lunes, 3 de abril de 2017

Un extraño en mi ventana: Capítulo 21

Capítulo 21

En la sala del trono Straush debatía enérgicamente cual podría ser la mejor estrategia para defender el castillo frente al inminente ataque de los oscuros. Los bastiones, optaban mayoritariamente por reunir sus fuerzas en las murallas, para impedirles el acceso al castillo.
– No servirá de nada. De un salto alcanzarían el patio de armas. Concentraremos nuestras fuerzas allí, adoptaremos una formación circular y cada uno de vosotros mandará un sector. Yo os dirigiré desde el centro, mi clan será mi guardia personal.
– ¿Lo que no entiendo es por qué atacar? Objetivos estratégicos más importantes. – Dijo uno de los Bastiones de cabello corto y rojo que poseía una mirada de lo más siniestra.
– Me temo que soy su objetivo. – Dijo Straush. El emperador me mandó llamar a Roma hace un año. Los siglos le están pasando factura, su cuerpo se debilita, ya ni la sangre más pura lo rejuvenece.
– ¿Y qué tiene eso que ver contigo? – Preguntó el bastión más anciano, que no veía relación alguna entre él y el ataque.
– Antes de ser Bastión, vivía en Roma. Pertenezco al Clan del Emperador... él fue quien me convirtió.
– ¿Por eso tú comandaste la batalla final contra el bastión oscuro? – Preguntó uno de los bastiones de aspecto más joven y agresivo.
– Así es. Abandoné la corte vampira hace siglos, pero siempre acudí a su llamada cuando me necesitaba. El emperador quiere que yo le suceda en el trono.
Todos los bastiones quedaron sorprendidos, ante aquella noticia. Su bastión podría ser el nuevo emperador.
– ¿Y qué le contestaste? – Preguntó el Bastión más anciano.
– Obedeceré su voluntad por lealtad, pero no porque me agrade la idea. Nunca deseé ocupar ningún cargo de importancia. Ser bastión ya me cuesta, todos conocéis mi carácter. Si Gricarius acabara conmigo, el trono quedaría desierto y un emperador debilitado en extremo, sería fácil de eliminar.
– ¿Pero otros podrían ocupar el trono? – Dijo un bastión de pelo blanco y espesa barba que lo miraba lleno de dudas.
– Cierto. El bastión de España, el de Grecia o el de Rusia, estarían dispuestos. Tan dispuestos como para organizar una guerra civil entre vampiros con tal de hacerse con el trono. Gricarius lo sabe. Sin un sucesor que mantenga la integridad del imperio. Su disciplinado ejército exterminaría a cada facción con suma facilidad. Por eso no cejará hasta verme convertido en cenizas.
– ¡No lo permitiremos bastión! – Gritó el bastión más anciano. Durante siglos nos has comandado con liderazgo y honor, moriremos antes de permitir tu caída
– Lo sé hermanos, lo sé. Pero la amenaza oscura es demasiado importante como para tomárnosla a la ligera, un fallo en nuestra estrategia y Gricarius tendrá vía libre para acabar con el imperio.
Dispusieron un viejo mapa del castillo sobre la mesa en uve. Straush trazó un círculo en el interior y delimitó los sectores para seguidamente, asignar uno de ellos a cada bastión.
– ¡Bien la suerte ya está echada! Organizad vuestras fuerzas y que formen cuanto antes en el patio. No tardaran en atacar.
Straush contempló cómo sus bastiones abandonaban la sala. Entre ellos los había de todo tipo de calañas, honrados, líderes respetuosos, traidores y otros que se venderían al mejor postor. Lo único que garantizaba su lealtad incondicional, era la promesa que les hizo Straush de cortarles la cabeza si alguna vez osaban desobedecerlo o incumplir sus leyes. Straush no era un bastión fácil, sus leyes eran estrictas y su mando firme. No se detenía ante nada ni nadie y ahora que sabían que era descendiente directo del emperador, ninguno osaría desobedecerlo.
* * *
Caminó hacia la vidriera y se sentó en un banco de piedra que había junto a ella. Yunho y Jaejoong colmaban sus pensamientos. Un amor imposible al extremo. Jaejoong era un hombre de carácter frío que nunca se sintió atraído por ningún vampiro o humano. Y no sería por falta de pretendientes, cuando por fin abría su coraza...
Siempre hablaba de aquel extraño vampiro con ojos de fuego. Él nunca dio crédito a esa historia, la tensión del momento le hizo confundir a un hermano vampiro con un ser fantástico e irreal.
Pensó en Yoochun, Junsu y Karsacry ¿qué sería de ellos si el moría? Su leal Changmin. Jaejoong siempre fue su ojito derecho, su debilidad. Si sobrevivían a aquello, lo vería llorar la muerte de Yunho durante años, tal vez siglos. No podía soportar la idea de verlo sufrir.
* * *
Fuera, Karsacry supervisó a la tropa, los organizó y arengó con vítores en honor del emperador para levantar la moral de cara a la batalla. En cuestión de una hora la disciplinada tropa vampira ocupaba sus puestos a la espera de las órdenes de sus bastiones. Karsacry miró hacia la torre del homenaje, se impacientaba. El combate estaba cerca casi podía oler a esas bestias y no tener a su líder cerca le hacía sentirse vulnerable.
Junsu corrió por el patio, atravesando los arbustos que crecían por doquier en dirección a la parte central de la formación, le seguía de cerca Yoochun, que de mala gana hacia girar su espada en un intento de acostumbrar sus muñecas. Sería una noche larga en el mejor de los casos y corta en el peor de ellos.
* * *
Jaejoong seguía tumbado junto a Yunho, incapaz de reunir fuerzas para salir de sus aposentos y unirse a sus hermanos. Una corneta anunció que ya estaban formándose sus filas, pero estaba paralizado contemplando el cuerpo casi inerte de su amado.
Straush abrió la puerta, se acercó a él que nada más verlo se incorporó en la cama para abrazarle.
– ¡Padre! no quiero que muera. No podré seguir adelante sin él, ya no. Lo amo demasiado.
Por primera vez en siglos Straush tuvo que contener las lagrimas que pugnaba por brotar de sus ojos, ver sufrir a su amado hijo era demasiado para él, pero no era momento de mostrar flaquezas.
– Debes ser fuerte. Te necesito. Nos espera una dura lucha.
Jaejoong lo miró, giró la cabeza y observó a Yunho por última vez.  El sudor cubría la cara de Yunho que movía la cabeza de un lado a otro, como si estuviera teniendo alguna pesadilla. Lo besó en los labios.
– Adiós amor mío. Siento no poder estar junto a ti hasta el último momento.
Straush lo agarró por la cintura y dulcemente le obligó a salir del dormitorio. Jaejoong no podía dejar de mirar a Yunho. Consciente de que tal vez nunca más lo volvería a ver con vida.
De camino al patio de armas se cruzaron con Changmin. Que subía las escaleras de la torre en ese momento.
– ¿Bastión me ha mandado llamar?
– Jaejoong, ocupa tu puesto junto al clan yo iré pronto.
Jaejoong asintió con la cabeza y marchó corriendo escaleras abajo, cruzó el umbral de la puerta y marchó hacia donde se encontraba el grueso del ejército. Junsu y Yoochun se acercaron a él en cuanto lo vieron llegar. Le entregaron su espada y trataron de animarlo.
– Changmin ti tengo la peor de las misiones.
– No importa cuál sea la misión, la acataré sin dudar.
– Marcharás hasta el puesto de control y solicitarás refuerzos.
– ¡No mi bastión! No lo dejaré, mi deber es protegerlo.
– Tu deber es obedecer mis órdenes.
– Pero usted puede enviar a otro.
-¡No! Sólo tú eres capaz de transmitir mi petición al resto de bastiones estatales y conseguir que vengan en nuestro auxilio.
– Me sobrestima
– ¡No! te valoro en tu justa medida. ¡Márchate y no me falles!
– Conseguiré refuerzos mi bastión. Aunque tenga que buscarlos en el mismo infierno. – Dijo Changmin con gesto serio. Se inclinó ante él y abandonó la torre.
Corrió hacia una de las murallas, subió por una estrecha y casi derruida escalinata hasta llegar a lo alto de la muralla, desde donde saltó al bosque que rodeaba el castillo.
Karsacry no entendió porque su hermano de clan los abandonaba, pero cuando vio el gesto preocupado de Straush, acalló su mente y lo acompañó a su posición de mando.
Changmin corría entre la maleza, saltando troncos caídos, escalando pronunciadas pendientes plagadas de musgo y vegetación que le hacía resbalar continuamente Saltó a uno de los árboles y se fue desplazando por ellos en un intento de avanzar con mayor rapidez.
El centro de control se encontraba en una lejana granja. Era un lugar que a cualquiera le resultaría poco llamativo, de hecho ese era su objetivo, que nadie sospechara lo que se ocultaba en el subsuelo de aquel lugar. En un sótano cerca del pajar, estaba alojada una sala de control desde donde un vampiro se encargaba de las comunicaciones a nivel global.
No sería fácil convencer a otros bastiones de que movilizaran sus fuerzas para luchar contra una amenaza que ya todos creían extinguida. No tenía nada para probar sus palabras.
Cuando llegó a la carretera saltó entre un camión y un coche que circulaban cada uno en sentido contrario y cruzó la carretera. Dejó atrás el bosque y se internó en un campo de trigo. Aun teniendo a su favor su enorme velocidad, la distancia que lo separaba de su destino era extensa, no llegaría antes de una hora y nadie sabía el número exacto de oscuros que  conformaban el ejército del bastión oscuro. Para cuando llegaran los refuerzos podrían estar ya todos muertos y los oscuros batidos en retirada.
Yoochun se tensó, notó un olor que por desgracia le resultaba familiar. Los oscuros estaban cerca, a menos de cuatro o cinco kilómetros Iba a decírselo a Straush pero este lo miró dándole a entender que ya los había detectado.
Jaejoong clavó su enorme espada en la tierra, aunque no tenía interés en conservar la vida, no permitiría que nadie de su clan muriera mientras él estuviera con vida.

Karsacry sacó una piedra de aspecto áspero y la frotó contra el filo de su hacha. El gesto monótono de pasar la piedra una y otra vez para afilar su hacha, era algo que lo relajaba. No dejaba de pensar, lo que le hubiera gustado tener a Yunho a su lado. En la cloaca lo había hecho muy bien, y aquella noche sus habilidades les habrían resultado muy convenientes.

3 comentarios:

  1. Todo listo para la batalla...
    Estoy ansiosa x saber q pasa con Yunho y mi pobre Jae aunque sufra no abandona a su familia....

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  2. solo espero que terminen pronto con esos oscuros y regrese Jae corriendo a el lado de Yunho pues seria triste para los dos que no estén juntos en el momento de su partida que no muera nooooo quierooooooo
    Gracias

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  3. Que triste,morirá solo como quería, y que Changmin llegue pronto con la ayuda.

    Gracias!!! 💗💕💞

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