Capítulo 7
Revisó la dirección,
no había error, era una casa de dos plantas situadas en uno de los peores barrios de la ciudad. Pensó
como podría entrar, las ventanas y la
azotea, serían las primeras opciones por las que esperarían entrara un vampiro.
Salió del coche y
abrió el maletero. Revisó la mochila que le había preparado Jaejoong, agarró
varias bombas de humo y las metió en sus bolsillos. Dejó las armas, no mataría
humanos. Tal vez estuvieran equivocados en cuanto al vampiro elegido, pero su
intención era buena.
Además estaba seguro
de que todos los vampiros no serían como los que conocía.
Caminó hacía una
pizzería cercana, encargó una pizza familiar y aprovechando un descuido del
joven que le atendía, cogió una de sus gorras. Pagó y regresó a la calle, por
unos minutos se quedó mirando la casa. Se colocó la gorra y se encaminó hacia
la casa.
Tocó al timbre pero no
parecía funcionar, por lo que aporreó la puerta sin consideración. Un tipo
gordo, con pelo largo descuidado y una camiseta plagada de manchas, abrió la
puerta.
–Tengo un encargo.
Pizza familiar con doble de queso y anchoas.
– ¡Vosotros habéis
encargado una pizza! – Gritó el tipo hacia el interior de la casa.
Yunho aprovechó que
dejaba de mirarlo, su agudeza visual le permitió distinguir un arma bajo la
ropa. Dejó caer la pizza al suelo mientras le daba un gancho de derecha que lo
dejó sin sentido. Entró y cerró la puerta, aquel tipo tardaría en despertarse.
Corrió hacia la escalera y lanzó una bomba de humo al piso de arriba. No tardó
en escuchar como varios tipos tosían y gritaban a otros para que cogieran sus
armas. Se centró tratando de escuchar a Junsu, primero escuchó amartillar un
arma, el ruido de las pisadas que se acercaban, debía concentrarse más. Alguien
afilaba un cuchillo en el sótano, entonces escuchó un grito.
– ¡Junsu!
Yunho arrojó la otra
bomba de humo por una escalera que conducía al sótano. Corrió escaleras abajo,
un tipo apareció empuñando un arma, pero Yunho lo abatió de un codazo. Varios
cazadores salieron a su encuentro, saltó por encima de ellos y los agarró desde
atrás, los alzó en el aire, giró sobre si como si fuera a ejecutar un
lanzamiento de martillo y los lanzó contra un muro. Derribó de una patada la
puerta del sótano, usando su velocidad sobrehumana arrebató el cuchillo a un
tipo fornido y de aspecto nauseabundo. El cazador intentó golpearlo, pero Yunho
lo esquivó con facilidad, hasta que lo agarró de la chaqueta y le dio un fuerte
cabezazo que lo dejó sin sentido.
Yunho acarició la cara
de Junsu, estaba demacrado incluso para ser un vampiro, su cara y su cuerpo
estaba lleno de heridas que no habían cicatrizado, la falta de alimento debía
impedir que se pudiera curar.
Yunho rompió las
cadenas con las que lo habían inmovilizado y lo tomó en brazos. Los pasos se
escuchaban cada vez más cerca, el efecto sorpresa se había acabado, ahora
tocaba recibir una lluvia de balas y no estaba seguro de que su factor de
curación fuera suficiente para salir ileso.
Corrió escaleras
arriba, saltando por las paredes intentando esquivar las balas. Derribó a
varios tipos a su paso, pero eran demasiados. Pronto las balas empezaron a
cruzar su cuerpo. Sus ojos desaparecieron hasta quedar en blanco, entonces se
desató la ira. Dejó a Junsu en el suelo.
Las balas impactaban
por todo su cuerpo mientras Yunho se acercaba a los seis tipos que aún estaban
en pie. Dio un puñetazo a uno de los cazadores destrozando su dentadura. Agarró
a dos de ellos por el cuello hasta dejarlos sin conocimiento. Uno de los
cazadores salió huyendo, mientras los otros dos corrieron hacia él, Yunho saltó
y los derribó de una patada. Caminó por la casa, siguiendo un estrecho pasillo.
El humo aún llenaba aquel lugar, pero su oído captó algo. Lanzó un puñetazo a
través de la pared y pudo sentir como el último de los cazadores caía al suelo.
Corrió hacia la entrada, agarró a Junsu y saltó a la azotea de un edificio
cercano. Los tejados se sucedían uno tras otro, las tejas se rompían a su paso,
los tejados de chapa se aboyaban bajo su peso. Durante unos instantes Junsu abrió
los ojos, le impactó ver los ojos en blanco de Yunho, pero sonrió al ver que lo
había rescatado.
Cuando llegaron al
patio de la mansión Yunho dejó a Junsu en el suelo. Todo el clan salió a
recibirlos. Karsacry fue el primero en llegar, pero cuando se agachó para
reconocer a Junsu, Yunho lo agarró y empezó a golpearlo, Yoochun y Jaejoong tuvieron
que agarrarlo. Straush sacó una botella de cristal azul llena de sangre y ayudo
a Junsu a beber. A los pocos minutos sus heridas empezaron a cicatrizar. Su
cara volvía a tener ese aspecto angelical que tanto gustaba a Yunho. Yoochun golpeó
la nuca de Yunho y este perdió el conocimiento. Karsacry tenía el labio
partido, sus costillas no estaban mucho mejor, pero sonreía.
– ¡Menuda bestia! – Dijo
Karsacry sin dejar de sonreír.
Le gustaba un buen combate
y que el inútil humano de Jaejoong, se hubiera convertido en alguien tan
poderoso le entusiasmaba.
Yunho despertó, estaba
tumbado en uno de los sillones del salón. Yoochun le sonreía.
–Siento haberte
golpeado, pero estabas fuera de ti.
– ¿Y Junsu? – Preguntó
Yunho.
–Tranquilo está bien,
en cuanto bebió algo de sangre se recuperó de sus heridas.
Yunho tragó saliva y
cerró los ojos.
–Al menos a merecido
la pena el esfuerzo.
–Sí, has pasado la prueba.
– ¿Prueba?
–En serio creías que
lo abandonaríamos en manos de esa gente. Karsacry vigilaba la casa en todo
momento, salvo cuando fue por vosotros.
– ¿Me estás diciendo
que habéis permitido que Junsu sufra una tortura a mano de esos desalmados sólo
para probar mi valor, lealtad o cualquier otra mierda?
–Así es. Pero nadie le
obligó, él se ofreció voluntario. – Respondió Straush que en ese momento
entraba en la habitación. Se sentó junto a Yunho.
–He de admitir que no
estaba seguro de ti. Pero has demostrado ser digno de confianza. A partir de
ahora eres un miembro más del clan, sin restricciones ni pruebas. Golpeó
amistosamente el hombro de Yunho y se marchó.
Junsu entró como un
torbellino y se arrojó sobre Yunho.
– ¡Sabía que vendrías!
¡Qué pasada, cómo acabaste con ellos y tus ojos eran blancos!
–Tranquilo Junsu, me
vas a volver loco con tus gritos. – Repuso Yunho.
–Perdona estoy muy emocionado,
hacía mucho tiempo que no teníamos un miembro nuevo en el clan.
–Hay algo que no
entiendo ¿Por qué te dejaste torturar de esa manera? ¿Pudiste romper las
cadenas y defenderte?
Junsu lo miró con
seriedad.
–El plan era liberarme
en cuanto entraras en la casa, pero rociaron las cadenas de hierro con aceite
de rosas. Ni las cadenas ni el aceite nos afectan por separado pero juntos, nos
hace perder nuestra fuerza.
Por la mente de Yunho cruzó
una idea muy interesante al oír aquello.
Karsacry entró en el
salón y pidió a Yoochun y a Junsu que lo dejaran a solas con Yunho. Se sentó
frente a él y guardó silencio.
–Pegas bastante fuerte
para ser un pelele. – Dijo Karsacry.
–Si quieres me levanto
y te doy una patada en el culo. –Replicó Yunho.
Karsacry rió.
–Ya no habrá más
peleas entre nosotros. Ahora eres mi hermano. Todos los que pertenecen a mi
clan son sagrados para mí.
Karsacry se levantó,
lo saludó con la cabeza y se marchó.
Yunho se incorporó
como pudo, tenía el cuerpo dolorido y acribillado a balazos. No entendía como
seguía vivo. Sintió un escalofrío y se levantó como pudo, mientras empezaba a
sufrir espasmos musculares por todo el cuerpo. De su cuerpo emergieron las
balas que fueron cayendo al suelo, provocando un suave tintineo en el suelo de
mármol negro.
– ¡No está mal! Yoochun
me contó los detalles de la sustancia que habita tu sangre. Te será muy útil en
tu nueva vida.
Yunho lo miró. Era tan
bello, su tez blanca contrastaba en extremo con su pelo negro. Cuando lo miraba
sentía como el Yunho sin escrúpulos desaparecía. Era otro ante él, aunque
siguiera comportándose como un imbécil, pero no podía evitar provocarlo.
Jaejoong se acercó a Yunho,
levantó su camiseta y tocó su cuerpo, tratando de encontrar alguna herida que
no se hubiera cerrado. Yunho se estremeció ante el contacto de sus suaves
manos, jamás un hombre había provocado esas sensaciones en él. Miraba sus ojos,
consciente de que el deseo empezaba a dominarle.
Jaejoong le bajó la
camiseta.
–Parece que estás
bien. – Dijo mientras le daba un guantazo en la cara.
– ¡Ah y esto! Primero
miras si estoy bien y luego me golpeas. – Se quejó Yunho.
–No me gusta que nadie
me bese sin mi permiso.
Jaejoong acarició la
nuca de Yunho con su mano derecha mientras acariciaba su mejilla con la mano
izquierda. Acercó los labios a la boca de Yunho y lo besó con una dulzura que
casi lo hace enloquecer.
–Esto por lo que has hecho
por Junsu. – Dijo mientras le daba la espalda y se alejaba escaleras arriba.
– ¡Joder! ¿Si me
tienen que acribillar a balazos, dar ostias hasta en el carnet de identidad y
salvar a su amigo para que me dé un beso? ¿Qué tendría que hacer para tener algo
de sexo?
Jajajajaja ese Yunho...desesperado x algo de sexo con JaeJoong....jajajaja me encanto!!!
ResponderEliminarOwwwww 😂
ResponderEliminarLos dos tan bellos ❤ yunho y jae tan frescos me encanta esta historia .
Que hermoso capítulo : )
me encanto si ya obtuvo un beso de Jae no creo que se la haga muy difícil conseguirlo completo si ya tiene la de ganar el Yunho
ResponderEliminarGracias
Esa cabecita de Yunho ya está trabajando con el dato de agua de rosas con hierro, a quien quiere apresar así en su cama?😀😀😀 Jae con pretextos para poder tocar y besar a Yunho, 😀😀😀
ResponderEliminarGracias!!!💗💕💞
🤣🤣🤣🤣🤣
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