Capítulo 20
Karsacry recostó a Yunho
en la cama de Jaejoong, lo miró con tristeza y los dejó solos. Él se tumbó
junto a Yunho, tomó su mano y la acercó a su cara.
– ¡Maldito humano! Me
has robado el corazón para luego condenarme a estar sin ti. – Susurró Jaejoong mientras
las lágrimas resbalaban por su cara.
Rememoró la noche en
que lo conoció, su primer beso. Sus ocurrencias que tanto lo irritaban y la
noche en que lo hizo suyo. Lloró amargamente mientras se abrazaba a Yunho,
acaso su vida no había sido ya bastante dura.
Ahora estaba condenado
a vivir eternamente sin el único hombre del que había sido capaz de enamorarse.
Yunho abrió los ojos,
estaba aturdido y muy débil. Por fortuna no usó el máximo potencial del traje,
lo que le permitió recuperarse con mayor rapidez.
– No estoy llorando. –
Repuso Jaejoong molesto porque lo hubiera descubierto en ese estado.
Yunho lo besó,
mientras lo apretaba contra él. Pasó su mano por el suave cabello de Jaejoong.
Ironías de la vida, la primera vez que se enamoraba de un hombre resultaba ser
un auténtico amor imposible. Por un lado era vampiro y él humano, por otro no
le quedaba mucho de vida.
– ¿Por qué estabas
llorando? Y no me digas que no lo hacías porque te he visto.
– Lo sé... – Musitó Jaejoong.
– ¿Qué es lo que
sabes?
– Te estás muriendo. –
Dijo Jaejoong con voz entrecortada y temblorosa.
Yunho se apartó un
poco de él y se quedó mirando el frío y gris techo de la habitación. No sabía
que decir.
– Lo siento Jaejoong.
No debí usar el traje, pero deseaba estar a vuestra altura. Una vez más mi
soberbia es castigada. Pero en el fondo es lo mejor. Toda mi vida he sido cruel,
mientras. Jamás he tenido compasión por nadie, era un egocéntrico. Por eso creo
que quizás sí exista Dios, porque me ha hecho conocer al hombre más maravilloso,
saber lo que se siente al amar de verdad y ahora me castiga arrebatándome la
vida. Es un justo castigo, por una vida pendenciera y lujuriosa.
Yunho se giró hacia Jaejoong.
– ¡Ojalá me hubieras
matado esa noche! Te habrías ahorrado mucho sufrimiento.
– Pero no habría
conocido al hombre que amó.
Yunho lo besó, habría
cambiado toda su riqueza por unos cuantos años más junto a él. Sonó el móvil de
Jaejoong, que nada más ver el número que lo llamaba dio un brinco y se alejó de
la cama.
– Lo siento Yunho,
Straush me reclama.
– Tranquilo, te
esperaré, de todas formas no tengo fuerzas para levantarme. – Dijo Yunho esforzándose
por mostrar una sonrisa convincente.
Una hora más tarde la
puerta de la habitación se abrió.
– ¿Puedo pasar? – Rogó
Changmin.
Yunho lo miró
extrañado por su visita.
– Es un país libre.
Changmin se acercó a
la cama y se sentó cerca de Yunho.
– Lo hiciste bien en
la colmena. Me sorprendiste
– No tiene
importancia, siempre se me dio bien fastidiar a los demás. El bastión oscuro no
iba a ser menos.
Changmin sonrió.
– Me han contado lo
del traje. Lo siento por ti y por mi hermano. Quiero que sepas, que no tengo nada
en contra tuya. Es mi hermano y no puedo evitar querer protegerlo, por más que
pasen los años o los siglos.
– Te entiendo. Yo
también sería un hermano coñazo como tú.
Changmin rió.
– No me engañaban cuando me dijeron que eras un
toca pelotas de primera.
Yunho hizo una pequeña
reverencia con la mano.
– ¡Es un don! – Exclamó
Yunho.
La cara de Yunho estaba
cada vez más pálida, empezaba a sudar. Changmin comprendió que se acercaba el
final.
– Creo que deberías
despedirte del clan. – Dijo Changmin con tristeza. Se acercó más y le cogió la
mano. Adiós... hermano.
El vampiro se levantó
y se marchó, para no dejar ver su debilidad. Caminó con paso firme hacia los
dormitorios del resto de componentes de su clan y uno a uno les fue comunicando
la trágica noticia.
En la sala del trono,
Straush recibió a Changmin. Pidió al resto de bastiones que estaban reunidos
con él, que lo dejaron solo unos minutos.
– ¿Cuánto le queda? – Preguntó
Straush.
– No creo que pase de
esta noche. Pero podrías convertirlo. Ha demostrado con creces su valía
– ¡No! es inútil. El
traje ha mutado su cuerpo y en ese estado de debilidad, lo único que
conseguiría es matarlo más rápidamente.
Changmin bajó la
cabeza con tristeza.
– Sí bastión. Le ruego
perdone mi osadía.
Straush pasó su mano
por el cuello de Changmin.
– Sabes que te quiero
como a un hijo ¿verdad?
– Sí.
– Si pudiera hacer
algo por Yunho lo haría sin dudarlo, pero no está en mis manos. No puedes
hacerte una idea del dolor que siento. Pero ahora debemos ser fuertes por el
bien de nuestra comunidad.
– Sí bastión, el clan
dará la talla.
Yoochun entró en la
habitación de Jaejoong, el estado de Yunho era cada vez más grave. Acercó una
silla a la cama y agarró su mano.
– ¡Hola amigo mío! ¡Te
veo bien!
– Serás capullo. – Rió
Yunho.
– Me gustaría saber si
tienes alguna última voluntad.
– ¿Algo así como mi
última cena?
Esta vez fue Yoochun el
que no pudo reprimir la risa, hasta en el lecho de muerte seguía manteniendo el
sentido del humor y la ironía.
– Has sido un buen
compañero. Lamento mucho todo esto, me hubiera gustado hacer algo para corregir
el problema del traje. Pero ese campo de la ciencia no lo domino.
– ¡Tranquilo Yoochun!
Ha sido divertido el tiempo que pasamos juntos.
Yoochun se mantuvo
unos minutos en silencio, no sabía que decir pero quería estar con él.
Al cabo de unos
minutos Junsu entró en la habitación, lo que dio a entender a Yoochun que su
tiempo había terminado y abandonó el dormitorio. Junsu esperó a que Yoochun cerrara la puerta y echó
a correr hacia Yunho. Se tumbó en la cama y lo abrazó.
– ¡No quiero que te
mueras Yunho! – Dijo Junsu llorando desconsolado.
Yunho se limitó a
acariciarle la cabeza, jugando con su pelo que tanto le gustaba. No sabía que
decir, nunca había recibido tanto amor.
El siguiente en entrar
fue Karsacry, el rudo guerrero. Junsu salió aún llorando. Karsacry se veía
visiblemente incómodo, los sentimientos no eran su especialidad. Se acercó
tímidamente a la cama. Y se arrodilló ante él.
– Te echaré de menos
hermano. – Dijo Karsacry frotándose los ojos. Se levantó y se marchó.
Por la noche llegó el
turno de Straush, sus obligaciones le impidieron hacerlo antes.
Se sentó en la silla
junto a la cama. Había visto morir a tantas personas, que el dolor acumulado
era ya insoportable.
– Te doy las gracias Yunho.
Jamás podré compensarte por todo lo que has hecho tanto por el clan como por la
comunidad vampira.
– Siento haberte
atacado. – Balbuceó Yunho ya muy debilitado.
– Ni lo menciones. Fue
impresionante ver como rompías la hipnosis. Lamento que un amor como el vuestro
acabe de esta manera tan desafortunada. ¡Adiós hijo! Estoy orgulloso de ti.
– Gracias. – Contestó Yunho.
Nunca nadie le había
dicho eso, jamás significó nada para nadie, su muerte llegaría pronto pero no
imaginaba un final más feliz. Junto a una familia que le amaba. Aunque fuera
una extraña familia.
Jaejoong entró en la
habitación. Straush lo besó en la frente y lo dejó a solas con Yunho.
Se tumbó a su lado,
acurrucándose junto a él.
– Jaejoong necesito
que me digas algo.
– Sí.
– ¿Me quieres?
– Sí. – Respondió Jaejoong
desgarrado por el dolor.
– ¿Harías algo por mí?
– Lo que quieras.
– Despidámonos ahora. –
Pidió Yunho.
– ¡No pienso dejarte
solo! – Gritó Jaejoong.
– Quiero que me
recuerdes como era. El capullo arrogante que te conquistó. – Dijo Yunho sonriendo.
¡Por favor no quiero que me veas morir!
– Lo siento Yunho,
pero no pienso alejarme de ti. Te guste o no. – Jaejoong lo besó y lo abrazó.
Yunho sintió como una
lágrima recorría su mejilla. Ahora que lo tenía todo, cuando por primera vez
sentía deseos de vivir...
Nooooooooo...no puede ser...xq Yunho????
ResponderEliminarAlgo tiene q pasar Yunho no puede morir...no ahora q encontró todo loq quería y deseaba..
Yunho no se puede convertir? Para que asi los dos vivan eternamente
ResponderEliminar:(.gracias por el capítulo ❤😍
no por dios tiene que haber algo que haga que Yunho permanezca a el lado de Jae no pueden separarse no así
ResponderEliminarGracias
No, no puede morir el egocéntrico de Yunho, seguro lo logrará estoy segura, Jae no lo dejará.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞