lunes, 3 de abril de 2017

Un extraño en mi ventana: Capítulo 13

Capítulo 13

Jaejoong cogió el móvil y contestó la llamada.
– Me resulta raro ver a los vampiros usar móviles. – Dijo Yunho.
– Te sorprendería la tecnología que manejamos. – Respondió Jaejoong guiñándole un ojo.
– ¡Dime Changmin! Esta noche en el club a las ocho. Bien allí estaremos.
– ¿Qué pasa? – Preguntó Yunho.
– Los clanes se reúnen esta noche en el club. Tenemos que asistir.
– ¡Genial un club de vampiros! Siempre quise ir a uno. Con sus telarañas, su música clásica, los adornos góticos.
Jaejoong se echó a reír, sabía perfectamente como era el club y la sorpresa que le esperaba. De repente empezó a sentirse débil, Yunho tuvo que agarrarlo para que no se cayera al suelo.
– ¿Pero qué te pasa? – Preguntó preocupado.
– Llevo varios días sin comer y todas mis reservas de sangre se quedaron en la mansión.
Yunho cogió el teléfono y llamó a Tony.
– ¡Hola Yunho! – Respondió Tony.
– ¿Tony puedes hacerme llegar unas cuantas bolsas de sangre humana de alguna clínica privada?
– ¿Qué? Cada día estás más raro.
– Tony no estoy para bromas.
– ¿Es para ti? ¿Estás herido? Dime dónde estás y voy para allá.
– No tranquilo, Tony estoy bien. Pero necesito esas bolsas de sangre. ¡Ya!
– Vale. Tengo un contacto en una clínica.
– Estoy en mi piso del Excelsiors. ¡Date prisa!
Jaejoong empezó a sudar, la tumbó en la cama. Corrió a la cocina y cogió un trapo y algo de hielo. No tenía ni idea de que hacer para aliviar su dolor, hasta que llegara la sangre.
Se sentó en la cama y le cogió la mano, Jaejoong parecía haberse quedado inconsciente. Yunho estaba muy preocupado, jamás lo había visto tan mal.
Le hubiera encantando verlo levantarse y que le soltara alguna bordería como era su costumbre. Menuda racha primero él y ahora Jaejoong, los dos en un pésimo estado en menos de veinticuatro horas.
La espera se hizo eterna, pero una hora más tarde, Tony llamaba a la puerta del piso. Yunho corrió y abrió la puerta, dejó entrar a Tony y cerró la puerta.
– ¿La tienes?
– Sí. Aquí está. – Dijo mostrándole una bolsa negra, que contenía cuatrobolsas para donaciones sanguíneas.
– Bien, ahora márchate. – Ordenó Yunho.
– ¿Seguro?
– Sí. Cuanto menos sepas de esto mejor para ti créeme
– Por cierto aquí tienes las espadas y el correaje para portarlas que me encargaste. Yunho cada día estás más raro. ¡Ah! No se te olvide que tenemos un reconocimiento físico pendiente.
– Ok. En cuanto pueda me paso por el almacén, tengo algunas cosas que comentarte al respecto. Gracias Tony.
Tony lo miró preocupado y se marchó pasillo abajo en dirección a la zona de ascensores.
Yunho agarró una de las bolsas la abrió y se la llevó a Jaejoong. Le abrió un poco la boca y fue dejando caer la sangre con cuidado. Poco a poco la vida fue regresando a su cuerpo, cogió él misma la bolsa y bebió hasta acabar su contenido.
– Tengo más sangre. – Dijo Yunho.
Jaejoong le sonrió.
– Con esto será suficiente. – Se limpió la boca con la palma de la mano, en una actitud sensual.
– ¿Estás ya mejor o necesitas más tiempo para reponerte?
– Dame unos minutos aquí tumbado y estaré como nuevo.
Yunho más animado lo dejó descansar y marchó a la cocina para hacerse algo de comer. La mañana había pasado apresuradamente, llena de emociones, necesitaba comer algo contundente. Pero tal y como imaginó no había nada comestible en la cocina. Llamó a un restaurante y encargó un solomillo a la pimienta, patatas fritas y alitas de pollo. La comida sana nunca fue su fuerte.
Por la noche Jaejoong estaba totalmente repuesto, Yunho que era una persona previsora, siempre ordenaba que en cada uno de sus pisos los armarios estuvieran bien surtidos de ropa. Rebuscó en un armario unos pantalones vaqueros negros y unas botas. Buscó una camiseta y se topó con una de licra negra y disimuladamente, se ajustó el correaje donde envainó las empuñaduras de las dos espadas. Se puso una chaqueta marrón de cuero, para ocultar al máximo sus armas. Desde luego no entraría en un club de vampiros desarmado. Sus habilidades no eran suficientes. Jaejoong apareció con un traje bastante tentador.
– ¿De dónde has sacado eso? – Preguntó Yunho.
–  Estaba en un armario. – Respondió Jaejoong.
Al parecer alguien usaba su piso como picadero y él sin enterarse.
Yunho llamó al conserje y le ordenó que preparan su coche para que le estuviera esperando en la puerta del edificio. Junto con la ropa, el acostumbraba a tener un coche en cada residencia de su propiedad, era uno de los beneficios de ser millonario.
Los dos bajaron en el ascensor hasta la planta baja, donde el conserje se quedó mirando a Jaejoong. Él le dedicó un beso, mientras salía del edificio tras Yunho.
Abrió la puerta del porche novecientos once para que Jaejoong entrara.
– ¿Rojo sangre? – Preguntó irónico Jaejoong.
– Será que estaba predestinado a conocerte. – Dijo Yunho.
El aparcacoches entregó las llaves a Yunho y se marchó. Yunho arrancó el coche, miró a Jaejoong y aceleró. Las calles se sucedían una tras otra, las nuevas habilidades de Yunho le permitían conducir más rápidamente.
Esquivó a un coche que se incorporó a la circulación sin mirar, y derrapó hacia la izquierda para evitar un camión de reparto de periódicos.
Jaejoong pasó su mano por detrás del cuello de Yunho, acariciando su nuca.
Yunho volvió a acelerar provocando que el coche diera un pequeño salto en un cambio de rasante muy pronunciado.
– Sabes, estoy cayendo en la cuenta de que conduzco muy rápido hacia un sitio que no sé dónde queda. – Dijo sonriendo Yunho.
– Avenida Landon 52. Se llama Club Changmin.
– Tu hermano no se rompió mucho la cabeza con el nombre.
Jaejoong sonrió, mientras miraba por la ventana. Le resultaba divertido viajar en un coche y se sentía feliz por primera vez en mucho tiempo.
– Bueno y ¿cómo es tu hermano?
– Es buena gente. Muy serio y callado, pero te va a gustar créeme
– Eso espero. – Masculló Yunho por lo bajo.
Aparcó el coche en la misma puerta del club por indicación de Jaejoong. Dos vampiros custodiaban la entrada, a pesar de sus ropas informales sus ojos los delataban. Yunho había aprendido a diferenciarlos de los humanos.
Pasaron por un estrecho pasillo que daba acceso a una sala pequeña donde varios vampiros controlaban quien entraba. Uno de pelo canoso y aspecto frío se acercó a Jaejoong.
– Tu hermano te espera en la cúpula. ¿Quién es él?
– Viene conmigo. – Respondió Jaejoong en tono tajante.
El vampiro inclinó la cabeza en señal de sumisión y ordenó a los otros dos que abrieran la puerta que daba acceso al local.
– ¡Qué interesante! Estoy seguro que será como entrar en una cripta. – Yunho se frotaba las manos impaciente. Cuando entró y vio el local se quedó pasmado.
Estaban pinchando el Gangnam Style, el local era de estilo moderno con sofás blancos dispuestos a lo largo de cada costado del local, las paredes negras estaban cubiertas por inmensas pantallas led donde se reproducía el videoclip. El centro se usaba como pista de baile y a la entrada una gran barra servía para suministrar la bebida favorita de los vampiros. Ver a los vampiros y a sus siervos bailar en Gangnam Style, le resultó sumamente patético y decepcionante.
– Necesito un whisky. – Dijo Yunho malhumorado.
Jaejoong no podía dejar de reírse. A todos los humanos que entraban allí les pasaba lo mismo, esperaban la guarida del diablo y se encontraban con un club en el que los vampiros se divertían con las mismas cosas que los humanos.
En la parte más alta había unas grandes cristaleras tintadas que impedían ver su interior.
– Debemos subir allí. Mi hermano nos espera.
Yunho asintió. Subieron por unas escaleras de caracol hasta llegar a la planta alta donde más vampiros montaban guardia.
Aquello debía ser algo así como la sala vip, vampiros y vampiras charlaban entre ellos, mientras bebían de sus copas llenas de sangre. Algunos siervos estaban sentados junto a sus dueños, tenían los ojos sin vida y la mirada perdida. Avanzaron por el pasillo hasta dar con un despacho. Jaejoong entró sin llamar. Yunho esperó fuera siguiendo sus órdenes. Se acercó a una barra donde un barman se afanaba lavando copas y vasos.
– ¿Tienes algo para humanos?
– Desde luego. ¿Qué desea el señor?
– Un vaso de whisky.
El barman cogió una botella de un estante y colocó un vaso en la barra, introdujo un par de cubitos y acto seguido lo lleno hasta arriba de whisky.
Yunho sacó la cartera, pero el barman le dijo que la bebida era gratis en el club.
Se sentó en un taburete y dio un buen trago. Olía bastante bien, para ser un club. El aparato de aire acondicionado esparcía una fragancia similar a la lavanda, le resultaba un poco afeminado para un club de vampiros.
Una mujer rubia de ojos negros se sentó junto a él. Lo miraba como si quisiera comérselo, cosa que a él no le resultó una idea muy atractiva.
– Hola guapo. Te apetece que tú y yo demos una vuelta.
– ¡Claro! y de paso me chupas la sangre o me rompes el cuello. – Contestó Yunho.
– No seas tonto, que sea vampira no significa que no pueda hacerte otras cosas más placenteras. – Dijo mientras pasaba su mano por la entrepierna de Yunho.
– ¡Silvia! te aconsejo que apartes tus sucias manos de mi siervo o te arrancaré la cabeza con mis propias manos. – Gritó Jaejoong.
La vampira se inclinó ante él y se alejó, sin pronunciar palabra.
– Veo que aquí eres toda una eminencia. – Dijo Yunho.
– Te dejo un minuto solo y ya estás ligando. ¡Vamos mi hermano nos espera!


5 comentarios:

  1. Jajajaja q tal con los celos de Jae..jajajaja deja un rato solo a Yunho y se lo quieren chupar...jaja..digo...ligar

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  2. 😂😂😂
    Espero que yunho y changmin se lleven bien que no tengan problemas :)

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  3. jajajaja eso es todo Jae demuestra le a esas quien es el dueño y señor de ese hombre y los celos a flor de piel que bien Jae
    Gracias

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  4. Cómo le caerá y recibirá Changmin a Yunho?, espero que bien, me hizo reír mucho este comentario⏫
    " deja un rato solo a Yunho y se lo quieren chupar...jaja..digo...ligar ", 😀😀😀💕, marca tu territorio Jae. me encanta.

    Gracias!!! 💗💕💞

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