Capítulo 30
Ellos llegaron a York dos días más tarde. Las
guarniciones de Siwon, Jaejoong notó,
estaban muy activas. Logró evitar la ansiedad durante su viaje,
cabalgando al lado de Yunho, compartiendo conversación y miradas tiernas,
haciéndolo reír de vez en cuando. Yunho no les dio a sus hombres ninguna
explicación de por qué él lo estaba
acompañando, y por supuesto, nadie se atrevió a cuestionar su presencia.
Después del pudor inicial, Jaejoong se recuperó y pronto verdaderamente estaba
disfrutando el viaje. Cómo podría no
hacerlo? Estaba montado un bonito pura sangre, estaban en verano, estaba cerca
de su amante y se estaban divirtiendo.
No hubo ningún incidente en el viaje. Y
ahora, viendo las idas y venidas de los
soldados de Siwon, incluso sus mensajeros, Jaejoong sintió miedo.
Una pregunta lo atormentaba: Por qué Yunho había
sido mandado buscar? Y ahora, viendo los preparativos para un viaje de un
gran número de tropas, él temió lo peor. Una fuerza
armada estaba por partir desde York, y
eso sólo podía estar relacionado con los
rebeldes.
Yunho lo dejó en su tienda, pero no la
restringió a quedarse allí.
Él fue a ver a Siwon. Lo que Jaejoong había
sentido como un cuento de hadas había terminado. No podría descansar en York
frente a lo que estaba viendo. Tenía que
descubrir lo que estaba ocurriendo, y por qué. Rezaba para que los normandos
fuesen a perseguir a los rebeldes escoceses y no a los rebeldes sajones.
Jaejoong pasó el resto del día vagando por la
aldea, donde los rumores corrían
velozmente y todas las mujeres de aldea estaban ávidas por compartirlos
con él, otro sajon. Los dinamarqueses iban a invadir nuevamente, la panadera le
dijo. Siwon iba a cabalgar hasta la costa para encontrarlos allá. Una pescadora
le dijo a Jaejoong que Siwon estaba furioso por una emboscada ocurrida unas
semanas atrás, en la que había perdido un
capitán. Él tenía intención de rastrear las regiones fronterizas hasta
que hallar a los rebeldes responsables,
y colgarlos a todos. Una cervecera le dijo que se rumoreaba que Hereward, El Rebelde era el responsable de la
emboscada, y que él era el objetivo de Siwon el Conquistador; otra mujer le informó que el
paradero de sus hermanos había sido descubierto y que Siwon los derrotaría
y capturaría de una vez por todas.
Este último hecho llenó a Jaejoong de miedo.
Jaejoong compró carne y bollos a un vendedor, y volvió a los muros
del castillo. Ellos habían sido completados con madera y piedra desde su
destrucción durante la última insurrección.
Jaejoong había obtenido permiso para salir al muro exterior cuando,
siendo cuestionado por el guardia, él declaró que había llegado con Yunho. Jaejoong
ignoró algunos comentarios lascivos y un guiño de ojo. Después de haber cruzado
el puente levadizo, él tuvo que soportar
las mismas preguntas, y esa vez tuvo que esperar hasta que Beltain pareció garantizar sus palabras.
El pesado portón de reja se cerró con un golpe
después que él fue admitido.
Yunho no había vuelto a la
tienda. Jaejoong le pagó a un jovencito para le buscase agua, y se lavó cada centímetro de su cuerpo con una
esponja. Se puso ropa limpia, comió la
comida que había comprado, y caminó inquietamente dentro de la tienda. Las sombras oscuras
cayeron, y la noche se hizo negra. Obviamente Yunho se había quedado a
cenar con Siwon, Jaejoong pensó. Yunho se
había olvidado de su presencia o lo estaba
descuidando. Entonces se dijo a
sí mismo que era un tonto por sentirse abandonado. No quería cenar en el salón
de Siwon, y si lo él hubiese hecho, cómo Yunho habría explicado su presencia a
su propio lord? Su aparición a su lado
iba a, por lo menos, a ser causa de un escándalo!
Era medianoche cuando él hizo su entrada. Su
rostro, severo bajo la luz de la antorcha que
sujetaba, se suavizó cuando cerró
la lona detrás de él.
—Lo siento mucho, querido — él dijo, y él se
derritió.
Jaejoong lo abrazó ferozmente, buscando sus labios. Un sonido sorprendido
se le escapó, luego Yunho encontró su boca con exigente fervor.
—Me gusta ese saludo — él dijo roncamente.
Lágrimas vinieron a sus ojos.
—Tómame ahora — Jaejoong dijo severamente. Y tomó
su rostro entre sus manos y lo besó,
forzándolo a abrir la boca, hundiendo su lengua agresivamente en el
interior.
Yunho lo tomó rápidamente sobre la manta.
Después él lo acarició
perezosamente y se rió.
—Veo que me extrañaste — él lo provocó.
Jaejoong no lo miró, sentía ganas de llorar nuevamente.
—Yo siempre te extraño cuando estamos separados, mi lord — él dijo jadeantemente.
Jaejoong se quedó en silencio, pero Jaejoong sintió su corazón debajo de su
palma, y este se sobresaltó en respuesta a sus
palabras. Yunho acarició su cabello.
—Es verdad? — Yunho preguntó.
—Sí, —él dijo.
—Pensé en
vos todo el día — Jaejoong admitió. Enlazó sus
brazos poderosos alrededor él y
lo sujetó más firmemente contra él.
—Comiste, querido? Tienes hambre? Puedo
pedir comida y vino.
—Ya comí — Jaejoong dijo, besando su cuello
rápidamente.
Él acarició su espalda desnuda, explorando la
curva de sus nalgas. Jaejoong sintió que él se endurecía nuevamente. Jaejoong se
deslizó sobre su lado, su pecho provocativamente aplastándose sobre su pecho. Yunho se tensó
suspirado con placer, sus propios dedos buscaron sus pezones.
Jaejoong lo miró. Su mirada ardiente encontró
la suya. Jaejoong observó su rostro mientras continuaba acariciando su falo. Él gimió,
empujando su mano.
—Ah, Jaejoong...
Jaejoong se deslizó sobre sus rodillas y anidó su pene erecto contra su
rostro. Yunho jadeó, agarrando su cabeza. Sacó su lengua para tocar la punta
húmeda y saborear las primeras gotas de su semen.
—No te
detengas — Yunho gimió.
Y Jaejoong lo besó, lo lamió, y lo llevó a su
boca.
Minutos más tarde él lo tomaba nuevamente.
Se abrazaron en silencio por un largo rato. Jaejoong
acarició su pecho, luego dijo con su boca contra su corazón.
—Cuánto tiempo tenemos, mi lord? Antes de que
debas partir?
Yunho hizo una pausa.
— Estás tan seguro que partiremos, brujo?— su
tono era leve y provocativo.
— No soy ciego. Vi todos los preparativos.
Van a la guerra. — Jaejoong se
sentó abruptamente, sus ojos llenándose
de lágrimas.
—Por qué lloras?— Yunho preguntó seriamente,
sentándose también.
Jaejoong sacudió la cabeza.
—No
temas, — él dijo, su tono era al
mismo tiempo áspero y
gentil, —No vamos a perseguir a tus
hermanos.
Su alivio fue inmenso. Pero todavía estaba la
culpa.
—Por qué
lloras?— Yunho tocó sus mejillas.
Qué debería decir? Lloró porque soy un espía, no un simple
amante?
—Tengo miedo de todo esto— Jaejoong logró decir.
— Me puedo atrever a esperar... —
Yunho jadeó, capturando su
mentón, —que un poco de ese miedo es por mí?
Jaejoong lo miró mudamente y sacudió la
cabeza.
Yunho sonrió, se inclinó hacia adelante, y le besó la boca suavemente.
—No temas por mí. Volveré a vos, Jaejoong.
Nada me puede detener.
—Va a haber una batalla?— Jaejoong preguntó,
tocando en su mandíbula.
Yunho vaciló, buscando sus ojos.
—Espero que sí.
—Espero que no encuentres a Hereward, El
Rebelde!— Jaejoong gritó.
—Sabemos donde él está, Jaejoong — él dijo.
—Cómo
lo sabes? No puedes estar seguro!
—Tenemos muchos espías y ellos están en todos
lados. — su mirada nunca lo dejó.
—Entonces van a destruirlo — Jaejoong dijo.
—Claro. Él tiene planeado otra rebelión.
Jaejoong se sintió culpable bajo su
mirada fija, pero él no podía conocer
sus pensamientos íntimos. Jaejoong se inclinó hacia adelante y lo abrazó con
fuerza. Por un momento Yunho no respondió, pero finalmente, lentamente, sus brazos
fueron a rodearlo. Jaejoong se aferró.
—Cuándo partes, mi lord?
—Cuando Roger de Shrewsbury llegue en dos
días.
Jaejoong pensó: Oh, mi Dios, Roger Montgomery también! Hereward no
tendría ninguna posibilidad contra
semejante fuerza! Y con una parte de su mente Jaejoong estaba consciente de un
vacío extraño en sus caricias, y del modo
en que él estaba esperando su respuesta.
—Por lo menos
con un ejército tan fuerte, puedo
estar tranquilo sabiendo que no serás
dañado — Jaejoong logró decir.
Jaejoong miró hacia arriba y vio una oscuridad en su rostro.
— Te importa?— Yunho exigió. —Te importa, Jaejoong?
—Si!— Jaejoong
gritó, y era verdad. Pero habían tantas mentiras, que las lágrimas llenaron sus
ojos nuevamente.
Yunho lo aplastó contra él. Jaejoong le dio
la bienvenida a su contacto brutal.
* * *
Yunho no lo dejó hasta el día siguiente
al mediodía, para comer con su lord. Jaejoong
había estado arrasado por el miedo durante toda la mañana, y había intentado,
malogradamente no demostrarlo. Yunho parecía, de alguna manera, no estar
consciente de su ansiedad. Eso aumentó su preocupación. Verdaderamente no creía
que fuese tan buen actor, y él sabía
que Yunho era muy inteligente. Y sin
embargo Yunho realmente ignoraba la agitación de su espíritu.
En el momento en que Yunho partió, Jaejoong se
apresuró a ir a la aldea. Fue más cauteloso,
vigilando que nadie lo siguiese.
Los guardias le gritaron un saludo cuando
dejó el castillo. El día anterior Yunho le había dado unas monedas, y
hoy él le había pedido más. Él alegremente se las dio, sin preguntar en que las gastaba. Jaejoong usó
las monedas para pagarle al hijo do
forjador para que le llevase un mensaje a Hereward el rebelde. La noche
anterior había logrado descubrir por boca de Yunho que
Hereward estaba en los bosques cerca de
Welshaldea de Cavlidockk.
—Van a ir muy lejos?— Jaejoong le había preguntado.
—No
más lejos que Cavlidockk — él
había dicho. —Confío en vos, Jaejoong — él agregó
abruptamente, asombrándolo. Jaejoong había logrado darle una sonrisa, y había
desviado su cara antes que pudiera su
maldito rubor.
Pero no tenía ninguna opción. Tenía que
advertirle a Hereward del peligro que enfrentaba. En caso contrario, podría
haber una matanza.
A mañana siguiente al amanecer Yunho lo desprendió de sus brazos, y miró fijamente su rostro.
Hacía frío pero esa no era la razón por la cual Jaejoong temblaba,
envolviéndose apresuradamente en una
capa.
—Dios te proteja, mi lord — Jaejoong dijo con
calma.
Un músculo en su mandíbula se tensó.
—No puedes por una vez, llamarme por mi
nombre?
Jaejoong humedeció sus labios.
—Dios te proteja, Yunho.
Sus fosas nasales se inflamaron, sus ojos
ardieron, y él lo aplastó entre sus brazos. Jaejoong se aferró a él.
—Dios te proteja, Jaejoong — él susurró,
luego tomó su boca apasionadamente.
Él se separó, le dio una última mirada, y giró sobre sus talones para desaparecer. Jaejoong no salió para observarlo partir;
no podía. Sintiéndose miserable se envolvió en la manta y se rehusó a
salir hasta que el sol estaba alto en el cielo.
Se sentía
apático. No había nada que quisiera hacer. Tomó un baño, se vistió y
comió. Supuso que él podría sobrevivir
los días hasta que Yunho retornase. Yunho le había dicho que volvería en unas
semanas. O él podría hundirse en el miedo.
Miedo por él, por sus hermanos, por
Hereward, por todos los rebeldes, por todos ellos.
Oh, Dios,
Jaejoong pensó. Me gusta Yunho,
me gusta ese normando, y eso no puede ser! No puedo dejar que esto
suceda! él es el enemigo, él es el
usurpador de Aelfgar, él es el marido de
mi hermano! Yo sólo soy su amante, y mi
deber es para con mis hermanos!
Frenéticamente, Jaejoong dejó el terreno del castillo,
y caminó por la aldea, queriendo
distanciarse de ese imposible, de
esa realidad terrible. En un huerto,
hizo una pausa para llorar. Él estaba
por recomponerse cuando una muchacha que él vagamente reconoció se aproximó.
La muchacha era tímida, muy bonita, casi una mujer. Se Ruborizó intensamente.
—Lo siento mucho — ella dijo,
agitada. —Debo hablar con vos, mas puedo venir en otro momento. — Ella
giró partir.
—No, para, todo está bien. — Jaejoong logró darle una
sonrisa. —Tu nombre es Maude, verdad?
—Sí. —
Ella se ruborizó nuevamente. Entonces miró furtivamente a su alrededor. —Tu hermano
Hyun Joong quiere verte.
Jaejoong jadeó.
—Qué?
Maude sonrió con orgullo.
—Soy su amiga — ella dijo,
y otro rubor la invadió. —Estoy complacida de ayudarlo a luchar esos cerdos normandos! Cuando llegaste
le mandé a avisar que estabas aquí. Él espera que lo mantenga informado de todo
lo que veo aquí en York — ella
pacientemente explicó. — Debo usar
mi propio juicio — ella orgullosamente agregó. —Él mandó a decir
que su hombre Albie te aguarda diez kilómetros al norte de aquí, cerca del río
Wade en el cruce. Él te llevará con ellos.
Jaejoong era extasiado. Él abrazó a Maude.
—Eres una buena mujer — él dijo, luego lo estudió —Qué edad tienes?
—Catorce el próximo mes — Maude dijo
defensivamente. Jaejoong tenía intención de darle a Hyun Joong un sermón. Tenía cien mujeres para elegir,
pero tenía que llevarse a la cama a una
niña, aunque ella fuese bonita y bien formada!
—Gracias — Jaejoong dijo. —No me olvidaré de esto.
Maude sonrió.
—Envíale a
Hyun Joong mi amor. — Ella se ruborizó nuevamente.
* * *
—Por favor, Ed, cambia tus planes!
Yoochun lo miró tristemente.
—no puedo, Jaejoong.
—Esta vez terminarás muerto! Los normandos tienen espías en todos lados él mismo me lo dijo!
Parece que descubrieron el paradero de
Hereward! Podrían descubrir el tuyo!
—Tengo espías en todos lados también, Jaejoong.
— Es muy pronto! No puedes por lo menos
demorar el plan? Serás derrotado, tal vez
matado! Ed, por favor, reconsidera lo que haces!
Hyun Joong la contempló
con los brazos doblados.
— Qué es esto, Jaejoong? Porque estás tan
exaltado? Él te pidió que vinieses y nos implorases para detenernos?
—No!
—Si lo ha hecho — Hyun Joong continuó — Es
porque no le gustaría otra cosa más que le entreguemos Aelfgar en una
bandeja de plata!
—Él no me mandó aquí — Jaejoong protestó.
—Él te lastimó?— Yoochun preguntó,
contemplándolo continuamente.
Jaejoong se enrojeció.
—No, no lo ha hecho.
—Hiciste bien tu trabajo, hermano —Yoochun
dijo. —El debe confiar completamente en
vos para haber sido tan tonto como para contarte sobre sus planes y sobre el
paradero de Hereward.
—Entonces, él no me mintió? Hereward
realmente está cerca de Cavlidockk?
—Sí.
Jaejoong había temido que el normando hubiese
descubierto su juego de espionaje. Pero él no había mentido, lo que significaba
que Yunho confiaba en él, y oh, cómo odiaba esa maldita guerra!
Yoochun lo tomó por sus hombros.
— Lo quieres a él?— Su tono era sereno.
Jaejoong sacudió la cabeza para negarlo.
—Claro que no le gusta ese cerdo normando! — Hyun
Joong rugió.
—En la guerra — Yoochun dijo, ignorando la explosión de su hermano, —todos
nosotros hacemos lo que consideramos
desagradable. La guerra no es un tiempo feliz.
Jaejoong sofocó un sollozo.
—Lo sé — Jaejoong dijo, abrazándolo.
—Y amar al enemigo tal vez sea lo peor de
todo — él dijo fuertemente.
Jaejoong lo miró.
—Yo no lo amo.
—Viste a Junsu?
Jaejoong lo empujó. Junsu era el hijo de Siwon,
el que él había prometido a Yoochun después Hastings, y luego la había casado
con uno de sus propios vasallos.
—No, no lo he visto.
—Oí que él estaba en York, con su marido. Oí que
él está embarazado nuevamente. — Era una
pregunta.
Jaejoong sabía que Yoochun había estado
furioso cuando Siwon había renegado del compromiso de su hija, pero nunca había
sospechado que él podría desear a Junsu por algo más que una alianza con
el rey. Era cierto que Junsu era bonito, alto y pertenecía a la realeza.
—Lo averiguaré — Jaejoong le prometió.
—Ya no importa — él dijo, dándose vuelta. —Una vez eso le había importado,
pero ya se le había pasado. — Él lo miró. —Todo lo que importa es
Aelfgar. No puedo desistir hasta tener lo que es mío. Te necesito, Jaejoong.
Su corazón estaba divido en dos.
—No temas. Nunca te fallaré.
— Lo sé. — Él vaciló. — Jaejoong sé cuidadoso. El normando es astuto. No lo dejes
que te atrape en sus juegos.
Jaejoong de repente se sintió ahogado.
—Y si...—
Jaejoong se cortó, poco dispuesto a verbalizar sus miedos. Y si Yunho descubriese que él había estado
involucrado en la advertencia a Hereward? No habría ninguna prueba,
pero... No le iba a decir a Yoochun esos pensamientos. Tenía miedo que él le ordenase
quedarse con él y sus hombres. Jaejoong se dio cuenta que no necesitaba
retornar a York y al normando a quien tan desesperadamente quería.
* * *
Unos cien normandos cabalgaron en doble fila a diez kilómetros al Sur de
Cavlidockk. Yunho cabalgaba con sus
hombres, liderándolos, Siwon iba en el medio de la tropa, y Roger, en la
retaguardia. No había ninguna señal de rebeldes hasta ese momento. En una hora pararían, explorarían el campamento de
Hereward, luego lo rodearían y lo atacarían. Yunho sonrió. Pronto otro
nido de víboras sería eliminado.
Alguien dio un grito de muerte.
Yunho fue consciente de la emboscada en ese
mismo instante y el estaba gritando a sus
hombres distribuirse y luchar.
Las flechas volaron desde los árboles
por encima de ellos, y Beltain, a su
lado, jadeó cuando una le perforó el hombro. Yunho ya estaba montando hacia un
arquero subido a un árbol, con la espada en alto, y con un golpe cortó
la rama que sostenía al hombre. El
arquero cayó y Yunho fácilmente lo partió en dos.
A continuación hubo una batalla. Esgrimiendo
su espada incesantemente, Yunho metódicamente mató media docena de sajones.
Y luego el claro del bosque cayó en
silencio.
Yunho vio que los últimos dos sajones huían,
y pidió a sus hombres que se detengan.
Con horror, miró el suelo delante de él.
Estaba pavimentado con cuerpos de rebeldes, todos muertos o muriéndose. Más
otra docena de sus propios hombres muertos.
—Fuimos traicionados — Siwon gritó,
acercándose al galope. —Yo mismo vi a Hereward,
vino hasta aquí este traidor.
Perdí tres hombres, Roger perdió
uno. Cómo te fue a vos, Yunho?
Una náusea lo ahogó.
—Mucho peor — él dijo. Una docena de sus hombres yacían en la tierra...
Vio a Beltain con su hombro y su
torso empapados con sangre, espoleando
su caballo hacia él. —Cómo estás?
—Sobreviviré, creo — Beltain dijo, aunque estaba blanco como un fantasma.
Yunho saltó de su garañón. Ayudó su capitán,
haciendo un torniquete y Beltain misericordiosamente se desmayó por la pérdida
de sangre.
Yunho le estaba colocando un vendaje antes de
despertarse. Yunho se concentró
completamente en su tarea. Pero su mente, su mente estaba pensando en una
docena de sus mejores hombres, en
una emboscada... Los heridos
fueron atendidos y, los muertos enterrados. Siwon hizo una pausa a su
lado.
— Siento mucho tus pérdidas, — él
sinceramente dijo.
—Debemos
continuar? — Yunho preguntó seriamente.
—Quemaremos y destruiremos Cavlidockk, aunque los rebeldes hace tiempo
que se han ido de allí —Siwon dijo. —Luego
retornaremos a York, a lamer nuestras heridas.
Yunho no dijo nada. Miró fijamente sus
hombres muertos, ensangrentados y desmembrados, el joven Siwon decapitado. Doce
de sus mejores hombres muertos...
traicionados...
—Estos malditos sajones tienen espías en
todos lados — Siwon murmuró.
—En todos lados, —Yunho repitió. Traicionado.
Se sentía tan descompuesto que pensó que en
ese momento vomitaría como un muchacho
después de su primer batalla. Y súbitamente, lo hizo.
quien seria no creo que fuera el mensaje que mando Jae pues ellos ya sabían de ellos así que espero que Jae no este en problemas con Yunho
ResponderEliminarGracias
Yo creo que si fue el mensaje de Jae que le mando a esa persona, ojala Yunho no lo descubra, pero creo que ya lo sospecha. Jae debería dejar de traicionar, al final sus hermanos solo lo están usando y Yunho no, el lo ama.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞