lunes, 3 de abril de 2017

Un extraño en mi ventana: Capítulo 18

Capítulo 18

El grupo corrió andén abajo, si no llegaban pronto a los pasadizos que les conducirían hasta la puerta de salida, estaban muertos. Eran demasiados, necesitaban la estrechez de esos pasillos para poder reducir el número de oscuros que les seguían y de esa forma combatir con mayor efectividad si fuera necesario.
Changmin, ordenó a Junsu, Yoochun y Jaejoong que no se separaran de él. Karsacry agarró a Yunho y se internaron en un conducto muy angosto.
– ¡Qué haces estás loco! – Protestó Yunho.
Karsacry se limitó a llevarse un dedo a la boca y hacerlo callar. Yunho lo siguió de mala gana.
El resto del grupo continuaba su escapada. Changmin arrojó varias granadas a los dos estrechos pasillos que convergían tras ellos. Los muros debilitados por los años se desplomaron por completo, atrapando a una decena de oscuros y cortándole el paso al resto. El pasillo que los conduciría a la calle estaba cerca, pero Changmin no tenía intención de huir. Aún no.
Desenvainaron sus espadas y se dispusieron a luchar contra la veintena de oscuros que habían conseguido seguirles. Yoochun saltó sobre uno de los oscuros, le arrancó la cabeza mientras al caer hacia atrás decapitó a otro con su espada. Junsu sonrió.
– ¡Hora de vengarme! – Exclamó mientras corría hacia un grupo de oscuros.
Changmin se mantuvo con una rodilla en tierra los brazos extendidos y las espadas firmemente sujetas. Esperó a ser rodeado por los oscuros. Cerró los ojos y giró sobre sí mismo mientras saltaba. Sus espadas provocaron el efecto de una hélice, cortando las cabezas de todos los oscuros cercanos a él.
Jaejoong clavó su espada en el pecho de un oscuro, mientras con la otra mano atravesaba con su daga la frente de otro que se le acercaba por detrás. Con un rápido movimiento sacó la espada y la daga, para cortar sus cabezas.
Las cenizas de los oscuros cubrían el pasadizo. Los que quedaban aún con vida se detuvieron en seco, uno de ellos arrancó un reja que cerraba un pequeño conducto de ventilación y se internó por ella, el resto le siguió.
– Esperaremos aquí a Karsacry y a Yunho. Si no aparecen en menos de media hora volaremos esta entrada y nos marcharemos. –  Informó Changmin.
Jaejoong no había reparado en que faltara nadie, cuando comprobó que Yunho no estaba envainó la espada, agarró a Changmin por la solapa de su chaquetón de cuero negro y lo arrojó contra una pared.
– Lo has hecho a conciencia. Pudiste mandar a otro, pero querías que fuera Yunho, para quitarlo de en medio.
– No es lo que piensas. – Dijo Changmin secándose la sangre que empezaba a brotar de sus labios. – Fue Karsacry. Insistió en que le acompañara Yunho.
Jaejoong agarró la empuñadura de su espada, pero Yoochun sujetó su mano.
– ¡Ni hablar! Jaejoong. La guerra es contra los oscuros, no entre nosotros.
Jaejoong apartó la mano de Yoochun y se alejó de ellos. Junsu contempló la escena sentado en un pequeño saliente que en otros tiempos debió soportar el peso de algún tipo de mueble informativo.
* * *
Lejos de allí Karsacry y Yunho continuaron su avance. Por la dirección que llevaban, Yunho dedujo que regresaban a la estación. Karsacry se paró junto a una abertura por la que se podía ver la parada de tren. Abrió la mochila, y conectó el temporizador de las cargas. Sonrió a Yunho estaba eufórico.
– ¡Me encantan los fuegos artificiales! – Susurró.
Entregó la mitad de las cargas a Yunho que las guardó en su chaqueta de cuero.
– Cuando salgamos tendremos poco tiempo, las cargas están activadas. Tú por la derecha y yo por la izquierda. Nos encontraremos en el túnel al otro lado de la estación
– ¿Por qué no regresamos por donde hemos venido?
– Changmin habrá volado los pasadizos que comunican con la salida.
– ¡Puto Changmin! – Masculló Yunho.
Karsacry se limitó a sonreír
– ¡Ahora! – Gritó Karsacry.
Los dos salieron corriendo como alma que lleva el diablo. Los oscuros que habían quedado en la estación no tardaron en verlos, como si de un partido de rugby se tratara, corrieron esquivándolos mientras arrojaban cargas a los puntos que consideraron podrían causar más daño. Se encontraron en el túnel. Karsacry chocó la mano de Yunho en alto. Karsacry arrojó un par de granadas a los oscuros que les seguían. La explosión convirtió en cenizas a varios de ellos, pero el grueso del grupo seguía en pie. Corrieron túnel abajo hasta que se encontraron con que estaba bloqueado por un derrumbe.
Yunho miró un conducto, que apestaba a vómito por definirlo de alguna manera.
– ¡Por las alcantarillas! – Gritó Yunho.
– Ni hablar vete tú yo prefiero morir luchando, antes que meterme ahí. – Dijo Karsacry blandiendo con fuerza su hacha. Yunho lo agarró de la ropa y lo tiró dentro del conducto.
– ¡Maldito bastardo! – Gritó Karsacry al caer conducto abajo por las húmedas y sucias alcantarillas. Yunho golpeó el techo y este se derrumbó parcialmente. Aquello no los detendría, pero si ralentizaría.
Se dejó caer por el conducto, arrastrándose entre sustancias cuya naturaleza prefería no identificar. Durante varios minutos los conductos derivaban en otros que giraban vertiginosamente de izquierda a derecha, bajando y subiendo. Los gritos de Karsacry llenaban el alcantarillado, seguidos de cerca por sus maldiciones. Al grandullón no le gustaba ensuciarse, rió Yunho. Pero la risa duró poco cuando escuchó como los oscuros se deslizaban a pocos metros de él. Yunho desenvainó una de sus espadas y esperó a que el túnel se estrechara más, cuando lo hizo clavó la empuñadura en el costado derecho dejando la hoja de la espada lista para recibir a sus perseguidores.
Por unos instantes miró hacia atrás mientras seguía cayendo conducto abajo. Todos los oscuros que no se mostraron atentos con su entorno acabaron convertidos en ceniza, hasta que varios de ellos chocaron a la vez y arrancaron la espada de su estratégica ubicación.
Unos minutos después Yunho cayó en los brazos de Karsacry que lo miraba furioso.
– ¿Un besito y sellamos la paz? – Dijo Yunho sonriendo.
Karsacry se limitó a dejarlo caer sobre un charco.
– ¡Vayámonos antes de que lleguen! – Gritó Karsacry.
Seis oscuros cayeron al suelo tras ellos. Karsacry apartó a Yunho.
– ¡Estos son míos!
Giró un resorte de su hacha y del mango emergió una hoja de espada. Los dos primeros los decapitó con un devastador golpe de hacha. Los otros cuatro atacaron juntos, clavó la hoja de espada en la cabeza de uno, mientras daba una patada a otro que se le acercaba por la izquierda. Sacó la hoja del cuerpo del oscuro y cortó su cabeza. Los dos oscuros que quedaban corrieron hacia él, Karsacry se agachó giró su hacha y de un mandoble cercenó la cabeza de uno mientras el otro a punto estuvo de morder su cuello. Yunho le cortó la cabeza a tiempo.
– ¿Bueno qué? ¿Nos vamos ya o piensas seguir jugando? – Preguntó Yunho.
Karsacry le dio una palmada en la espada y se rió.
– ¡Me encanta mi trabajo! – Exclamó Karsacry.
* * *
En el pasadizo de salida Jaejoong se impacientaba. Changmin se puso en pie, dispuesto a ordenar la retirada. Junsu cogió a Jaejoong de la mano.
– Estoy seguro de que están bien. Son dos tipos duros.
Jaejoong asintió con la cabeza. Changmin colocó una carga explosiva al final del pasadizo. Después de apartarse unos metros, activó el detonador y la explosión provocó un derrumbe que borró todo rastro de la entrada al metro. Changmin se mantuvo frío, aunque su corazón no soportaba las miradas de desprecio que su hermano le lanzaba.
Una vez en la calle Yoochun se relajó, estaba loco por volver al castillo e informar a Straush. Una terrible explosión retumbó bajo sus pies. Changmin sonrió.
– Esos dos le han entregado el mensaje al bastión oscuro. – Dijo Changmin. Regresemos al castillo.
De mala gana Jaejoong los siguió.
* * *
En la estación el bastión oscuro, se quitó la capucha y observó los destrozos causados por las explosiones. Tenía el cabello largo y blanco, su tez era pálida hasta para un vampiro y sus ojos amarillos reforzaban su apariencia espectral.
Cientos de oscuros se levantaban de entre los escombros, unos mutilados y otros heridos, pero vivos.
El bastión tocó un recipiente de plata que colgaba de su cuello. Enfundada en aquel macabro camafeo estaba la mano del verdadero bastión oscuro.

– Nos habéis herido en nuestro orgullo, pero no estamos vencidos. – Masculló mientras se alejaba por un pasadizo seguido de cientos de oscuros.

3 comentarios:

  1. Fue una carniceria...pero puntos para los buenos...pero ahora va el contraataque...a ver como les va..

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  2. uf eso si que fue una masacre pero lo bueno de todo esto que los chicos salieron bien librados de esto pero quedaron muchos oscuros y vendrá su revancha espero y para eso ya los estén esperando y terminar con ellos
    Gracias

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  3. Que interesante y emocionante está, ya son muchos los eliminados y sólo 5 de los vampiros y Yunho los eliminaron, entonces si todos atacan sería fácil acabar con ellos, no? Porque aún son muchos los que quedan.

    Gracias!!! 💗💕💞

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