Capítulo 7
Yunho estaba rígido por la furia contenida.
Ese brujo le había mentido. Lo había
engañado. Él no era Karam, no era su prometido.
Él pagaría muy caro por su engaño.
Y él tenía que casarse con otro.
—Mi lord? Su baño se enfría.
Yunho había estado frunciendo el ceño, casi
gruñendo, mirando la tina delante de la
chimenea realmente sin verla. Él estaba en la habitación del Lord, que
había sido preparada apresuradamente para él. Ahora, ante el sonido de la voz
vacilante de su prometido, él levantó la mirada. Por primera vez, lo estudió.
Karam era
bonito, pero él era un hecho
difícil de discernir después de haber estado
en presencia de su hermano ese último día. Él era muy pálido, su piel muy blanca en
contraste con su oscuro cabello. Él era
menudo y delicado, con ninguna de
las curvas de Jaejoong. No podía compararse a su hermano, y Yunho reconoció profundamente que Karam era
una decepción.
También sabía,
que si nunca hubiese conocido al
brujo, él estaría satisfecho con Karam. Pero ese no era el caso ahora.
Karam sonrió temblorosamente.
—Mi lord? Estás muy callado. Tal vez un poco de cerveza animaría tu alma.
—Por qué no preguntas por tus hermanos?
Karam vaciló.
—Tu llegada me ha nublado completamente la
mente. — él se rió nerviosamente.
—Te resistirás a este matrimonio?
—Oh, no!—
él estaba claramente complacido con él como futuro marido.
—Me hallas de tu gusto?
Él se ruborizó.
—Estaba necesitando un marido, mi lord. Mi
prometido murió poco después de Hastings,
Y en los últimos años, con todas las rebeliones, Yoochun no tuvo tiempo para
arreglarme otro matrimonio. Me estoy poniendo viejo.
Yunho sacudió la cabeza, lo que él decía
tenía perfecto sentido.
—Eres más joven que tu hermano.
El
rostro de Karam se tensó brevemente,
luego esa expresión desapareció.
—Tengo veinte años, él es dos años mayor. — Su nariz se alzó en el aire. —Por qué te preocupas
tanto por él? Jaejoong sólo es uno de
los incontables bastardos
que mi padre ha procreado. Mi padre ni siquiera juzgó conveniente organizar un matrimonio
para él! Y ahora... — él sonrió — nadie
lo tomará como esposo. Él es un brujo,
sabes.
La mandíbula de Yunho se tensó. Él no era
idiota. Karam claramente menospreciaba a su hermano, pero consideraba difícil de creer que él
realmente pensase que Jaejoong era un brujo.
—No
habrá más conversaciones entre
nosotros sobre tu hermano, — él ordenó. —él no es un brujo.
Karam se mordió el labio, luego agachó la
cabeza en señal de obediencia. Yunho se quitó la cota de malla,
lanzándola sobre el piso. Karam se apresuró a ponerse a su lado. Lo ayudó
quitar enorme espada, luego su camisa.
Él miró fijamente la bolsita colgada
alrededor de su cuello.
—Eso es de él !
—Y
ahora es mío, — Yunho replicó tranquilamente, perforándola con una mirada. Él se quitó
la bolsita y la colocó
cuidadosamente con sus cosas. Karam comenzó a quitarle sus pantalones.
Yunho observó con desprecio lo alto de
su cabeza curvada y deseó que fuese Jaejoong quien hiciese esa tarea. Cuando estuvo desnudo, le dio la espalda y entró a la tina con agua humeante.
Karam apresuradamente desvió sus ojos de su cuerpo duro y poderoso con un temblor.
—Te gustaría que enjabone tu espalda, mi lord? — Si, me gustaría ser enjabonado, por el brujo de cabello color noche.
—
Si me gustaría, — él dijo, — y
algo de vino. Hay vino
en esta fortaleza?
— Creo que sí, — Karam dijo.
Yunho gruñó y él se alejó rápidamente,
dejándolo solo en la gran habitación. Sus
pensamientos se hicieron oscuros, más ominosos que un huracán. Él lo había engañado. Para ganar qué? Tiempo
y seguridad, él consideró debido a su intención de violarlo. Maldición con él.
Estaba más que furioso. Él no podía desafiar su autoridad, no podía continuar
haciéndolo, pero parecía que él lo hacía a cada minuto! Y eso, esconder su identidad, hacerle creer
que él era su prometido, esto era
muy serio realmente. Pero... qué penitencia o castigo darle?
Estaba tan enojado que se forzó a quitar sus pensamientos
de él, para lidiar con asuntos más agradables. Él apoyó
de espalda en la tina y comenzó a planear su tarde. Todavía había muchas
horas de claridad como para inspeccionar el lado este de su
propiedad hasta donde llegaba la costa.
Y mañana, a primera hora de la mañana, la moderna construcción de Aelfgar
comenzaría. Él sonrió con ese pensamiento.
Su placer estaba muerto. Y qué haría con el matrimonio? Cuándo sería ? Una quincena, él
decidió. Después de todo tenía mucho que hacer en los días siguientes, y no
sería mejor para tener la mayor parte de la nueva construcción en marcha antes
del casamiento?
Yunho bufó burlonamente. Si se hubiera
tratado de Jaejoong, se habría casado mañana y lo habría llevado a la cama
mañana por la noche!
Un flash de algo oscuro capturó su mirada. Él
se enderezó, sus ojos fueron hacia la
entrada abierta. Jaejoong estaba allí.
Yunho sonrió ligeramente, sus ojos nunca lo
dejaron. Se sintió nuevamente
conmocionado por su belleza, sus colores audaces y su cuerpo seductor. Tal vez él sea un brujo,
él pensó ligeramente divertido, porque
su cuerpo ya estaba respondiendo, con
sólo la imagen de él.
Él se estaba engrosando, hinchando...
—Me buscabas Jaejoong?
—Te
imploro que me devuelvas mis pociones...
mi lord. —Yunho no miró al baúl donde sus
hierbas estaban sobre sus ropas.
—Ellas no están aquí, — él dijo
serenamente.
Él se movió.
—Mi lord, por favor, yo verdaderamente las
necesito.
—Ven
aquí, Jaejoong.
Ante su tono sensual, él se congeló.
Su sonrisa
predatoria, creció.
—Ven aquí. — un segundo pasó y él no se movió.
— Te las daré.
Jaejoong vaciló, luego
entró valientemente en el
cuarto, y Yunho observó el
balanceo de sus caderas. Su excitación
era tan intensa como su dolor. Él
hizo una pausa a un metro de distancia de la tina, mirándolo cautelosamente, parecía
una paloma cazada.
—Las quiero ahora.
—Si? Primero la penitencia.
—Penitencia?
—Por tus
mentiras. — su tono era suave
como la seda.
— Y qué quieres que haga?
—Ven
aquí.
Su mirada se ensanchó. Él sólo miraba su rostro.
— No hay nadie para lavar mi espalda. — El
suspiró. — Ven Aquí, Jaejoong.
Lentamente él avanzó en dirección a Yunho, luego en una explosión de
desesperación, Jaejoong estaba detrás de él, sumergiendo el paño en el agua.
—Quiero que me devuelvas mi amuleto, — él advirtió, tocando muy suavemente su espalda con el trapo de bañarse.
—No si eso es lo mejor que puedas hacer, — Yunho
ronroneó. Y Yunho se inclinó hacia adelante, exponiendo la largo
extensión de su espalda musculosa
desde el hombro hasta la cadera.
Jaejoong miró la soberbia y brillante carne. Su espalda era perfecta; su
torso tenía una larga cicatriz en
diagonal que corría desde la cadera hasta un pezón, y una docena de
cicatrices menores. El corazón de Jaejoong,
por supuesto, estaba latiendo salvajemente en
su pecho. Él tomó una respiración, y apoyó el trapo en su nuca.
Su cuerpo se endureció debajo de su mano…
—Termina, — Yunho dijo.
—Sí, mi lord, — él murmuró amargamente. —Pero estás seguro que
no quieres que Karam haga esto ?—
él puso toda su fuerza en la tarea y comenzó a frotar su hombro.
Yunho se estremeció, mas él no lo vio.
—Él no está aquí, — él respondió tranquilamente. —Y vos si.
Él frotó con más fuerza. Él esperaba arrancar la piel de su cuerpo, era lo que se merecía!
—Jaejoong, — él le advirtió.
Él estaba jadeando por sus
esfuerzos. Y entonces Jaejoong vio
la bolsita en la pila de sus ropas. En un
instante él estaba de pie y en el baúl
con el paquete en la mano. Él dio
dos pasos hacia la puerta. Pero una mano
grande y poderosa se cerró alrededor de
su muñeca, haciéndolo girar para enfrentarlo, y su otro brazo fue a capturar su
cintura como los metales de una trampera.
Él estaba capturado e inmóvil contra su cuerpo mojado y desnudo.
—Estás jugando con fuego, Jaejoong.
Él miró salvajemente sus ojos brillantes y
triunfales. Jaejoong podía sentir la
humedad de su cuerpo. Su propio vestido e incluso su camisa
se estaban mojando. Su pecho
estaba aplastado contra la pared de músculos de su pecho. Pero principalmente él
estaba consciente de su miembro, pulsando
contra su cadera. Jaejoong intentó alejarse pero él lo apretó más contra él. Él jadeó.
—Fuego, — él dijo severamente. —Ahora la penitencia. — Y entonces él tomó su boca con la suya.
Su beso fue
feroz, intenso, totalmente inflexible pero no cruel. Jaejoong jadeó mientras sus manos se elevaron para alejarlo. Pero ese fue
un error. Por el contrario, sus manos se
abrieron apoyándose contra la
piel tibia. Él gruñó, con un sonido
animal, advirtiéndole. Sus dientes chocaron contra los suyos. Con un
grito, él forcejeó alejándose, sólo para ser atrapado nuevamente y pegado
contra su cuerpo.
—No!
—Oh, si, — Yunho ronroneó, la luz en sus ojos brillantes, momentáneamente
nublaron sus sentidos.
Por un momento sólo hubo quietud: él debería
forcejear pero permanecía pegado a él,
entonces peleó con su mirada.
—Y qué de Karam!— él gritó, desesperado y furioso. — Qué hay de
tu prometido!
Su
expresión se hizo cruel, incluso fea.
— Vos deberías ser mi prometido.
La boca abierta de Jaejoong iba a protestar,
pero él no hizo nada más que emitir un sonido sofocado. Pues la palma de Yunho sujetó su cabeza y sus labios reclamaron
los suyos, su lengua entró profundamente
en su boca. Una de sus manos se cerró sobre su nalga y levantaron su
pubis contra su erección.
Su boca dejó
la suya.
—No, — Jaejoong logró decir, pero fue
débil mentira él estaba ardiendo, temblando con una excitación dolorosamente
insoportable que le imposibilitaba permanecer. Su boca se movía
vorazmente contra su garganta, pellizcando, lamiendo, besando su piel. Y entonces él se inclinó para morder un pezón por
sobre la tela de su vestido.
Jaejoong exclamó, agarrándose a sus hombros anchos en una tentativa débil de apartarlo.
Entonces, abruptamente, él lo alejó de
él. Jadeando y perplejo, Jaejoong
intentó recobrarse. Yunho estaba
cubriendo con su camisa su miembro erecto. Él lo perforó con una mirada
– una de advertencia - y
entonces Karam y un criado entraron
en el cuarto con refrescos.
Karam se paró en seco, mirando de Yunho a Jaejoong.
Jaejoong sabía todo debía estar a la vista - sus labios debían estar rojos
e hinchados, su rostro enrojecido, su vestido mojado, su cabello escapando de
la trenza gruesa. Oh, Dios! Darse cuenta de lo que acababa de
suceder le dolió como un cuchillo clavado. Jaejoong estaba horrorizado.
—Gracias, — Yunho estaba diciendo. Todavía
tenía la camisa colgada de un
antebrazo, cubriéndolo. Con su otra mano
tomó la copa de vino y luego la bebió.
Karam le lanzó a Jaejoong una mirada de odio. Entonces, angelicalmente, ingenuamente, él le dijo a Yunho,
—Otra copa, mi lord?
—No, es suficiente.
— Ya has acabado?
—Sí.
Karam le pasó la copa al criado, levantó una toalla, y comenzó
a secar sus hombros. Jaejoong sintió una
puñalada ante esa imagen y lo odió. Se
olvidó de las hierbas mientras huía.
Yunho no lo llamó para que volviese.
* * *
Jaejoong estaba enojado.
Él pisó por el suelo, levantando el borde de
sus faldas. De vez en cuando hacía una pausa
para inspeccionar un grupo de
flores amarillas y escoger unas minúsculas hojas verdes, colocándolas en su cesta. Luego gruñó. Todo eso era culpa
de él. Si él le hubiese dado su bolsita de hierbas no tendría que estar haciendo eso ahora. Cuando se sentía
tan cansado, tan hambriento, cuando todo lo que él quería hacer era apoyar su
cabeza en la cama y dormir sin soñar.
Pensó en Thor y sombríamente continuó su
búsqueda. Thor era el perro de caza más viejo de Yoochun - por lo que él era
casi de la misma edad que él. Estaba mal herido por una pelea de perros que
Athelstan le había dicho había sucedió anoche. La poción para dormir que él le
había dado a Changmin, cuando era mezclada con valeriana, lo adormecería
lo suficiente como para que él lo curase
y para que él durmiera. Ahora Thor estaba sufriendo mucho, y su dolor era
insoportable para Jaejoong, no sólo porque sólo porque él era viejo, sino porque era su mejor amigo. Apenas tenía la cantidad suficiente de hierbas, y ya se estaba
aproximando el crepúsculo. Pensó en
cuantas hierbas había dentro de su bolsita y maldijo, deseando por una vez que verdaderamente
ser un brujo. Oh, entonces él lo haría sufrir!
Una verdadera
penitencia!
Por qué él tenía que pagar con un castigo tan bajo sólo para
satisfacer su lujuria? Jaejoong enrojeció con
furia y desaliento con sólo recordar
eso. Y él estaba por casarse con Karam.
Su corazón se sobresaltó con ese
hecho. No quería pensar mucho en eso pero
tampoco podía ignorarlo. Estaba ofuscado, pero seguramente sólo era debido a la idea de tener
a su peor enemigo en el seno de su propia
familia y viviendo en su casa. Todavía conservaba
una imagen vívida de Karam secándolo con la toalla. Se lo imaginó besando a Karam del mismo modo en que
él lo había besado. Las náuseas fueron tan
fuertes que tuvo que detenerse para recomponerse.
No estaba celoso. Odiaba
al normando y todo lo que él significaba. Él era el enemigo, el invasor. Él estaba expropiando a sus
dos hermanos, a quien él adoraba. Él era cruel y frío había arrasado
Kesop sin ningún sentimiento de culpa. No
estaba celoso pero, oh! maldito
Destino, finalmente había conocido
a un hombre que no le temía y que lo
deseaba y tenía que ser un normando a quien sólo podía odiar!
Esa
noche él debía conversar con Karam.
Karam verdaderamente no podía querer ese matrimonio, y Jaejoong movería cielo y
tierra para ayudarla a evitarlo aunque eso significase envenenar a su prometido.
No. Él nunca dañaría a otra alma, ni siquiera
a una bestia. Tendría que enfrentar una situación mucho más grave antes de
resolver usar sus poderes. Esos poderes eran enseñanzas aprendidas de su abuela, dañar en vez de
curar. No, seguramente debía haber otro modo.
En el
único salón de la fortaleza,
Yunho estaba sentado en la cabecera de
la larga mesa con Karam a su lado. Estaba vestido con un
pantalón de lana, zapatos, una camisa, y
el cinto con la vaina de su espada. Sus hombres estaban sentados en torno a
la mesa
comiendo alegremente, los que no habían conseguido encontrar un asiento
comían de pie. Changmin estaban sentado a
su derecha, Athelstan a la izquierda de Karam. Su prometido tocó su mano con su pequeña mano blanca.
—Mi lord? No te gusta nuestro vino?
Verdaderamente, era asqueroso, aunque él estuviese harto de la cerveza sajona.
— Es pasable.
—Pero
no comes, — Karam insistió. —La comida no te complace?
—Me agrada, — él respondió automáticamente,
aunque en verdad él no sabría
decirlo todavía no había probado un bocado.
Nuevamente su mirada recorrió el salón.
Dónde estaba él?
Él no querido
llegar tan lejos. Había estado enojado,
Todavía estaba enojado. Jaejoong no podía engañarlo
a voluntad. Sin embargo él se
había atrevido a invadir su habitación mientras él tomaba un baño, y no había
podido contener sus bajos instintos
y enjabonarlo seguramente era el castigo más suave que él
podía tener. Pero cuando él había arrebatado la bolsita de cuero, él no
había respondido con el pensamiento racional sino con el instinto de un soldado. Lo había acorralado.
Y si Karam no hubiese retornado lo habría tomado, ahí mismo, de pie.
Su necesidad por Jaejoong estaba fuera de
control y él lo sabía. También se daba cuenta que eso no podía continuar, pues tenía que
casarse con el hermano. Muchos lords no lo pensarían dos veces en tomar a Jaejoong
como amante aun estando casado con Karam.
Después de todo él pertenecía a Aelfgar y era un bastardo. Aunque tenía
derecho a hacerlo no le parecía lo correcto. Antes había sido diferente, pues él había pensado
que sólo era un muchacho campesino y había tenido la intención de violarlo.
Pero ahora Jaejoong era el hermano de su prometido. Yunho deseó ser un hombre
diferente, deseó poderse permitir tener
un esposo y un amante. Pero él no podía permitírselo.
Entonces tendría que controlarse. Y eso, él
juró por Dios, lo haría.
Pero, dónde estaba él?
—Mi lord, debería preparar alguna otra cosa
que sea más de tu gusto?
La preocupación excesiva de él pronto se
haría insoportable. Yunho presentía que
se debía al hecho que él temía perder otro prometido, y a que estaba desesperado
por casarse. Yunho entendía muy bien su difícil posición, pues en poco tiempo él
sería demasiado viejo como para atraer
otros candidatos. Debería tranquilizarlo, aunque no estaba de humor.
—Karam, la comida está
bien, sólo que parece que no tengo apetito. Por qué tu hermano no está
aquí?
Karam se puso rígido.
—Jaejoong hace lo que quiere, él siempre lo
ha hecho. Frecuentemente él come con las criadas en la cocina, como, en verdad,
él debería. A veces él pasa días lejos
de la fortaleza, sólo los santos saben a dónde va practicando sus brujerías.
Yunho estaba furioso. Él se levantó
abruptamente.
—Abiertamente te atreves a desafiarme?
Karam jadeó, su mano cubriendo su boca.
—Lo siento mucho! Olvidé que me prohibiste hablar
de ese tema! Pero sólo es la verdad!
—Tu lengua está envenenada con celos, y eso
es muy inapropiado.
Él se enderezó.
—Yo no
le tengo celos, celos de un bastardo
hijo de una prostituta....
—Basta, — él dijo. —Estoy disgustado.
Karam, blanco de furia, huyó al piso superior. Yunho giró hacia Athelstan.
—Por qué él odia tanto a su hermano?— Su tono era bajo, sólo los que estaban más cera podían
oírlo.
—Ya lo notaste, mi lord,—Athelstan dijo.
—Celos, por supuesto.
— Esos sentimientos no son su culpa, fue su madre quien se los
inculcó.
— Cuéntame. — Yunho se sentó nuevamente.
—Aelfgar amó mucho a su primera esposa, lady Maude. La adoró doblemente cuando ella
le dio dos hijos varones sanos. Pero
ella se fue debilitando aún siendo joven, y ella no podía relacionarse con el lord como una esposa
debería.
Yunho encogió los hombros.
— No es raro.
—Pero Aelfgar verdaderamente la amaba. Él no
buscó otras mujeres fuera del matrimonio. Nunca.
Yunho se rió
escépticamente.
—No? Y Jaejoong cómo nació?
—Después
de muchos años, él después de todo era un ser humano, se enredó con una
bonita criada, Annie, la madre de Jaejoong. Maude se estaba muriendo. Aelfgar
estaba enfermo de desesperación y Annie era la
belleza, la luz, las risas y la alegría que a él le faltaban. Maude
murió y Annie tuvo a Jaejoong. Él sobrepasaba a su madre en su bellezas
y risas, y Aelfgar adoró a ese bebé. Él ofreció la mano de Annie al mejor
de sus campesinos, pero ella lo amaba
tanto que se rehusó a casarse. Entonces
Annie se quedó aquí, en las cocinas, y Jaejoong creció en esta fortaleza.
Estaba en todos lados, en las cocinas,
en el salón, en los establos, en el bosque. Todos sabían que él era el hijo del
lord, aunque no había nacido de una
cuna noble. Se le permitió vivir
libremente y hacer lo que quería. Su padre lo amaba, sus hermanos lo adoraban, y todo habría estado bien si Aelfgar no se hubiese casado con la madre
de Karam, Lady Jane.
—Y entonces?
—Cuando Aelfgar se dio cuenta que estaba
enamorado de Annie, una sierva, se determinó a corregir esa situación. Trajo a
Jane de una pequeña fortaleza en las fronteras del norte. Sólo había pasado
un año después del nacimiento de Jaejoong. Jane era lo opuesto a Annie
morena, fría, rencorosa, y muy
amarga. No aceptaba que su marido amase a
otra. Finalmente Aelfgar volvió
con Annie nuevamente. Y
nunca se relacionó con Jane, ella le dio un hijo, Karam, pero
él la trató con respeto y
distancia. Jane sabía de su amante, y la odiaba ferozmente, a ella y a su hijo. Karam creció alimentándose con
ese odio venenoso. Él odiaba a su hermano
desde el primer día que pudo
sentir esa emoción, antes que él pudiese hablar.
—No
hubo otras mujeres?—
—Aelfgar era un hombre poco común. No, para él
sólo existió Annie después que Maude
murió, y Jaejoong es su único bastardo.
—Karam cree que Jaejoong es uno de sus muchos bastardos.
—Quizás él cree eso y tal vez no.
—Eres tan sabio como los años que tienes, sajón.
—Y tú eres más sabio que los años que tienes,
normando.
Yunho se encontró a sí mismo sonriendo
ligeramente y Athelstan finalmente hizo lo mismo.
—Es verdad que Jaejoong desaparece por
días cada tanto?— No le gustó nada esa idea...
— Es raro. — Athelstan lo miró fijamente. — Haces
muchas preguntas sobre su hermano, mi lord.
Yunho encontró su mirada.
—Él es un bello hombre y yo había pensado
que él era mi prometido. Lo normal, dadas las
circunstancias.
—No le
temes?
Yunho se rió, sin sorna.
—Piensas también que él es un brujo?
—Oh, él
es un brujo, por cierto, — Athelstan
dijo seriamente. — Hasta su padre sabía
eso. Pero un brujo bueno.
—Él es de
carne y hueso, un hombre hecho
para un hombre. — Y sus
pensamientos traicioneros agregaron: un hombre hecho para mí. Yunho se horrorizó, no le gustaba su
propia deslealtad.
—Claro, mi lord. Pero esta noche él practica
los artes de la brujería.
— Qué quieres decir con eso?— Su voz casi
era un rugido, acompañado por un golpe
en la mesa, casi rajando la madera.
—Él fue al campo para buscar una hierba
especial para Thor.
—Explícate, viejo.
Athelstan secamente le contó, y Yunho estaba
furioso e incrédulo todo al mismo tiempo.
—Él sale de noche, solo, sin escolta,
para ir a buscar hierbas para curar un perro viejo!— . Yunho
saltó a sus pies, ordenándole a sus
hombres que se levantaran.
—Debemos poner fin a estas tonterías de una
vez por todas.
Karam es un envidioso , pobre jae ese karam le hara la vida imposible :(
ResponderEliminarYunho ya ni lo puede ocultar esta loco por jae :)
Muchas gracias por el capitulo ❤
ese Karam se le ve que envidia mucho a Jae y claro pues Jae es por mucho mejor que ese y mas servicial noble y muy bueno de alma pura y gentil mientras el otro solo quiere todo para el mismo y no puede tener sentimientos nobles para nadie que no sea su beneficio por eso Yunho jamas lo vera con buenos ojos y no creo que Yunho le pueda impedir a Jae que haga su voluntad Jae es libre y ara siempre lo que le de su gana así que ni modo a quererlo tal cual es
ResponderEliminarGracias
Por lo menos pone en su lugar s Karam yno permite que insulte a Jae. Jae solo sabe curar con hierbas no es ningún brujo, bueno solo con Yunho pes ya no puede ocultar lo que siente por Jae.
ResponderEliminarGracias!!!💗💕💞