Capítulo 10
—Jaejoong, detente!
Él! Él era la última persona en este mundo
que deseaba ver. Jaejoong continuó corriendo.
Tropezó varias veces en el terreno irregular pero no se cayó. Oyó su llamando
nuevamente. Jaejoong alcanzó el otro extremo del campo de heno e hizo una
pausa, jadeando. En la oscuridad, vio la entrada al bosque. Él nunca lo dejaría
en paz?
Apoyó un hombro contra el áspero tronco de un
viejo algarrobo, y cayó de rodillas.
Enterró los dedos en la tierra y ahogó un sollozo. El mundo daba vueltas a su alrededor, su respiración
todavía era agitada e irregular.
—Jaejoong.
—Déjame en paz. — Para su desaliento, su voz
salió ronca y llorosa.
Yunho se quedó de pie, tenso e incierto. Esa
situación le dolía como si sí mismo hubiese sido herido. Quería tocarlo,
limpiarle la suciedad de la cara, acariciar su cabello. Maldición con ese
muchacho!
—Ven, — él dijo, su voz sonó áspero hasta
para sus propios oídos, y lo ayudó a
levantarse.
Él se alejó.
—Déjame en paz!— él chilló. —No quiero tu
preocupación!
Sus
manos cayeron a los costados.
—La tienes, quieras o no. Todos los que viven
en Aelfgar son mi preocupación.
Él desvió su rostro, deseando que él se
fuese, mirando fijamente sus propias manos blancas contra la tierra negra.
Yunho nunca le sugería nada a nadie, pero ahora, torpemente, él dijo:
— Volvamos.
—Vete. Déjame solo.
Él podía ordenarle, por supuesto, pero
por alguna razón no quiso hacer eso.
—Deseas pasar la noche aquí?— Era un
comentario idiota , pero él no sabía qué decir.
—No, — él replicó, —No deseo pasar la noche
aquí. Oh! Por Dios! — él comenzó a
llorar.
Por primera vez en su vida Yunho se sintió
impotente. Jaejoong lloraba a sus pies. Su deseo de tocarlo era fuerte,
pero él nunca había tocado a un hombre como Jaejoong solamente para
confortarlo, sólo para satisfacer su lujuria, y
no sabía cómo hacerlo. Yunho apretó
sus puños y sólo se quedó de pie allí, inseguro, sintiéndose el más débil entre los débiles.
Él abruptamente se paró, y lo empujó para
pasar. Yunho sintió mucho alivio. Él lo siguió. Pero no hablaron ni una
palabra. Él se mantenía orgulloso y caminaba erguido, cuando él sabía que estaba completamente exhausto. Él tenía más coraje y determinación que la
mayoría de los hombres. En la puerta de
la fortaleza, él sacudió la cabeza rígidamente
pero sin encontrar su mirada. Yunho no dijo nada, yendo para las
escaleras. Pero allí él giró, su mirada automáticamente lo buscó. Lo vio quitarse
la capa, y luego en su camisola blanca y
etérea. Jaejoong se desmoronó sobre su manta de dormir. Yunho vaciló, pensando que él pasaría frío, pero no se
movió para ir hacia él.
Y entonces una figura apareció ante Jaejoong. La mirada de Yunho era asesina. Athelstan lo miró directamente a él. Yunho observó
al viejo colocar una manta sobre él,
murmurándole algo suave e
ininteligible. Yunho tuvo un ataque de celos y sólo se trataba del viejo Athelstan.
* * *
Karam corrió desde la ventana en la
habitación de Yunho al cuarto del otro lado del pasillo donde él dormía. Apenas se hundió en su
propia cama cuando vio su sombra pasando por la entrada y luego lo vio entrando
a su habitación. Estaba rígido,
hirviendo de ira. Él ya lo sabía, o no? Él
sabía que él iría a encontrarse con esa puta cuando había salido más temprano.
Viéndolos regresar juntos lo había
confirmado. Karam nunca había odiado más a Jaejoong, o a Yunho.
Él iba a pagar. Karam estaba seguro de eso.
Pero primero, lo más importante, de
alguna manera tenía que mantener a Jaejoong fuera de su camino y fuera de la
cama del lord hasta después del matrimonio. Una vez que estuviese casado,
encontraría un modo de lidiar con Jaejoong para alejarlo de la lujuria de Yunho.
Aunque eso implicase casarlo con algún
siervo que viviese en una aldea en el otra extremo de las fronteras de Aelfgar.
Mejor todavía hacerlo secuestrar! De ese modo ellos nunca más le
verían un pelo a Jaejoong!
Karam, calmado por esas fantasías, cayó
profundamente dormido.
* * *
— Quince días?— Jaejoong repitió.
—Sí. Ya se publicaron los bandos, —Athelstan
dijo.
Jaejoong se dio vuelta. Su mente corría
frenéticamente. No podía permitir que esa víbora anidara allí! No podía! Pero, cómo detener el matrimonio cuando su
hermano estaba dispuesto a casarse? Y se cuestionó si hacer eso era justo,
cuando Karam quería desesperadamente
casarse? Ah, pero seguramente había otros hombres con quien podría casarse, no
tenía que casarse con el normando. No con el normando!
—Debemos detenerlos, — él murmuró para sí
mismo.
—Vos no vas a detener eso, —Athelstan dijo. —
A Él no lo llaman el Implacable por nada. Lo que él quiere, lo tiene. Eso es bien
sabido, Jaejoong. Y él quiere ser
el Lord de Aelfgar.
—Sí, — Jaejoong dijo amargamente. Él no podía
evitar eso, recordó el brillo en sus
ojos y su voz cuando, después que
él había girado el bebé, él había dicho —Bien hecho.— Luego
recordó la sensación
de su boca sobre la suya en
su habitación, su cuerpo mojado por
el baño, pegado al suyo. Algo lo
estremeció. Él estaría tan dispuesto para acostarse con Karam? Por qué ese
pensamiento lo enojaba? No le correspondía a él preocuparse por tales cosas,
sólo podía sentir lástima por su hermano.
Jaejoong no recibió ninguna tarea como deber.
Con determinación, Jaejoong fue a ver a
Tildie. Los eventos de la noche anterior todavía estaban frescos,
demasiado frescos en su mente. Su amiga había revelado sus sentimientos más
verdaderos y más profundo. Él se sentía tan repulsado por Jaejoong?
Jaejoong sabía que Tildie había estado histérico, pero aún así le dolía, le dolía
mucho. Y también estaba su propia
sensación de fracaso. Por encima de todo, Jaejoong quería ayudar a su amiga a atravesar el duelo por el
bebé muerto.
Tildie obviamente no estaba en las cocinas. De
acuerdo con los criados, ella había recibido un día de descanso por orden del Lord. Asombrada por esa desconocida bondad, Jaejoong caminó hacia la aldea.
El sol estaba alto y tibio, derramando
su fuerza y alejando lejos las nubes.
Había una brisa suave que traía el familiar olor a ovejas, pan asado y jacintos. En algún lugar sólo una cotorra
cantó, y un pájaro respondió.
La empalizada de la nueva fortaleza sería completada hoy, Jaejoong
pensó mientras se acercaba. El piso
inferior de la torre también había sido
terminado. Un puente levadizo está siendo construido. Un grupo
de hombres estaba allí,
trabajando en el portón de reja. Jaejoong vio al normando.
Él estaba desnudo salvo por sus pantalones, su
torso marrón dorado reflejaba la luz del
sol.
Él se dio vuelta para mirarlo.
Jaejoong se dio cuenta que había hecho una
pausa para estudiarlo y se enrojeció. Cómo podía haber hecho eso
abiertamente, delante de la mitad de la
gente de Aelfgar! Yunho no sonrió, pero
secó sus manos en sus muslos musculosos y lo abordó. Jaejoong
deseó no haberse detenido, pero era
demasiado tarde. Levantó su mentón, tensamente.
—Buen día, — él dijo.
Él no pudo evitarlo una sensación feroz lo
invadió. Él estaba cerca y casi desnudo
delante suyo, su cuerpo tan bien formado, su pecho ancho, su cintura estrecha,
sus caderas delgadas. Sus muslos
musculosos. Su pantalón estaba húmedo, pegado a su piel y marcando claramente
su sexo. Jaejoong se forzó a encontrar su mirada.
—No me mires ese modo, Jaejoong— él dijo en
voz baja. — Es una provocación.
Él sabía que se estaba ruborizando nuevamente.
—Vos ostentas y exhibes tu cuerpo, y sabes muy
bien que cualquiera que pase te va a mirar.
—Yo me exhibo?— él estaba sonriendo ahora, la
transformación en su cara era
sorprendente . — Crees que?
Jaejoong miró el portón de reja para no tener
que mirarlo.
—Sabes que sí.
—Entonces soy
muy guapo?
Él tomó una respiración.
—No, solamente diferente.
—Diferente?
—Algo exótico, raro, diferente!— él replicó.
—Más alto que un árbol, más ancho que una montaña, eres una imagen extraña!
Yunho se rió. Era la primera vez que él oía su
risa, y se sintió perplejo por la riqueza y el calor de ese sonido.
—No todos tenemos que ser morenos, bajos y sajones,
— él dijo con ojos brillantes.
— eso es malo.
—No, no lo es. — Él extendió una mano, y su
dedo índice tocó su mentón, levantándolo. — Me gusta que no seas baja y morena,
Jaejoong.
—Cómo Karam?
—Cómo Karam.
—Tus gustos no significan nada para mí,
— él jadeó. —Debo irme.
—A dónde vas? A propósito ordené que tuvieses
el día libre. Necesitas descansar.
Jaejoong lo observó cautelosamente, reticente a responder.
—Y por
qué te interesa mi bienestar?
Sus
ojos brillaron.
—Todo sobre vos me interesa, Jaejoong.
Él inhaló profundamente.
—Vos me perteneces, — él dijo. — Y yo cuido bien
lo que me pertenece.
Jaejoong entendió la referencia a su
condición de siervo. Entonces Karam ya había esparcido la mentira, y por que él
tendría que dudar de eso?
— No soy un siervo.
—Niegas que naciste de tu madre?
—Claro que no!
—Entonces perteneces a Aelfgar y de ese modo me perteneces a mí. Te repito la pregunta, a dónde vas ahora?
Él apretó sus puños, controlando su
frustración y su intenso deseo de hacerle comprender la verdad. Pero, por qué debería importarle que él le creyera? No le importaba
lo que él pensara de él, pues él no
tenía intención de partir. Y él no
permanecería como lord de ese lugar, de eso él estaba seguro. Sus hermanos morirían antes de renunciar a Aelfgar
y entregárselo a un normando. No, él sería paciente.
—Voy a visitar a Tildie. Tal vez ella me necesite.
—Después de lo de anoche? De sus acusaciones?
Tienes la bondad de ir a ella nuevamente?— Yunho estaba incrédulo.
—Ella estaba
exhausta y muerta de dolor. Siempre es
más fácil culpar a alguien más que a
uno mismo o a Dios.
—Tu corazón es demasiado grande y generoso.
—Vos me detendrías?
—No. Ve. Pero
no dejes que nada de lo que
ella diga te ofusque, Jaejoong. — Había una
advertencia en su tono. —Nosotros dos sabemos la verdad, vos y yo. Y eso
es suficiente.
—Y estás tan seguro de La verdad? — Jaejoong se
oyó preguntar.
Yunho sonrió. Sus ojos fueron hacia su boca, demorándose allí.
—El
único poder que tienes, muchacho, es el poder de seducción, no el poder
de un brujo. Tu poder es tan viejo como
el mundo, el poder sobre un hombre.
Jaejoong no podía desviar su mirada, fascinado
por la nota baja y sensual de su tono de voz. Algo extrañamente estimulante como
éxtasis lo invadió de pies a cabeza. Finalmente él encontró su voz.
— Yo no soy un seductor.
—No?— él se rió. —Entonces eres un brujo,
pues me has hechizado.
Él dobló sus
brazos.
—No, —
él le gritó. —No! Vos eres un esclavo de tus propias lujurias y te
recuerdo que vas a casarte con mi hermano!
Su sonrisa se debilitó. Sus ojos se hicieron duros.
—Si yo fuese esclavo de mis propias lujurias,
te tomaría ahora, aquí mismo en el suelo, como a un campesino, a la vista de
todos.
Jaejoong se enrojeció.
—Pero me voy a casar con tu hermano en menos
de quince días.
—Nunca!— Jaejoong rugió. Su vista oscureció.
—No pienses que puedes detenerme, — él dijo.
—Tus poderes no son tan fuertes.
Lágrimas de rabia y de dolor, llenaron sus
ojos.
—Yo te detendré, normando! Pero no del modo
que vos sugieres, con los poderes de mi seducción. Te equivocas si piensas que
yo te quiero para mí! Es Aelfgar lo que quiero proteger de vos! Y moriría feliz
antes que ver el día en que vos verdaderamente seas el lord aquí!
—Pero vos estás vivo, Jaejoong, — él dijo
fríamente. —Y yo verdaderamente soy el lord aquí. Entonces quítate cualquier
idea de traición de la cabeza. Te lo advierto aquí y ahora.
— Tengo permiso para irme, mi lord?— él
preguntó, parpadeando furiosamente, arruinando su efecto de sarcasmo.
Él estaba reprimiendo su rabia.
—Vete, antes de hacerme actuar como un
adolescente, y no un hombre, y ceda a la tentación. Pero recuerda mis palabras.
Jaejoong reprimió una réplica
y apretó sus manos a los
costados, alejándose. Él lo miró marcharse por un largo tiempo.
Pobre jae , todos estan en su contra incluso yunho :(
ResponderEliminarKaram seguro no lo dejara en paz :(
Muchas gracias por los capítulos: )
solo espero que Yunho no se case con Karam y si con Jae pues el Yunho a el que quiere para el es a Jae no a ese loco que solo trama cosas feas para Jae
ResponderEliminarGracias
Duro golpe lo del bebé, tanto para la madre como para Jae por no poder ayudarlo más y además la reacción de su amiga, a ver como lo recibe ahora.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞