miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 31

Capítulo 31

Él había vuelto!
La guarnición estaba agitada conversando  sobre el  retorno de Siwon y sus hombres, quienes habían sido vistos cuando entraban en la aldea. Jaejoong quería correr fuera del muro exterior y lanzarse a  sus  brazos. Por supuesto que no podía hacer eso. Entonces  él retrocedió y se metió en su  tienda, allí caminó impacientemente y nerviosamente. Oh, no podía negar que lo había extrañado! Al mismo tiempo, temía su retorno, seguro de que su culpabilidad se mostraría.  Qué había sucedido? Hereward había logrado eludir a sus  atacantes? Lo más importante, Yunho estaba bien?
La lona de la tienda se abrió.
Yunho estaba de pie allí, iluminado por el sol, y Jaejoong sólo podía distinguir su tamaño imponente.
—Mi lord?— Jaejoong jadeó, su ansia patente en su rostro.
Yunho entró.  Su rostro era de piedra. Sus ojos eran fríos como pedazos de hielo. Jaejoong se encogió por dentro.
—Qué sucedió?
Yunho lo miró fijamente, su boca firme en una línea dura.
— Qué sucedió? Fuimos emboscados al sur de Cavlidockk.
Sus ojos se agrandaron.
—Emboscados!
Su mandíbula  se apretó.
—Por lo menos — Yunho dijo severamente  — sé que no sabías eso!
Su mano cubrió su corazón palpitante. Jaejoong dio un paso.
— Qué quieres decir!?
Yunho avanzó.
— No sabes lo que quiero decir, Jaejoong?
—No — Jaejoong gritó, con miedo ahora.
—La verdad! Dime la verdad, maldito seas, Jaejoong!
—No sé...— Jaejoong vaciló, con lágrimas llenando sus ojos.
Yunho lo agarró y lo sacudió con fuerza.
—Me traicionaste? No es así? sabías  que estábamos  yendo a Cavlidockk!  Yo fui  un idiota por confiar en vos? Respóndeme!
Las lágrimas  se derramaron.  Jaejoong sacudió la cabeza para mentir, para negar eso,  pero ninguna palabra salió de su boca. Se sentía enfermo por  la culpa, y él debió haberlo notado, porque de repente él lo soltó con tal fuerza que Jaejoong voló para caer sobre la  manta. Se quedó allí, jadeando.
—Fuiste vos !— él rugió. —Veo eso en tus  ojos! Respóndeme !— él  gritó  muy furioso, su rostro enrojecido. Sus  manos se apretaron en puños, Yunho temblaba. Sus ojos lanzaban llamas.
Jaejoong cubrió su boca con una mano temblorosa, y luego lloró.
— Tuve que hacerlo —  Jaejoong dijo,  sollozando. —Por favor entiende,  tuve que hacerlo!
Yunho lo miraba con perplejidad.
Jaejoong vio entonces,  demasiado tarde, que él se rehusaba a creerle, que tal vez él podría haber alegado que era inocente, pero ahora no había modo de retirar su confesión.   Levantó su  rostro bañado en lágrimas.
—Pero estás sano y salvo —  Jaejoong dijo.  —No te hicieron  daño...
—Ningún daño! Una docena de mis hombres murieron por vos!
Jaejoong jadeó horrorizado.
Yunho se arrodilló, su expresión una mezcla de amargura y repulsión. Lo sacudió con violencia. Jaejoong se estremeció pero le dio la  bienvenida  a dolor.
—Eres un mentiroso, un conspirador y un espía. Me tomaste en tus brazos, jugaste a ser mi amante apasionado, todo el tiempo planeando traicionarme, sólo esperando el momento oportuno para hacerlo!
Jaejoong abrió su boca para protestar, pero no podía hallar ninguna palabra, pues la  acusación era verdad.
Yunho lo hizo poner de pie  y lo arrastró  fuera de la tienda.
—Dónde estamos yendo?—  Jaejoong jadeó.
Yunho no respondió. Jaejoong vio su rostro, lleno de fría resolución  y furia incandescente y tuvo miedo.
Cuando él vio que lo  estaba llevando a la fortaleza,  él clavó sus  pies en el suelo.
— Qué planeas?— él gritó.
Yunho lo miró lívido, su  mano levantada para golpearlo. Jaejoong gritó. El  golpe no llegó. Su asimiento era tan fuerte que Jaejoong creyó que podría desfallecer.
—Puedes ir arrastrándote o puedes caminar, a mi me da lo mismo. —  Y arrancó la marcha nuevamente.
Continuó la marcha a los tropezones. No puede... Jaejoong pensó, no puede estar haciendo lo que él pensaba que haría...
El gran salón estaba lleno de hombres. La mayoría de ellos estaban sentado a la mesa, que tres veces más grande que la de  Aelfgar y con  Siwon en la cabecera. Yunho no hizo una pausa. Empujó a Jaejoong hacia adelante, hacia la tarima donde Siwon estaba ubicado, Luego lo empujó abruptamente haciéndolo caer de rodillas en el piso. Su mano sujetaba su cabello, manteniendo su cabeza hacia abajo y su nariz contra las piedras del piso.
—Aquí está el espía, su majestad.
El silencio inundó el recinto.
Siwon miró fijamente a Yunho.
—Es tu amante?
—Sí.
Siwon se puso de pie.
—Todos afuera!— su mirada se encontró con la Yunho, mientras esperaba que sus  hombres partiesen. Cuando ellos lo hicieron, él habló. —Estás seguro?
—Él confesó, — Yunho dijo fríamente.
Siwon lo miró. 
—Levántate, eres mi prisionero, — él dijo.
Yunho lo soltó y él se puso de pie. Jaejoong levantó su mirada hacia la del rey.
—Enviaste a  un espía para advertir a Hereward sobre  nuestros planes?— Aunque él quería llorar, levantó su  mentón. Su voz  tembló.
—Sí.
—Y cómo te enteraste de nuestros planos?
Jaejoong vaciló.  Jaejoong tenía que traicionar a Yunho, pero ahora protegería a su lord.
—Estuve espiando en la guarnición.
—Él miente — Yunho declaró. —Yo le confié cosas a este brujo porque él comparte mi cama muy ávidamente. Le dije a dónde estábamos yendo para calmar sus miedos sobre sus hermanos. Soy el hombre más imbécil del mundo.
Siwon ignoró sus palabras y mantuvo la mirada fija en Jaejoong.
—Él es muy bello.  Se parece a  ese sinvergüenza  de Hyun Joong . Tienes suerte, muchacho, que  Lord Jung te haya casado con Sir Changmin.  Yo tengo espías en todos lados y sé muy bien que esta es la segunda vez que cometes una traición  a la corona.  Yo supe que fuiste  vos quien liberó a Hyun Joong . Claramente eres un impenitente y atrevido. Tu sentencia de encarcelamiento es de por  vida. — Él giró y llamó sus guardias.
Jaejoong se congeló, incapaz de moverse, de respirar, de pensar. Los dos hombres entraron  y se aproximaron. Siwon les dijo que lo encerrasen. Jaejoong lanzó una mirada frenética a Yunho, él no dejaría que eso  sucediera! Él no dejaría que se llevase a cabo esa sentencia, no dejaría que lo metieran en los calabozos! Seguramente no!
Yunho lo  ignoró.  Cuando los dos hombres lo agarraron, Jaejoong cerró sus ojos. Sabía cuál era su destino. Todo  estaba terminado.  Iba a ser encarcelado de por vida. Y viviría en los calabozos. No lloraría, no iba a implorar, se abandonaría a la muerte, pues ser encerrado en los calabozos  seguramente lo mataría. Con una respiración profunda, él logró ponerse entre los dos guardias. Sus hombros estaban derechos, rígidos, pero sus  manos a los costados temblaban.
Cuando él se marchó, Siwon giró hacia Yunho, quien se hincó sobre una rodilla, curvado la cabeza.
—Cualquier cosa que decidas, es lo menos que me merezco.
—Tienes razón —Siwon dijo, alejándose. Él levantó una copa de vino, la bebió, y giró  para mirar a Yunho, quien todavía estaba de rodillas. —Levántate, Yunho.
Yunho se puso de pie graciosamente.
— Eso  muy  extraño. Primero elegiste  no decirme  que el siervo que ayudó a que Hyun Joong  escapase de Aelfgar era este muchacho, el hermano bastardo de tu esposo.
Yunho demasiado amargado como para estar  sorprendido.
—Nuevamente lo digo, soy un imbécil.
Siwon lo ignoró. 
—Pero yo lo dejé pasar,  confiando en tu juicio. Extrañamente la casaste con Changmin. Más   extraño aun es que lo hayas llevado a tu cama.  Con eso engañas a tu esposo y a tu mejor amigo. Es verdad que es un brujo?
—No es un brujo.
—Quizás él te dio  alguna poción, — Siwon dijo.  —Porque vos no sos un hombre de este comportamiento, ni sos  alguien capaz de contar  nuestros secretos en la cama, Dios Santo! No importa cuán bello y ardiente sea el muchacho!
Yunho no dijo nada. Pero sus ojos ardieron.
— Veo que estás enojado. Estoy complacido de ver eso. Ya fuiste castigado suficientemente.   Has perdido una docena de tus  hombres.  Yo  no agregaré un castigo  a lo que ya estás sufriendo.
—Gracias, su majestad — Yunho dijo sin gratitud. Sus mandíbulas estaban rígidas.
Siwon suspiró.
—En verdad,  a pesar de la traición, logramos debilitar a los rebeldes. Aunque nuestras pérdidas fuesen grandes,  tuvimos éxito en nuestros planes de destruir su campamento.
—Sí.
—Pongo al muchacho bajo tu custodia. Mis calabozos rebalsan de gente; Además, es  justo, pienso. Pero no entiendas mal las cosas porque es un prisionero del rey.
Yunho sonrió, cruelmente, fríamente.
—Alegremente acepto esa tarea — él dijo.
* * *
—Tu castigo ha concluido — Yunho dijo fríamente en la puerta hacia habitación.
Karam se levantó de la cama, mirándolo fijamente. Entonces él corrió, se puso de rodillas, y tomó su mano.
—Gracias, mi lord, —  él dijo humildemente. —Te imploro tu perdón. —  él levantó su rostro, su boca temblando.
Yunho lo ignoró, gesticulando para que él se pusiera de pie, y severamente giró para examinar la puerta y la traba interna. Un hombre  lo  seguía.
— Esto debe ser quitado — él le dijo al  carpintero. —quiero  que  lo coloques del lado de afuera. Además debe ser irrompible. Entiendes?
—Sí, mi lord — el carpintero dijo, inspeccionando la puerta.
Yunho cruzó el cuarto con pasos largos, miró por una pequeña ventana. Ni siquiera un niño podría deslizarse por esa ventana, él notó con satisfacción. Sólo había una manera de salir de ese cuarto, y ese era por la puerta.
—La tranca puede ser madera por el momento, pero hay que hacer una de hierro inmediatamente. Infórmale al forjador — él declaró.
Karam abrió los ojos ampliamente, humedeciendo sus labios  nerviosamente.
— Qué pasa, mi lord?
Yunho se sorprendió de que  él todavía estuviese  allí. 
—Vos volverás  a mi habitación — él le dijo brevemente. —Tu hermano será confinado aquí.
—Jaejoong!
Yunho empezó a dejar el cuarto, y Karam se apresuró yendo detrás de él, tomando su manga.
—Mi lord, que ha sucedido?!
Él desprendió su brazo.
—Necesito un baño ahora.
Karam se apresuró a  pedir uno.
—Tu hermano  ha cometido  traición  una vez más, — Yunho dijo, con tanta frialdad que  Karam tembló. Él se quitó el protector de cuero. —Él es un prisionero del rey, y su sentencia es de por vida. Siwon lo puso bajo mi custodia. Él nunca dejará el cuarto  hasta  el día que muera.
Karam se mordió el labio para evitar sonreír, incapaz de creer  en su buena suerte.  Quería saber los detalles,  pero los descubriría  bastante pronto.
—Yo quería advertirte — él dijo cuidadosamente —antes que partieras a York.
Yunho le lanzó una mirada fría, sólo vestía su pantalón ahora.
—Si?— su tono era burlón.
Karam respondió.
—Él vino a verme la noche que partieron, mi lord.
—Si hay algo que quieres que sepa, dímelo de una vez.
Yunho era rudo y él lo odió. Pero todavía recordaba la sensación de sentir de su miembro enorme dentro de él, el  dolor y el placer,  y se lo imaginó tomándolo nuevamente. Los golpes del carpintero mientras colocaba la nueva tranca en la puerta del cuarto comenzó a sonar. Karam levantó su mentón.
—Él vino para disculparse por acostarse con vos, mi lord. Él quería explicarme que ese era su deber para con sus hermanos.
Yunho lo miró inexpresivamente.
—Ellos le pidieron que te sedujese y que se ganase tu confianza, él era un espía.  Es la única razón por la compartió tu cama, él dijo. Él pensaba que eso aliviaría mi mente. — Karam se sonrió ligeramente. Pero él estaba observándolo, y se regocijó secretamente cuando vio la rabia caliente  inundando su rostro y el odio frío llenando sus ojos. Él se alejó de él, y Karam sonrió rápidamente, incapaz de contenerse.
Cuando la tina  fue llenada, Yunho se introdujo. Su corazón estaba latiendo pesadamente  y continuaba recordando había llegado a ese cuarto y había hallado al brujo desnudo en su cama. Había sido un plan, un complot de sus  hermanos y él era el seductor y el espía. Y  él se había dejado llevar por su falo ávido. Bien, pensó Yunho, una risa frío se escapó por sus labios, nunca sucederá nuevamente.
 La rabia lo invadió. Lo había estado sofocando desde que él le había confesado todo.
Él era un traidor, y ahora era su prisionero, y se pudriría en esa habitación hasta el día de su muerte.
* * *
Jaejoong era llevado por un guardia de la fortaleza. Él lo lanzó adentro del cuarto y partió, golpeando la puerta de madera detrás de él. Oyó la tranca cayendo, el sonido ominoso y  final.
Abrazó su propio cuerpo.
Ahí era donde Karam había estado confinado, aunque la habitación ya no se parecía más  a ese cuarto. La cama había sido quitada un camastro de paja y una manta ocupaban su lugar. Una vela había sido provista, con una copa da agua y un orinal. Estando tan desnudo, el cuarto parecía grande.
Jaejoong caminó hacia la estrecha ventana y miró, lágrimas llenaron sus ojos. Había estado  encarcelado en el calabozo en York  por medio día. Ese calabozo no había sido en nada como el de Aelfgar, afortunadamente. Él podía respirar a pesar del  miedo que le cerraba el  pecho. Él había tenido su propia celda, la  mitad del tamaño de esa habitación. Se había  amontonado en un rincón, ignorando a los otros prisioneros, sudando y jadeando, pero  no había un ataque de histeria.
Jaejoong lloró.
El dolor en su corazón oscurecía todo lo otro.  Él lloró, desesperadamente, eternamente y  dolorosamente. Lo había traicionado, y Jaejoong sabía qué clase de hombre era él. Sabía  que Yunho nunca lo perdonaría.  Lloró  hasta que él no tuvo más lágrimas para derramar,  lloraba porque lo amaba.
Darse cuenta de eso llegó demasiado tarde.
Y aunque hubiese antes, qué diferencia habría? Él amaba a sus  hermanos también. Había estado tironeado entre dos posiciones irreconciliables.  Podría haber negado ser un espía, pero no habría cambiado nada. Él nunca lo perdonaría.
El viaje de vuelta a Aelfgar había llevado dos días. Jaejoong sólo había visto a Yunho  ocasionalmente. Él lo había borrado de su existencia con un golpe brutal. Sabía eso, no estaba sorprendido por eso, de la misma manera que sabía que nunca volverían a tener lo  que alguna vez habían  compartido. Afortunadamente, ya no le quedaban lágrimas. Su corazón estaba dolido por el amor perdido. Y cada vez que había visto sus hombros anchos, o había oído su voz,  no había  podido apartar su mirada de él.  Pero él ni una vez lo miró a él.
Ni una vez.
Se estaba poniendo oscuro. Jaejoong se preguntó  si  le traerían otra vela cuando la que tenía se hubiese acabado.  Decidió no encenderla. No estaba seguro de cómo sería su prisión. Ahora mismo, temía ser sometido a una privación extrema. En verdad, se había  quedado sorprendido por  no haber sido enviado a las cuevas oscuras debajo de Aelfgar.
Oyó la tranca siendo quitada y asumió que le traían pan y cerveza, la comida con la  subsistía desde su encarcelamiento. Apoyó su mejilla contra la pared, sin tomarse el trabajo de mirar. Sin embargo cuando la puerta fue abierta, él  supo lo que venía. Podía sentir su presencia.
Yunho se ubicó en la entrada oscureciendo la última luz de la tarde.
Jaejoong no dijo nada, pero su corazón estaba saltando salvajemente con esperanza. Por qué él venía? Oh, Dios, por favor déjalo que me perdone, es todo lo que quiero.
Yunho miró el cuarto, luego  sonrió con satisfacción cruel. Su mirada se clavó en él. Jaejoong vio su desprecio  sin disimular, y todas sus esperanzas murieron. Se hundió, abatida. Él lo odiaba.
—No tuve ninguna opción —  él susurró, sus palabras se escaparon. —debes creerme!
Yunho sonrió, otra cruel mueca de sus labios.
—Piensas que me importo con tus alternativas, Jaejoong?
—Nunca fuiste forzado por  las circunstancias a actuar contra tu voluntad?
—Bonitas palabras. — Él  se rió.  —Bonitas palabras de un bonito prostituto.
Él tragó una bocanada de aire.
—Por favor escúchame, por favor!—  él se oyó rogar. —No tuve ninguna opción! Sólo buscaba proteger a Hereward, no dañarte a vos! Nunca te dañaría! Yo...
Yunho lo alcanzó en tres pasos largos, retorciendo su brazo hacia su espalda y forzándolo contra la pared. 
—Para!— él gritó. —Para con tus  mentiras! Derramas palabras de tus labios como miel, pero es una miel envenenada la que derramas!
Jaejoong sollozó.
— Yo te amo.
Yunho lo soltó y se rió. 
— Mas palabras!
—Es la verdad.
Su rostro estaba lleno de repulsión. Sus ojos brillaban.
—Me amas, Jaejoong?
—Sí.
—Demuéstramelo — Yunho dijo. —demuéstramelo, pruébalo. Quiero hechos no  palabras.
Jaejoong se congeló, su corazón latiendo inseguro sobre qué hacer. Cómo convencerlo?  Realmente estaba recibiendo esta oportunidad? Como suavizar su corazón, cómo curarlo?
Yunho se rió con un sonido amargo, y giró para partir.
Jaejoong se catapultó contra él, su mejilla pegada a su espalda, todo su cuerpo  apretándose contra  él. Yunho se congeló.
—No  te  vayas —  Jaejoong gritó, sofocando sus  lágrimas. —Déjame demostrártelo, déjame hacerlo!
Yunho no se movió.
Sus manos estaban temblando como él acarició frenéticamente. Le besó el omoplato y la  espalda. Enlazó sus brazos alrededor de su cintura y se anidó a su lado.
—Te amo — él susurró, y deslizó su palma hasta su corazón, sintiendo sus latidos rápidos.  Deslizó sus dedos, sobre su pantalón para tocar la piel sedosa cerca de su ombligo.  Inmediatamente fue recompensada con la punta de su sexo saltando contra su mano, y    sintió alivio porque  él todavía lo deseaba! —Déjame amarte, mi lord. — Jaejoong jadeó, su corazón latiendo salvajemente. —Yo te lo demostraré.
De repente Jaejoong fue separado violentamente  de él y fue lanzó hacia atrás, contra la  pared. Tropezó pero no se cayó. Yunho estaba enfurecido.

—Guarda tus trucos de  prostituto para los granjeros — Yunho dijo roncamente y luego  se fue.

3 comentarios:

  1. Yunho esta muy herido , jae no tuvo elección: (

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  2. que triste situación a qui el único afectado fue Jae pues termino enamorado de Yunho y no podía traicionar ni a sus hermanos ni a su hombre pero al final Jae termino solo en esa cárcel sin sus hermanos y con Yunho odiando lo
    Gracias

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  3. Yunho está herido y con razón, fue traicionado varias veces y será difícil que crea que Jae lo ama. Jae si tuvo opción de no traicionar, más que nada porque sus hermanos solo lo estaban usando y el lo sabía, y Yunho confió en el, lo cuido, lo salvó y Jae no correspondió, seta difícil que lo perdone, pero más difícil que le crea y confirmar en él.

    Gracias!!! 💗💕💞

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