Capítulo 13
Jaejoong cogió el
móvil y contestó la llamada.
– Me resulta raro ver
a los vampiros usar móviles. – Dijo Yunho.
– Te sorprendería la
tecnología que manejamos. – Respondió Jaejoong guiñándole un ojo.
– ¡Dime Changmin! Esta
noche en el club a las ocho. Bien allí estaremos.
– ¿Qué pasa? – Preguntó
Yunho.
– Los clanes se reúnen
esta noche en el club. Tenemos que asistir.
– ¡Genial un club de
vampiros! Siempre quise ir a uno. Con sus telarañas, su música clásica, los
adornos góticos.
Jaejoong se echó a
reír, sabía perfectamente como era el club y la sorpresa que le esperaba. De
repente empezó a sentirse débil, Yunho tuvo que agarrarlo para que no se cayera
al suelo.
– ¿Pero qué te pasa? –
Preguntó preocupado.
– Llevo varios días
sin comer y todas mis reservas de sangre se quedaron en la mansión.
Yunho cogió el
teléfono y llamó a Tony.
– ¡Hola Yunho! – Respondió
Tony.
– ¿Tony puedes hacerme
llegar unas cuantas bolsas de sangre humana de alguna clínica privada?
– ¿Qué? Cada día estás
más raro.
– Tony no estoy para
bromas.
– ¿Es para ti? ¿Estás
herido? Dime dónde estás y voy para allá.
– No tranquilo, Tony
estoy bien. Pero necesito esas bolsas de sangre. ¡Ya!
– Vale. Tengo un
contacto en una clínica.
– Estoy en mi piso del
Excelsiors. ¡Date prisa!
Jaejoong empezó a
sudar, la tumbó en la cama. Corrió a la cocina y cogió un trapo y algo de
hielo. No tenía ni idea de que hacer para aliviar su dolor, hasta que llegara
la sangre.
Se sentó en la cama y
le cogió la mano, Jaejoong parecía haberse quedado inconsciente. Yunho estaba
muy preocupado, jamás lo había visto tan mal.
Le hubiera encantando
verlo levantarse y que le soltara alguna bordería como era su costumbre. Menuda
racha primero él y ahora Jaejoong, los dos en un pésimo estado en menos de
veinticuatro horas.
La espera se hizo
eterna, pero una hora más tarde, Tony llamaba a la puerta del piso. Yunho corrió
y abrió la puerta, dejó entrar a Tony y cerró la puerta.
– ¿La tienes?
– Sí. Aquí está. – Dijo
mostrándole una bolsa negra, que contenía cuatrobolsas para donaciones
sanguíneas.
– Bien, ahora
márchate. – Ordenó Yunho.
– ¿Seguro?
– Sí. Cuanto menos
sepas de esto mejor para ti créeme
– Por cierto aquí
tienes las espadas y el correaje para portarlas que me encargaste. Yunho cada
día estás más raro. ¡Ah! No se te olvide que tenemos un reconocimiento físico
pendiente.
– Ok. En cuanto pueda
me paso por el almacén, tengo algunas cosas que comentarte al respecto. Gracias
Tony.
Tony lo miró
preocupado y se marchó pasillo abajo en dirección a la zona de ascensores.
Yunho agarró una de
las bolsas la abrió y se la llevó a Jaejoong. Le abrió un poco la boca y fue
dejando caer la sangre con cuidado. Poco a poco la vida fue regresando a su
cuerpo, cogió él misma la bolsa y bebió hasta acabar su contenido.
– Tengo más sangre. – Dijo
Yunho.
Jaejoong le sonrió.
– Con esto será
suficiente. – Se limpió la boca con la palma de la mano, en una actitud
sensual.
– ¿Estás ya mejor o
necesitas más tiempo para reponerte?
– Dame unos minutos
aquí tumbado y estaré como nuevo.
Yunho más animado lo
dejó descansar y marchó a la cocina para hacerse algo de comer. La mañana había
pasado apresuradamente, llena de emociones, necesitaba comer algo contundente.
Pero tal y como imaginó no había nada comestible en la cocina. Llamó a un
restaurante y encargó un solomillo a la pimienta, patatas fritas y alitas de
pollo. La comida sana nunca fue su fuerte.
Por la noche Jaejoong
estaba totalmente repuesto, Yunho que era una persona previsora, siempre
ordenaba que en cada uno de sus pisos los armarios estuvieran bien surtidos de
ropa. Rebuscó en un armario unos pantalones vaqueros negros y unas botas. Buscó
una camiseta y se topó con una de licra negra y disimuladamente, se ajustó el
correaje donde envainó las empuñaduras de las dos espadas. Se puso una chaqueta
marrón de cuero, para ocultar al máximo sus armas. Desde luego no entraría en
un club de vampiros desarmado. Sus habilidades no eran suficientes. Jaejoong apareció
con un traje bastante tentador.
– ¿De dónde has sacado
eso? – Preguntó Yunho.
– Estaba en un armario. – Respondió Jaejoong.
Al parecer alguien
usaba su piso como picadero y él sin enterarse.
Yunho llamó al
conserje y le ordenó que preparan su coche para que le estuviera esperando en
la puerta del edificio. Junto con la ropa, el acostumbraba a tener un coche en
cada residencia de su propiedad, era uno de los beneficios de ser millonario.
Los dos bajaron en el
ascensor hasta la planta baja, donde el conserje se quedó mirando a Jaejoong. Él
le dedicó un beso, mientras salía del edificio tras Yunho.
Abrió la puerta del
porche novecientos once para que Jaejoong entrara.
– ¿Rojo sangre? – Preguntó
irónico Jaejoong.
– Será que estaba
predestinado a conocerte. – Dijo Yunho.
El aparcacoches
entregó las llaves a Yunho y se marchó. Yunho arrancó el coche, miró a Jaejoong
y aceleró. Las calles se sucedían una tras otra, las nuevas habilidades de Yunho
le permitían conducir más rápidamente.
Esquivó a un coche que
se incorporó a la circulación sin mirar, y derrapó hacia la izquierda para
evitar un camión de reparto de periódicos.
Jaejoong pasó su mano
por detrás del cuello de Yunho, acariciando su nuca.
Yunho volvió a
acelerar provocando que el coche diera un pequeño salto en un cambio de rasante
muy pronunciado.
– Sabes, estoy cayendo
en la cuenta de que conduzco muy rápido hacia un sitio que no sé dónde queda. –
Dijo sonriendo Yunho.
– Avenida Landon 52.
Se llama Club Changmin.
– Tu hermano no se
rompió mucho la cabeza con el nombre.
Jaejoong sonrió,
mientras miraba por la ventana. Le resultaba divertido viajar en un coche y se
sentía feliz por primera vez en mucho tiempo.
– Bueno y ¿cómo es tu
hermano?
– Es buena gente. Muy
serio y callado, pero te va a gustar créeme
– Eso espero. – Masculló
Yunho por lo bajo.
Aparcó el coche en la
misma puerta del club por indicación de Jaejoong. Dos vampiros custodiaban la
entrada, a pesar de sus ropas informales sus ojos los delataban. Yunho había
aprendido a diferenciarlos de los humanos.
Pasaron por un
estrecho pasillo que daba acceso a una sala pequeña donde varios vampiros
controlaban quien entraba. Uno de pelo canoso y aspecto frío se acercó a Jaejoong.
– Tu hermano te espera
en la cúpula. ¿Quién es él?
– Viene conmigo. – Respondió
Jaejoong en tono tajante.
El vampiro inclinó la
cabeza en señal de sumisión y ordenó a los otros dos que abrieran la puerta que
daba acceso al local.
– ¡Qué interesante!
Estoy seguro que será como entrar en una cripta. – Yunho se frotaba las manos
impaciente. Cuando entró y vio el local se quedó pasmado.
Estaban pinchando el
Gangnam Style, el local era de estilo moderno con sofás blancos dispuestos a lo
largo de cada costado del local, las paredes negras estaban cubiertas por
inmensas pantallas led donde se reproducía el videoclip. El centro se usaba
como pista de baile y a la entrada una gran barra servía para suministrar la
bebida favorita de los vampiros. Ver a los vampiros y a sus siervos bailar en
Gangnam Style, le resultó sumamente patético y decepcionante.
– Necesito un whisky. –
Dijo Yunho malhumorado.
Jaejoong no podía
dejar de reírse. A todos los humanos que entraban allí les pasaba lo mismo,
esperaban la guarida del diablo y se encontraban con un club en el que los
vampiros se divertían con las mismas cosas que los humanos.
En la parte más alta
había unas grandes cristaleras tintadas que impedían ver su interior.
– Debemos subir allí.
Mi hermano nos espera.
Yunho asintió. Subieron
por unas escaleras de caracol hasta llegar a la planta alta donde más vampiros
montaban guardia.
Aquello debía ser algo
así como la sala vip, vampiros y vampiras charlaban entre ellos, mientras
bebían de sus copas llenas de sangre. Algunos siervos estaban sentados junto a
sus dueños, tenían los ojos sin vida y la mirada perdida. Avanzaron por el
pasillo hasta dar con un despacho. Jaejoong entró sin llamar. Yunho esperó
fuera siguiendo sus órdenes. Se acercó a una barra donde un barman se afanaba
lavando copas y vasos.
– ¿Tienes algo para
humanos?
– Desde luego. ¿Qué
desea el señor?
– Un vaso de whisky.
El barman cogió una
botella de un estante y colocó un vaso en la barra, introdujo un par de cubitos
y acto seguido lo lleno hasta arriba de whisky.
Yunho sacó la cartera,
pero el barman le dijo que la bebida era gratis en el club.
Se sentó en un
taburete y dio un buen trago. Olía bastante bien, para ser un club. El aparato
de aire acondicionado esparcía una fragancia similar a la lavanda, le resultaba
un poco afeminado para un club de vampiros.
Una mujer rubia de
ojos negros se sentó junto a él. Lo miraba como si quisiera comérselo, cosa que
a él no le resultó una idea muy atractiva.
– Hola guapo. Te
apetece que tú y yo demos una vuelta.
– ¡Claro! y de paso me
chupas la sangre o me rompes el cuello. – Contestó Yunho.
– No seas tonto, que
sea vampira no significa que no pueda hacerte otras cosas más placenteras. – Dijo
mientras pasaba su mano por la entrepierna de Yunho.
– ¡Silvia! te aconsejo
que apartes tus sucias manos de mi siervo o te arrancaré la cabeza con mis
propias manos. – Gritó Jaejoong.
La vampira se inclinó
ante él y se alejó, sin pronunciar palabra.
– Veo que aquí eres
toda una eminencia. – Dijo Yunho.
– Te dejo un minuto
solo y ya estás ligando. ¡Vamos mi hermano nos espera!
Jajajaja q tal con los celos de Jae..jajajaja deja un rato solo a Yunho y se lo quieren chupar...jaja..digo...ligar
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ResponderEliminarEspero que yunho y changmin se lleven bien que no tengan problemas :)
jajajaja eso es todo Jae demuestra le a esas quien es el dueño y señor de ese hombre y los celos a flor de piel que bien Jae
ResponderEliminarGracias
Cómo le caerá y recibirá Changmin a Yunho?, espero que bien, me hizo reír mucho este comentario⏫
ResponderEliminar" deja un rato solo a Yunho y se lo quieren chupar...jaja..digo...ligar ", 😀😀😀💕, marca tu territorio Jae. me encanta.
Gracias!!! 💗💕💞
Que coquetón este YH 🤣🤣
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