miércoles, 24 de mayo de 2017

El Conquistador: Capítulo 33

Capítulo 33
El campamento sajón estaba ubicado en un valle escondido, a veinte kilómetros de Aelfgar.
Era el 29 de septiembre. La noche estaba negra y sin luna, prometiendo una mañana gris y  nublada. El campamento estaba completamente en silencio. No había conversaciones  susurradas. Ningún fuego encendido. Pocos estaban durmiendo la noche anterior a la  batalla.
—Hasta el tiempo nos favorece — Hyun Joong  dijo en voz baja.
Yoochun no dijo nada. Los hermanos estaban sentados sobre un tronco.
—Ganaremos — Hyun Joong  dijo,  apenas suprimiendo de su voz la  excitación. — Tendremos en devolución lo que es nuestro!  Puedo sentir eso en mi cuerpo!
Yoochun sonrió ligeramente.
—Beth sabe lo debe hacer — Hyun Joong  susurró. —Poco antes del amanecer ella abrirá la puerta conmigo a  la cabeza,  nadie sabrá lo que está sucediendo! Pienso que estaremos dentro de la fortaleza antes que una alarme sea llamada.
El hombro de Yoochun tocó el  de su hermano, luego lo apretó  firmemente.
—Esta vez — él dijo — parece que los dioses nos favorecerán.
* * *
Jaejoong estaba esperando.
Yunho no vino a él nuevamente, no desde  la noche cuando él lo había  usado cruelmente y  fríamente, pero cada noche Jaejoong esperaba. Si Yunho todavía lo deseaba, existía una oportunidad para ellos, una oportunidad muy escasa, en  verdad, pero él alegremente se aferraría a ella. En sus  brazos  le demostraría  lo que sentía por él, le demostraría que estaba arrepentido de su traición, le demostraría cuanto lo amaba.
El ser tratado como un prostituto era un dolor  insoportable, pero de algún modo él le  dio la bienvenida  castigo, pues lo merecía. En verdad,  aunque Yunho lo odiaba, él todavía lo amaba, y estando en sus  brazos no podía ser un castigo sin importar cuán cruel Yunho intentase ser.
Sabía que debería  odiarlo. Pues amar a alguien  que lo odiaba era algo completamente  desesperante. Pero no podía hallar ninguna manera de negar lo que sentía. Si sólo Yunho viniese a él otra vez.
Algo andaba  mal  esa noche. Ya  era  muy  tarde. Jaejoong estaba tenso en su vigilia, pues la fortaleza estaba  en silencio, y  él presintió que algo malo estaba por suceder, algo estaba ocurriendo. Jaejoong abrazó sus rodillas, mirando fijamente la puerta. Yunho, dónde estás? Ven a mí!
Cuando Yunho de repente entró, aproximándose a él con pasos largos y rápidos, Jaejoong sintió miedo y alegría al mismo tiempo.  Su rostro  estaba cerrado, sus  ojos como hielo. Y si él fallaba? Y si Yunho venía a buscar alivio sexual y a lastimarlo y él no podía derretir el hielo de su corazón? Jaejoong ya estaba poniéndose de pie y temblando.
—Mi lord —  Jaejoong logró decir. —Estoy complacido de que hayas venido.
 Algo brillaba en su mirada. 
—Piensas que me importa?— Yunho se rió,  arrastrándolo contra él. —Estoy aburrido, puta. Muéstrame algunos nuevos trucos.
Las lágrimas vinieron a sus ojos.
—Qué tipo preferirías?
—Cualquier tipo — Yunho replicó.
Jaejoong bajó sus pestañas para contener las lágrimas, sabiendo que era un idiota, que  nunca penetraría su odio para dispersarlo. Nunca. Pero, cómo desistir de soñar?
Yunho hizo un sonido, de disgusto, y retorció su mano llevándolo hacia abajo hasta que  su palma cubrió su miembro. Ya estaba erecto. Jaejoong lo acarició ciegamente, desesperadamente. No podía continuar así, pero no había rezado para tener la  oportunidad de estar  juntos? Por qué su corazón tenía que sentirse como si estuviese roto?  Debería ser fuerte  y determinado. Y  entonces, como sintió  si él estuviera cayendo bajo su poder, bajo su hechizo, lo oyó él articular un pequeño  sonido y Jaejoong miró hacia arriba. Sus ojos estaban cerrados, su rostro tenso por la estimulación.
—Yunho —  Jaejoong susurró.
Yunho lo oyó,  Jaejoong vio algo indefinible cruzar la expresión de su rostro, pero Yunho no abrió  los  ojos. Jaejoong se inclinó  contra la pared  y levantó un muslo para enlazarlo  alrededor de su cintura. Yunho no necesitó  ningún aliento, pronto  ya estaba hundiéndose en él. Para su sorpresa, Yunho lo besó ferozmente, la primera vez que lo hacía desde el descubrimiento de su deslealtad. Con un grito Jaejoong lo besó en respuesta, reivindicando su boca  mientras Yunho poseía la suya. Lo amaba. Lo amaba tanto.
—Yunho —  Jaejoong gritó cuando su orgasmo llegó. — Yunho, Yunho!
Yunho se separó un poco y  lo miró,  y Jaejoong vio algo en sus ojos, algo que no tenía nada a ver con el odio y la rabia. Yunho de repente lo levantó en sus brazos y lo acostó en  el camastro.  El corazón de Jaejoong se apretó.
—Quiero ver tu cuerpo, brujo — Yunho dijo.
— Qué pasa?—  Jaejoong dijo  preocupado, su intuición entró en juego. Algo estaba pasando, algo estaba ocurriendo! Yunho lo ignoró, sacándole el vestido. Por un momento él sólo  miró su vientre. — Qué pasa? Qué sucede?— Había miedo en su tono.
Yunho no respondió, sus ojos en sus senos hinchados. Jaejoong se congeló. Yunho puede adivinar, él pensó, que estoy embarazado. Yunho no lo había desvestido ni visto su cuerpo desnudo en seis semanas, desde Cavlidockk.
Yunho gimió y buscó su pezón con el ansia de un bebé. Jaejoong se relajó. Pronto Yunho lo  estaba penetrando, lentamente esa vez.
La pasión ardiente lo envolvió en un clímax.
Yunho ya  no era su guardián, su torturador, sino su amante. Yunho no  había terminado y se movía continuamente dentro de él. Nuevamente llevándolo al clímax, y finalmente, con una gemido rondo, Yunho se derramó dentro de él.
Jaejoong lo sujetó, acariciando su espalda.
Había lágrimas en sus ojos. Yunho lo amaba como si Cavlidioc nunca hubiera sucedido.
Yunho rodó de encima de él y se acostó de espaldas, una mano cubriendo sus ojos mientras jadeaba.
Jaejoong lo estudió abiertamente, su corazón estaba cerca de estallar con esperanza y  alegría. Sus esperanzas comenzaron a desintegrarse cuando Yunho se levantó sin mirarlo.  En el curso de su pasión Yunho se había quitado la ropa. Ahora se vestía rápidamente, sin lanzarle una mirada.
—Mi lord?— Jaejoong intentó.
Cuando Yunho giró hacia él,  con una expresión dura y cínica, una expresión que Jaejoong nunca más esperaba ver. Sus ojos estaban estrechados con desdén. Jaejoong sintió su  esperanza desmoronarse.
—Mi lord?— su tono balbuceante.
 —Si tienes algo que decir — Yunho dijo fríamente —dilo de una vez.
Yunho todavía lo odiaba. Nunca lo perdonaría, las palabras de Changminhicieron eco en su mente:
Él tiene ideas rígidas sobre el deber y la lealtad. Nunca  te perdonará la  traición, Jaejoong —. Y no había dicho Changminque Yunho no era  la clase de hombre que era capaz de amar? Era un  idiota por  amarlo, un idiota  ingenuo! Jaejoong tragó en seco.
— Algo está ocurriendo? Por qué todo está tan  silencioso?
Su sonrisa fue fea.
—Piensas para traicionarme  nuevamente?  — y  se  rió — Crees que porque  comparto  la cama también comparto secretos militares? Puedes pensar eso nuevamente?!
Lágrimas nublaron su vista cuando Yunho se marchó por la puerta. Su corazón latió  pesadamente, dolorosamente. Jaejoong apenas  lo oyó cuando Yunho hizo una pausa.
—No se te ocurra dejar esta habitación,  sin importar lo que pase — Yunho dijo.
Jaejoong estaba llorando, su rostro girado, y entonces  no entendió  lo que Yunho decía.  Y  no captó el resto de sus palabras, cuando Yunho agregó en voz  baja.
— Estarás seguro, Jaejoong.
Jaejoong sólo estaba consciente de la agonía de su corazón, y lo irónico de tener su corazón roto por segunda vez.
* * *
En el borde del  bosque, los sajones  hicieron una  pausa. Tenían que circundar el foso y  llegar al muro con la puerta escondida. Aunque eran más de cincuenta hombres, se entremezclaban  con facilidad en las sombras del  bosque, moviéndose sin hacer ruido. Era el momento de la noche justo antes de amanecer. Hyun Joong  agachó cerca de Yoochun.
—Es momento de proceder —Yoochun afirmó.
Hyun Joong  sonrió con excitación. Él giró hacia su hermano y  le dio  un abrazo fuerte y largo. Cuando Yoochun lo soltó, Hyun Joong  sonrió.
—Vamos — él susurró. —Dónde está Albie?
—Aquí — vino una voz, y Albie salió de entre unos arbustos.
Yoochun les palmeó las espaldas a ambos.
—Dios los acompañe — él susurró.
Hyun Joong  agarró su mano.
—Por la victoria — él dijo,  luego  se fue, corriendo con Albie siguiéndolo en la  negritud  de la noche.
En el  foso Albie esperó, dándole a  Hyun Joong  el extremo del puente de soga. Hyun Joong  entró en el agua, sonrió  y se hundió en el frío glacial,  luego nadó hasta la otra orilla. Cuando la alcanzó Hyun Joong  amarró el extremo de la cuerda al muro. En minutos veinte hombres  cruzaron, mientras el resto esperaba su turno.
Cuando la mitad de los hombres se reunieron  en el muro  de la fortaleza, el cielo estaba apenas iluminando. Hyun Joong  juntó a sus  hombres alrededor de él. 
—Dónde está Albie?— él preguntó, buscando a su segundo en  comando.
Nadie sabía dónde estaba, y Hyun Joong  sintió dos cosas: preocupación por que algo le hubiese sucedido y  un  miedo  indefinible. No podía esperar. Debían estar dentro de los muros antes del amanecer.
— Vamos — él dijo, levantando su espada.
La puerta estaba abierta, y Hyun Joong  sonrió brevemente, planeando agradecerle a Beth... en la cama. Traspaso la puerta con sus  hombres siguiéndolo. Dio cuatro pasos cuando vio un reflejo de acero, pero ya era demasiado tarde.
Giró para encontrar el ataque con su espada levantada, cuando sintió que una hoja perforando su costado. Hubo un rugido ensordecedor alrededor de él los normandos se materializaron desde las sombras, rodeando a sus hombres. Sintió su propia espada cortando carne mientras su mente pensaba. Fuimos traicionados.
Yoochun estaba  en medio de la batalla en el patio interno. Su corazón estaba enfermo por el  desastre que lo rodeaba. Los sajones yacían muertos por todos lados, una docena aún  luchaba, como él lo hacía. Sabía que habían sido traicionados.
Enterró  su espada en el corazón de su oponente, sólo para sentir una espada entrar por su cadera. Girando,  encontró ese nuevo ataque. Inmediatamente reconoció a su enemigo, quien también lo reconoció. Era el marido de Jaejoong, Changmin.
Yoochun lo enfrentó furiosamente, con determinación y habilidad. Changmin como él estaba cubierto de sangre. Sus espadas chocaron. Changmin estaba cansado, Yoochun lo vio herido y  sangrando en el  hombro. Otra espada intervino y lo  forzó a cambiar el frente de la pelea. Yoochun no vaciló y clavó su espada.
Hizo una pausa, jadeando, observando cómo Changmin se hundía hacia el suelo con un gemido.  Yoochun supo que habían perdido. Lloraría más tarde. No veía ninguna señal de su hermano. Sabía  que debía escapar  mientras permaneciese vivo, existiría la esperanza de otra rebelión, la  esperanza de victoria. Aunque  también estaba a pasos de la fortaleza y de su hermana, quien estaba adentro.
Sería un idiota si intentase liberarlo. Su deber era con Aelfgar.
* * *
Yunho hizo una pausa, jadeando, con la espada en su mano. Goteaba sangre. Él estaba sano y salvo. La batalla no estaba terminada, él pensó, inspeccionando el patio  severamente. Sus  hombres estaban en control de la situación,  empujando a los últimos  sajones contra el muro.  Los rebeldes yacían muertos, algunos de sus propios hombres estaban entre los cadáveres. Pero a primera vista  vio que  había sufrido  muy pocas pérdidas. No  había  alegría. Estaba demasiado  metido en la batalla, todavía demasiado  alerta y tenso.
Dónde estaban los líderes, Yoochun y Hyun Joong ?
Incapaz de detenerse, su mirada vagó hacia arriba, en dirección a la  habitación de la torre donde Jaejoong estaba. Jaejoong, por supuesto, estaba seguro, pues ningún sajón había  penetrado la fortaleza. Yunho pensó que podía discernir  su forma en  la estrecha ventana,  y determinadamente desvió su mirada. Entonces comenzó una búsqueda exhaustiva de los líderes rebeldes.
Su mirada escudriñando todos los rincones, ignorando a los muertos y a los pocos  soldados todavía  en combate. Entonces,  como un péndulo, su mirada fue hacia donde estaba Changmin.
Yunho gritó.
Changminyacía  inmóvil, y su cota de malla estaba roja por la sangre.
Yunho corrió hacia  él y se arrodilló.
—Changmin! Changmin!— Y antes que sus manos tomaran su rostro, supo que estaba muerto.
Sujetó el rostro de su mejor amigo, parpadeando las lágrimas calientes en sus ojos.
— Changmin— él repitió. —Aahhh. —  Yunho vaciló,  y luego  abruptamente lo empujó contra su pecho.
Pero resistió la maldita necesidad de llorar.
—Amigo — Yunho dijo roncamente. —Dios te tenga en la gloria ahora.
* * *
Jaejoong quedó cerca de  estrecha ventana, observando horrorizado. Los que seguían  luchando estaban del otro lado de la torre, y  él apenas podía ver lo último de la batalla y   algunos cuerpos muertos en el suelo. Pero había visto a Yunho antes, esgrimiendo su espada fatalmente. Yunho decapitó a un sajón con un solo golpe, luego entonces giró para encontrar a otro sajón y  fácilmente derribó a ese nuevo oponente para finalmente clavar la espada en su corazón. Jaejoong observaba porque tenía miedo,  miedo por sus hermanos, que estaban allá afuera en algún lugar, y miedo por Yunho.
Cuando Jaejoong vio a los sajones surgiendo detrás de Yunho cuando Yunho estaba combatiendo,  Jaejoong gritó en advertencia.  Dudó  que él  la oyera. Cuando Yunho mató a su atacante, Jaejoong lloró de alivio.
Yunho ya no estaba a la vista, abajo algunos hombres seguían luchando.
Su puerta fue abierta; Jaejoong giró.
—Yoochun!
Él estaba sangrando y rengueando,  la espada  bañada en sangre en su mano, pero estaba vivo.
—Debemos  irnos, ven  conmigo!— él gritó.
Jaejoong, quien siempre había  obedecido a  su hermano sin cuestionarlo, vaciló.  Su mente de estaba cargada con  un solo  pensamiento: Yunho.
—Ven — él gritó, agarrando su brazo.
Yoochun era la autoridad, el normando lo odiaba, y Jaejoong no podía decidir. Entonces fue con su hermano.  Juntos se detuvieron  en  las escaleras. El salón  estaba vacío,  pero afuera  se oían los gritos de los hombres, los gemidos de dolor, y los choques de espadas.
Yoochun lo tenía de la mano. No había tiempo para conversar, ni siquiera preguntar si estaba  muy herido. Él lo apresuró hacia el patio interno. Los hombres yacían muertos o muriendo alrededor de ellos.  De repente se quedó congelado ante una puerta abierta, una puerta que Jaejoong no sabía que existía. Jaejoong estaba asustado y su sangre se aceleró con la  primitiva necesidad de escapar.  No entendió  por qué  Yoochun se  detenía.
—Vete — él de repente  gritó,  empujándolo. —Yo te seguiré. Vete, huye con los hombres al bosque. Vete!
—Por qué esperas?—  Jaejoong gritó del otro lado.
—Vete! Mierda! —Yoochun gritó. —VETE!
Jaejoong intentó mirar por encima de su hombro, pero Yoochun ya había desaparecido.
* * *
Yoochun cayó de  rodillas al lado del cuerpo inmóvil  de su hermano. Su corazón se detuvo, así  como su mente. No  había otro pensamiento más que rogarle a Dios. Suavemente lo rodó de espaldas.
Hyun Joong  gimió.
—Dios !— Yoochun gritó con alivio. Y entonces él vio un torrente de sangre saliendo del tórax de su hermano, y, como un  loco, agarró ambos bordes de la herida para reprimir el flujo.
—Yoochun. — Hyun Joong  dijo débilmente.
—No hables —Yoochun gritó. —Guarda tus fuerzas!
—No puedo. — Hyun Joong  jadeó.
Furiosamente, Yoochun puso toda su fuerza en sus  manos mientras apretaba con ellas el tórax de Hyun Joong .
—Estarás bien — él dijo, jadeando. —No morirás!
Hyun Joong  abrió la  boca para hablar, pero  ningún sonido salió. Se sofocó con el torrente de su propia sangre.
Pon más esfuerzo en detener el flujo.
—Traicionados — Hyun Joong  dijo,  y  por un momento, sus  ojos brillaron. —Hemos sido traicionados, Yoochun — él susurró roncamente.
Yoochun empezó a  protestar, a decirle a  su hermano que no hablase, cuando encontró su mirada fija y ciega. Vacía cuando un momento atrás ardía con intensidad. Muerta.
—Dios, no!— Yoochun gritó al cielo y luego levantó a  su hermano en sus  brazos sollozando.
Sabía que debía  huir o  sería  capturado. A pesar de su dolor insoportable  no podía hallar  la voluntad de dejar a Hyun Joong .  Intentó  mirar a  el  rostro amado a través de sus  lágrimas calientes. Hyun Joong  verdaderamente era tan bello. Oh, Dios, Yoochun pensó, un dolor insoportable lastimando su corazón... Hyun Joong  había sido herido momentos después de que  valientemente había llevado a  sus  hombres a un  lugar donde los esperaba el enemigo.
Traición.
Las lágrimas de Yoochun  se detuvieron con esa comprensión  y con el conocimiento que el resto de su vida estaría dedicado a hallar al  hombre responsable de la muerte de su hermano.
Se levantó con Hyun Joong  en sus brazos. No podía dejarlo, de la misma manera que no podría haber dejado a Jaejoong. Dio un paso, cuando la fría voz de Jung Yunho lo detuvo en seco.
—Quieto — el normando ordenó con su espada levantada. —Eres mi prisionero.
Yoochun miró fijamente la mirada fría de su peor enemigo.

Luego miró a los normandos rodeándolo mientras empujaba a  su hermano muerto contra su pecho. Sus brazos se apretaron  protectivamente  alrededor  de Hyun Joong, y luchó con el renovado deseo de  llora. Estaba terminado. Perdido.  Aelfgar estaba perdido. Todo había terminado.

3 comentarios:

  1. Al fin todo termino???
    Pobre jae :(
    Sus hermanos enemigos de su amor :(

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  2. pobre sillos ahora el Jae esta fuera del alcance de Yunho y sus hermanos uno muerto y el otro prisionero que ara el Yunho cuando se de cuanta que Jae ya no esta con el
    Gracias

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  3. Ya todo terminó, murió Changmin, KHJ, y Jae lograría escapar, no cero lo logre o quizás el no se haya idoí. Que triste es la guerra.

    Gracias!!! 💗💕💞

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