Capítulo 19
Straush fue recibiendo
una tras otra a las patrullas que habían salido en busca de la colmena. Todo
era negativas. Maldijo por lo bajo y se sentó sobre la mesa.
– Gricarius... Cuando
te encuentre disfrutaré convirtiéndote en cenizas.
Yoochun entró en la
sala.
– ¡Straush hemos
encontrado la colmena!
Jaejoong, Changmin y
Junsu entraron un poco más tarde en la sala.
Jaejoong ladeó la
cabeza y los demás le miraron con seriedad.
Straush lleno de furia
se bajó de la mesa y de una patada la partió en dos.
Adoraba a Karsacry, su
guerrero africano valeroso y leal. Yunho era también una gran adquisición para
el clan, aunque podía resultar muy molesto era muy inteligente y no podía negar
que le hacían gracia sus comentarios. De no ser por él, aún seguirían sin saber
que pasaba con los oscuros. Su teoría les acercó a la victoria final.
– ¡Dejadme solo! – Les
ordenó.
Junsu seguía con la
mano de Jaejoong cogida, como si de esa forma quisiera tratar de consolarlo. Él
mismo echaría mucho de menos a Yunho y a Karsacry, en fin Karsacry era
Karsacry.
* * *
Yunho y Karsacry
seguían corriendo por las cloacas, los oscuros no parecían seguirles pero
podían emboscarlos tras la vuelta de cualquier conducto. Por fortuna hallaron
una alcantarilla. Karsacry la retiró hacia un lado con el hacha y saltó fuera.
De no ser por sus reflejos sobrenaturales, lo habría atropellado un camión
cisterna que circulaba en ese momento por la calle. Yunho fue más cuidadoso,
saltó lo justo para agarrarse y asomarse para ver si podía salir. Karsacry le
tendió la mano.
Yunho le sonrió a la
vez que extendió su mano derecha, pero su sonrisa dejó paso a una expresión de
terror. Los oscuros lo agarraron de las piernas y tiraron de él. Karsacry vio
como se lo llevaban. Saltó dentro de la alcantarilla, pero fue en vano había
más de cinco conductos por los que podían haberse escapado.
Al amanecer llegó al castillo,
donde todos los vampiros lo vitorearon. Junsu salió corriendo en su busca, pero
se paró en seco al ver que estaba cubierto de un barro curiosamente apestoso. Changmin
que estaba supervisando los entrenamientos de los vampiros, se acercó para ver
en qué estado se encontraba.
– ¿Cómo estás?
– Apesto, pero después
de una buena ducha me sentiré mejor.
– ¿Yunho? – Preguntó
Junsu.
Karsacry ladeo la
cabeza negativamente.
– Ese maldito humano
era el mejor guerrero que he conocido jamás. – Dijo Karsacry mientras se
alejaba de ellos en dirección a la torre del homenaje, donde sabía que se
encontraría Straush.
Los vampiros que se
cruzaban con él, se tapaban la nariz, hasta para un vampiro su olor era
demasiado. El continuó decidido a informar. Subió las escaleras de piedra que
conducían a la sala del trono. No podía dejar de ver en su mente la expresión
de Yunho cuando lo arrastraron dentro de la alcantarilla. Debió haber sido más
rápido, si lo hubiera agarrado de la mano ahora tal vez estuvieran los dos
vivos.
Abrió la puerta y
golpeó el suelo con su hacha.
– Bastión he
regresado.
Straush lo miró
agradecido por verlo con vida.
– ¿Qué ha pasado?
– Volamos la colmena y
conseguimos huir, pero en el último momento capturaron a Yunho. No pude hacer
nada mi bastión.
Straush se acercó a
Karsacry que se arrodilló al verlo aproximarse.
– Lo sé. Karsacry. Te
conozco, jamás abandonarías a un hermano. Aséate y prepárate para el combate.
No creo que los oscuros tarden en contraatacar.
Karsacry se levantó,
se inclinó ante Straush y abandonó la sala.
Unas horas más tarde
se encontraba ante la puerta del dormitorio de Jaejoong, por primera vez en su
vida tenía miedo. Lo que tenía que contarle la hundiría en un pozo de dolor.
Tocó a la puerta y
esperó a que le abriera. Unos minutos más tarde, apareció Jaejoong. Por unos
instantes se alegró, abrazó a Karsacry lleno de afecto.
– Mi niño. – Susurró
Karsacry mientras lo besaba en la frente.
– ¿Yunho? – Preguntó Jaejoong
con los ojos llenos de esperanza.
– Se lo llevaron los
oscuros.
Jaejoong sintió como
las piernas dejaban de sostenerlo, ni sus habilidades vampiras podían impedir
que sus sentimientos le hicieran desmayarse. Karsacry lo cogió y lo llevó hasta
la cama. Permaneció junto a él sentado, sin moverse.
* * *
Los oscuros agarraron
a Yunho, pero lejos de matarlo se limitaron a tomarlo de los brazos y obligarlo
a seguirles. Durante veinte minutos, avanzaron por los estrechos conductos,
cruzando galerías más anchas y pasadizos casi inaccesibles.
Pasaron por lo que
quedaba de la estación, cruzaron un minúsculo pasadizo horadado en la tierra y
desde allí subieron unas escaleras que para su sorpresa conducían al sótano de
una fábrica abandonada. Allí un millar de oscuros los rodearon. Se podía palpar
la tensión, deseaban matarlo allí mismo, pero se contenían. Desde una esquina
los oscuros se apartaron dejando un pasillo por el que apareció un hombre
cubierto por una túnica con capucha. Los oscuros se arrodillaron ante él, lo
que dejó claro que se trataba del bastión oscuro.
Lo obligaron a
postrarse ante él. El bastión retiró la capucha y la dejó caer a su espalda. Su
pelo blanco y sus ojos amarillos, le recordaban a Yunho una película de payasos
asesinos que había visto no hacía mucho. Una película bastante mala por cierto.
– Veo que lo tienes
muy bien montado. Tienes una buena jauría de perritos. –Dijo Yunho.
– Lo cierto es que sí.
No son muy inteligentes, pero sirven bien a mis planes.
Yunho aprovechando un
descuido de los oscuros que lo sujetaban, saltó sobre el bastión y le arrancó
el camafeo. El bastión lo derribó de una feroz patada, mientras se apresuraba a
recoger el camafeo del suelo. Fueron unos instantes pero bastaron para que
Yunho pudiera comprobar su teoría. Los segundos que el bastión estuvo separado
del camafeo, los oscuros se levantaron en actitud hostil tanto hacia él como
hacia el bastión oscuro.
– ¡Estás de suerte!
Dejaría con gusto que acabaran contigo y disfrutaría sin lugar a dudas viendo
cómo te descuartizaban. Pero por desgracia te necesito.
– ¡No pienso ayudarte
en nada! – Gritó Yunho.
– Lo harás quieras o
no. – Dijo riendo el bastión oscuro.
El bastión se acercó a
Yunho que ahora estaba fuertemente sujeto por varios oscuros. Sus ojos
amarillos comenzaron a latir y Yunho comprendió que pronto perdería su
voluntad.
* * *
Al medio día Straush
mando doblar la guardia, estaba seguro de que pronto serían atacados. Se asomó
a la vidriera y no pudo creer lo que veían sus ojos. Yunho acababa de entrar al
castillo, caminaba con paso firme.
Yoochun que se
encontraba practicando esgrima con otro vampiro. Dejó el entrenamiento y corrió
a saludarlo, pero Yunho lo ignoró. Por más que trató de averiguar que le pasaba
Yoochun no obtuvo ninguna respuesta, sólo un empujón que lo hizo caer al suelo.
Yoochun tenía claro que algo no iba bien, por lo que corrió a avisar al resto
del Clan.
Yunho entró en la sala
del trono, Straush lo miró con ojos rebosantes de alegría.
– ¡Bendita suerte! El
Clan vuelve a estar completo. – Dijo Straush.
Yunho desenvainó su
espada y corrió hacia Straush. Que empuñó su espada justo a tiempo de evitar
que la espada de Yunho cortara su cabeza. Cayeron sobre la mesa, Yunho tenía
los ojos en blanco y su fuerza era notablemente mayor de lo habitual. Straush
lo alejó de él clavando su pie derecho en el estómago de Yunho y empujándolo
contra una fila de bancos de madera.
Yunho se levantó
pesadamente del suelo, apartó uno de los bancos de una patada y reanudó la
lucha. Las espadas se cruzaron una y otra vez. Por fortuna la maestría con la
espada de Straush superaba con creces a la de Yunho. Lo desarmó sin dificultad.
El resto del clan entró en la sala, Karsacry y Changmin saltaron sobre Yunho,
en un intento de inmovilizarlo.
Junsu no sabía qué
hacer y Jaejoong, quedó impactado al ver a Yunho con vida.
Straush ordenó a Karsacry
y a Changmin que lo sujetaran con fuerza. Straush agarró la cabeza de Yunho y
miró sus ojos.
– ¡Está hipnotizado! –
Maldijo Straush consciente de que la hipnosis de un vampiro no podía ser rota
por otro.
– Tiene que haber algo
que podamos hacer. – Dijo Yoochun.
Jaejoong se acercó a Yunho,
acarició su mejilla y lo besó. Pero aquello no era un cuento de hadas. Yunho se
deshizo de Changmin y Karsacry. Quitó la espada a Changmin y lanzó un ataque
mortal contra Straush, que no tuvo tiempo para reaccionar. Pero Jaejoong sí. Se
colocó delante de Straush. La hoja de la espada se paró a escasos centímetros
de su bella cara.
Yunho parecía estar
luchando contra sí mismo, sus manos apretaban más y más la empuñadura, sus
brazos se contraían, pero la espada seguía allí detenida. Los ojos de Yunho volvieron
a su estado natural, pero el uso continuado del poder del traje lo dejó sin
sentido. Changmin lo agarró justo a tiempo de evitar que se golpeara contra el
suelo. Cosa que extraño al grupo, pues hasta ese instante siempre demostró una
gran animadversión hacia Yunho.
Ahhh el amor lo puede...con el beso no se rompió la hipnosis pero no pudo poner en peligro a su amor...
ResponderEliminarPobre yunho: ( esta muy débil : (
ResponderEliminarGracias por el capituló ❤
ahora que sera de Yunho ya se sobre paso de las fuerzas con el traje y solo Jae lo pudo parar pues el ni loco ni mucho menos hipnotizado puede lastimar a Jae
ResponderEliminarGracias
La fuerza del amor hizo reaccionar al último a Yunho, pero ahora que pasará, Yunho ocupó su fuerza, que angustia, se decidirán a convertirlo si es que Yunho quiere.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞