Capítulo 31
Él había vuelto!
La guarnición estaba agitada conversando sobre el
retorno de Siwon y sus hombres, quienes habían sido vistos cuando
entraban en la aldea. Jaejoong quería correr fuera del muro exterior y lanzarse
a sus
brazos. Por supuesto que no podía hacer eso. Entonces él retrocedió y se metió en su tienda, allí caminó impacientemente y
nerviosamente. Oh, no podía negar que lo había extrañado! Al mismo tiempo,
temía su retorno, seguro de que su culpabilidad se mostraría. Qué había sucedido? Hereward había logrado
eludir a sus atacantes? Lo más
importante, Yunho estaba bien?
La lona de la tienda se abrió.
Yunho estaba de pie allí, iluminado por el
sol, y Jaejoong sólo podía distinguir su tamaño imponente.
—Mi lord?— Jaejoong jadeó, su ansia patente
en su rostro.
Yunho entró.
Su rostro era de piedra. Sus ojos eran fríos como pedazos de hielo. Jaejoong
se encogió por dentro.
—Qué sucedió?
Yunho lo miró fijamente, su boca firme en una
línea dura.
— Qué sucedió? Fuimos emboscados al sur de
Cavlidockk.
Sus ojos se agrandaron.
—Emboscados!
Su mandíbula
se apretó.
—Por lo menos — Yunho dijo severamente — sé que no sabías eso!
Su mano cubrió su corazón palpitante.
Jaejoong dio un paso.
— Qué quieres decir!?
Yunho avanzó.
— No sabes lo que quiero decir, Jaejoong?
—No — Jaejoong gritó, con miedo ahora.
—La verdad! Dime la verdad, maldito seas, Jaejoong!
—No sé...— Jaejoong vaciló, con lágrimas
llenando sus ojos.
Yunho lo agarró y lo sacudió con fuerza.
—Me traicionaste? No es así? sabías que estábamos
yendo a Cavlidockk! Yo fui un idiota por confiar en vos? Respóndeme!
Las lágrimas
se derramaron. Jaejoong sacudió
la cabeza para mentir, para negar eso,
pero ninguna palabra salió de su boca. Se sentía enfermo por la culpa, y él debió haberlo notado, porque
de repente él lo soltó con tal fuerza que Jaejoong voló para caer sobre la manta. Se quedó allí, jadeando.
—Fuiste vos !— él rugió. —Veo eso en tus ojos! Respóndeme !— él gritó
muy furioso, su rostro enrojecido. Sus
manos se apretaron en puños, Yunho temblaba. Sus ojos lanzaban llamas.
Jaejoong cubrió su boca con una mano
temblorosa, y luego lloró.
— Tuve que hacerlo — Jaejoong dijo, sollozando. —Por favor entiende, tuve que hacerlo!
Yunho lo miraba con perplejidad.
Jaejoong vio entonces, demasiado tarde, que él se rehusaba a creerle,
que tal vez él podría haber alegado que era inocente, pero ahora no había modo
de retirar su confesión. Levantó
su rostro bañado en lágrimas.
—Pero estás sano y salvo — Jaejoong dijo. —No te hicieron daño...
—Ningún daño! Una docena de mis hombres
murieron por vos!
Jaejoong jadeó horrorizado.
Yunho se arrodilló, su expresión una mezcla de
amargura y repulsión. Lo sacudió con violencia. Jaejoong se estremeció pero le
dio la bienvenida a dolor.
—Eres un mentiroso, un conspirador y un
espía. Me tomaste en tus brazos, jugaste a ser mi amante apasionado, todo el
tiempo planeando traicionarme, sólo esperando el momento oportuno para hacerlo!
Jaejoong abrió su boca para protestar, pero
no podía hallar ninguna palabra, pues la
acusación era verdad.
Yunho lo hizo poner de pie y lo arrastró
fuera de la tienda.
—Dónde estamos yendo?— Jaejoong jadeó.
Yunho no respondió. Jaejoong vio su rostro,
lleno de fría resolución y furia
incandescente y tuvo miedo.
Cuando él vio que lo estaba llevando a la fortaleza, él clavó sus
pies en el suelo.
— Qué planeas?— él gritó.
Yunho lo miró lívido, su mano levantada para golpearlo. Jaejoong gritó.
El golpe no llegó. Su asimiento era tan
fuerte que Jaejoong creyó que podría desfallecer.
—Puedes ir arrastrándote o puedes caminar, a
mi me da lo mismo. — Y arrancó la marcha
nuevamente.
Continuó la marcha a los tropezones. No
puede... Jaejoong pensó, no puede estar haciendo lo que él pensaba que haría...
El gran salón estaba lleno de hombres. La
mayoría de ellos estaban sentado a la mesa, que tres veces más grande que la
de Aelfgar y con Siwon en la cabecera. Yunho no hizo una
pausa. Empujó a Jaejoong hacia adelante, hacia la tarima donde Siwon estaba
ubicado, Luego lo empujó abruptamente haciéndolo caer de rodillas en el piso.
Su mano sujetaba su cabello, manteniendo su cabeza hacia abajo y su nariz
contra las piedras del piso.
—Aquí está el espía, su majestad.
El silencio inundó el recinto.
Siwon miró fijamente a Yunho.
—Es tu amante?
—Sí.
Siwon se puso de pie.
—Todos afuera!— su mirada se encontró con la Yunho,
mientras esperaba que sus hombres
partiesen. Cuando ellos lo hicieron, él habló. —Estás seguro?
—Él confesó, — Yunho dijo fríamente.
Siwon lo miró.
—Levántate, eres mi prisionero, — él dijo.
Yunho lo soltó y él se puso de pie. Jaejoong levantó
su mirada hacia la del rey.
—Enviaste a
un espía para advertir a Hereward sobre
nuestros planes?— Aunque él quería llorar, levantó su mentón. Su voz tembló.
—Sí.
—Y cómo te enteraste de nuestros planos?
Jaejoong vaciló. Jaejoong tenía que traicionar a Yunho, pero
ahora protegería a su lord.
—Estuve espiando en la guarnición.
—Él miente — Yunho declaró. —Yo le confié
cosas a este brujo porque él comparte mi cama muy ávidamente. Le dije a dónde
estábamos yendo para calmar sus miedos sobre sus hermanos. Soy el hombre más
imbécil del mundo.
Siwon ignoró sus palabras y mantuvo la mirada
fija en Jaejoong.
—Él es muy bello. Se parece a
ese sinvergüenza de Hyun Joong . Tienes
suerte, muchacho, que Lord Jung te haya
casado con Sir Changmin. Yo tengo espías
en todos lados y sé muy bien que esta es la segunda vez que cometes una
traición a la corona. Yo supe que fuiste vos quien liberó a Hyun Joong . Claramente
eres un impenitente y atrevido. Tu sentencia de encarcelamiento es de por vida. — Él giró y llamó sus guardias.
Jaejoong se congeló, incapaz de moverse, de
respirar, de pensar. Los dos hombres entraron
y se aproximaron. Siwon les dijo que lo encerrasen. Jaejoong lanzó una
mirada frenética a Yunho, él no dejaría que eso
sucediera! Él no dejaría que se llevase a cabo esa sentencia, no dejaría
que lo metieran en los calabozos! Seguramente no!
Yunho lo
ignoró. Cuando los dos hombres lo
agarraron, Jaejoong cerró sus ojos. Sabía cuál era su destino. Todo estaba terminado. Iba a ser encarcelado de por vida. Y viviría
en los calabozos. No lloraría, no iba a implorar, se abandonaría a la muerte,
pues ser encerrado en los calabozos
seguramente lo mataría. Con una respiración profunda, él logró ponerse
entre los dos guardias. Sus hombros estaban derechos, rígidos, pero sus manos a los costados temblaban.
Cuando él se marchó, Siwon giró hacia Yunho,
quien se hincó sobre una rodilla, curvado la cabeza.
—Cualquier cosa que decidas, es lo menos que
me merezco.
—Tienes razón —Siwon dijo, alejándose. Él
levantó una copa de vino, la bebió, y giró para mirar a Yunho, quien todavía estaba de
rodillas. —Levántate, Yunho.
Yunho se puso de pie graciosamente.
— Eso
muy extraño. Primero elegiste no decirme
que el siervo que ayudó a que Hyun Joong escapase de Aelfgar era este muchacho, el
hermano bastardo de tu esposo.
Yunho demasiado amargado como para estar sorprendido.
—Nuevamente lo digo, soy un imbécil.
Siwon lo ignoró.
—Pero yo lo dejé pasar, confiando en tu juicio. Extrañamente la casaste
con Changmin. Más extraño aun es que lo
hayas llevado a tu cama. Con eso engañas
a tu esposo y a tu mejor amigo. Es verdad que es un brujo?
—No es un brujo.
—Quizás él te dio alguna poción, — Siwon dijo. —Porque vos no sos un hombre de este
comportamiento, ni sos alguien capaz de
contar nuestros secretos en la cama,
Dios Santo! No importa cuán bello y ardiente sea el muchacho!
Yunho no dijo nada. Pero sus ojos ardieron.
— Veo que estás enojado. Estoy complacido de
ver eso. Ya fuiste castigado suficientemente.
Has perdido una docena de tus
hombres. Yo no agregaré un castigo a lo que ya estás sufriendo.
—Gracias, su majestad — Yunho dijo sin
gratitud. Sus mandíbulas estaban rígidas.
Siwon suspiró.
—En verdad,
a pesar de la traición, logramos debilitar a los rebeldes. Aunque
nuestras pérdidas fuesen grandes,
tuvimos éxito en nuestros planes de destruir su campamento.
—Sí.
—Pongo al muchacho bajo tu custodia. Mis calabozos
rebalsan de gente; Además, es justo,
pienso. Pero no entiendas mal las cosas porque es un prisionero del rey.
Yunho sonrió, cruelmente, fríamente.
—Alegremente acepto esa tarea — él dijo.
* * *
—Tu castigo ha concluido — Yunho dijo
fríamente en la puerta hacia habitación.
Karam se levantó de la cama, mirándolo
fijamente. Entonces él corrió, se puso de rodillas, y tomó su mano.
—Gracias, mi lord, — él dijo humildemente. —Te imploro tu perdón.
— él levantó su rostro, su boca
temblando.
Yunho lo ignoró, gesticulando para que él se
pusiera de pie, y severamente giró para examinar la puerta y la traba interna.
Un hombre lo seguía.
— Esto debe ser quitado — él le dijo al carpintero. —quiero que lo
coloques del lado de afuera. Además debe ser irrompible. Entiendes?
—Sí, mi lord — el carpintero dijo,
inspeccionando la puerta.
Yunho cruzó el cuarto con pasos largos, miró
por una pequeña ventana. Ni siquiera un niño podría deslizarse por esa ventana,
él notó con satisfacción. Sólo había una manera de salir de ese cuarto, y ese
era por la puerta.
—La tranca puede ser madera por el momento,
pero hay que hacer una de hierro inmediatamente. Infórmale al forjador — él
declaró.
Karam abrió los ojos ampliamente,
humedeciendo sus labios nerviosamente.
— Qué pasa, mi lord?
Yunho se sorprendió de que él todavía estuviese allí.
—Vos volverás
a mi habitación — él le dijo brevemente. —Tu hermano será confinado
aquí.
—Jaejoong!
Yunho empezó a dejar el cuarto, y Karam se
apresuró yendo detrás de él, tomando su manga.
—Mi lord, que ha sucedido?!
Él desprendió su brazo.
—Necesito un baño ahora.
Karam se apresuró a pedir uno.
—Tu hermano
ha cometido traición una vez más, — Yunho dijo, con tanta frialdad
que Karam tembló. Él se quitó el
protector de cuero. —Él es un prisionero del rey, y su sentencia es de por
vida. Siwon lo puso bajo mi custodia. Él nunca dejará el cuarto hasta
el día que muera.
Karam se mordió el labio para evitar sonreír,
incapaz de creer en su buena suerte. Quería saber los detalles, pero los descubriría bastante pronto.
—Yo quería advertirte — él dijo
cuidadosamente —antes que partieras a York.
Yunho le lanzó una mirada fría, sólo vestía
su pantalón ahora.
—Si?— su tono era burlón.
Karam respondió.
—Él vino a verme la noche que partieron, mi
lord.
—Si hay algo que quieres que sepa, dímelo de
una vez.
Yunho era rudo y él lo odió. Pero todavía
recordaba la sensación de sentir de su miembro enorme dentro de él, el dolor y el placer, y se lo imaginó tomándolo nuevamente. Los
golpes del carpintero mientras colocaba la nueva tranca en la puerta del cuarto
comenzó a sonar. Karam levantó su mentón.
—Él vino para disculparse por acostarse con
vos, mi lord. Él quería explicarme que ese era su deber para con sus hermanos.
Yunho lo miró inexpresivamente.
—Ellos le pidieron que te sedujese y que se
ganase tu confianza, él era un espía. Es
la única razón por la compartió tu cama, él dijo. Él pensaba que eso aliviaría
mi mente. — Karam se sonrió ligeramente. Pero él estaba observándolo, y se
regocijó secretamente cuando vio la rabia caliente inundando su rostro y el odio frío llenando
sus ojos. Él se alejó de él, y Karam sonrió rápidamente, incapaz de contenerse.
Cuando la tina fue llenada, Yunho se introdujo. Su corazón
estaba latiendo pesadamente y continuaba
recordando había llegado a ese cuarto y había hallado al brujo desnudo en su
cama. Había sido un plan, un complot de sus
hermanos y él era el seductor y el espía. Y él se había dejado llevar por su falo ávido.
Bien, pensó Yunho, una risa frío se escapó por sus labios, nunca sucederá
nuevamente.
La
rabia lo invadió. Lo había estado sofocando desde que él le había confesado
todo.
Él era un traidor, y ahora era su prisionero,
y se pudriría en esa habitación hasta el día de su muerte.
* * *
Jaejoong era llevado por un guardia de la
fortaleza. Él lo lanzó adentro del cuarto y partió, golpeando la puerta de
madera detrás de él. Oyó la tranca cayendo, el sonido ominoso y final.
Abrazó su propio cuerpo.
Ahí era donde Karam había estado confinado,
aunque la habitación ya no se parecía más
a ese cuarto. La cama había sido quitada un camastro de paja y una manta
ocupaban su lugar. Una vela había sido provista, con una copa da agua y un
orinal. Estando tan desnudo, el cuarto parecía grande.
Jaejoong caminó hacia la estrecha ventana y
miró, lágrimas llenaron sus ojos. Había estado
encarcelado en el calabozo en York
por medio día. Ese calabozo no había sido en nada como el de Aelfgar,
afortunadamente. Él podía respirar a pesar del
miedo que le cerraba el pecho. Él
había tenido su propia celda, la mitad
del tamaño de esa habitación. Se había
amontonado en un rincón, ignorando a los otros prisioneros, sudando y
jadeando, pero no había un ataque de
histeria.
Jaejoong lloró.
El dolor en su corazón oscurecía todo lo
otro. Él lloró, desesperadamente,
eternamente y dolorosamente. Lo había
traicionado, y Jaejoong sabía qué clase de hombre era él. Sabía que Yunho nunca lo perdonaría. Lloró
hasta que él no tuvo más lágrimas para derramar, lloraba porque lo amaba.
Darse cuenta de eso llegó demasiado tarde.
Y aunque hubiese antes, qué diferencia
habría? Él amaba a sus hermanos también.
Había estado tironeado entre dos posiciones irreconciliables. Podría haber negado ser un espía, pero no
habría cambiado nada. Él nunca lo perdonaría.
El viaje de vuelta a Aelfgar había llevado
dos días. Jaejoong sólo había visto a Yunho ocasionalmente. Él lo había borrado de su
existencia con un golpe brutal. Sabía eso, no estaba sorprendido por eso, de la
misma manera que sabía que nunca volverían a tener lo que alguna vez habían compartido. Afortunadamente, ya no le
quedaban lágrimas. Su corazón estaba dolido por el amor perdido. Y cada vez que
había visto sus hombros anchos, o había oído su voz, no había
podido apartar su mirada de él.
Pero él ni una vez lo miró a él.
Ni una vez.
Se estaba poniendo oscuro. Jaejoong se
preguntó si le traerían otra vela cuando la que tenía se
hubiese acabado. Decidió no encenderla. No
estaba seguro de cómo sería su prisión. Ahora mismo, temía ser sometido a una
privación extrema. En verdad, se había
quedado sorprendido por no haber
sido enviado a las cuevas oscuras debajo de Aelfgar.
Oyó la tranca siendo quitada y asumió que le
traían pan y cerveza, la comida con la subsistía
desde su encarcelamiento. Apoyó su mejilla contra la pared, sin tomarse el
trabajo de mirar. Sin embargo cuando la puerta fue abierta, él supo lo que venía. Podía sentir su presencia.
Yunho se ubicó en la entrada oscureciendo la
última luz de la tarde.
Jaejoong no dijo nada, pero su corazón estaba
saltando salvajemente con esperanza. Por qué él venía? Oh, Dios, por favor
déjalo que me perdone, es todo lo que quiero.
Yunho miró el cuarto, luego sonrió con satisfacción cruel. Su mirada se clavó
en él. Jaejoong vio su desprecio sin
disimular, y todas sus esperanzas murieron. Se hundió, abatida. Él lo odiaba.
—No tuve ninguna opción — él susurró, sus palabras se escaparon. —debes
creerme!
Yunho sonrió, otra cruel mueca de sus labios.
—Piensas que me importo con tus alternativas,
Jaejoong?
—Nunca fuiste forzado por las circunstancias a actuar contra tu
voluntad?
—Bonitas palabras. — Él se rió.
—Bonitas palabras de un bonito prostituto.
Él tragó una bocanada de aire.
—Por favor escúchame, por favor!— él se oyó rogar. —No tuve ninguna opción!
Sólo buscaba proteger a Hereward, no dañarte a vos! Nunca te dañaría! Yo...
Yunho lo alcanzó en tres pasos largos,
retorciendo su brazo hacia su espalda y forzándolo contra la pared.
—Para!— él gritó. —Para con tus mentiras! Derramas palabras de tus labios como
miel, pero es una miel envenenada la que derramas!
Jaejoong sollozó.
— Yo te amo.
Yunho lo soltó y se rió.
— Mas palabras!
—Es la verdad.
Su rostro estaba lleno de repulsión. Sus ojos
brillaban.
—Me amas, Jaejoong?
—Sí.
—Demuéstramelo — Yunho dijo. —demuéstramelo,
pruébalo. Quiero hechos no palabras.
Jaejoong se congeló, su corazón latiendo
inseguro sobre qué hacer. Cómo convencerlo?
Realmente estaba recibiendo esta oportunidad? Como suavizar su corazón,
cómo curarlo?
Yunho se rió con un sonido amargo, y giró
para partir.
Jaejoong se catapultó contra él, su mejilla
pegada a su espalda, todo su cuerpo
apretándose contra él. Yunho se
congeló.
—No
te vayas — Jaejoong gritó, sofocando sus lágrimas. —Déjame demostrártelo, déjame
hacerlo!
Yunho no se movió.
Sus manos estaban temblando como él acarició
frenéticamente. Le besó el omoplato y la
espalda. Enlazó sus brazos alrededor de su cintura y se anidó a su lado.
—Te amo — él susurró, y deslizó su palma
hasta su corazón, sintiendo sus latidos rápidos. Deslizó sus dedos, sobre su pantalón para
tocar la piel sedosa cerca de su ombligo.
Inmediatamente fue recompensada con la punta de su sexo saltando contra
su mano, y sintió alivio porque él todavía lo deseaba! —Déjame amarte, mi
lord. — Jaejoong jadeó, su corazón latiendo salvajemente. —Yo te lo demostraré.
De repente Jaejoong fue separado
violentamente de él y fue lanzó hacia
atrás, contra la pared. Tropezó pero no
se cayó. Yunho estaba enfurecido.
—Guarda tus trucos de prostituto para los granjeros — Yunho dijo
roncamente y luego se fue.
Yunho esta muy herido , jae no tuvo elección: (
ResponderEliminarque triste situación a qui el único afectado fue Jae pues termino enamorado de Yunho y no podía traicionar ni a sus hermanos ni a su hombre pero al final Jae termino solo en esa cárcel sin sus hermanos y con Yunho odiando lo
ResponderEliminarGracias
Yunho está herido y con razón, fue traicionado varias veces y será difícil que crea que Jae lo ama. Jae si tuvo opción de no traicionar, más que nada porque sus hermanos solo lo estaban usando y el lo sabía, y Yunho confió en el, lo cuido, lo salvó y Jae no correspondió, seta difícil que lo perdone, pero más difícil que le crea y confirmar en él.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞