miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 24

Capítulo 24

Había tenido éxito; no había  pensado en Jaejoong en toda la tarde.
Pero su éxito  fue corto. La cena estaba terminada, y  sus  hombres ya habían partido. Yunho se encontraba  en su habitación, solo, caminando impacientemente como un león enjaulado. Ahora  no podía detener  sus pensamientos; no tenía la fuerza de voluntad para hacerlo. Jaejoong estaba con Changmin.
Ahora, en ese  mismo momento, él estaba retorciéndose debajo de él con éxtasis?
Yunho gritó su furia, golpeó su puño contra el colchón, el  mismo puño había golpeado en la mesa en el salón. Pero esa descarga no le proveyó la distracción que buscaba.
Estaba enloqueciendo, él pensó. De furia, de celos. Y de deseos de lastimar, castigar y matar.
Intentó tranquilizarse y razonar con lógica. Jaejoong sólo era  un hombre. Habían  muchos  en el mundo. Por alguna extraña  razón, él todavía estaba fascinado por él, pero se le  pasaría. Habían  temas  más  urgentes  para pensar  que en  una simple hombre.  Temas de estado, de traición. Traición. Lo había entregado a Changmin para protegerlo de el destino  irreversible que le aguardaba a los traidores de la corona. Dios, él gimió,  Changmin lo estaba poseyendo  ahora?  O peor, Jaejoong verdaderamente le estaba dando la bienvenida a él?  Jaejoong haría que cualquier hombre fuese insaciable, sabía eso por experiencia propia. No podía contener su ira. Quería estrangular a su propio padrino de bodas y a un buen   amigo.
Apenas pudo contenerse de dejar la fortaleza, e ir hasta la otra fortaleza, arrancar a  Jaejoong de los brazos de  Changmin, y luego golpearlo contra la pared por haberlo tocado a él.
Estoy verdaderamente loco, él pensó. Él es su esposo!
Hubo un golpe intempestivo en la puerta. Yunho caminó hacia ella y la abrió. Karam, viendo su expresión iracunda, dio un paso  atrás.  Estaba vestido  con su mejor ropa de cama.
— Qué quieres?— él dijo con un gruñido.
—Yo...—  Qué podía decir? Karam pensó con desesperación, deseando que él lo recibiese como un marido debería, rezando para que él lo embarazase. Nunca lo había visto tan lívido, y él estaba muy asustado. Pero también estaba desesperado. Su intuición le decía  que su posición nunca había sido tan precaria. El hecho que él  hubiese elegido acostarse con el esposo de Changmin le confirmaba eso.  Iba a ignorar  la humillación que había sufrido lo mejor que podía. Karam sabía que debía concebir  un hijo rápidamente, distraerlo de ese  brujo.
Y encima estaba consciente de una posibilidad horrible, una posibilidad que podía causar su ruina. Y si Jaejoong esperaba un hijo de él?
—Te traje vino caliente. Tal vez eso te tranquilice.
—No quiero eso, — Yunho dijo con los dientes apretados.
Enojado Karam caminó pasando al lado de él, consciente de su expresión incrédula y,  demasiado tarde, consciente de su ira. Temblando colocó el  vino sobre el baúl. Giró hacia él, sabiendo  que estaba directamente en la línea de la luz del fuego y que él podía ver a través de la fina tela del camisón. Él lo violaría? Él se preguntó, con una tensión que casi era excitación. Le rasgaría la ropa como había hecho con Jaejoong? Él tembló.
—No quiero vino — Yunho dijo severamente.
—Mi lord —Karam dijo con calma,  jadeando de repente por la  falta de aliento —Quizás    yo pueda aliviar tu necesidad ahora en tu soledad.
—Sal de aquí!— él rugió.
Karam se sobresaltó.
—Sal y no te atrevas a entrar aquí hasta que yo exija tu presencia!
Yunho lo observó huir. Pateó la puerta violentamente y gimió. Entonces continuó  paseándose inquietamente, atormentado con sus propios pensamientos.
El  sol estaba alto en el cielo. Yunho espoleó  a su caballo cansado. La  túnica, debajo de la cota de malla, estaba empapada y pegada a su cuerpo.
—Otra vez—  le  dijo a los cuatro docenas de hombres  que había estado entrenando todo el día.
Alguien  gimió,  y Yunho dio vuelta  su cabeza furiosamente para hallar al culpable, pero no podía encontrar a quien se había atrevido a  objetarlo.
— Changmin!— él gritó. —Quédate al final de la línea.
El  rostro de Changmin estaba rojo y empapado por el esfuerzo físico.  Asintió con la cabeza, su expresión era interrogativa. Los hombres estaban divididos en dos líneas, una a  cada lado del campo. Yunho encabezó su propia línea, colocándose el yelmo.
Su adrenalina fluía aceleradamente. Miró fijamente a Changmin desde posición.
Había presionado a  sus  hombres sin piedad e implacablemente durante todo el día. Pero  no más de lo que se había presionado a  sí mismo. Y ahora,  mientras enfrentaba a Changmin por sexta vez, una imagen repugnante se le cruzó por la cabeza. Changmin empalando a Jaejoong.  Esa noche, él pensó sombríamente, Changmin estaría demasiado cansado como para caminar, y  mucho menos para fornicar.
Yunho gritó, y las dos líneas cargaron  una contra la otra.
Yunho cabalgó  hacia  Changmin con una sonrisa fría.  Su lanza  golpeó exactamente en el centro del escudo de Changmin, nuevamente haciendo que el joven  perdiese el equilibrio, pero sin llegar a desmontarlo. Yunho había logrado desmontarlo  dos veces las primeras dos veces que se habían enfrentado. Changmin rápidamente  había descubierto  que esto no se trataba de un simple entrenamiento,  y que  iba  a ser empujado hasta el  límite. Desde entonces, con  severa determinación, se enfrentaba a Yunho ferozmente.
Changmin ya se había acostado con Jaejoong tan placenteramente como él lo había hecho?
Ellos cargaron nuevamente. La lanza de Yunho dio en el  escudo  de Changmin otra vez, casi desmontando al caballero. La propia lanza de Changmin rozó el escudo de Yunho. Yunho retrocedió su caballo hacia la línea de partida y dio una nueva orden para comenzar.
Era casi la hora de la cena cuando finalmente permitió que sus hombres dejasen el campo. Los observó  montando exhaustos  hacia  el patio. Nadie hablaba, sus cabezas colgaban,  las lanzas apuntaban hacia  el suelo. Ellos eran los mejores, Yunho pensó, con un súbito orgullo feroz. Había empujado su resistencia más allá de lo  humano, y lo habían vencido. Cuando llegase el momento de la batalla, serían invencibles.
Vio que Changmin estaba esperándolo, y frunció el ceño. Sabía que no debería haberlo presionado tanto, que estaba desquitando su frustración con él. Claro que Changmin podía soportar eso, o no sería su segundo en comando a una edad tan joven. Pero Yunho no quería  mirarlo a los ojos,  no quería conversar con él.  Pues  verlo le  recordaba lo que el  otro hombre tenía,  y  lo que él  todavía  procuraba. No obstante, fue hacia él, y juntos ellos volvieron a fortaleza.
—Ha sido un día  muy largo, — Changmin dijo  mirándolo — pero los hombres probaron ser merecedores de vos, mi lord.  Ninguno reclamó.
—Lo hicieron bien — Yunho concordó. Hizo una pausa. —Vos también.
—Pienso que te excediste conmigo  — Changmin dijo.  Luego sonrió. —Llegará  el día en que te  desmontaré a vos!
Yunho tuvo que sonreír.
—Espero  eso pero no pierdo el sueño por eso. —  Changmin se rió.  El  problema es, Yunho pensó, que le gustaba Changmin,  no podía odiarlo, a pesar de estar tan celoso.
Celoso. Realmente estaba celoso?
—Entonces, — Yunho dijo —Cómo te sienta la vida de casado?  Eres feliz?
Changmin vaciló, y  Yunho vio eso. Como camaradas  ellos habían estado de juerga muchas veces. Y  Changmin había  alardeado en  muchas ocasiones después de tener buen sexo, había comentado  abiertamente los encantos que había disfrutado, como se suponía que los hombres no deberían hacer. Yunho nunca había sido de comentar sus propias experiencias. Pero  las descripciones  gráficas  de Changmin lo divertían.  Pues él podía rara vez podía recordar el  color del cabello de la  muchacha con la que se había acostado! Ahora, sin embargo,  se sintió decepcionado, pues Changmin no estaba  ávido por compartir el placer que había hallado en los  brazos de Jaejoong. Yunho supuso sombríamente que era porque él sentía respeto por un esposo que no sentía por una simple criada.
— Es  agradable — Changmin dijo finalmente, con un poco de incomodidad.
Yunho se sintió ruborizarse. Sabía personalmente cuan agradable era Jaejoong. En ese momento estuvo seguro que Changmin no compartiría detalles gráficos del hombre en cuestión. Porque  Changmin había disfrutado esa pasión y la protegía. Porque Changmin había pasado la noche anterior disfrutando esa pasión mientras él caminaba en su habitación como un loco.
* * *
Karam estaba parada frente a la chimenea  en el salón  después de la cena  ocupada con su bordado y sus perros falderos. Él sintió que él se estaba  aproximando, y cada fibra de su ser  se tensó. Yunho hizo una pausa  delante  de él.  Su mirada era directa, aunque su voz fuese baja para no ser escuchada.
—Prepárate para mí, — él dijo.  —Te estaré aguardando en mi habitación.
Los ojos  de Karam se abrieron ampliamente, pero  él ya había  girado y estaba subiendo las escaleras. Él comenzó a temblar. Finalmente, esa burla de matrimonio sería consumado.  Estaba tan nervioso, y  con tanto  miedo  que el estomago le dolía. Estaba  consciente de su mal humor en esos últimos días, desde que se había acostado con  Jaejoong en la  noche de bodas. Imprevistamente imágenes gráficas se cruzaron por su cabeza, imágenes que lo habían acosado. Yunho arrancándole el vestido a Jaejoong, lanzándose sobre él mientras él lloraba, empalándolo con su enorme miembro. Lastimándolo.
Karam se estremeció.  No había  podido sacarse esa fantasía en particular de la cabeza, no desde que Mary le había contado ese rumor, y hasta le había mostrado el vestido rasgado de Jaejoong. Se preguntó si él lo tomaría de ese modo. Se estremeció nuevamente, jadeando.
En su habitación, Yunho sorbió una copa de vino. Sus  pensamientos no estaban centrados  en su esposo, que estaba por venir  a él siendo virgen, sino en el esposo de otro hombre, en  Jaejoong. De noche sus pensamientos se hacían intolerables, del mismo modo que su  humor empeoraba. Sabía  perfectamente bien que Changmin estaba con él ahora, tocándolo,  fornicando con él. La rabia  y los celos lo abrumaron, le hacían latir la cabeza. La sangre bombeó  hasta  llenar su miembro. Estaba  tan frustrado que él se sentía a punto de saltar fuera de su piel.
Un golpe en la puerta interrumpió sus  pensamientos, y sombríamente supo quien que era. Le pidió a su esposo que entrase. No había razón para demorar, él pensó  determinadamente, lo que debería haber sido hecho hacía mucho tiempo atrás. En vez de estar metiéndose en la vida de otro hombre, pondría en orden su propia vida.
Karam vio que Yunho no estaba de buen humor y que estaba bebiendo, aunque aparentemente estaba  sobrio. Sus miradas  se encontraron.
—Es tiempo de consumar este matrimonio.
—No me resistiré —  él le dijo,  su voz  delicada. —Quiero tener  tus  hijos, sabes  eso.
—Entonces haré lo mejor para dártelos. — Él señaló la cama.
Karam se subió a la cama, rígido de miedo y de excitación. El cuarto estaba totalmente oscuro pues él apagó las lámparas de aceite, y él lo oyó quitándose la túnica y el  pantalón.  Recordó su cuerpo enorme, feo, tan poderoso y  fuerte suficiente como para quebrar a un hombre menudo como él. Yunho se acomodó al lado de él  y, por un momento silencioso, no hizo ningún movimiento hacia él. Karam sintió una puntada de decepción. De acuerdo  con Mary, él  había poseído a Jaejoong en el piso que era donde su sangre había sido hallada. Él le había arrancado la ropa, lo había lanzado al piso... Karam se movió  incómodamente.
Yunho hizo un sonido, casi de disgusto, pero  seguramente él había oído mal, y luego  rodó  hacia él, levantando su camisón hasta las caderas. Sus manos acariciaron sus  muslos, luego se metieron entre sus piernas. Un shock lo invadió, y él intentó alejarse.
—Quédate quieto, — él dijo.  —necesito tocarte o  no podré  tomarte. Karam no era idiota, y sabía de lo que él estaba hablando.  Podía sentir su sexo contra su muslo exterior, y él no estaba duro. No duro como había estado cuando había violado a su hermano.  Él lo estaba tocando para excitarse, y ser tocado  tan  íntimamente le  repugnó. Él terminó de tocarlo,  luego se incorporó y se colocó encima de él. Karam continuaba imaginándose como había sido con su hermano.  No podía creer que ese fuera el mismo hombre. Él lo penetró.
Un dolor lo abrumó y él gritó.
Yunho se detuvo, no debido a  su grito, sino  porque a pesar del poder de su embestida,  él era tan pequeño y estrecho que fue detenido momentáneamente. Yunho lo empaló nuevamente; y  nuevamente él gritó como si lo estuviese partiendo en dos. Yunho había estado con muchos, sabía  que Karam era anormalmente estrecho y que lo lastimaría  incluso antes de  haber terminado, debido al tamaño de su propio miembro. No había  modo de evitar eso.
Karam supo  él  iba a matarlo.
—Para —  él imploró, sollozando por el  dolor crudo. —Para, o me partirás en dos! Por favor, para!
Yunho hizo una pausa, todavía dentro de él. 
—Lo siento mucho — él dijo indiferentemente. —Eres muy estrecho para mí, pero será  mejor con el tiempo, te lo aseguro. — Y él comenzó a moverse rítmicamente, continuamente y severamente.
Karam sollozó el dolor insoportable, intentando empujarlo con los puños. Sus  movimientos no cesaron. Y  entonces,  cuando él pensó que  se desmayaría de agonía,  fue dominado  por  una serie de temblores y  contracciones violentas, él gritó su placer, jadeando contra el cuello de su marido.
Su orgasmo sorprendió a Yunho. Él ni siquiera había estado completamente excitado,  pero se sintió satisfecho por haberlo complacido. El  clímax de él curiosamente aumentó su excitación, y él comenzó a embestir más rápidamente, buscando su propio orgasmo. Karam gimió de dolor, él  lo sabía,  pero  casi estaba  terminando, y  estaba determinado a derramar su semilla en él.
Karam gimió nuevamente.
Yunho se sintió más excitado, endureciéndose aun mas, y se enterró sí mismo tan profundamente  como pudo. Él gritó. Sus  uñas se clavaron  en sus  hombros.
—Más  fuerte — él gritó. —Oh, sí  más adentro, si!
Yunho tuvo su orgasmo mientras él se agitaba debajo de él.
Rodó fuera de él inmediatamente, separando sus  cuerpos mientras lo invadía la neblina posterior al clima. Su mente se aclaró inmediatamente. Casi se rió. A su pequeño y malicioso esposo le gustaba el placer mezclado con dolor. Supuso que debería haber sido una sorpresa, pero de alguna manera, no lo era.
* * *
—Deberías venir de una vez. — Mary jadeó.
Jaejoong estaba en el corredor entre las cocinas y la fortaleza, instruyendo a dos muchachos sobre las tareas para el día.
— Qué pasa?
— Es el lord. Él está lastimado y no permite que nadie más que vos lo toque!
Casi una semana había pasado desde su noche de bodas. Jaejoong no había visto a Yunho desde el horrendo almuerzo el día después. Él se había mantenido dentro de la fortaleza,  vigilando a los  criados,  y se había  mantenido tan lejos de él como le fue posible. Una vez, cuando había estaba cortando vegetales en el huerto  detrás de la  fortaleza, había oído los sonidos de sus  hombres en sus entrenamientos, y había visto una breve imagen de Yunho  sobre su caballo gris.  No se había detenido para observar y Él no lo había visto.
Dos días atrás él había partido de caza con una docena de sus  hombres,  incluyendo a Changmin. Jaejoong estaba muy consciente de que la partida caza acababa de  volver, pues  había  oído el sonido del cuerno del vigía  y luego el ruido de los cascos de los caballos dentro del patio. Él había estado reemplazado la paja del piso del salón con Lettie, y había ignorado  ese hecho. Pero Lettie no lo había hecho. Él había gritado alegremente  y había corrido  hacia la entrada para observar y saludar a sus favoritos.
Jaejoong había olvidado su noche de bodas  lo  mejor que pudo. La verdad era que se  había convertido en una especie de  sueño y, como un sueño lo acechaba principalmente después del atardecer. Había intentado no pensar en  el normando, y cuando su imagen dorada invadía su mente, él rápidamente  se decía  a sí mismo  que era porque lo odiaba. El dolor por su indiferencia había desaparecido, ayudado por su propia actitud de indiferencia. Entonces, como una sorpresa  su sangre  comenzó a hacer correr salvajemente con palabras de Mary.
—Iré a buscar mis pociones, —  él dijo. Él estaba herido!
A sus  pies le crecieron alas súbitas, y él volvió  en  un segundo. Mary estaba llorando, retorciendo sus manos, persuadiéndola a apresurarse.
— Qué sucedió?— Jaejoong preguntó, de alguna manera logrando que las palabras pasaran a través del nudo que amenazaba con sofocarlo.
— Fue un jabalí! Fue atacado, Jaejoong. — Y ella comenzó a llorar.
Había sido atacado por un jabalí. La criada estaba histérica,  entonces  Jaejoong la ignoró, y salió corriendo. Estaba consciente de que su garganta se apretaba con esas palabras ominosas, que su corazón ahora estaba palpitando irregularmente.  Estaba volando por el patio interno hacia el  portón de reja. No recordaba haber subido los escalones de la entrada de la nueva  fortaleza, o  haber abierto su puerta enorme. Los hombres estaban  amontonados y en silencio en el gran salón. Oh Dios, era como un entierro! ellos se separaron  como él se precipitó en medio de ellos.
En la entrada de su habitación él se detuvo abruptamente. Nada podría haberlo preparado para la imagen que vio. Karam y Beth estaban parados a su lado, como lo estaban Athelstan y Changmin. Él sólo podía  ver sus hombros, su cabeza y su cuello; parecía estar desnudo.  No estaba en agonía, como él temió, sino sentado muy derecho, su rostro era la máscara contenida que él conocía tan bien. Su corazón se paró ante la imagen de él.   Estaba dorado y guapo, se había olvidado de esa imagen en esa última semana.
Yunho lo vio, y sus miradas se encontraron. Jaejoong  notó que había dejado de respirar, luego tomó una respiración profunda. Su rabia creció. Yunho no estaba mal herido,  claramente podía ver eso, porque él lo  estudió cuidadosamente, del  modo que sólo un hombre que había estado  íntimamente con él podía hacer, de un modo que sugería que estaría en la intimidad con él nuevamente. Jaejoong se ruborizó.
—Ven aquí, — él dijo, era una orden. —Estoy herido.
Si él estaba  herido,  él era un brujo, Jaejoong pensó irónicamente. Jaejoong avanzó con los  labios apretados. Su corazón latía tan  fuertemente que era doloroso. Los hombres se movieron a  un  lado.  Él notó que Karam no lo hacía, y que su mano blanca y delicada estaba posesivamente apoyada en su hombro. La imagen casi lo detuvo. Él le hizo una seña para que se adelantara.
Entonces Jaejoong vio que él estaba herido, y un grito se escapó de sus labios.
Yunho estaba  completamente desnudo. Su muslo derecho estaba  cortado desde la cadera hasta la rodilla,  la carne abierta y  sangrando.
— Busquen  agua y telas de linos — Jaejoong ordenó y  se arrodilló  a su lado, a los pies de Karam. Estaba consciente de la mirada implacablemente sobre él,  mientras suavemente tocaba  la  carne cerca de la  herida. Ya  estaba caliente. — te duele cuando te toco aquí?—  él preguntó con preocupación real.
—No — él dijo severamente.  —No me duele, Jaejoong.
Su tono hizo que su mirada subiese. La mirada de ambos tan audaz  y tan íntima que ese por un momento él se olvidó de la herida  y de la  presencia de toda la gente en el cuarto.  Pero Jaejoong se recuperó cuando Karam se movió furiosamente. Notó la curva apretada de su boca, y supo que Yunho sentía  dolor.
—Cuánto te duele?
—Sufrí dolores mucho peores.
—No te hagas el héroe conmigo —  él replicó. Su tono era bajo, casi un ronroneo.
—Sólo quiero ser un héroe ante tus ojos, Jaejoong.
Un recuerdo fugaz de la  noche de bodas lo invadió. 
—Entonces te equivocas gravemente, mi lord.
—Me doy cuenta de eso. — su risa fue amarga.
—Mi lord — Karam cortó la conversación. —Pareces estar incómodo. Aquí, yo...
—Estoy bien — Yunho dijo secamente. —No estés encima  mío, no soy un niño.
Karam movió su mano por su espalda, aceptando dar un paso atrás. Jaejoong rápidamente  dirigió su mirada a la carne abierta, pero no sin  antes  recibir  una mirada feroz de Karam. Jaejoong no dijo nada y comenzó una inspección cuidadosa de la  herida. No era profunda,  descubrió con alivio. Pero exigiría algunos puntos después de ser completamente  limpiada. Beth  volvió  los artículos que  había  solicitado,  y Jaejoong colocó todo en el  piso donde  estaba arrodillado. Karam se acercó con  una fuente con agua. Jaejoong miró a  su hermano y educadamente le dijo. 
—Puedes moverte, Karam?  Preciso espacio.
—No me iré, — Karam dijo.
—Karam, muévete a la chimenea, — Yunho ordenó y eso fue todo. Karam obedeció   apretando su boca.
Jaejoong no podía evitar sentir lástima por su hermano, ser ordenado con semejante  antipatía delante de todos. Le hubiera gustado preguntarle al normando cómo se sentía  respecto a su esposo, y si él  le repugnaba  tanto,  cómo podía acostarse con él, noche tras  noche. Se recordó a  sí mismo que gustar o no gustar no tenía nada que  ver con la lujuria y  él sabía eso por experiencia propia. Y  por supuesto  no podía verbalizar esas preguntas, aunque ellos estuviesen a solas en el cuarto. Ese no era  asunto suyo.  Jaejoong tomó una tela limpia.
—'Te dolerá.
—Alegremente sufriré ese dolor — él murmuró, manteniendo su  mirada.
Jaejoong rompió el contacto visual, completamente perturbado ahora, y comenzó a limpiar la herida. Yunho no emitió ningún sonido, aunque él se daba cuenta que la pierna se movía debajo de  su contacto suave. Él se concentró completamente en lo que debía hacer. Cuando la herida estuvo limpia, tomó la aguja e hilo. No vaciló. Sus puntos eran pequeños. Yunho se mantuvo muy quieto.  Pero él estaba consciente que su respiración era más agitada que lo  habitual.
Para distraerlo, él le conversó. 
— La  caza era exitosa, aparte  de este incidente?
—Sí, muy exitosa. Trajimos tres ciervos. Un lobo, y  por supuesto, el  jabalí.
—Claro. Debo asumir que fue tu lanza la que lo mató?
—Sí, — él dijo.
Jaejoong terminó la tarea con un suspiro y miró hacia arriba. Por primera vez su desnudez lo perturbó  totalmente, observó brevemente  su miembro flácido y se enrojeció. Dejó a un lado la aguja, y preparó una pomada.
—Pero cómo fue que te atacó?
 —Es muy fácilmente, el  jabalí es taimado e imposible de predecir.
—Son demasiado peligrosos para ser cazados,—  él respondió, colocando las hierbas  sobre la tira de lino  sobre  su muslo.—  Los  hombres que hacen ese deporte son tontos.—  él fue cuidadoso y  sólo miró lo  que  estaba haciendo, pero ahora él estaba  consciente de la pierna endurecida debajo de sus dedos.
—Es el peligro lo  que nos atrae, — él dijo.
Jaejoong podía sentir su mirada en lo alto de su cabeza curvada.
— Es  una necesidad infantil de  probar la masculinidad — Jaejoong replicó.
— La masculinidad no es algo infantil — él dijo con calma.
Su tono sensual le había causado un rubor caliente y él rápidamente levantó su mirada  hacia la suya, sólo para ver de reojo que su miembro se hinchaba. Él vaciló torpemente. Yunho sonrió ligeramente, con una mirada satisfecha y audaz. 
— Evidentemente no estás  sufriendo —  él logró  decir. Jaejoong se levantó y giró, pero él agarró su mano.
—No me dejes.
— Ya he acabado. —  él respondió.
—No te vayas — él repitió. — Tengo  dolor.
—Es bastante claro dónde está tu dolor — él replicó, ahora enojado.
—Puedes aliviar ese dolor.
—Tu esposo puede aliviártelo!
—Eso crees?— él arqueó una ceja. —Él no puede, sólo vos puedes.
—No digas esas cosas, — él dijo entre dientes.  —Déjame ir.
—Sólo si me prometes volver.  No permitiré que   nadie  más me atienda. El vendaje debe ser cambiado, cierto?
—Sí,  pero cualquiera puede...
—Debes atenderme vos.
—Bien. — él se rindió.
—Cuando vendrás nuevamente?
Él vaciló.
—Mañana.
—Esta noche. Vendrás esta noche. Tal vez  me suba  fiebre. — Él sonrió.
Esa posibilidad existía.  
— Vendré cuando terminé con mis deberes en la  fortaleza, — él dijo.
Su rostro de repente se oscureció, ojos se pusieron  tempestuosos.
—Si, por supuesto, Tus  deberes. Para con tu marido? Él comanda tu presencia todas las  noches?— Su tono se elevó. —Verdad? Lo extrañaste estas últimas dos noches? Verdad?
Jaejoong estaba perplejo por su rabia.
—Esta noche — él dijo con los dientes apretados —Tienes un  deber para conmigo, tu lord. No lo olvides — él ronroneó — No te olvides quien soy yo.  Fui yo quien te entregó a Changmin, — él le advirtió, — y puedo sacarte de él.
Jaejoong reprimió furia ante tanta arrogancia. Pero  él tenía razón, en Aelfgar su palabra era ley,  él  podía ordenar un divorcio  y Changmin de buena voluntad lo aceptaría, y él podía disponer de él, a pesar de su marido.
— He acabado aquí. Puedo irme?

—Puedes  irte — él dijo serenamente. —Pero no pienses que has acabado aquí. — él sonrió. —No pienses que hemos acabado.

3 comentarios:

  1. Yunho esta que se muere de celos 😂😂😂😂😂
    Pobre jae ya no podra ocultar sus sentimientos.

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  2. que desesperante es Yunho no lo deja en paz y ya se a acostado con ese su marido que mal espero y que no le deje un hijo a el mejor a Jae
    Gracias

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  3. Yo creo que Jae Jae está embarazado después de la maratones peinada. Y con su esposo solo fue por cumplir, pero de todos modos que desgraciadamente... es Yunho por lo que le hace a Jae.

    Gracias!!! 💗💕💞

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