lunes, 3 de abril de 2017

Un extraño en mi ventana: Capítulo 26

Capítulo 26

Jaejoong combatía lleno de rabia, pero en el fondo estaba deseando que algún oscuro, consiguiera matarlo y descansar para siempre.
Straush seguía intentando acabar con Gricarius, pero lo único que conseguía era divertirle. Junsu fue herido en el brazo izquierdo por un fuerte zarpazo y Yoochun a punto estuvo de perder la cabeza de no ser por la rápida intervención de Jaejoong que no dudó en atravesar con su espada la cabeza de un oscuro.
El cansancio empezaba a dejarse notar en las filas vampiras, que seguían combatiendo sin esperanza pero incapaces de rendirse.
Un haz de luz paralizó el combate, todos sin importar al bando al que pertenecieran miraron hacia la luz. Para sorpresa de todos, el cuerpo de Yunho empezó a arder, primero eran unas pequeñas llamas casi imperceptibles, hasta que pronto se convirtieron en unas poderosas llamas que se unificaron en un enorme fuego de varios metros de altura. Lejos de abrasar e incinerar el cuerpo, este empezó a reaccionar hasta que acabó levantándose del suelo aún envuelto por las llamas. La herida en el pecho de Yunho cicatrizó, sus músculos se tensaron y adquirieron una mayor definición. Sus ojos eran de fuego y una sonrisa mordaz se dibujó en sus labios.
El fuego desapareció y Yunho quedó a la vista de todos. Lleno de energía y vigor. Las uñas de sus manos empezaron a crecer hasta alcanzar una longitud de unos quince centímetros, eran largas y afiladas como cuchillos. Saltó hacia atrás y se internó en las filas de los oscuros, su velocidad era aterradora apenas si unos destellos dorados delataban sus movimientos. Con sus garras cercenó cabeza tras cabeza sin piedad, hasta que consideró que las fuerzas oscuras estaban en igualdad con los restos del ejército vampiro. Luego regresó a la zona donde Straush ya había renovado el combate con Gricarius.
Jaejoong corrió hacia Yunho y lo besó. Yunho lo miró ahora conocía la verdad, toda la verdad, pero no era el momento de compartirla con él.
– Pronto tendremos tiempo para nosotros, amor mío. Pero ahora tengo cabezas que cortar y un bastión con el que acabar.
Jaejoong le sonrió mientas se alejaba dispuesto a combatir, sólo que esta vez lo haría con esperanza.
Los aviones del imperio vampiro aparecieron surcando el cielo nocturno.
Fueron descendiendo hasta alcanzar una altura óptima para el salto. Las puertas de las bodegas se abrieron y los vampiros se arrojaron espada en mano hacia el patio de armas. Gricarius contempló con horror la llegada de los refuerzos, con un ejército diezmado no le quedaba otra alternativa que huir. Se giró y saltó hacia una de las torres. Pero Yunho lo interceptó y derribó de un puñetazo. Gricarius se dio de bruces contra el duro pavimento del patio, creando un pequeño cráter.
Yunho apareció junto a él, caminando tranquilo sin prisas, se podía notar que estaba disfrutando. Se inclinó sobre él y le arrancó el camafeo. Lo abrió y sacó los restos de la mano del verdadero bastión oscuro. La agarró con fuerza mientras de su mano brotaba un haz de fuego dorado que incineró aquella reliquia maldita.
Los restos del ejército oscuro quedaron libres del control de Gricarius, se miraban entre sí incapaces de entender que hacían allí, como si hubieran despertado de un pesado sueño. Su forma de combatir se volvió individual, toda estrategia grupal era ahora inexistente lo que facilitó su exterminación.
Los refuerzos ocuparon todo el patio de armas y las cercanías al castillo, evitando así que ningún oscuro pudiera escapar. No estaban dispuestos a correr el riesgo de que alguno sobreviviera y la historia se repitiera.
Yunho agarró a Gricarius del cuello lo levantó y lo arrojó contra uno de los muros del castillo. El clan dejó de combatir y recibió al bastión, ahora todos contemplaban el combate entre Yunho y Gricarius, mientras el renovado ejército vampiro acababa con lo que quedaba de las fuerzas oscuras.
Yunho saltó hacia el muro, observó como Gricarius intentaba huir, pero él lo interceptaba y derribaba de un golpe una y otra vez.
Gricarius estaba exhausto, sin el poder del camafeo sólo era un vampiro más y desde luego no era rival para Yunho, que ahora se había transformado en un ser sobrenatural de naturaleza aparentemente invulnerable.
La sangre resbalaba por su cara, agarró una espada dispuesto a seguir combatiendo pero Yunho agarró la hoja con la mano y la partió como si fuera de hojarasca.
– Es inútil Gricarius, la guerra ha acabado. Tú ejército ha sido aniquilado. ¡Ríndete!
– ¡Jamás! – Gritó Gricarius golpeando la cara de Yunho con furia, pero este no pareció inmutarse.
– Tal vez no pueda acabar contigo, pero si con alguien que te importa. Saltó hacia Straush que no tuvo tiempo de reaccionar o defenderse, de un golpe lo derribó mientras tomando una de las numerosas espadas que ahora cubrían el patio del castillo y que en su momento pertenecieron a vampiros caídos en combate y se dispuso a cortarle la cabeza.
Yunho agarró a Gricarius del hombro y lo lanzó contra el suelo. Caminó hacia él y se quedó mirándolo.
Gricarius tenía uno de los ojos cerrados a causa del impacto contra el suelo. Se levantó lentamente dispuesto a plantar cara de nuevo.
– ¿Crees que la guerra ha terminado? Ni hablar, tú no sabes nada... habéis ganado esta batalla pero no la guerra. Yo sólo soy el primer eslabón de la cadena. Otro ocupará mi lugar. El imperio vampiro será aniquilado.
– ¡Tal vez! Pero tú no estarás allí para verlo. Hora de morir Gricarius.
Yunho cortó la cabeza a Gricarius de un zarpazo. La ceniza del vampiro cayó lentamente al suelo y con ella sus sueños de dominar el imperio vampiro.
Straush agarró a Yunho del cuello.
– ¡No puedo creerlo! ¿Pero cómo es posible?
– No lo tengo claro Straush, pero tampoco es que me importe. Lo importante es que estoy de nuevo aquí.
– ¡Desde luego!
Changmin se acercó a Yunho y le dio un abrazo.
– Me alegro de que estés vivo. – No tuvo tiempo de añadir nada más porque Junsu saltó sobre Yunho que lo cogió al vuelo.
– ¿No me lo puedo creer, eres un súper vampiro? ¡Es fantástico!, me ha encantado como has desaparecido entre fogonazos dorados.
Karsacry apareció por detrás de Junsu, lo cogió y lo sacó de escena, mientras guiñaba un ojo a Yunho. Yoochun le estrechó la mano.
– ¡Increíble! No hay duda de que sabes cómo hacer una entrada.
– ¡Ya me conoces! La modestia nunca ha sido mi fuerte. – Rió Yunho.
Los bastiones que habían sobrevivido al combate, se acercaron para presentar sus respetos a su salvador. Yunho se inclinó ante ellos en un inusitado acto de humildad, nada propio del excéntrico millonario. Pero lo cierto es que cuando mirabas a Yunho a los ojos apreciabas un cambio, aunque mantenía su encantador sentido del humor que a todos irritaba, había algo más... sus ojos reflejaban sabiduría y sobre todo poder.
Yunho se acercó a Jaejoong lo tomó en brazos y miró a Straush.
– Si no tienes nada que objetar, me gustaría tomarme unas vacaciones junto a mi chico. –  Jaejoong lo miró encantada de escuchar aquellas palabras.
– ¡Desde luego! Os las habéis merecido con creces.
Yunho los miró a todos por última vez, sus ojos se incendiaron, apretó a Jaejoong contra su pecho y desaparecieron en un haz de luz.
– ¿Qué demonios es? No sé de ningún vampiro con esas capacidades. –Repuso Valemorth.

– Tal vez el emperador pueda aportar algo de luz sobre este asunto. Pero por el momento, contentémonos con que esté de nuestra parte.

4 comentarios:

  1. Wow...un super mega heroe fue Yunho...pero quiero saber q pasó..y x supuesto q supongo q es el de los ojos de fuego q rescato a Jae hace algunos años...ay q romántico!!!

    ResponderEliminar
  2. Algo me decia que yunho no era yn simple humano :)
    Que bueno! Ahora al fin podran ser felices! !!! :)

    ResponderEliminar
  3. guau que super hombre resulto ser Yunho y lo mejor de todo regreso por su chico y a disfrutar lo ahora que a vuelto me da gusto que estén juntos
    Gracias

    ResponderEliminar
  4. Por eso estaba tan aburrido como egocéntrico millonario, le hacía falta la adrenalina de su pasado y el amor de Jae para surgir como un ser superior que es.

    Gracias!!! 💗💕💞

    ResponderEliminar