Capítulo Ocho
Las colchonetas estaban puestas en la esquina.
Apiladas juntas eran cómodas, centímetros de relleno blando, entre el suelo
duro e implacable de la cueva, y su cuerpo. Jaejoong estaba desnudo, limpio y
temblando un poco. El fuego ayudaba a calentar el ambiente, pero Yunho iba a
calentarlo mucho mejor.
Se había apresurado para estar listo, pero se
preguntó qué le estaba llevando tanto tiempo. Creía que Yunho había estado
ausente casi una hora, y estaba ansioso por su regreso. Estaba sentado en la
cama con su atención fija en la curva de entrada de la cueva.
Por último un movimiento le llamó la atención
cuando Yunho entró y lo dejó atónito, viéndolo húmedo y totalmente desnudo a
excepción de sus botas con punta, que se sacó dándoles patadas a un lado. Se
quedó con la boca abierta mientras lentamente se acercaba hacia él, pensando
que era absolutamente precioso e increíblemente sexy. Los músculos expandidos a
lo largo de su cuerpo, entonces él cerró la distancia entre ellos y Jaejoong tuvo
que recordar como respirar.
Yunho parado a los pies delante de él mientras
miraba a su cuerpo, notando que había despertado en toda su gloria. Jaejoong no
podía dejar de centrar su atención en su pene erecto. Era un espécimen duro y
grueso, y tan sexy como podría ser. Se movió de nuevo, cayendo de rodillas,
atrajo su atención hacia su ancho pecho, donde brillaba la humedad en la piel
haciendo parecer que había sido engrasada para añadir a su belleza. Vio cómo
unas gotas de agua resbalaban por su pecho, recorriendo su pezón arrugado. Jaejoong
finalmente recordó que podía moverse, inclinándose hacia adelante lentamente,
avanzando centímetro a centímetro alcanzó sus manos y rodillas, arrastrándose
los pocos metros que los separaban. Un gruñido suave retumbó desde los labios
entreabiertos de Yunho. Su polla se sacudió un poco cuando él estuvo a un
respiro de distancia. Jaejoong se levantó sobre sus rodillas quedando uno
frente al otro, acercándose. Su único objetivo fijo, era esa gota de agua en su
pezón, Jaejoong no dudó en alcanzarla con su boca.
Su lengua se lanzó para atrapar la gota antes
de que cayera. Yunho se tensó, apretando los músculos del estomago de modo que
cada arista se estremeció ligeramente. Su boca se cerró sobre su pezón, mientras
su lengua se arremolinó en un patrón circular sobre la yema. Jaejoong le
tironeó en su boca, chupándolo.
Dos grandes manos, calientes envolvieron su
firme culo ahuecándolo, sus dedos agarrando sus carnes curvas. Su pecho vibraba
contra su nariz y el mentón, cuando otro rugido retumbó de Yunho. Su polla
presionando en su vientre suave cuando sus manos tiraron de él más cerca, hasta
que se encontró pegado a su cuerpo grande, firme en un instante. Las manos le
apretaron el culo con fuerza, extrayendo un gemido de Jaejoong.
― Jaejoong ―, su voz era ronca y profunda. ― Suéltame.
Con pesar, Jaejoong lo soltó con un sonido
suave. Levantó su mentón, por lo que él pudo apreciar la vista de su pecho,
admirando cada centímetro mientras miraba lentamente levantó la vista hasta la
barbilla, para ver que tenía la cabeza inclinada hacia abajo. Sus increíbles
ojos brillaban cuando sus miradas se encontraron. Las manos que lo agarraban lo
levantaron, sus rodillas dejaron la suave colchoneta cuando Yunho coloco su cuerpo más
arriba, hasta que estuvieron cara a cara, literalmente tocándose.
― Tú eres mío.
Jaejoong no lo dudó.
― Lo soy.
Su gran cuerpo se estremeció un poco, pero Jaejoong
sabía que él no tenía frío. Él respiró hondo, aplastando su pecho con más
fuerza contra su pecho. Su polla estaba cavando en su muslo ahora, pero no se
sentía incómodo. Sus manos soltando su dominio poco a poco, bajándolo de nuevo
hasta que sus rodillas tocaron la colchoneta.
― Preséntate ante mí.
Jaejoong tragó saliva, dejando ir la mano
izquierda de su culo. Caminó hacia atrás sobre sus rodillas para poner un poco
de espacio entre ellos y luego vaciló.
― ¿Quieres que esté de espaldas con mis piernas
extendidas, o me quieres de esta manera?
Se dio la vuelta, dejando caer las manos en la
colchoneta, por lo que estaba sobre sus manos y rodillas. Volvió la cabeza,
mirando su rostro sobre su hombro, mientras Jaejoong extendió sus piernas
separándolas, apoyando sus rodillas. Jaejoong sabía qué clase de imagen daba
mientras extendía las piernas un poco más, y bajaba sus brazos lo suficiente
para impulsar su culo más alto.
Yunho admiraba la vista, gruñendo en voz baja
un segundo antes de avanzar detrás de Jaejoong curvando las manos alrededor de
su cuerpo doblado. Toda su atención se mantuvo en su culo, mientras sus grandes
manos se deslizaban a lo largo de la curva de sus muslos a su espalda, para
luego bajar de nuevo. Una mano se deslizó entre sus piernas, rozando su miembro.
Jaejoong cerró los ojos, mientras los dedos Yunho
exploraban su entrada, dos de ellos se burlaban de su hendidura, probándola, y
aprisionando contra su entrada, pero no entraba en ella. Sus dedos resbalaron
más bajo y se frotaron contra su miembro. Yunho lo separó con los dedos un poco
más, lo suficiente para que su brote hinchado resbalara entre sus dedos antes
de pellizcarle la carne sensible suavemente, atrapándola para frotarla hacia
adelante y hacia atrás entre sus nudillos. Un gemido salió de los labios de Jaejoong.
― Se siente tan bien.
La respuesta de Yunho fue otro gruñido. Había
algo tan primitivo y masculino cuando hacía los sonidos graves y retumbantes
que se transformó en algo más. Yunho era un hombre grande, poderoso, fuerte,
realmente enorme. Pero su toque era suave cuando continuó capturando el miembro
de Jaejoong entre sus dedos, empujándolos con más fuerza contra la curva de su
cuerpo, causando que su brote sensible empujara más lejos entre los dos dedos.
De repente empujó el pulgar dentro de su entrada, violándolo.
Un fuerte gemido salió de Jaejoong, por la
maravillosa sensación de tenerlo dentro. Dejó caer los codos en la colchoneta
inclinando más su cuerpo para darle libre acceso. Cerró los ojos, bajando la
cara por lo que su frente tocó la blanda colchoneta. Jaejoong movía su culo
cuando el pulgar empujó más profundamente.
― Por favor.
― Silencio, ― ordenó. ― Siente.
Jaejoong sentía ganas de gritar de frustración
un momento más tarde, algo que luchó por sofocar cuando su pulgar salió fuera
de él. Sus dedos tiraban de su miembro por última vez antes de que lo soltara
por completo. Sorprendido porque él se había detenido, Jaejoong gimió de
frustración. Se levantó y volvió la cabeza para mirarlo por encima del hombro,
al verlo moverse hacia atrás unos centímetros.
Se sorprendió cuando Yunho se dio la vuelta. Jaejoong
tensó sus brazos, empujando su cuerpo hacia arriba, preguntándose qué demonios
estaba haciendo. Estaba de espaldas, con su cara entre sus pantorrillas, pero
luego avanzó hacia arriba, moviéndose entre sus piernas abiertas. Jaejoong abrió
la boca en estado de shock cuando lo agarró por las caderas, levantando su
cuerpo hacia arriba, tirando de su espalda un poco hasta que sus rodillas
estaban justo por encima de sus hombros. Tiró de sus caderas hacia su rostro
para que su boca pudiera capturar su miembro, y sus manos cambiaron su dominio
para poder extender más sus pliegues.
La sorpresa se convirtió en gemidos de placer,
Yunho lo sostenía en su lugar, mientras su boca atormentaba su miembro. Jaejoong
nunca había estado en esa posición con un hombre antes, casi sentado sobre su
cara. Era lo que estaba haciendo, así que él intentó no poner su peso. La
sensación era cruda y maravillosa, la boca de Yunho lo chupaba y se burlaba de
él, Jaejoong gimió más fuerte, retorciéndose de placer. Echando la cabeza
atrás, gritó cuando se corrió fuertemente, mientras sus dientes estaban
enterrados contra su miembro hinchado, comiéndolo. El éxtasis lo martilleó.
Yunho soltó su miembro, y Jaejoong sólo podía
jadear cuando él violó su entrada con su gruesa lengua, se sentía grande cuando
él se empujó en su interior. El gruñó en voz alta, lentamente follándolo,
mientras sus músculos se contrajeron a raíz de la liberación. Retirándose de él
poco a poco, oyó que un gruñido salió de Yunho, cuando se levantó lo suficiente
para salirse de debajo de él.
Jaejoong se derrumbó sobre sus codos y
rodillas, sintiéndose débil. El gran cuerpo de Yunho cayó a su alrededor
repentinamente, mientras lo enjaulaba entre sus brazos, con sus manos y
rodillas sobre él. La única advertencia que recibió, fue un empujón contra su entrada
de la cabeza del grueso de su polla antes de que Yunho empujara en él
lentamente, sin parar hasta estar completamente en su interior.
― Oh Dios, ― jadeó. ― Eres tan condenadamente grande.
― Estás tan apretado, ― gimió. ― Señor de las Lunas. Hombre, eres perfecto.
Yunho comenzó a moverse en impulsos lentos,
que dejaron a Jaejoong sin la capacidad de pensar, sólo podía ser capaz de
sentir. Yunho fue increíblemente suave, hasta que aumentó el ritmo un poco. Su
mano izquierda en el suelo mientras se enderezaba detrás de él, agarrando sus
caderas para mantener su equilibrio mientras se movía más rápido, y más duro en
su interior, creando una sensación diferente.
Jaejoong arañó la colchoneta, usándola para
apoyar su cuerpo cuando los gemidos salieron de su garganta. Con cada golpe Yunho
se sentía bien, pero cuando se retiró casi por completo y luego se impulsó de
nuevo, se sentía mucho mejor. Él torció un poco las caderas en un movimiento
que hacía que sus bolas golpearan contra su cuerpo con cada movimiento,
entonces lo colocó un poco con sus manos para separar más sus piernas.
Dicha cruda lo recorría, sintiendo su polla
dura como una roca, gruesa frotando contra él con fuerza, creando estragos en
sus nervios internos. El estímulo adicional contra su entrada, fue una
sobrecarga sensorial, provocando que sus músculos se apretaran con la
anticipación del próximo clímax, una advertencia de que no iba a durar mucho
más.
― Voy a... ― se quedó sin aliento.
― Córrete para mí ―, se quejó Yunho. ― Ahora.
Cuatro duros golpes más de sus caderas y él lo
hizo. Jaejoong casi gritó cuando sus músculos se estremecieron fuertemente.
Entró en espasmos, cuando el éxtasis atravesó su cuerpo, una explosión cegadora
de éxtasis apoderándose de él. Tras él Yunho rugió su liberación cuando se
corrió, podía sentirlo en lo más profundo de su entrada, llenándolo con su
semen, con duras explosiones de calor propagándose.
Jaejoong se habría derrumbado en consecuencia,
si Yunho no lo hubiera agarrado firmemente de las caderas. Jadeaba, el sudor
cosquilleándolo y tenía los ojos cerrados. Yunho se inclinó sobre él otra vez,
una de sus manos liberando su cadera para apoyarlo en la colchoneta al lado de
su hombro. Jaejoong abrió los ojos, para mirar el gran contraste. Yunho acarició
su cabeza con la suya.
― Eres mío y yo soy tuyo. Estamos vinculados.
Una sonrisa curvó sus labios. Yunho iba a
seguir diciéndolo, al parecer, y él nunca se cansaría de escucharlo.
― Sí.
― Me haces feliz, Jaejoong.
― Tú me haces feliz también, Yunho.
Yunho se movió lentamente, retirando su cuerpo
para estirarse a su lado, tirando de él hacia abajo en la colchoneta con él.
Terminó medio acostado en su enorme pecho, en mitad de la colchoneta, mientras Yunho
se tumbaba sobre su espalda. Sus dedos corrieron a través de su pelo, su otra
mano rozando ligeramente la espalda mientras Yunho lo sostenía.
― La vida será dura, pero haré mi mejor
esfuerzo para hacerla más fácil para ti.
Levantando su cabeza, Jaejoong miró fijamente
sus ojos hermosos.
― No necesito facilidad. Sólo te necesito a ti.
Sus dientes más afilados, asomaron entre sus
labios llenos, mientras sonreía.
― Eres muy especial.
― Tú también lo eres.
Se sonrieron el uno al otro. Jaejoong estaba
todavía asombrado de que hubiera dejado su vida atrás para estar con él, y
estaba muy agradecido también. Su sonrisa murió lentamente. Se movió,
levantándose lo suficiente para avanzar más arriba en su cuerpo y mirarlo
fijamente.
― ¿Qué te hizo decidir a traerme aquí?
Su sonrisa murió.
― No podía soportar la idea de Changmin alejándote
de mí y no podía dejarte ir. Me resistí cuando me sentí atraído por ti, lo que
sentí, pero el verlo allí, me hizo darme cuenta de que iba a suceder realmente.
Él te aterrorizó y abusó de ti. ― Su
tono se hizo duro. ― Tú debes ser apreciado, y la idea de que él
permitiría que otros hombres te forzaran a complacerlos con la lengua, me
enfureció. Supe entonces que no podía permitir que eso sucediera. ― Hizo una pausa. ― Y besarte fue mi punto de ruptura. Yo simplemente no podía
dejarte ir.
Jaejoong lo miró a los ojos pensando, no es
una confesión de amor eterno, pero lo acepto. Asintió.
― Soy feliz de haberlo hecho. Prefiero vivir en
una cueva contigo, que estar en otro lugar con alguien más.
― La vida será dura para nosotros, más para ti
que para mí, porque me educaron para ser un guerrero. Vivimos en condiciones
difíciles durante nuestra formación, pero tú eres humano. Yo cuidaré de ti, Jaejoong.
Te protegeré, y me aseguraré de que nunca pases hambre.
Alzándose hacia arriba, Jaejoong le acarició
la mejilla.
― Lo sé. No tienes que convencerme.
Yunho sonrió.
― Soy un buen cazador y proveedor.
Riéndose, Jaejoong asintió con la cabeza.
― Lo creo.
Su sonrisa murió.
― Me preocupa el futuro.
― Mientras este contigo todo estará bien.
― Van a perseguirnos, pero mataré a cualquiera
que venga a tratar de alejarte de mí, y a los hombres salvajes que husmeen
alrededor de nuestra casa. Me preocupa que busquemos descendencia, ya que los hombres
humanos no son tan resistentes. Si necesitas ayuda médica, me preocupa no poder
traerlo aquí de forma segura y a tiempo, y lo que sucederá si tenemos que
volver.
Tragó saliva, no queriendo pensar en un
posible embarazo viviendo en una cueva.
― ¿Qué pasará si alguna vez tenemos que volver?
Los ojos de Yunho se entrecerraron, un suave
gruñido salió de él, cuando el enojo apretó su rostro.
― Changmin intentará alejarte de mí, ya que la
ley estará de su parte y no puedo desafiarlo, ya que de acuerdo a nuestras
leyes, todavía estoy vinculado a So Joon. Él está en su derecho, por lo que
seré encerrado por tu secuestro. No me preocupo por mí, me preocupo por ti. Changmin
te castigará por haber huido conmigo. Júrame que si alguna vez nos capturan tu
le mentirás, diciéndole que te tome por la fuerza.
El shock lo golpeó.
― Nunca diré eso. Tú me salvaste.
Jaejoong sólo podía jadear cuando su espalda
golpeó la alfombra cuando les dio la vuelta rápidamente, cayendo encima de ella
para sujetarlo bajo su enorme cuerpo en un abrir y cerrar de ojos. Yunho gruñó
suavemente, mientras su mirada se redujo y se quedó mirándolo a los ojos.
― No lo entiendes. Abusar de una mujer u hombre
está prohibido, pero hay circunstancias en las que en Zorn castigar es
aceptable, y huir con un hombre es uno de esos delitos. Les dirás que te lleve
a la fuerza, reteniéndote contra tu voluntad si alguna vez regresamos, Jaejoong.
No entiendes lo que podrían hacer contigo.
No tenía miedo de Yunho mientras alcanzaba su
rostro con sus manos, a pesar de que lo veía seriamente cabreado.
― ¿No sería empeorar las cosas para ti, si
miento de esa manera? No quiero que te castiguen por un crimen que no has
cometido. No me has secuestrado o llevado por la fuerza, y no voy a hacerte
sufrir por querer estar conmigo tanto como yo quiero estar contigo.
Su pecho se expandió al tomar una respiración
profunda.
― Seré castigado, independientemente de si tú
viniste conmigo dispuesto, o no. Si alguna vez nos capturan, necesitarás
protegerte de la ira de Changmin.
― ¿Cómo podría estar enojado? ¿En serio? Ni
siquiera me conoce, y él no era realmente feliz por tener que vincularse con
una humana. Deberías haber visto su cara cuando acababa de llegar a tu casa y
no escuchaste lo que dijo.
Un músculo de la mandíbula Yunho ver dio un
vuelco.
― No entiendes a los hombres Zorn. Si tú dices
que te fuiste conmigo voluntariamente, vas a enfurecer su orgullo. Él será una
vergüenza para todo el mundo, así que para salvar su dignidad, te castigará
duramente.
― El peor castigo para mí sería perderte. Si
eso sucede, no importará lo que me pase.
Algo se suavizó en los ojos hermosos de Yunho.
― Yo te cuidaré.
Su corazón se apretó en su pecho. Maldita sea,
el hombre podría hacer que se derritiera. La ternura que llenaba sus magníficos
ojos hizo que lo amara más, a sabiendas de que estaba más preocupado por él que
por sí mismo. Había renunciado a tanto ya.
― Júrame, mi vinculado. Dime para mi paz, que
dirás que te tomé por la fuerza.
Las lágrimas brotaban de sus ojos.
― No me hagas prometer algo que nunca haré. Por
favor no me lo pidas, porque no quiero mentirte. No hay manera de que alguna
vez diga que me hiciste algo malo.
Yunho bajo la cabeza mientras cerraba los
ojos, y sus frentes se tocaban mientras tomaba un tembloroso suspiro. Yunho se
levantó un poco antes de abrir de nuevo sus párpados y sus miradas se
encontraron. Su lengua se deslizó por su labio inferior mientras Yunho lo
observaba.
― Me aseguraré de que nunca seamos capturados.
Sus dedos exploraron su mandíbula, amando
tocarlo. Su corazón se aceleró cuando se dio cuenta del estado de excitación de
Rever al moverse, desplazándose en ella, sintiendo su firme polla dura
presionando contra la cara interna de su muslo. Ella lo quería de nuevo tanto
como él, obviamente, la deseaba. Ni siquiera vaciló, ella envolvió sus piernas
alrededor de sus caderas. Rever se levantó, dejándola pasar debajo de él en una
posición mejor. Sus miradas permanecieron unidas.
― Hazme el amor.
No tuvo que pedirlo dos veces antes de que la
boca Yunho bajara a la suya. Fue increíblemente suave, cuando colocó su cuerpo
más grande sobre el suyo más pequeño, entrando en él al mismo tiempo que su
boca presionaba sus labios. Yunho contuvo su gemido de placer entre sus labios,
sus lengua se reunieron mientras empujaba más profundo dentro de su entrada.
Jaejoong envolvió las piernas más arriba, y
más fuerte alrededor de sus caderas para darle un acceso más libre para
moverse. Nunca había sentido nada tan maravilloso como lo que Yunho le hacía,
iba más allá de lo físico. Su boca dejó la suya cuando él levantó la cabeza,
asentándose completamente dentro de su cuerpo. Un suave gruñido salió de sus
labios entreabiertos.
― Dime que me quieres. Quiero escucharlo, Jaejoong.
― Siempre te amaré, Yunho.
Se retiró un poco antes de empujar de nuevo
dentro de su cuerpo, el placer transformando sus rasgos. Se trasladó en
movimientos lentos, ambos disfrutando cada momento que su polla gruesa se
deslizaba dentro de su apretado cuerpo. Con sus manos se aferró a sus anchos y
musculosos hombros, se aferró a sus caderas estrechas con sus piernas,
moviéndose contra su cuerpo, tratando de instar a que lo tomara más rápido. Sus
labios se curvaron en una sonrisa.
― ¿Quieres más?
Jaejoong se negó a apartar la mirada de los
ojos más sexys.
― Sí.
Hizo una pausa de un unos pocos latidos del
corazón y luego se impulsó más fuerte y rápido. El éxtasis pasó a través de él,
un fuerte gemido salió de Jaejoong.
― ¡Sí!
― Agárrate a mí.
Jaejoong no quería dejarlo ir. Yunho se movió
con él, su poderoso cuerpo ondulante mientras utilizaba su fuerza para
sujetarse sobre él para no aplastarlo, de rodillas cavando en el colchón para
la tracción. Sus caderas levemente torcidas, mientras entraba y salía de él con
empujes dominantes. Yunho lo controlaba totalmente, dominando su cuerpo y a él
le encantaba.
Sus músculos interiores se apretaban mientras Yunho
trabajaba sus nervios sensibles. Gruñidos y gemidos provenían de Yunho, pero
sus gemidos eran más fuertes. Nada se había sentido tan increíble como Yunho, y
Jaejoong sabía que nada alguna vez se sentiría igual. Era este hombre, este
guerrero, que había capturado su corazón con sus formas suaves, con sus
hermosos ojos y su total abandono de todo en su vida para estar con él.
El clímax lo golpeó duro. Su mirada se apartó
mientras su cabeza se echaba hacia atrás, sus ojos cerrados cuando la pasión se
convirtió en éxtasis sexual total. El cuerpo de Yunho se tensó y sus
movimientos se volvían lentos mientras se acercaba. Lo sentía en su interior,
mientras su pene bombeó y se sacudió, cuando los chorros de su liberación
entraban profundamente en él.
Los dos estaban respirando con dificultad
cuando Yunho se calmó, lo aprisionó bajo su cuerpo mas grande. Al abrir los
ojos Jaejoong, se reunió con su sonrisa.
― Te amo y quiero que lo sepas, maldita sea, Yunho.
No se trata sólo de sexo increíble, sino que, simplemente te adoro.
El gran Zorn cambió parte de su peso,
liberando uno de sus brazos para poder tocar su rostro con la mano. Sus dedos
se deslizaron por el pelo y levantó la cabeza de la colchoneta sólo un poco.
Sus hermosos ojos brillantes lo cautivaban.
― Nunca he sentido por nadie lo que siento por
ti. Nunca he experimentado la emoción del amor.
Su corazón se retorció. Tal vez algún día
se enamore de mí. Quizás con el tiempo…
― Desde que te vi, me sentí atraído hacia ti
como la fuerza de una caída. No hubo ninguna parada o desaceleración en la que
aterrizar. Tú estás en mi corazón y eres todo para mí, mi vinculado. Voy a
morir si te pierdo, y voy a matar a cualquiera que trate de alejarte de mí. Me
rompí por dentro cuando tuve que llevarte al centro médico, mi descendencia
creciendo en tu cuerpo y sabiendo que una parte de nosotros existía debido a
las emociones que compartimos. La vida perdió su sentido cuando me di cuenta de
lo que nunca podría tener. Estaba listo para ser miserable por salvar el honor
familiar. Crecí como Argis, y he hecho sacrificios para nuestro pueblo siempre.
Es lo que hacemos. Eras un sacrificio que yo no podía hacer, Jaejoong. El
honor, no hace que mi corazón estalle en el pecho, o me hace temblar por la
necesidad sólo por estar cerca. Tú lo haces. Nunca he sentido el amor, pero
nunca te había tenido en mis brazos. Ahora tengo ambas cosas.
Jaejoong parpadeó para contener las lágrimas.
― Oh, Yunho. ― Jaejoong lo apretó más ― Te amo tanto. Tú eres todo para mí, y nunca me he sentido
así con nadie.
― Vamos a tener una buena vida, pero no será
fácil.
― No me importa lo difícil que sean las cosas
en el Outlander. Mientras estemos juntos seré feliz, aunque vivamos en una
cueva.
Yunho sonrió.
― Con el tiempo Changmin se vinculará, y
posiblemente volveremos. So Joon es humano y sabe encontrar problemas, así que
estoy seguro de que algunos hombres desafortunados llamaran su atención. Si
alguno lo lleva a la cama puede tratar de vincularse a él, si no llega conocerlo
primero.
Riendo, Jaejoong le sonrió.
― Espero que no abra la boca hasta después del
sexo.
Se echó a reír.
― Así es como él me engañó. Apenas intercambiamos
palabras. El sexo era…
Jaejoong vio su expresión de sorpresa, cuando
su mano tapó su boca. Sus cejas se elevaron mientras Yunho miraba hacia él. Jaejoong
suspiró, liberando su boca.
― No quiero oír cómo fue el sexo con él.
¿Tienes alguna idea de lo que me mataba saber que estabas tocándolo? Yo te
quería y eso me desgarraba todas las noches, ir a mi cama sabiendo que en el
otro lado de la casa estabas con él.
Sus ojos se estrecharon.
― No tenía sentido que te angustiaras.
― No entiendo.
― Después del día de los Killis no podía
soportar su contacto. Él era... ― Yunho frunció
el ceño. ― No eras tú. No tenía ganas de montarlo. Soy
Zorn, y siempre tengo necesidad de sexo, pero era tu cuerpo el que quería
tocar, quería hundirme en ti y no en él. Eso lo enfureció, por lo que me sacó
de mi cama. Dormí en el suelo y me hice cargo de mis propias necesidades. Yo
sabía que si iba a tu habitación no dejaría tu cama. Al tener que llevarte a
los médicos, aprendí la lección de cómo me destrozó tenerme que dar por
vencido, y supe que nunca podría soportarlo una segunda vez. Por la noche me
acostaba pensando en lo que compartimos, mi cuerpo lastimado por la necesidad
de tenerte. Fue por eso que no podía estar cerca, tenía que mantenerme a salvo.
Mis impulsos de tocarte eran demasiado fuertes. Soy un guerrero que luchó
contra su yo interior, mi Jaejoong.
Jaejoong le acarició el pecho.
― No tendrás qué luchar por mí, contigo mismo
otra vez. Si quieres, tómame.
Yunho sonrió.
― Te arrepentirás de decir esto. Te deseo otra
vez. Me tientas una y otra vez.
Arqueando la espalda, Jaejoong movía su culo,
no sentir a Yunho era difícil. El hombre no se ablandaba cuando estaba en su
interior.
― Así que me tomarás. Te quiero a ti, Yunho.
Siempre que quieras.
Cerró los ojos cuando sus labios bajaron,
envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, y tiró de él más cerca. Un
gemido se mezclaba entre sus lenguas. El cielo estaba en su beso, y en la forma
en que le hizo el amor. Fue el último pensamiento que Jaejoong tuvo antes de
que se perdiera en el intenso placer que sus cuerpos crearon juntos.
Oh Dios...todo fue tan hot ....
ResponderEliminarPero me dio tristeza saber q Yunho fue tan infeliz...maldito de su ex vinculado....saber q mató su descendencia aunque no fuera como tal todavía fue duro para mi Yunis....pero se aman realmente mi Yunjae ....me mata de felicidad verlos decir q son el uno para el otro...ooohh todo es dicha....ahorita!!!
lo bueno de esto es que Yunho no sufrirá mas pues ahora que esta con Jae el lo ara muy feliz solo espero que no los encuentre Min para que no le arranque de sus brazos a Jae
ResponderEliminarGracias
Ojala Min pronto encuentre alguien que le guste para vincularse y So Joon quien se lo lleve para que Yunho y Jae puedan regresar y ser felices.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞