lunes, 7 de octubre de 2019

Confiar en un Lobo: Epílogo


Epílogo

Minho estaba agitado. Se había ido a la cama y se había derrumbado durante un par de horas, luego se había despertado bruscamente, de repente completamente despierto. El problema era que era un ave nocturna, y no estaba acostumbrado a irse a la cama tan temprano. Eso, aparte de encontrarse en una cama que no era familiar, había causado que se despertara.
Fue por el libro que había guardado en una de sus bolsas, decidiendo que un poco de romance e intriga sería justo lo que necesitaba. Cuando cruzaba el suelo una tabla crujió bajo sus pies. Hizo una pausa y oyó un ruido de rasguños y una risa sorda que avanzaba por el pasillo. Aparentemente Jaejoong y Yunho estaban yéndose justamente a la cama.
Minho recogió el libro, contemplándolo distraídamente mientras su mente consideraba a Jaejoong y a Yunho. Su sonrisa era algo triste mientras pensaba en su propia falta de vida amorosa. ¿Por qué no podía encontrar nunca al tipo correcto? Se concentró en el libro y decidió que no funcionaría. Se vistió silenciosamente y caminó suavemente por el pasillo, descendió las escaleras y avanzó a través de la casa a oscuras, con la ayuda de la pequeña linterna que siempre llevaba en su llavero. La cocina estaba justo delante y, si recordaba correctamente, había una puerta que conducía al patio trasero.

Confiar en un Lobo: Capítulo 10


Capítulo Diez

A última hora de esa noche, Jaejoong y Yunho estaban relajándose en el estudio, después de compartir una comida con Minho, Junsu y Yoochun.
Minho se había retirado a la cama, la combinación del viaje y la noche pasada, finalmente pudieron con él. A pesar de sus hábitos de ave nocturna, estaba profundamente dormido.
Yunho había persuadido a Jaejoong, sin demasiados problemas, de que esta sería una buena noche para su primera carrera juntos. Con eso en mente, pasaron algún tiempo en el estudio, contentos cada uno con la compañía del otro, mientras daban tiempo a Minho para que se instalara y consiguiera dormir.
Las manos de Yunho empezaron a vagar, una colocada en su estómago, frotándolo provocativamente,  haciendo que él se contoneara mientras se apoyaba contra él.
—Eres peligroso —le dijo, colocando sus manos sobre las de él para detener sus movimientos—. Parece extraño pensar que hubo un tiempo en que te evité como una plaga. Ahora eres familiar, y tan querido.

Confiar en un Lobo: Capítulo 9


Capítulo Nueve

Jaejoong observó a Yunho a través de la puerta entreabierta de la cocina. Estaba sentado en un banco de piedra al lado del estanque del koi, alimentando al pez. Una brisa suave movía su cabello, haciendo que los destellos dorados que había en él relucieran y danzaran.
Bajo su camisa, los músculos de sus brazos se contraían y movían. Una pequeña sonrisa jugueteó en sus labios —todavía le asombraba que un hombre tan extraordinario pudiera ser suyo.
Todo parecía perfecto excepto por una nota discordante, el compromiso. Fiel a su palabra, Yunho no había vuelto a mencionar el asunto, pero Jaejoong tenía la sensación de que estaba muy a menudo en su mente. Había veces en las que se quedaba en silencio. Cuando le preguntaba si algo estaba molestándole, lo negaba inmediatamente. Aunque no lo admitiría, Jaejoong sabía que todavía estaba preocupado por su renuencia, especialmente ahora que seguramente había un pequeño en camino.
La mano de Jaejoong cubrió su abdomen todavía plano, un gesto inconsciente de protección.

Confiar en un Lobo: Capítulo 8


Capítulo Ocho

El día señalado para presentar a Jaejoong a la manada llegó; Jaejoong y Yunho circulaban lentamente por un largo camino de grava.
En realidad, la carretera que recorrían era un camino de acceso. Conducía a una bella y rústica casa de madera y piedra, con una amplia fachada, rodeada por el bosque. En mitad del recorrido, Yunho observó la presencia de un hombre en un desvío.
—Su deber es impedir que cualquiera deambule por aquí —le explicó a Jaejoong cuando este preguntó.
—Hay más recorriendo el bosque, para así mantenernos seguros. No nos gustaría terminar en la primera página de alguno de esos periodicuchos de cotilleos. No quiere decir que nos persigan —añadió, al ver sus cejas levantadas—, pero no hace daño ser algo precavido.
Yunho extendió la mano, cubriendo la que él mantenía en su regazo. Apretó delicadamente.

Confiar en un Lobo: Capítulo 7


Capítulo Siete

—¿Qué está haciendo él aquí?
Jaejoong empezaba a bajar la escalera cuando Yunho hizo pasar a Wong Jong y le llevó a través de la cocina. Después de posponer la primera cita de Wong Jong hacía unos días, Yunho estaba deseoso por comenzar. Mirando hacia arriba, divisó a Jaejoong y le dio a Wong Jong una serie de instrucciones para que prosiguiera hasta el sótano.
—Hola, cariño, estás precioso. Ven aquí. —Esperó mientras bajaba, y luego lo envolvió en sus brazos, besándolo apasionadamente.
Jaejoong estaba vestido para ir trabajar, con una chaqueta de sport hecha a medida, sin ningún adorno, una camisa blanca sin mangas debajo y un pantalón rosa palo. Era la primera vez que llevaba puesto este traje en particular, y al estudiarse en el espejo, había esperado que Yunho lo aprobase. Obviamente así ocurría. Gimió por el gustazo de recibir su ardiente asalto.
Yunho se echó hacia atrás y contempló a su compañero.

Confiar en un Lobo: Capítulo 6


Capítulo Seis

Yunho miró cariñosamente a su dormido compañero. Su despeinado pelo se derramaba a través de las almohadas sin ton ni son. Un suave sonrojo teñía sus mejillas, y sus labios enrojecidos estaban hinchados y ligeramente entreabiertos, incluso su respiración era suave y pareja. La forma voluptuosa que le había conducido casi a la locura por lujuria la noche pasada, se perfilaba entre las sabanas arrugadas.
Había tenido problemas a la hora de mantener sus manos fuera de él. Cada vez que lo amaba solo hacia quererlo mucho más. Su miembro revoltoso había permanecido semierecto toda la noche. Aun después de llenarlo con su semilla había permanecido sumergido en su cuerpo, dormitando a rachas solo para renacer, duro como una roca, sepultado profundamente en su entrada resbaladiza, caliente. La necesidad de follarlo, poseerlo, dominarlo, de montarlo, era como una compulsión sin control.
Él tenía que saber sin ninguna duda que le pertenecía. Que era su alfa y compañero.
Dos veces dentro del despacho, una vez en el cuarto de baño, tres veces durante la noche y en la madrugada, y una vez más esta mañana antes de levantarse e irse a la ducha. Habían hecho amor siete veces, no era extraño que él estuviera exhausto. Yunho estaba un poco asombrado, la verdad.

jueves, 3 de octubre de 2019

La cama equivocada: Epílogo

Epílogo


Un año después
–Sé que no voy a ganar, pero el mero hecho de estar nominado ya es increíble. No me esperaba que me nominaran dos años seguidos.
–No intentes convencerme de que te conformas con que te hayan nominado. A todo el mundo le gusta ganar. A ti, también –contestó Yunho.

La cama equivocada: Capítulo 10


Capítulo Diez

A Yunho le dolía mucho la cabeza. En realidad, le dolía todo el cuerpo. Estaba solo, exactamente como siempre había creído que quería estar. Cuánto se había equivocado.
Seguro que podía llamar a alguien. Tenía un montón de nombres en su agenda, nombres de supuestos amigos, pero, ¿qué harían? Irían y se sentarían a su lado y hablarían del tiempo o de política o de deportes... ninguno de ellos lo conocía de verdad y él tampoco los conocía a ellos. Siempre había mantenido la distancia y se daba cuenta ahora de lo solo que estaba en realidad.
Se daba cuenta porque había una persona que había sabido hacer que aquella distancia desapareciera, una persona a la que se moría por ver, a la que quería a su lado, aquella persona con la que llevaba tres días intentando ponerse en contacto.

La cama equivocada: Capítulo 9


Capítulo Nueve

Yunho estaba en mejor forma que él, era evidente, porque se había recuperado mucho más rápido, pero tuvo la delicadeza de dejar que permaneciera tumbado un rato.
–¿Te apetece algo? –le preguntó de repente.
–¿No lo dirás en serio? –se sorprendió Jaejoong.
Yunho se rio.
–Me refiero a comer algo.
–Ah, eso sí.

La cama equivocada: Capítulo 8


Capítulo Ocho

Jaejoong se despertó hecho un ocho y con Yunho debajo de él en el sofá, todavía ataviado con el esmoquin.
Se quedó mirándolo. Era como un delicioso bizcocho que no se podía comer, que se miraba, pero no se tocaba. Se moría por tenerlo de nuevo. ¿A quién quería engañar con eso de ser amigos?