miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 32

Capítulo 32

El prostituto había buscado seducirlo nuevamente.
Qué pensaba Jaejoong, que él era un imbécil?
Yunho, lleno de furia, caminó inquietamente en su habitación. Había estado enfurecido desde la cena, nada apagaba las llamas dentro de él. Odiaba cómo su cuerpo había respondido a ese hombre relajado. Se dijo a sí mismo que había respondido como cualquier hombre respondería a cualquiera, feo o bello. Tal vez debería haber dejado que  él ejecutase sus trucos y ver hasta donde llegaba él en su idea de probar  que  lo amaba! Tal vez debería haberla tomado y penetrarlo hasta que él no pudiese caminar!
—Vendrás a la cama, mi lord?— Karam jadeó.
Yunho miró a su esposo con desdén. Entendió su tono ronco. Karam quería fornicar. Bien, no sería ningún problema, porque su miembro estaba erecto por su  rabia. Yunho se desnudó metódicamente. Subió a la cama y lo colocó debajo de él, empalándolo inmediatamente.
Karam jadeó con su penetración.
Yunho embistió continuamente, cerrando los ojos, imaginando que era Jaejoong debajo de  él, gritando como su esposo estaba haciendo. Se hundió más profundamente, con más fuerza, queriendo lastimarlo! Karam sollozó y se debatió, arañando su pecho. Yunho agarró  sus  muñecas y se enterró aun más en él. El hombre debajo de él se estremeció  salvajemente en su orgasmo.
* * *
Jaejoong no vio a Yunho nuevamente, y dos días después de su visita llena de odio, él montó con sus hombres. Jaejoong lo observó partir por la estrecha ventana, el dolor en su corazón tan vívido y agonizante como siempre. Yunho era tan guapo estando sentado en su gran caballo gris, su rostro tenso como el  primer  día que lo había visto en Kesop. Era difícil de creer que ese hombre era el mismo amante que lo había tomado en el huerto, que jugaba con él en la oscuridad del establo. Yunho había aprendido a reír y a amar, él pensó con tristeza, y ahora había aprendido a odiar con el mismo fervor.
Mary era  la única que venía a su habitación, trayendo pan, queso, y cerveza, una vez a la mañana y una vez al atardecer. Le daban mínimas cantidades de agua, y todavía no había usado la vela para poner a prueba la generosidad de su captor como él  había sospechado, no le traerían otra vela. Su orinal era cambiado cada dos días. Le era negado un baño, diciéndole que si él quisiese lavar se debería usar el agua que recibía para beber. Entonces  Jaejoong estaba sucio, y no le importaba.
Mary tenía una buena relación con Karam, y Jaejoong sabía eso. Aparentemente el normando sabía eso también, y por esa razón la había elegido para que lo atendiese. Mary  era una chismosa,  no era maliciosa, sólo habladora, aunque Jaejoong sospechaba que Karam la proveía con la información que ella le daba.
Mary estaba contenta al contarle como el normando mantenía despierta a Karam toda la noche haciéndole el amor, hasta que Karam le rogaba lleno de regocijo por clemencia. Dios! Yunho lo odiaba, y Jaejoong sabía  que iba con mujeres. Jaejoong escondía su dolor  cuidadosamente seguro de que  Mary sería cuestionada  por Karam respecto a su reacción.
Jaejoong enteró que  el normando se había marchado para fortalecer una posición en la frontera con Gales. Él  estaría afuera  por lo menos una semana, tal vez dos, construyendo una fortaleza en medio del desierto estéril. Cuando Beltain se recuperase, él fue  informado, recibiría esa pequeña fortaleza. También le contaron que su esposo, Changmin,  había vuelto poco después que el normando se había ido.
Los días pasaban. La monotonía al principio era aliviada reviviendo cada momento desde que Yunho había entrado en su vida  aquel  día de  Junio  en Kesop. Eso resultó ser muy doloroso, y Jaejoong intentó  detener  esos  recuerdos, mas era imposible. No había nada más que hacer excepto mirar las cuatro paredes. Se preocupaba también por sus  hermanos, sabiendo que cada día que  pasaba la rebelión que ellos estaban planeando se acercaba.  Rezaba para que ellos sobreviviesen una vez más. Sabía que no debía tomarse el trabajo de contar los días, aunque lo hacía, diciéndose que no estaba marcando el tiempo para su retorno.
Una semana después que el normando hubiese partido Jaejoong se dio cuenta de algo. Amanecía descompuesto por las mañanas. Existía una buena  posibilidad de que estuviese embarazado. Sabía que él estaba esperando un hijo del normando.
Era un regalo de Dios.
Abrazó su vientre y lloró con agradecimiento, en ese momento él tenía una parte de Yunho donde volcar su amor, una parte de Yunho que crecería para ser fuerte  y orgulloso como su padre era, o, una mujer bendecida con las mejores característica de ambos padres.  Amaba a ese ser minúsculo creciendo dentro de su cuerpo, lo amaba con toda la pasión que le había dado a Yunho, y aún  más, porque había sido concebido con amor. Todas sus  emociones se concentraron en ese nuevo bebé, y nutrido por esa noticia, Jaejoong se serenó. Estaba seguro que el bebé había sido concebido en su noche de bodas, seis semanas atrás. El hecho que fuese concebido en la primera noche mágica en que había estado con Yunho lo llenaba de placer.
La comida, aunque  monótona, era suficiente mantenerlos a ambos. Le rogó a Mary que le trajera más, pero la criada le tenía miedo a su ama.
—No puedo, Jaejoong —  ella se lamentó. —Sería azotada si lo hiciera!
Jaejoong sabía  que tenía que conseguir más comida  por el bebé.
—Mary, por favor!
Mary sentía pánico.
—No puedo! Conoces a Karam!—  ella giró para partir.
—Espera!—  Jaejoong la  llamó desesperadamente. Mary reticentemente hizo una pausa. —Mary. —  Jaejoong vaciló.
Entonces abruptamente él decidió que más comida era la prioridad, el bebé era la prioridad. Karam se enteraría de su eventualmente de  su embarazo  cuando fuese visible,  entonces qué diferencia sería si él lo descubriese ahora?
—Mary, estoy embarazado, debes traerme más comida!
Los ojos de Mary, se agrandaron su boca cayó abierta, y luego exclamó que no era ninguna sorpresa que Jaejoong estuviese floreciendo como una rosa a pesar de la prisión. La criada consintió a los deseos de Jaejoong, y le prometió que él recibiría pan y queso extra y  suficiente agua para tomar baño dos veces por semana.
No fue una sorpresa cuando el día después que esa confesión, Karam apareció. Estaba  lívido. La habitación estaba a oscuras porque la única luz del sol entraba por la ventana estrecha. Jaejoong se sentó, había estado durmiendo la siesta y aunque estaba preparado, su cuerpo se puso rígido por la tensión.
Karam lo  miró fijamente. 
—Mary dice que te pones  más bonito con cada día, y yo no le creí! le dije que no es posible, ella asegura que es verdad! Entonces esa putita me dijo que estás embarazado. Es cierto?— él exigió.
Jaejoong fue invadido por una oleada de  piedad por Karam, pues sus celos y su malicia eran tan evidentes, haciéndolo parecer vengativo e infeliz.
—Estoy embarazado, Karam — él dijo con calma y sonriendo.
—El bebé es de Changmin!— Karam gritó, enrojeciéndose completamente.
Jaejoong sonrió nuevamente.
— es el hijo del normando.
—No! Una vez más mientes! Quieres engañarme, engañarlo a él?
Jaejoong estaba increíblemente tranquilo, pues la verdad era la verdad,  y Karam no podría cambiar eso.
—No, Changmin nunca tocó me. Yunho es el  padre. Oh, tendremos un niño rubio y bello!
Karam estaba  respirando aceleradamente,  mirándolo incrédulamente. La furia deformó sus facciones.
—Brujo!—  él gritó. — yo debería tener su semilla, maldito seas.  No puedes tener su bebé! No puedes!
Karam se movió  muy rápidamente, Jaejoong, letárgico como todas las tardes, no pudo reaccionar. Las manos de Karam se cerraron alrededor de su cuello. Instintivamente Jaejoong luchó para  librarse,  Karam tenía la fuerza de un hombre enloquecido, pero  Jaejoong era más grande y más fuerte y  se soltó del asimiento de Karam, tosiendo. Vio el  golpe viniendo demasiado, Karam lo golpeó con la fuente de arcilla con agua en la cabeza. Miles de estrellas estallaron, pero Jaejoong, luchó por su bebé, en  medio de oscuridad. Un  vértigo lo asaltó. Karam lo estaba arrastrando por el brazo a través del cuarto, y fuera de la  puerta. Jaejoong sacudió la cabeza, intentando recuperar la visión mientras Karam lo arrastraba hasta la habitación principal. Oyó que Mary exclamaba con sorpresa.
Su visión se aclaró y Karam lo forzó a sentarse. Jaejoong estaba en el antepecho de la  ventana abierta, y Karam lo empujó con fuerza.
Las manos  de Jaejoong sosteniendo su peso se resbalaron, y él vio los tres pisos hasta el suelo, se caería si Karam tuviese éxito de lanzarlo por la ventana. Oyó a Mary gritando.  Todavía estaba viendo algunas estrellas. Karam lo empujó por sus nalgas con toda la fuerza de su  locura.
Su mandíbula golpeaba con el antepecho de piedra mientras era empujado. Sus manos arañaban las paredes dentro de la ventana, luchando mantenerse firme. No había nada para agarrarse que no fuese la piedra lisa, y su pecho pasó por el borde, el suelo se mostraba debajo. Karam gritó.
 Y unas manos grandes le tiraron su cabello, empujándolo dentro del cuarto.
—No!— Karam estaba gritando. —No! No! No! Déjame matar al brujo! déjame!—  él aulló.
Hubo gritos y golpes. Karam cesó de gritar. Jaejoong vio que Beltain lo había golpeado en la mejilla. Athelstan sostenía a Karam mientras que él arqueaba  y se retorcía. Jaejoong giró  su mirada hacia su marido.
—Gracias — él susurró. —Oh, gracias!
—Estás seguro ahora — Changmindijo, calmándolo y abrazándolo.
Jaejoong comenzó a temblar, su rostro enterrado en su cuello.
—Él... él intentó... lanzarme por la ventana!— contó con un sollozo desenfrenado.
—Estarás bien ahora, Jaejoong. — Todavía  sujetándolo, Changmin habló con Beltain. — Él ha enloquecido.  Debería ser encerrado arriba hasta que Lord Yunho  retorne y decida qué hacer.
—Traeré al carpintero para clausurar la  ventana. Pienso  que deberíamos encerrarlo aquí.  Apostaré un guardia adentro para tener certeza que no se lastime.
—No estoy loco— Karam dijo entre dientes.  —Estoy perfectamente sano! Odio todo esto!
Beltain y Changmin, se miraron incómodamente. Athelstan lo observó con piedad.
—Él estará bien?— Beltain le preguntó a Changmin.
—Sí. — Con su brazo alrededor de sus hombros, Changmin caminó por la habitación. —Ven, Jaejoong, debes recostarte. Mary, trae vino ahora.
La criada, cuyos gritos alertaron a los hombres, corrió para obedecer.
Jaejoong se inclinó contra Changmin, aun temblando. Karam había intentado matarlo. Su bebé casi había muerto. Se hundió sobre la manta, agarrando la mano de su marido.
Changmin se arrodilló  al lado de él. 
—Estás bien ahora — él lo  calmó. — Lamento  mucho que tener que traerte aquí después de semejante odisea, pero nada ha cambiado.
—Oh, Changmin. — Jaejoong jadeó. —Él casi mató a mi bebé!
Changmin se quedó congelado.
Jaejoong comenzó a llorar.
Changmin se sentó a  su  lado de él y suavemente lo abrazó.
—Estás embarazado, Jaejoong?
Él sacudió la cabeza, sus ojos húmedos, incapaz de hablar.
—Él sabe eso?
Él negó con  la cabeza, luego agarró su brazo.
—Prométeme que no se lo dirás!
—Jaejoong — él protestó.
—Promételo! Changmin,  yo lo amo!— él imploró.  —yo lo  amo y él me odia. Le diré todo  cuando sea el momento debido, por favor! No puedo  mantener  escondido para siempre, lo sabes!
—Él podría pensar que es mío — Changmin pensativamente dijo.
—No, yo le conté como eran las cosas  entre nosotros. — él dijo con calma. —Él estaba  muy orgulloso, y, por un tiempo, pienso  que él quería...  un poco. Él no es un hombre que le guste compartir.
—No,  no lo  es — Changmin dijo. —Tienes suficiente para comer? Jaejoong! deberías decirle  esto inmediatamente para mejorar tus condiciones!
—Tengo más que suficiente por ahora. Mary me está trayendo raciones extras.
Changmin súbitamente lo estudió.
—Quizás — él dijo.  —Has ganado un poco de peso, tu cabello tiene un brillo infrecuente, así como tu piel. Me aseguraré que la cocinera sepa que debe mandar porciones extras.
—No se lo digas a él — Jaejoong insistió  nuevamente. Él se ruborizó. — Sé que me odia, pero no quiero su gratitud por esto. No sé lo que quiero, pero eso no.
—Eres tonto, Jaejoong. Yunho no es un hombre para amar, y es un hombre duro con ideas rígidas sobre el deber y la lealtad. Él no te perdonará por tu traición. Lo sé bien.
—También lo sé — él dijo,  aunque en lo profundo de su corazón esperaba su perdón.
—Es doblemente tonto no decirle que  será un padre. Claro que... — Changmin se puso de pie —No quiero ser cruel, pero él ya tiene muchos bastardos.
—No me sorprende — Jaejoong dijo con una  tranquilidad que no sentía. No había  considerado eso. —Dónde... dónde están ellos?
—Tres en Normandía, uno en Anjou, y dos en Sussex, creo. Ellos están con sus madres, por supuesto. En total seis hijos — Changmin agregó.
Seis hijos. Jaejoong casi se rió histéricamente. Entonces él le daría  un séptimo! Dios Santo!  Él sofocó en un sollozo.
—Lo siento mucho — Changmin dijo,  —pero  esos  son los hechos. Él te tratará  con cortesía por darle otro bastardo, pero no esperes nada más.
* * *
— Iremos el último día de septiembre.
Ambos,  Hyun Joong  y  Hereward protestaron esa declaración serena de Yoochun.
— Es muy pronto — Hyun Joong  dijo. —En dos semanas.
—Mis hombres todavía se están recuperando del ataque de Cavlidockk — Hereward concordó. Él era bajo y delgado, unos años mayor que ambos  hermanos.
Ellos estaban separados del campamento, casi fuera del círculo de la luz del fuego, hablando en voz baja por miedo a los espías.
—Cuántos hombres puedes reunir?— Yoochun preguntó.
—Dos docenas.
—Bien —Yoochun dijo,  sonriendo por  primera vez. —Porque  yo tengo tres docenas. Vamos a superar en número a Jung. Él perdió una docena de sus mejores hombres en Cavlidockk, gracias a Jaejoong.
—Deseas tomarlo por sorpresa?— Hereward preguntó.
—Sí.  Temo esperar más  tiempo  por los espías.  Nadie puede ser confiado  en estos días. Y  él todavía tiene que substituir la docena de hombres perdidos. Nosotros somos más fuertes ahora, y es momento de atacar.
—Atacaremos Aelfgar,  entonces, mi lord, no York ?— Albie habló por primera vez. Él estaba ligeramente separado, mucho más metido en las sombras.
—Aelfgar. — El tono de Yoochun era duro. — Es tan fuerte como York ahora que él reconstruyó las fortificaciones. Tomaremos Aelfgar, desde allí podremos repeler los ataques de Siwon y eventualmente él tendrá acordar la paz.
—Pero si está tan bien fortalecido, como lo tomarás? — Hereward preguntó.
—Por sorpresa y con la ayuda de la traición. Uno  de las criadas abrirá una  puerta  secreta, ubicada en el muro para la fuga de los habitantes de la fortaleza en caso de un asedio. — Yoochun miró a Hyun Joong , y sonrió  ligeramente. —Tu seducción con las muchachas ha probado ser muy útil. Podemos contar con Beth?
Hyun Joong  sonrió.
—Absolutamente.
— El día trece entonces — Ed declaró,  y con eso,  se dio vuelta  para observar la noche sin estrellas.
Hyun Joong   se acercó cuando Albie y Hereward volvieron  con los otros al campamento.
—Ed? Estoy preocupado con las noticias que Hereward  había traído  de Jaejoong. Que él había sido encarcelado por espionaje en York, y que había sido enviado a Aelfgar bajo la custodia de Jung. Me preocupa su seguridad.
—Él está seguro — Yoochun dijo. —Él no fue condenado a muerte sino a prisión perpetua. Si no fuese el esposo de Changmin, habría sido colgado, no tengo duda.
— Temo por él debido a  la ira del normando.
—Tomaremos Aelfgar y no necesitarás  preocuparte más — Yoochun dijo.
* * *
Yunho se enteró del intento de asesinato en contra de Jaejoong en el momento en que  retornó, antes de poner un pie dentro del gran salón. 
—Él está herido?— él exigió saber.
—No — Changmin dijo.
— Qué hicieron  con  Karam?— Su corazón estaba latiendo violentamente. Karam casi había tenido éxito en lanzar a Jaejoong por la ventana para matarlo!
—Lo encerramos  en su habitación con un guardia, mi lord — respondió Changmin. —Él está calmado ahora, pero verdaderamente,  sólo un hombre loco puede hacer tal cosa. Yo lo vi.  Estaba aullando como un demente, gritando que quería matar a Jaejoong. Beltain y Athelstan vieron eso también.
Yunho dejó a Changmin y caminó hacia las escaleras, controlando su temperamento con grande dificultad. Karam había llegado demasiado lejos. No toleraría más eso. En lo alto de las escaleras hizo una pausa  y miró hacia la puerta detrás de que Jaejoong estaba encarcelado. Había pasado un mes desde que lo había  visto, y deseaba sacar la tranca y entrar, para asegurarse que lo que Changmin había  dicho la verdad, que él estaba sano y salvo. Que él estaba vivo. Luchó consigo mismo y triunfó. Giró hacia su propia habitación, entró, y  despidió al guardia.
Karam estaba de pie, con las manos apretadas, y los ojos muy abiertos.
— Todo es una  mentira — él dijo roncamente. — fue una mera pelea. No pretendía   empujarlo para matarlo.  Lo juro.
—Estás  dejando Aelfgar  mañana — Yunho implacablemente dijo.  —Llévate  todo  lo que desees con vos.
—Dónde me estás mandando?— Karam gritó.
—Estás yendo a Francia — Yunho fríamente. —Al Convento de las hermanas de Saint John.
—Y... por cuánto tiempo?— él jadeó.
—Estarás en el convento para  puedas  arrepentirte por tus acciones, si así lo deseas. Se no... — él encogió los hombros. —Allá, por lo menos, no podrás dañar a tu hermano, o a  cualquier otra persona.
—Por cuánto tiempo?
—Hasta que seas viejo y canoso, Karam — Yunho dijo.
— No puedes hablar en serio! — Karam gritó. — No puedes hacer eso!
—No? Puedo hacerlo.  No serás el primer esposo en ser exilado en un convento religioso.  Estabas advertido, pero fallaste en tomar  seriamente mis palabras. Si hubieras sido uno de mis hombres  ya  te habría despedido hace tiempo. Prepara lo que necesites, Karam, para una larga estadía.
* * *
Yunho caminaba en su habitación. Había despachado a Karam, bajo vigilancia a otra habitación, pues no quería verlo  nuevamente. Todavía estaba enojado, furioso con él por  intentar asesinar a Jaejoong. Esa realidad lo hizo enfurecerse consigo mismo. Todavía  abrigaba algún tipo de sentimiento por ese prostituto traidor.
Jaejoong estaba  tan  cerca, detrás de la puerta del otro lado del  pasillo. Él  hizo una pausa  en su caminata y se lo imaginó dormido en la manta. Lo  odiaba con cada fibra de su ser. No le importaba que  Karam casi lo asesinara, se dijo a sí mismo, sólo le importaba que  Karam lo había desafiado y casi había  matado a un prisionero del rey, que estaba bajo su responsabilidad. Su frustración y su ira aumentaron.
Necesitaba  una mujer. No había tenido una en el  último mes más que su propio esposo, con quien se había acostado antes de partir  a las fronteras. Todos sus hombres habían padecido el celibato, pues no  había en la aldea ninguna muchacha accesible. Pensó en  Jaejoong, solo del otro lado del pasillo. Podría acostarse con él fácilmente.
Lo odiaba y no iría. Pero, por qué no?
Jaejoong era como una puta. Él lo deseaba. Jaejoong había sido  su amante. Jaejoong  ahora era su prisionero.  No podría negarse, y si lo hacía, él lo tomaría de cualquier manera. Se excitó mas pensando en eso y creyó que  podría estallar. Caminó con largos pasos hasta su puerta, soltó la tranca, y la abrió.
Jaejoong estaba dormido. La imagen de él detuvo sus pasos. Por un momento su resolución  vaciló,  y  entonces,  con furia renovada, Yunho fue a su lado. Lo alcanzó y lo  sacudió.
—Despierta —  dijo con un gruñido.
Jaejoong parpadeó  despertando con confusión. Yunho se agachó,  tomando su mentón en su mano, empujando su rostro cerca del suyo.
—Estás despierto, brujo?
Jaejoong jadeó en reconocimiento.
—Bien. — Yunho sonrió y se puso de pie, sus manos ya bajaban su pantalón para librar  su miembro erguido. Jaejoong jadeó nuevamente, sus ojos se agrandaron. — Necesito un prostituto — Yunho dijo fríamente. —Ábrete  para mí.
Jaejoong no se movió.
Yunho lo empujó y agarró  sus  muslos para separarlos.  Desprevenidamente él enlazó sus  brazos  ferozmente alrededor su cuello. 
—Tómame, mi lord— Jaejoong jadeó.  —Nunca me negaré  a vos.
Sus palabras, su aceptación, su clama lo  inflamaron.
— No puedes  negarte puta — él replicó, ya poniéndose encima suyo. Yunho lo penetró y   Jaejoong gimió. Diferentemente de la noche Yunho que lo había tomado en su día de boda,  Jaejoong estaba seco y apretado y  Yunho sabía que lo lastimaba. Se dijo a sí mismo que  no le importaba. Pero se quedó congelado, incapaz de continuar tomándolo cruelmente.
Jaejoong acarició los rulos de su nuca tiernamente, besando su mandíbula.
— Tus trucos de prostituto no funcionarán —  Yunho gritó, penetrándolo ferozmente.  
Jaejoong encontró su embestida fervorosamente, jadeando ahora con placer él conocía  ese  sonido  muy bien. No quería que él tuviera placer. Sólo quería usarla. Yunho tenía la intención de derramar su semilla rápidamente, tan rápidamente como fuera posible. En el pasado, él había  tenido que  luchar consigo mismo para no terminar, queriendo darle éxtasis; ahora le  dio bienvenida  a su excitación  insoportable, y la alentó. Se recordó sí mismo todas las mentiras que él había dicho, todas las instancias de su traición, y la emboscada que  resultó  en la pérdida de una docena  hombres. Jaejoong probablemente había mentido respecto a Changmin también, probablemente había compartido su cama muchas veces. Después de todo porque no iba a ser espía en otras camas? Yunho alcanzó el orgasmo violentamente.
Se puso de pie, sonriendo fríamente, ajustando su pantalón. Podía ver que le había  negado el placer a Jaejoong.
—De ahora en adelante no  sólo serás mi prisionero — él dijo.
Su mirada se demoró en su sexo  húmedo y expuesto. Jaejoong no intentó cubrirse.
—Eres mi puta. Cuando sienta necesidad, te tomaré.
En sus  ojos Yunho vio lágrimas.
—Nunca te odiaré, mi lord — Jaejoong susurró.
—Entonces yo te odiaré lo suficiente por los dos —  Yunho declaró, giró abruptamente y  salió.
* * *
Cuatro días más tarde.
Yunho estudió cautelosamente  el bosque. Estaba a  seis kilómetros de la aldea, cerca de un gran árbol caído que servía para cruzar el riacho a modo de puente. Ese era definitivamente el  lugar para el  encuentro.
Estaba  montado su caballo gris, y estaba  solo. Por lo menos, parecía estar solo. En verdad, sus  hombres estaban escondidos en el  bosque, no  muy lejos, en caso que eso fuese una trampa. Su mano apoyada ligeramente sobre la empuñadura de su espada.
Lo oyó antes de verlo. Mirando a través del río, Yunho observó al caballero aparecer entre los árboles hasta que frenó su caballo en la orilla rocosa del riacho. Yunho y el caballero desmontaron, moviéndose hacia el árbol caído. Yunho saltó sobre el tronco y caminó  cuidadosamente hasta el medio, como hizo el otro hombre. Alrededor de ellos el riacho sonaba lo suficientemente alto como para impedir que sus palabras fuesen oídas si  alguien intentase escuchar.
—Aelfgar será atacado. Habrá cinco docenas de hombres. La criada  Beth  los admitirá por la puerta secreta en el muro. Yoochun, Hyun Joong  y Hereward entrarán.
—Cuándo?
—El  día treinta.
—Lo hiciste  bien, — Yunho dijo.  —Si dices la verdad,  como Siwon  te ha prometido, su recompensa será el feudo de Lindley en Sussex.

—Oh, digo la verdad, — Albie dijo.

3 comentarios:

  1. Pobre jae esta en medio de una guerra que no es suya :(
    Ahora yunho a perdido completamente la confianza :(
    Que pasara con jae y su bebe :(

    ResponderEliminar
  2. pobre Jae a pesar de que Yunho lo trata mal el lo ama y se lo demostrara y sus hermanos fueron traicionados espero que no mueran o no abra valido la pena tanto sacrificio de su parte por proteger a sus hermanos
    Gracias

    ResponderEliminar
  3. Traición por todos lados, Yunho a este traidor le paga y agradece, entonces porque no comprende que Jae traicionó por amor a sus hermanos.

    Ya quiero que Yunho descubra que Jae está embarazado. El castigo de Karam no es tan cruel como el de Jae en el calabozo.

    Gracias!!! 💗💕💞

    ResponderEliminar