelante, su mano en  la empuñadura de  su espada.
—Quién es?!
— Es tu lord, abre — Yunho exigió severamente.
Changmin abrió la puerta ansiosamente.
— Qué pasa?! Estamos siendo atacados?
Yunho miró fijamente a Changmin, sus ojos muy brillantes.
— Vine a reclamar mi derecho.
Changmin quedó sorprendido.
—Claro — él inmediatamente dijo.  —Qué derecho, mi lord?
Los ojos duros de Yunho fueron  hacia Jaejoong.

—El derecho de pernada. 

3 comentarios:

  1. Yunho p* encima que lo casas pides esos ????

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  2. como crees el Yunho lo casa con Min pero el lo quiere estrenar listillo el Yunho el quiere desvirgar a Jae eso si que le encantara ya que en su boda no pudo con esto a Jae si le dara todo suamorssssss
    Gracias

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  3. A que cab...! Encima que lo casa ahora quiere su derecho de peinada, mira que listo. Pero creo que de seguro lo deja embarazado. aunque a mi también me encanta el MinJae.

    Gracias!!!💗💕💞

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