miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 30

Capítulo 30

Ellos llegaron a York dos días más tarde. Las guarniciones de Siwon, Jaejoong notó,  estaban muy activas.  Logró  evitar la ansiedad durante su viaje, cabalgando al lado de Yunho, compartiendo conversación y miradas tiernas, haciéndolo reír de vez en cuando. Yunho no les dio a sus hombres ninguna explicación de por qué él lo estaba  acompañando, y por supuesto, nadie se atrevió a cuestionar su presencia. Después del pudor inicial, Jaejoong se recuperó y pronto verdaderamente estaba disfrutando el viaje. Cómo podría  no hacerlo? Estaba montado un bonito pura sangre, estaban en verano, estaba cerca de su amante y se estaban divirtiendo.
No hubo ningún incidente en el viaje. Y ahora,  viendo las idas y venidas de los soldados de Siwon, incluso sus mensajeros, Jaejoong sintió miedo.
Una pregunta lo atormentaba: Por qué Yunho había sido mandado buscar? Y ahora, viendo los preparativos para un viaje de un gran  número  de tropas, él temió lo peor. Una fuerza armada  estaba por partir desde York, y eso  sólo podía estar relacionado con los rebeldes.
Yunho lo dejó en su tienda, pero no la restringió a quedarse allí.
Él fue a ver a Siwon. Lo que Jaejoong había sentido como un cuento de hadas había terminado. No podría descansar en York frente a lo que estaba viendo. Tenía que    descubrir lo que estaba ocurriendo, y por qué.  Rezaba para que  los normandos  fuesen a perseguir a los rebeldes escoceses y no a los rebeldes sajones.
Jaejoong pasó el resto del día vagando por la aldea, donde los rumores corrían  velozmente y todas las mujeres de aldea estaban ávidas por compartirlos con él, otro sajon. Los dinamarqueses iban a invadir nuevamente, la panadera le dijo. Siwon iba a cabalgar hasta la costa para encontrarlos allá. Una pescadora le dijo a Jaejoong que Siwon estaba furioso por una emboscada ocurrida unas semanas atrás, en la que había perdido un  capitán. Él tenía intención de rastrear las regiones fronterizas hasta que hallar a los rebeldes responsables,  y colgarlos a todos. Una cervecera le dijo que se rumoreaba que  Hereward, El Rebelde era el responsable de la emboscada, y que él era el objetivo de Siwon el Conquistador; otra mujer le informó  que el  paradero de sus hermanos había sido descubierto y que Siwon los derrotaría y capturaría de una vez por todas.
Este último hecho llenó a Jaejoong de miedo.
Jaejoong compró carne y  bollos a un vendedor, y volvió a los muros del castillo. Ellos habían sido completados con madera y piedra desde su destrucción durante la última insurrección.  Jaejoong había obtenido permiso para salir al muro exterior cuando, siendo cuestionado por el guardia, él declaró que había llegado con Yunho. Jaejoong ignoró algunos comentarios lascivos y un guiño de ojo. Después de haber cruzado el puente levadizo,  él tuvo que soportar las mismas preguntas, y esa vez tuvo que esperar hasta  que Beltain pareció garantizar sus palabras. El pesado portón de reja se cerró con un golpe  después que él fue admitido.
Yunho no había vuelto  a la  tienda. Jaejoong le pagó a un jovencito para le buscase agua, y  se lavó cada centímetro de su cuerpo con una esponja. Se puso ropa limpia, comió la  comida que había  comprado,  y caminó inquietamente  dentro de la tienda. Las sombras oscuras cayeron, y la noche se hizo negra. Obviamente Yunho se había quedado a cenar  con Siwon, Jaejoong pensó. Yunho se había olvidado de su presencia o lo estaba  descuidando. Entonces  se dijo a sí mismo que era un tonto por sentirse abandonado. No quería cenar en el salón de Siwon, y si lo él hubiese hecho, cómo Yunho habría explicado su presencia a su propio lord?  Su aparición a su lado iba  a, por lo  menos, a ser causa de un escándalo!
Era medianoche cuando él hizo su entrada. Su rostro, severo bajo la luz de la antorcha que  sujetaba,  se suavizó cuando cerró la lona detrás de él. 
—Lo siento mucho, querido — él dijo, y él se derritió.
Jaejoong lo abrazó  ferozmente, buscando sus labios. Un sonido sorprendido se le escapó, luego Yunho encontró su boca con exigente fervor.
—Me gusta ese saludo — él dijo roncamente.
Lágrimas vinieron a sus ojos.
—Tómame ahora —  Jaejoong dijo severamente.  Y tomó  su rostro entre sus manos y lo besó,  forzándolo a abrir la boca, hundiendo su lengua agresivamente en el interior.
Yunho lo tomó rápidamente sobre la  manta.  Después él lo  acarició perezosamente y se rió. 
—Veo que me extrañaste — él lo provocó.
Jaejoong no lo miró, sentía  ganas de llorar nuevamente.
—Yo siempre te extraño cuando estamos  separados, mi lord — él dijo jadeantemente.
Jaejoong se quedó en silencio, pero  Jaejoong sintió su corazón debajo de su palma, y este se sobresaltó en respuesta a sus  palabras. Yunho acarició su cabello.
—Es verdad? — Yunho preguntó.
—Sí, —él dijo.
—Pensé en  vos  todo el  día —  Jaejoong admitió. Enlazó  sus  brazos poderosos alrededor  él y lo sujetó  más firmemente contra él. —Comiste, querido?  Tienes hambre? Puedo pedir  comida y vino.
—Ya comí — Jaejoong dijo, besando su cuello rápidamente.
Él acarició su espalda desnuda, explorando la curva de sus nalgas. Jaejoong sintió que él se endurecía nuevamente. Jaejoong se deslizó sobre su lado, su pecho provocativamente  aplastándose sobre su pecho. Yunho se tensó suspirado con placer, sus propios dedos buscaron sus pezones.
Jaejoong lo miró. Su mirada ardiente encontró la suya. Jaejoong observó su rostro mientras  continuaba acariciando su falo. Él gimió, empujando su mano.
—Ah, Jaejoong...
Jaejoong se deslizó sobre sus  rodillas y anidó su pene erecto contra su rostro. Yunho jadeó, agarrando su cabeza. Sacó su lengua para tocar la punta húmeda y saborear las primeras gotas de su semen.
—No  te detengas — Yunho gimió.
Y Jaejoong lo besó, lo lamió, y lo llevó a su boca.
Minutos más tarde él lo tomaba nuevamente.
Se abrazaron en silencio por un largo rato. Jaejoong acarició su pecho, luego dijo con su boca contra su corazón.
—Cuánto tiempo tenemos, mi lord? Antes de que debas partir?
Yunho hizo una pausa.
— Estás tan seguro que partiremos, brujo?— su tono era leve y provocativo.
— No soy ciego. Vi todos los preparativos. Van a la  guerra. — Jaejoong se sentó  abruptamente, sus ojos llenándose de lágrimas.
—Por qué lloras?— Yunho preguntó seriamente, sentándose también.
Jaejoong sacudió la cabeza.
—No  temas, — él dijo,  su tono era al mismo tiempo  áspero  y  gentil, —No vamos a perseguir a tus  hermanos.
Su alivio fue inmenso. Pero todavía estaba la culpa.
—Por qué  lloras?— Yunho tocó sus mejillas.
Qué debería decir?  Lloró porque soy un espía, no un simple amante?
—Tengo miedo de todo esto—  Jaejoong logró decir.
— Me puedo atrever a  esperar... —  Yunho jadeó,  capturando su mentón, —que un poco de ese miedo es por mí?
Jaejoong lo miró mudamente y sacudió la cabeza.
Yunho sonrió, se inclinó  hacia adelante, y le besó la boca suavemente.
—No temas por mí. Volveré a vos, Jaejoong. Nada me puede detener.
—Va a haber una batalla?— Jaejoong preguntó, tocando en su mandíbula.
Yunho vaciló, buscando sus ojos.
—Espero que sí.
—Espero que no encuentres a Hereward, El Rebelde!— Jaejoong gritó.
—Sabemos donde él está, Jaejoong — él dijo.
 —Cómo lo  sabes? No puedes estar seguro!
—Tenemos muchos espías y ellos están en todos lados. — su mirada nunca lo dejó.
—Entonces van a destruirlo — Jaejoong dijo.
—Claro. Él tiene planeado otra rebelión.
Jaejoong se sintió culpable bajo su mirada  fija, pero él no podía conocer sus pensamientos íntimos. Jaejoong se inclinó hacia adelante y lo abrazó con fuerza. Por un momento Yunho no respondió, pero finalmente, lentamente, sus brazos fueron a rodearlo. Jaejoong se aferró.
—Cuándo partes, mi lord?
—Cuando Roger de Shrewsbury llegue en dos días.
Jaejoong pensó: Oh, mi  Dios, Roger Montgomery también! Hereward no tendría  ninguna posibilidad contra semejante fuerza! Y con una parte de su mente Jaejoong estaba consciente de un vacío extraño en sus caricias,  y del  modo  en que él estaba esperando su respuesta.
—Por lo menos  con un ejército tan fuerte,  puedo estar tranquilo sabiendo que  no serás dañado — Jaejoong logró decir.
Jaejoong miró hacia arriba  y vio una oscuridad en su rostro.
— Te importa?— Yunho exigió. —Te importa, Jaejoong?
—Si!—  Jaejoong gritó, y era verdad. Pero habían tantas mentiras, que las lágrimas llenaron sus ojos nuevamente.
Yunho lo aplastó contra él. Jaejoong le dio la bienvenida a su contacto brutal.
* * *
Yunho no lo dejó hasta el día siguiente al  mediodía, para comer con su lord. Jaejoong había estado arrasado por el miedo durante toda la mañana, y había intentado, malogradamente no demostrarlo. Yunho parecía, de alguna manera, no estar consciente de su ansiedad. Eso aumentó su preocupación. Verdaderamente no creía que fuese tan buen   actor, y él sabía que Yunho era  muy inteligente. Y sin embargo Yunho realmente ignoraba la agitación de su espíritu.
En el momento en que Yunho partió, Jaejoong se apresuró a ir a la aldea. Fue más cauteloso,  vigilando que  nadie lo siguiese. Los guardias le gritaron un saludo cuando  dejó el castillo. El día anterior Yunho le había dado unas monedas, y hoy él le había pedido más. Él alegremente se las dio,  sin preguntar en que las gastaba. Jaejoong usó las monedas para pagarle al  hijo do forjador para que le llevase un mensaje a Hereward el rebelde. La noche anterior  había  logrado descubrir por boca de Yunho que Hereward estaba en los bosques  cerca de Welshaldea de Cavlidockk.
—Van a ir muy lejos?—  Jaejoong le había preguntado.
—No  más lejos  que Cavlidockk — él había  dicho.  —Confío en vos, Jaejoong — él agregó abruptamente, asombrándolo. Jaejoong había logrado darle una sonrisa, y había desviado  su cara antes que pudiera su maldito rubor.
Pero no tenía ninguna opción. Tenía que advertirle a Hereward del peligro que enfrentaba. En caso contrario, podría haber una matanza.
A mañana siguiente  al amanecer Yunho lo desprendió de sus  brazos, y miró fijamente su rostro. Hacía  frío pero  esa no era la razón por la cual Jaejoong temblaba, envolviéndose  apresuradamente en una capa.
—Dios te proteja, mi lord — Jaejoong dijo con calma.
Un músculo en su mandíbula se tensó.
—No puedes por una vez, llamarme por mi nombre?
Jaejoong humedeció sus labios.
—Dios te proteja, Yunho.
Sus fosas nasales se inflamaron, sus ojos ardieron, y él lo aplastó entre sus brazos. Jaejoong se aferró a él. 
—Dios te proteja, Jaejoong — él susurró, luego tomó su boca apasionadamente.
Él se separó, le dio una última mirada,  y giró sobre sus talones  para desaparecer. Jaejoong no salió  para observarlo  partir;  no podía. Sintiéndose miserable se envolvió en la manta y se rehusó a salir hasta que el sol estaba alto en el cielo.
Se sentía  apático. No había nada que quisiera hacer. Tomó un baño, se vistió y comió.  Supuso que él podría sobrevivir los días hasta que Yunho retornase. Yunho le había dicho que volvería en unas semanas. O él podría  hundirse en el miedo. Miedo por él, por sus  hermanos, por Hereward, por todos los rebeldes, por todos ellos.
Oh, Dios,  Jaejoong pensó. Me gusta Yunho,  me gusta ese normando, y eso no puede ser! No puedo dejar que esto suceda! él es el  enemigo, él es el usurpador de Aelfgar, él es el  marido de mi hermano!  Yo sólo soy su amante, y mi deber es para con mis hermanos!
Frenéticamente, Jaejoong dejó el terreno del castillo, y caminó por la aldea, queriendo  distanciarse de ese  imposible, de esa realidad terrible. En un huerto,  hizo una pausa para   llorar. Él estaba por recomponerse cuando una muchacha que él vagamente reconoció se aproximó.
La muchacha era tímida,  muy bonita, casi una mujer.  Se Ruborizó intensamente.
—Lo siento mucho —  ella dijo,  agitada. —Debo hablar con vos, mas puedo venir en otro momento. — Ella giró partir.
—No, para, todo  está bien. — Jaejoong logró darle una sonrisa. —Tu nombre es Maude, verdad?
—Sí. —  Ella  se ruborizó  nuevamente. Entonces  miró furtivamente a su alrededor. —Tu hermano Hyun Joong  quiere verte.
Jaejoong jadeó.
—Qué?
Maude sonrió con orgullo.
—Soy su amiga —  ella dijo,  y otro rubor la invadió. —Estoy complacida de ayudarlo a  luchar esos cerdos normandos! Cuando llegaste le mandé a avisar que estabas aquí. Él espera que lo mantenga informado de todo lo que veo aquí en York —  ella pacientemente explicó. — Debo  usar mi  propio juicio —  ella orgullosamente agregó. —Él mandó a decir que su hombre Albie te aguarda  diez  kilómetros al norte de aquí, cerca del río Wade en el cruce. Él te llevará con ellos.
Jaejoong era extasiado.  Él abrazó a Maude.
—Eres una buena mujer —  él dijo, luego lo estudió —Qué edad tienes?
—Catorce el próximo mes — Maude dijo defensivamente. Jaejoong tenía intención de darle  a Hyun Joong  un sermón. Tenía cien mujeres para elegir, pero tenía que llevarse a la  cama a una niña, aunque ella fuese bonita y bien formada!
—Gracias — Jaejoong dijo.  —No me olvidaré de esto.
Maude sonrió.
—Envíale a  Hyun Joong  mi amor. —  Ella se ruborizó nuevamente.
* * *
—Por favor, Ed, cambia tus planes!
Yoochun lo miró tristemente.
—no puedo, Jaejoong.
—Esta vez terminarás  muerto! Los normandos tienen  espías en todos lados él mismo me lo dijo! Parece que descubrieron el  paradero de Hereward! Podrían descubrir el tuyo!
—Tengo espías en todos lados también, Jaejoong.
— Es muy pronto! No puedes por lo menos demorar el plan? Serás derrotado, tal vez  matado! Ed, por favor, reconsidera lo que haces!
Hyun Joong  la contempló  con los  brazos doblados.
— Qué es esto, Jaejoong? Porque estás tan exaltado? Él te pidió que vinieses y nos implorases para detenernos?
—No!
—Si lo ha hecho — Hyun Joong  continuó — Es  porque no le gustaría otra cosa más que le entreguemos Aelfgar en una bandeja de plata!
—Él no me mandó aquí — Jaejoong protestó.
—Él te lastimó?— Yoochun preguntó, contemplándolo continuamente.
Jaejoong se enrojeció.
—No, no lo ha hecho.
—Hiciste bien tu trabajo, hermano —Yoochun dijo.  —El debe confiar completamente en vos para haber sido tan tonto como para contarte sobre sus planes y sobre el paradero de Hereward.
—Entonces, él no me mintió? Hereward realmente está cerca de Cavlidockk?
—Sí.
Jaejoong había temido que el normando hubiese descubierto su juego de espionaje. Pero él no había mentido, lo que significaba que Yunho confiaba en él, y oh, cómo odiaba esa maldita guerra!
Yoochun lo tomó por sus hombros.
— Lo quieres a él?— Su tono era sereno.
Jaejoong sacudió la cabeza para negarlo.
—Claro que no le gusta ese cerdo normando! — Hyun Joong  rugió.
—En la guerra — Yoochun dijo,  ignorando la explosión de su hermano, —todos nosotros   hacemos lo que consideramos desagradable. La guerra no es un tiempo feliz.
Jaejoong sofocó un sollozo.
—Lo sé — Jaejoong dijo, abrazándolo.
—Y amar al enemigo tal vez sea lo peor de todo — él dijo fuertemente.
Jaejoong lo miró.
—Yo no lo amo.
—Viste a Junsu?
Jaejoong lo empujó. Junsu era el hijo de Siwon, el que él había prometido a Yoochun después Hastings, y luego la había casado con uno de sus  propios vasallos.
—No, no lo he visto.
—Oí que él estaba en York, con su marido. Oí que él está embarazado  nuevamente. — Era una pregunta.
Jaejoong sabía que Yoochun había estado furioso cuando Siwon había renegado del compromiso  de su hija, pero  nunca había  sospechado que él podría desear a Junsu por algo más que una alianza con el rey. Era cierto que Junsu era bonito, alto y pertenecía a la realeza.
—Lo averiguaré — Jaejoong le prometió.
—Ya no importa — él dijo,  dándose vuelta. —Una vez eso le había  importado,  pero ya se le había pasado. — Él lo miró. —Todo lo que importa es Aelfgar. No puedo desistir hasta tener lo que es mío. Te necesito, Jaejoong.
Su corazón estaba divido en dos.
—No temas. Nunca te fallaré.
— Lo sé. — Él vaciló. — Jaejoong sé  cuidadoso. El normando es astuto. No lo dejes que te atrape en sus juegos.
Jaejoong de repente se sintió ahogado.
—Y si...—  Jaejoong se cortó, poco dispuesto a verbalizar sus miedos. Y si Yunho  descubriese que él había  estado  involucrado en la advertencia a Hereward? No habría ninguna prueba, pero...  No le iba  a decir a Yoochun esos  pensamientos. Tenía miedo que él le ordenase quedarse con él y sus hombres. Jaejoong se dio cuenta que no necesitaba retornar a York y al normando a quien tan desesperadamente quería.
* * *
Unos cien normandos cabalgaron  en doble fila a diez kilómetros al Sur de Cavlidockk. Yunho cabalgaba con sus  hombres, liderándolos, Siwon iba en el medio de la tropa, y Roger, en la retaguardia. No había ninguna señal de rebeldes hasta ese momento. En una  hora pararían, explorarían el campamento de Hereward, luego  lo rodearían  y lo atacarían. Yunho sonrió. Pronto otro nido de víboras sería eliminado.
Alguien dio un grito de muerte.
Yunho fue consciente de la emboscada en ese mismo instante y el estaba gritando a sus  hombres distribuirse y  luchar. Las flechas volaron desde los  árboles por encima de ellos,  y Beltain, a su lado, jadeó cuando una le perforó el hombro. Yunho ya estaba montando hacia un arquero subido a  un árbol,  con la espada en alto, y con un golpe cortó la rama que sostenía al  hombre. El arquero cayó y Yunho fácilmente lo partió en dos.
A continuación hubo una batalla. Esgrimiendo su espada incesantemente, Yunho metódicamente mató media docena de sajones. Y  luego el claro del bosque cayó en silencio.
Yunho vio que los últimos dos sajones huían, y pidió a sus hombres que se detengan.
Con horror, miró el suelo delante de él. Estaba pavimentado con cuerpos de rebeldes, todos muertos o muriéndose. Más otra docena de sus propios hombres muertos.
—Fuimos traicionados — Siwon gritó, acercándose al galope. —Yo mismo vi a Hereward,  vino hasta aquí este  traidor. Perdí tres  hombres, Roger  perdió  uno. Cómo te fue a vos, Yunho?
Una náusea lo ahogó.
—Mucho peor — él dijo.  Una docena de sus  hombres yacían en la  tierra...  Vio a Beltain con su hombro y su  torso empapados con  sangre,  espoleando  su caballo hacia él. —Cómo estás?
—Sobreviviré, creo — Beltain dijo,  aunque estaba blanco como un fantasma.
Yunho saltó de su garañón. Ayudó su capitán, haciendo un torniquete y Beltain misericordiosamente se desmayó por la pérdida de sangre.
Yunho le estaba colocando un vendaje antes de despertarse. Yunho se concentró  completamente en su tarea. Pero su mente, su mente estaba pensando en una docena de sus mejores  hombres, en una  emboscada...  Los heridos  fueron atendidos y, los muertos enterrados. Siwon hizo una pausa a su lado.
— Siento mucho tus pérdidas, — él sinceramente dijo.
—Debemos  continuar? — Yunho preguntó seriamente.
—Quemaremos y destruiremos  Cavlidockk, aunque los rebeldes hace tiempo que se han  ido de allí —Siwon dijo. —Luego retornaremos a York, a lamer nuestras heridas.
Yunho no dijo nada. Miró fijamente sus hombres muertos, ensangrentados y desmembrados, el joven Siwon decapitado. Doce de sus  mejores hombres muertos... traicionados...
—Estos malditos sajones tienen espías en todos lados — Siwon murmuró.
—En todos lados, —Yunho repitió. Traicionado.

Se sentía tan descompuesto que pensó que en ese momento vomitaría  como un muchacho después de su primer batalla. Y súbitamente, lo hizo.

2 comentarios:

  1. quien seria no creo que fuera el mensaje que mando Jae pues ellos ya sabían de ellos así que espero que Jae no este en problemas con Yunho
    Gracias

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  2. Yo creo que si fue el mensaje de Jae que le mando a esa persona, ojala Yunho no lo descubra, pero creo que ya lo sospecha. Jae debería dejar de traicionar, al final sus hermanos solo lo están usando y Yunho no, el lo ama.

    Gracias!!! 💗💕💞

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