Capítulo 26
Jaejoong combatía lleno
de rabia, pero en el fondo estaba deseando que algún oscuro, consiguiera
matarlo y descansar para siempre.
Straush seguía
intentando acabar con Gricarius, pero lo único que conseguía era divertirle. Junsu
fue herido en el brazo izquierdo por un fuerte zarpazo y Yoochun a punto estuvo
de perder la cabeza de no ser por la rápida intervención de Jaejoong que no
dudó en atravesar con su espada la cabeza de un oscuro.
El cansancio empezaba
a dejarse notar en las filas vampiras, que seguían combatiendo sin esperanza
pero incapaces de rendirse.
Un haz de luz paralizó
el combate, todos sin importar al bando al que pertenecieran miraron hacia la
luz. Para sorpresa de todos, el cuerpo de Yunho empezó a arder, primero eran
unas pequeñas llamas casi imperceptibles, hasta que pronto se convirtieron en
unas poderosas llamas que se unificaron en un enorme fuego de varios metros de
altura. Lejos de abrasar e incinerar el cuerpo, este empezó a reaccionar hasta
que acabó levantándose del suelo aún envuelto por las llamas. La herida en el
pecho de Yunho cicatrizó, sus músculos se tensaron y adquirieron una mayor definición.
Sus ojos eran de fuego y una sonrisa mordaz se dibujó en sus labios.
El fuego desapareció y Yunho quedó a la vista de todos. Lleno de energía y vigor. Las uñas de sus manos empezaron a crecer hasta alcanzar una longitud de unos quince centímetros, eran largas y afiladas como cuchillos. Saltó hacia atrás y se internó en las filas de los oscuros, su velocidad era aterradora apenas si unos destellos dorados delataban sus movimientos. Con sus garras cercenó cabeza tras cabeza sin piedad, hasta que consideró que las fuerzas oscuras estaban en igualdad con los restos del ejército vampiro. Luego regresó a la zona donde Straush ya había renovado el combate con Gricarius.
El fuego desapareció y Yunho quedó a la vista de todos. Lleno de energía y vigor. Las uñas de sus manos empezaron a crecer hasta alcanzar una longitud de unos quince centímetros, eran largas y afiladas como cuchillos. Saltó hacia atrás y se internó en las filas de los oscuros, su velocidad era aterradora apenas si unos destellos dorados delataban sus movimientos. Con sus garras cercenó cabeza tras cabeza sin piedad, hasta que consideró que las fuerzas oscuras estaban en igualdad con los restos del ejército vampiro. Luego regresó a la zona donde Straush ya había renovado el combate con Gricarius.
Jaejoong corrió hacia Yunho
y lo besó. Yunho lo miró ahora conocía la verdad, toda la verdad, pero no era
el momento de compartirla con él.
– Pronto tendremos
tiempo para nosotros, amor mío. Pero ahora tengo cabezas que cortar y un
bastión con el que acabar.
Jaejoong le sonrió
mientas se alejaba dispuesto a combatir, sólo que esta vez lo haría con
esperanza.
Los aviones del
imperio vampiro aparecieron surcando el cielo nocturno.
Fueron descendiendo
hasta alcanzar una altura óptima para el salto. Las puertas de las bodegas se
abrieron y los vampiros se arrojaron espada en mano hacia el patio de armas.
Gricarius contempló con horror la llegada de los refuerzos, con un ejército
diezmado no le quedaba otra alternativa que huir. Se giró y saltó hacia una de
las torres. Pero Yunho lo interceptó y derribó de un puñetazo. Gricarius se dio
de bruces contra el duro pavimento del patio, creando un pequeño cráter.
Yunho apareció junto a
él, caminando tranquilo sin prisas, se podía notar que estaba disfrutando. Se
inclinó sobre él y le arrancó el camafeo. Lo abrió y sacó los restos de la mano
del verdadero bastión oscuro. La agarró con fuerza mientras de su mano brotaba
un haz de fuego dorado que incineró aquella reliquia maldita.
Los restos del
ejército oscuro quedaron libres del control de Gricarius, se miraban entre sí
incapaces de entender que hacían allí, como si hubieran despertado de un pesado
sueño. Su forma de combatir se volvió individual, toda estrategia grupal era
ahora inexistente lo que facilitó su exterminación.
Los refuerzos ocuparon
todo el patio de armas y las cercanías al castillo, evitando así que ningún
oscuro pudiera escapar. No estaban dispuestos a correr el riesgo de que alguno
sobreviviera y la historia se repitiera.
Yunho agarró a Gricarius
del cuello lo levantó y lo arrojó contra uno de los muros del castillo. El clan
dejó de combatir y recibió al bastión, ahora todos contemplaban el combate
entre Yunho y Gricarius, mientras el renovado ejército vampiro acababa con lo
que quedaba de las fuerzas oscuras.
Yunho saltó hacia el
muro, observó como Gricarius intentaba huir, pero él lo interceptaba y
derribaba de un golpe una y otra vez.
Gricarius estaba
exhausto, sin el poder del camafeo sólo era un vampiro más y desde luego no era
rival para Yunho, que ahora se había transformado en un ser sobrenatural de
naturaleza aparentemente invulnerable.
La sangre resbalaba
por su cara, agarró una espada dispuesto a seguir combatiendo pero Yunho agarró
la hoja con la mano y la partió como si fuera de hojarasca.
– Es inútil Gricarius,
la guerra ha acabado. Tú ejército ha sido aniquilado. ¡Ríndete!
– ¡Jamás! – Gritó
Gricarius golpeando la cara de Yunho con furia, pero este no pareció inmutarse.
– Tal vez no pueda
acabar contigo, pero si con alguien que te importa. Saltó hacia Straush que no
tuvo tiempo de reaccionar o defenderse, de un golpe lo derribó mientras tomando
una de las numerosas espadas que ahora cubrían el patio del castillo y que en
su momento pertenecieron a vampiros caídos en combate y se dispuso a cortarle
la cabeza.
Yunho agarró a
Gricarius del hombro y lo lanzó contra el suelo. Caminó hacia él y se quedó
mirándolo.
Gricarius tenía uno de
los ojos cerrados a causa del impacto contra el suelo. Se levantó lentamente
dispuesto a plantar cara de nuevo.
– ¿Crees que la guerra
ha terminado? Ni hablar, tú no sabes nada... habéis ganado esta batalla pero no
la guerra. Yo sólo soy el primer eslabón de la cadena. Otro ocupará mi lugar.
El imperio vampiro será aniquilado.
– ¡Tal vez! Pero tú no
estarás allí para verlo. Hora de morir Gricarius.
Yunho cortó la cabeza
a Gricarius de un zarpazo. La ceniza del vampiro cayó lentamente al suelo y con
ella sus sueños de dominar el imperio vampiro.
Straush agarró a Yunho
del cuello.
– ¡No puedo creerlo!
¿Pero cómo es posible?
– No lo tengo claro
Straush, pero tampoco es que me importe. Lo importante es que estoy de nuevo
aquí.
– ¡Desde luego!
Changmin se acercó a Yunho
y le dio un abrazo.
– Me alegro de que
estés vivo. – No tuvo tiempo de añadir nada más porque Junsu saltó sobre Yunho
que lo cogió al vuelo.
– ¿No me lo puedo
creer, eres un súper vampiro? ¡Es fantástico!, me ha encantado como has
desaparecido entre fogonazos dorados.
Karsacry apareció por
detrás de Junsu, lo cogió y lo sacó de escena, mientras guiñaba un ojo a Yunho.
Yoochun le estrechó la mano.
– ¡Increíble! No hay
duda de que sabes cómo hacer una entrada.
– ¡Ya me conoces! La
modestia nunca ha sido mi fuerte. – Rió Yunho.
Los bastiones que
habían sobrevivido al combate, se acercaron para presentar sus respetos a su
salvador. Yunho se inclinó ante ellos en un inusitado acto de humildad, nada
propio del excéntrico millonario. Pero lo cierto es que cuando mirabas a Yunho a
los ojos apreciabas un cambio, aunque mantenía su encantador sentido del humor
que a todos irritaba, había algo más... sus ojos reflejaban sabiduría y sobre
todo poder.
Yunho se acercó a
Jaejoong lo tomó en brazos y miró a Straush.
– Si no tienes nada
que objetar, me gustaría tomarme unas vacaciones junto a mi chico. – Jaejoong lo miró encantada de escuchar
aquellas palabras.
– ¡Desde luego! Os las
habéis merecido con creces.
Yunho los miró a todos
por última vez, sus ojos se incendiaron, apretó a Jaejoong contra su pecho y
desaparecieron en un haz de luz.
– ¿Qué demonios es? No
sé de ningún vampiro con esas capacidades. –Repuso Valemorth.
– Tal vez el emperador
pueda aportar algo de luz sobre este asunto. Pero por el momento, contentémonos
con que esté de nuestra parte.
Wow...un super mega heroe fue Yunho...pero quiero saber q pasó..y x supuesto q supongo q es el de los ojos de fuego q rescato a Jae hace algunos años...ay q romántico!!!
ResponderEliminarAlgo me decia que yunho no era yn simple humano :)
ResponderEliminarQue bueno! Ahora al fin podran ser felices! !!! :)
guau que super hombre resulto ser Yunho y lo mejor de todo regreso por su chico y a disfrutar lo ahora que a vuelto me da gusto que estén juntos
ResponderEliminarGracias
Por eso estaba tan aburrido como egocéntrico millonario, le hacía falta la adrenalina de su pasado y el amor de Jae para surgir como un ser superior que es.
ResponderEliminarGracias!!! 💗💕💞